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Desayunando con Jesús  El Arrepentimiento, Capítulo Final

Desayunando con Jesús El Arrepentimiento, Capítulo Final

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este Podcast daremos un cierre al tema del Arrepentimiento que hemos venido trabajando en podcast anteriores. Esperamos que sea de edificación para sus vidas.

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In this episode of "Breakfast with Jesus," the topic of repentance is discussed. The speaker emphasizes that true repentance involves recognizing and learning from our mistakes, as well as seeking forgiveness from others and from God. Saying our apologies out loud and making amends with those we have harmed are important steps in the process. Additionally, the speaker encourages generosity and personal growth as ways to repair the damage caused by our actions. The ultimate goal is to have a genuine repentance that leads to forgiveness and a stronger relationship with God. Bendiciones familia, muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a continuar revisando un poquito más el tema del arrepentimiento que lo hemos venido tocando la semana anterior y que lamentablemente por un tema de salud no lo pude continuar desarrollando y ahora que ya volvemos nuevamente a tener un poco más de estabilidad en estos temas, bueno, hemos retomado este último segmento de lo que es el arrepentimiento y de hecho habíamos estado revisando y que normalmente nosotros inclusive no sabemos si nos hemos arrepentido o no y hemos dejado algunos tips, algunos consejos como para hacernos notar que el arrepentimiento sobre todo es un retorno, una vuelta a recorrer un camino que hemos dejado de hacerlo y de hecho aprender de los errores que hemos cometido y sobre todo mirar que lo que hicimos no estaba dentro de lo que se nos es permitido actuar para honrar a Dios. Podemos actuar como queramos, eso es indudable, pero dentro de nuestras acciones, dentro de lo que no vemos nosotros, lo que causamos, está lo que se permite y no delante de Dios, porque si bien es cierto Él nos dio libre albedrío, pero ese libre albedrío está hecho para decidir hacer el bien para poder mantenernos con Él. Si decidimos hacer el mal, pues definitivamente tendremos consecuencias, cosas que reparar, cosas que hacer para por lo menos tener una vida más normal, pero esto también nos llevó a analizar todo el tema de lo que es la purificación y la expiación que da Cristo Jesús por medio de su acto magnífico y de plano nos centramos a mirar que de todas las cosas que Dios hizo, de todo lo que Él generó antes de la llegada física de Cristo Jesús en medio de nosotros, que fue diseñado para mostrar al pueblo que Él escogió, que el único camino, verdad y vida, es Cristo Jesús. No hay otra forma de mirarlo, no hay otra forma de entenderlo, porque si lo tratamos de hacer de una manera diferente, pues lo único que llegamos a tener es confusión, frustración, y claro, como la mayoría de nuestros pensamientos, cuando no conocemos a Cristo Jesús, son trastocados, son eliminados, son heridos, si cabe el término, para que ya no insistan en ese tipo de andar, es porque no nos gusta reconocer que Cristo Jesús es el único camino, verdad y vida. Pero finalmente, quiero cerrar esta idea, es que el arrepentimiento nos debe conducir a una sola cosa, al perdón, a otorgar el perdón o a recibir el perdón. Si yo me arrepiento de algo, tengo que estar consciente de que si esto no me lleva a un perdón genuino también, pues definitivamente hay algo que tenemos que revisar. Pero bueno, hoy día vamos a ver algunos tips adicionales de cómo entender este tema del arrepentimiento, prácticamente haciendo un resumen de cómo podríamos revisarlo en nuestros días que tenemos hasta llegar a la presencia del Señor. Vamos a decirlo en estas palabras, arrepentimiento significa arrepentirnos, valga la redundancia, por algo que hicimos mal y comprometernos a no hacerlo nuevamente. Nadie puede decirnos cómo arrepentirnos, es por esto que nosotros lo que podemos hacer es darles consejos sobre cómo arreglar aquello que hicimos mal y las secuelas que esto deja en el camino. Esto es básicamente lo que estamos tratando de hacer ahora. Se trata de un sentimiento interno que cada uno manejará como pueda, esto del arrepentimiento. Entonces, el sentimiento del arrepentimiento nos da fuerzas para reparar un error, lo que hicimos mal, lo que dejamos en el camino como secuelas, como consecuencias de todo lo que hicimos como herir y acabar muchas de nuestras ideas, acciones y seres amados, en fin. El primer paso, y esto es un paso muy recomendable, es decirlo en voz alta. ¿Cómo? ¿Cómo hacemos esto de decirlo en voz alta? En la noche o en algún momento en que nos encontremos solos podemos decir en voz alta, Dios, pido perdón por el pecado que cometí en tu presencia al hacer, y completas la oración, lo que hiciste. Esto nos lleva a concientizar que Dios es omnisciente, omnipresente y omnipotente, pero sobre todo omnipresente. Al hacerlo esto por nosotros mismos sin nombrar el mérito de Cristo Jesús, esa oración no llega donde tiene que llegar. Entonces, lo que tenemos que hacer es al finalizar, al decir, Dios, te pido perdón por el pecado que cometí en tu presencia al hacer esta mentira, al hablar mal de esta persona, te pido perdón en nombre de Cristo Jesús, porque por mis fuerzas yo no puedo lograr controlar esto, pero te pido ayuda, porque sé que el Espíritu Santo de Dios que habita en mí me guía, me ayuda, y es por él que estoy haciendo esta oración, porque si fuera por mí ni siquiera me atrevería a elevarla. ¿Se dan cuenta la concientización de que nosotros no tenemos esa capacidad, y de que sólo el Espíritu Santo de Dios es el que provoca todo esto, y que nos da la fuerza para decidir en nuestro libre albedrío hacer el bien? Para esto sirve este paso de decirlo en voz alta. Entonces, ¿por qué hacer esto? Porque de algún modo al escuchar nuestra propia voz, el decirle a Dios cuánto lo lamentamos haber hecho ese acto, tomamos conciencia de ello en un nivel interior. Muchas veces nosotros hablamos y decimos las cosas que nos pasan a manera de desahogo, de catarsis, o de confesión, en donde nos escuchan otras personas, y estas personas nos dan su opinión, nos respaldan, nos reprochan, en fin. Pero todavía hay un nivel de sensación de que esto está siendo sólo de mí hacia afuera. Este momento íntimo, solos, donde buscamos estar completamente en intimidad con Dios, Cristo lo enseñó. Cierra la puerta de tu habitación y ponte contra la pared, y ahí en ese íntimo lugar, con Dios. De esto se trata esto. Entonces, las palabras que decimos ayudan de una manera a extraer el error que nosotros cargamos por dentro, para que podamos de una forma íntima desechar esto para siempre. Entonces, decirlo en voz alta sirve. Y esta es una recomendación. Ahora, con esto no digo que todas las cosas que hagamos y pensemos que mal nos paremos y empecemos a decirlo. No. Tenemos que ser organizados. Hay momentos de oración en nuestros días. Pero si es un error grave, yo sí te recomiendo que dejes todo, e incluso haya pasado 10, 20, 30 años, y venga tu memoria, y te des cuenta de que todavía no has hecho esto, vayas y lo hagas, porque esto te ayuda. Te ayuda a, primero, a reconocer que no puedes pasarte toda una vida pidiendo perdón por algo que Cristo ya pagó. Segundo, aceptar que siempre hubiera sido así, es decir, que nunca hubieras parado de pedir perdón, porque nunca hubiera bastado toda una vida entera para que lo hagas. Pero reconociendo que Cristo Jesús tomó tu lugar, te tomó el pago de la justicia que yo debí pagar en la cruz, bueno, es liberador. Segundo paso, y este creo que es uno de los que menos se practica, arreglar aquello que hicimos mal. ¿Cómo se hace esto? Es simple, y creo que todos los conocemos, pidiendo perdón a aquellos que hemos afectado. Si en principio no nos perdonan, debemos seguir intentándolo hasta que sea excesivo. Recuerdan ustedes la escena entre Jacob y Esaú, cuando se iban a encontrar los dos hermanos, que uno a otro se juró matarse porque fue el tema de la primogenitura, y Jacob supo lo que hizo, y antes de acercarse a Esaú, empezó a mandar regalos, empezó a mandar y enviar y enviar y enviar regalos, porque él estaba aplicando este principio. Es una manera de decirle perdóname, perdóname, perdóname, perdóname, hasta en exceso. Y cuando llega Esaú, había sido tanta la insistencia de Jacob que Jacob, esperando que su hermano le caiga con todo, lo que hace es reconciliarse con él. Entonces estas figuras son interesantes porque la Biblia nos enseña, y de ahí nacen algunas costumbres como si me perdonas, dímelo tres veces, porque la primera lo dices por decir, la segunda lo dices por compromiso, pero la tercera ya lo tienes que decir con conciencia. Ahora claro que hay personas que pueden decir te perdono, te perdono, te perdono, sin ningún sentido, pero bueno, eso cuenta como ni siquiera haberlo dicho una vez. Así es que de esto se trata todos estos tips. ¿Y por qué? Porque es simple. ¿Por qué debemos hacer esto? Si el error que cometimos afectó a otros, entonces no sería justo que Dios nos perdone sin que lo que yo haya hecho, aquella persona involucrada directamente, haya sido arreglado. Si tienes algo pendiente, Cristo lo enseñó, antes de buscar el perdón de Dios busca primero arreglarte, ponerte a cuentas. Si alguien te ofendió, ve y dale un perdón de verdad. Si alguien te ofendió, que esta es la parte que no hemos conocido muchos, ve y dile al que te ofendió que está perdonado. Esto es amar al enemigo. Bien, ahora, ¿qué otro paso tenemos que buscar? El ser generosos, o como algunos tal vez en un contexto anterior, no sé, dentro de la iglesia conocían como la caridad, el ser caritativos. ¿Cómo se hace esto? Simplemente intentemos dar más de lo que estamos acostumbrados a dar. ¿Por qué? Porque toda mala acción te acorta la vida, o sea, te carcome. En cambio, dar, ser generoso, te la alarga. Es una forma de reparar también en el mundo lo que hemos hecho con nuestras malas acciones, malos hechos. Esto creo yo que es fundamental, porque esto es reparar el alma también. Es decir, declarar tu perdón delante de Dios, sentir el perdón que tuviste por medio de Cristo Jesús, arreglar lo que hiciste mal. Es obvio que debe llevarte a tener una emoción tan grande que lo que más te gusta es, en momentos de extrema felicidad, es dar, pues. Cuando estás en familia, cuando estás celebrando, no sé, la Navidad, todo el mundo busca cómo dar, y este es uno de los placeres más hermosos que Dios nos reservó, el dar. El arrepentimiento genuino provoca eso. El sentirse perdonado provoca esto, dar. Y el último paso que les recomiendo, para que puedan darle un contexto mucho más práctico al tema del arrepentimiento, es mejorar en la vida. Claro, compensemos el error que hemos cometido siendo mejores personas, haciendo mejores cosas, aprendiendo del error. ¿Y por qué? Porque si no tenemos esta reacción, toda mala acción actúa como una fuerza que nos lleva a cometer otros errores. Por este motivo, debemos transformar esa inercia en una fuerza que nos lleve a enaltecernos en la vida. Es decir, suspendemos toda esa consecución de hechos, que un pecado lleva a otro, y volvemos a tomar el camino, guiados por el Espíritu Santo de Dios, que un bien genera otro bien, aunque podría haber provocado un mal. Por eso, volvemos al inicio, y vemos que el primer paso, decirlo en voz alta, es importante, alegrar aquello que hicimos mal, ser caritativos, y mejorar la vida. Un ciclo que podría ser muy productivo y constructivo en nuestras vidas. Cristo Jesús nos dejó, por lo menos, este trabajo, y esto nos ayuda a liberarnos de un montón de cargas que nos autoimponemos, y un montón de situaciones que lo que nos llevan muchas veces es a frustrarnos, a hacernos más duros, a hacernos más malvados, porque, de hecho, tanto pasa nuestro pecado inadvertido, entre comillas, en nosotros, sin ningún tipo de toma de conciencia en el arrepentimiento, que a la larga terminamos cauterizados de la conciencia. Y una conciencia cauterizada, pues ya no hay más que hacer. Esa es mi humilde opinión. Sí, Cristo Jesús puede, por supuesto, pero Cristo Jesús mismo dijo en un momento, basta, no hagan esto. Si alguien no quiere recibir la buena nueva, ustedes no insistan, sacudan el polvo de sus pies y sigan caminando, que hay muchos que van a querer recibirlo. También hay una enseñanza ahí, y es por esto que ahora, al comprender cómo es el arrepentimiento que debemos llevar continuamente en nuestros días, vamos a sentirnos en una relación más fuerte, más enfocada en Cristo Jesús, más dependiente del Espíritu Santo de Dios, porque esto es de lo que se trata hasta llegar a la presencia misma de Dios. Les mando un abrazo. Gracias por la paciencia y esperar que estos días, a los que me siguen cotidianamente, a los que preguntan qué pasó con los audios, a los que me hacen preguntas por interno y me dicen, me gustaría que tope este tema, pastor, me gustaría que hable de esto, bueno, estamos haciéndolo y estamos trabajando. Y a los que no, también, Dios les pague, porque sé que en algún momento llegarán a escuchar, y posiblemente, algo de lo que Dios me dice que diga, llegará a sus corazones, generará una semillita, y por supuesto, el árbol de la vida germinará, Cristo Jesús, por siempre y para siempre, en ustedes y en mí. Dios los bendiga y espero que estén bien, donde quiera que estén. Bendición. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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