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Rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn, ond rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn. Rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn, ond rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn. Rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn, ond rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn. Rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn, ond rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn. Rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn, ond rwy'n gobeithio y byddwn yn gweithio'n fawr iawn. Helo, fy nghydweithwyr a'r broffesiadau. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Diolch yn fawr iawn. Vamos a estudiar el capítulo 2 del libro de Daniel, específicamente sobre el sueño que Nabucodonosor tuvo en ese capítulo mencionado. Pero antes de eso voy a invitarlos a que oremos. Nuestro Padre Celestial, en esta hora estamos ante tu presencia. Te pedimos tu santa dirección, Señor, que sea tu santo Espíritu en medio de este estudio para que nos ayude a ser exactos, según tu palabra, en el estudio de esta profecía. Porque todo eso, Padre, te lo agradecemos solamente en los méritos sagrados de tu Hijo Mado Cristo Jesús. Amén. Bien, amigos y hermanos, el capítulo 2 de Daniel contiene la profecía que se le mostró al rey Nabucodonosor. El sueño es un despliegue de los distintos imperios que gobernarían desde los días de los caldeos hasta los finales de la historia del mundo y aún más allá. El sueño mira más allá de Nabucodonosor y su reino y así se extiende del presente al futuro. Vamos a ir a la lectura de la palabra de Dios allí en Daniel capítulo 2 y vamos a leer, vamos a entrar en contexto, desde el versículo 30, para poder entender mejor lo que vamos a estudiar en esta hora. Dice la palabra de Dios, Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación y para que entienda los pensamientos de tu corazón. Tú, oh rey, veías y aquí una gran imagen, esta imagen que era muy grande y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino, su pecho y sus brazos de plata, su vientre y sus mulos de bronce, sus piernas de hierro y sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estaban mirando hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. La piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Este es el sueño, también la interpretación de él diremos en presencia del Rey. Tú, oh Rey, eres Rey de Reyes porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, Él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo, tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo, y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro, y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos en parte de barro cocido y alfarero, y en parte de hierro, será un reino dividido, mas habrá en él algo de fuerza de hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas, pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo. Desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero Él permanecerá para siempre. De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra no con mano, la cual desmenuzó y hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro, el gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo porvenir, y el sueño es verdadero y fiel su interpretación. Bien, lo que nos habla en el versículo treinta y cuatro representa la destrucción de la estatua por parte de una piedra cortada que se convierte en una inmensa montaña que llena toda la tierra. La imagen mostrada al Nauconosor simboliza el deterioro del poder y la gloria de los reinos de la tierra, y al mismo tiempo representa adecuadamente el deterioro de la religión y de la moral entre los habitantes de esos reinos. Cuando las naciones se olvidan de Dios, amigos y hermanos, se debilitan moralmente en igual proporción. Babilonia desapareció porque en su prosperidad se olvidó de Dios y atribuyó la gloria y su prosperidad a las hazañas humanas. El reino Medo-Persa fue visitado por la ira del cielo debido a que en ese reino fue pisoteada la ley de Dios. El temor de Jehová no tenía cabida en el corazón de la gente. Las influencias que prevalecían en Medo-Persia eran la impiedad, la blasfemia y la corrupción. Los reinos sus siguientes fueron aún más viles y corruptos. Se deterioraron porque menospreciaron su fidelidad a Dios. Por olvidarse de Dios, se hundieron más y más en la escala de los valores morales. Pero vamos a empezar a mirar cada parte de esta estatua. La cabeza de oro, que simboliza Babilonia desde el año 605 a.C. al 539 a.C. El primer metal de la estatua representa al Imperio Babilónico desde el comienzo de Nabucodonosor en 605 a.C. hasta su caída en el año 539 a.C. Daniel no habla solamente de Nabucodonosor, se está refiriendo al imperio que Nabucodonosor había construido. Esto estaba bien claro cuando Daniel llega al segundo metal de la estatua representando el siguiente imperio mundial. Después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo y luego un tercer reino. Eso lo podemos encontrar en el versículo 39 del capítulo 2. El pecho y los brazos de plata, Medo-Persia o Grecia. Esto fue en el 539 a.C. hasta el 331 a.C. Después de Babilonia viene otro imperio inferior representado por el pecho y los brazos de plata, como el mismo Daniel lo deca implícito en el versículo 39. El reino siguiente es de los Medos y los Persas. La historia extra bíblica y los libros de Daniel, Esdras y Nehemias nos dicen que Medo-Persia siguió a Babilonia en el panorama mundial. La referencia a la plata representando al imperio Medo-Persa es una característica muy importante de este segundo reino. Los persas usaban la plata en su sistema tributario. La supremacía del imperio Medo-Persa duró desde 539 a.C., que fue la caída de Babilonia, hasta el año 331 a.C., con la derrota del último rey persa, Darío III, por parte de los ejércitos grecomacedónicos. El vientre y los muslos de bronce simbolizan a Grecia, que reinó desde el año 331 hasta el 168 a.C. El tercer imperio está representado por el vientre y los muslos de bronce. Estos representan el imperio griego. El bronce era un metal usado por los griegos. El profeta Ezequiel se refiere al bronce como el medio de intercambio principal entre los griegos. Eso lo encontramos en Ezequiel capítulo 27, versículo 13. El ejército griego utilizaba el bronce en la fabricación de su armadura, sus yelmos y sus escudos. Los griegos siguieron a los Medos-Persas con Alejandro Magno a la cabeza. No sólo derrotó a Darío III, el último rey persa, sino que llegó hasta el valle del río Indo, en la India. El poderío de este imperio no era sólo en el ámbito militar, sino que la cultura griega estaba floreciendo en todos los rincones del imperio. La actuación de este imperio con Alejandro Magno al frente duró poco, desde el 331 a.C. cuando Alejandro conquista a los persas, hasta el 168 a.C. cuando Roma asumió el control. Las piernas de hierro, que simbolizan a Roma, en el año 168 a.C., que se extendió hasta el año 476 d.C. Después del imperio griego, le sucede el imperio romano, representado por las piernas de hierro, como lo menciona el sueño profético. Así como la transición de metales, bronce al hierro, los romanos sustituyen a los griegos en la continuidad de los reinos del sueño del rey Naucodonosor. La historia confirma que el metal utilizado en su armamento por los romanos era el hierro. Pero como dice el doctor Duckman, la explicación de Daniel apunta a algo más que el metal en sí. El hierro también simboliza fuerza, y una conducta que desmenuza y rompe todas las cosas. La fuerza del imperio romano también radicaba en su forma de gobierno. Romana no sólo expandió sus conquistas, sino que llegó más lejos que sus predecesores, y también creó una forma de política muy avanzada, llegando a ser la primera república de la historia. Su sistema administrativo, que era bien avanzado, le permitió controlar desde lejos a los pueblos que conquistaba. Eso hizo que el reino se mantuviera unido. Fue un imperio también muy sanguinario. Por eso la profecía, en el sueño de la imagen, utiliza tres verbos para describirlo. Dagat, que es quebrar en pedazos, Asal, destrozar, y Raal, que es magullar, quebrar en pedazos. Este imperio se caracterizó por su crueldad. Roma fue el imperio más largo. Eso también denota su fuerza. El imperio romano duró cerca de 500 años, mucho más que cualquiera de los imperios anteriores. Roma luego secumbe a las invasiones bárbaras, los pies de hierro y barro cocido. La mezcla de los pies con hierro y barro cocido representa la división del imperio romano por las tribus bárbaras, las cuales causaron su caída. En énfasis aquí, sobre la desunión, hubo un marcado contraste con el hierro que le precedió. Según hemos visto, el hierro era el metal más fuerte que los pueblos antiguos conocían de la nación más fuerte y unificada. El territorio que comprendía el imperio romano se convertiría en el más débil y dividido. Este era el destino de Roma, según se lo describe en la profecía. La mezcla de hierro y asilla es un elemento importante a resaltar. Aunque la historia aplica correctamente esta parte de la imagen a los estados europeos, también tiene una aplicación política o religiosa sobre el particular. Ducan observa que cada vez que el término asilla aparece en la Biblia en relación con la palabra alfadero, es siempre para evocar al hombre en una relación de dependencia con la relación al Creador. Una mezcla del hierro, Roma, con la asilla, el aspecto religioso, anuncia, pues, una asociación político-religiosa que actuaría hasta el tiempo del fin, el cual nos coloca ante el poder papal. Todo esto muestra que Daniel capítulo 2 no ofrece un relato que se contenta con anunciar la historia universal desde un punto de vista puramente político. El aspecto religioso revela que la profecía debe ser entendida en función del pueblo de Dios. La piedra, ¿qué simboliza la piedra? Después de representar el desfile de los distintos reinos, presentando cada uno en los diferentes metales de la imagen, llegamos ahora a la parte más interesante del sueño, y el mismo Daniel está consciente de esto. La piedra representa el reino de Dios, que Él pronto va a establecer y que durará por toda la eternidad, ya que no será destruido ni conquistado por otro reino mundial. En Daniel capítulo 7 también, al final del tiempo, los santos del Altísimo recibirán el reino. En el devenir humano, amados hermanos, cada reino terrenal conquistó nuevas fronteras y expandió su territorio sin llegar jamás a ser universal en el sentido absoluto. Pero el reino de Dios representado en la piedra será absolutamente universal. La identificación de la piedra con el mismo Dios no era desconocida en el judaísmo precristiano, sobre todo teniendo en cuenta la eternidad del reino que surgiría de ella, así como la universalidad del reino en el cual se convierte. Amados, los reinos terrenales pasarán, y muy pronto nuestro Dios establecerá un reino que no será destruido. Él quiere vernos a todos en este reino. Le hizo una invitación al reina Buconosor, aunque esper mucho para aceptar la invitación, al fin la aceptó. Pero la más grande de nuestro Dios, o la invitación que Él quiere hacernos, es vernos a todos disfrutando de ese reino por toda la eternidad. Por eso es muy importante, mis amados hermanos, que en este momento reconozcamos que si aceptamos a Cristo Jesús esa roca como nuestro único y suficiente Salvador, también podremos estar en ese reino que jamás acabará y que por siempre durará en las eternidades, y que estaremos allí disfrutando en la compañía de nuestro Señor Jesucristo, y estaremos alabando y glorificando Su santo nombre de mes en mes y de sábado en sábado. Yo les bendiga, mis amados hermanos, y nos vemos en otra emisión más de este subprograma, De Frente con la Verdad Presente. Y recuerden, amados, que les habló Giovanni Carrillo, su amigo y hermano. Un abrazo. Bendiciones.