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Desayunando con Jesús_Evidencias de Cristo Jesús

Desayunando con Jesús_Evidencias de Cristo Jesús

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este Podcast iniciaremos una serie de audios que mostraran las Evidencias de Cristo Jesús, argumentos que servirán para sostener una adecuada defensa de nuestra Fe.

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Blessings, today we're starting a series to defend our faith against arguments we may encounter. We'll discuss topics like why Jesus is the Son of God, the Messiah, the scientific evidence for the Bible, and more. We'll explore the medical evidence for Jesus' death and debunk theories that he didn't die on the cross. A doctor will provide scientific explanations, such as hematidrosis (sweating blood) caused by extreme stress. Flagellation was brutal, with Roman soldiers often exceeding the usual 39 lashes. This evidence supports the truth of Jesus' suffering and death. ¡Bendiciones familia! Muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a dar un pequeño giro a introducirnos a temas que vamos a estar tomando una vez por semana para poder tener argumentos basados en testimonios y en documentos académicos para poder tener una buena defensa contra argumentos que posiblemente ustedes en su vida de cristianos podrían escuchar como por ejemplo ¿Por qué Cristo Jesús es el Hijo de Dios? ¿Por qué es el Mesías? ¿Por qué la Biblia es el libro sagrado con más pruebas científicas o no? ¿Por qué Cristo murió? ¿Si murió o no murió en la cruz? ¿Si resucitó o no? En fin, temas como estos nos van a dar una oportunidad de abrir un panorama donde ustedes pueden profundizar los temas, consultar libros y verificar sobre todo la forma como muchos, muchos, muchos científicos, muchos arqueólogos, muchos miembros de academias que eran ateos terminan investigando la vida en Cristo Jesús y se convierten al cristianismo porque es evidente que cuando ya conoces la verdad no necesitas indagar más cosas y esto es algo que vamos a mostrar el día de hoy. Voy a tratar de hacerlo en un contexto pequeñito pero que definitivamente va a ser algo que nos va a servir a todos para abrirnos a este mundo de lo que se conoce dentro del contexto del seminario como argumentos de apologética, es decir, de defensa de la fe. Ok, vamos a tomar ahora en cuenta un libro que se llama El caso de Cristo, que está escrito por Lee Strobel y Lee Strobel es un doctor con una maestría en estudios legales en la Facultad de Leyes de Yale, fue un periodista premiado durante 13 años en el periódico Chicago Tribune y en otros más y algo que es fundamental para poder dar una argumentación mucho más fuerte a esto, él fue un escéptico espiritual hasta 1981 y este libro se escribió en esa trayectoria. Finalmente, Lee Strobel, el momento en que conoce la verdad de Cristo, ahora sirve como pastor en la enseñanza de la iglesia Willow Creek en un suburbio de Chicago, es autor de varios libros de éxito, Lee y su esposa Leslie son padres de dos estudiantes universitarios y viven en West Dundee, Illinois. En este contexto, nos vamos a ir directito a algo que quiero tocar el día de hoy, que posiblemente para ustedes, tal vez no necesite tanta explicación, pero creo que debemos tener como argumentos sólidos el reconocer primero, Cristo existió, entonces si hay argumentos que dicen, por ejemplo, que si Cristo no existió, que esto es un producto de una imaginación, de un personaje, etcétera, etcétera, etcétera, cosas que se han venido dando y diciendo y que muchos sostienen ahora como una verdad. Bueno, el primer argumento que podemos decir es que si no vivió no pudo haber muerto, entonces lo que vamos a ver aquí hoy día es la prueba médica de que Jesús murió. ¿Fue la muerte de Jesús una farsa y su resurrección un engaño? Vamos a ver una parte de lo que es una prueba médica de lo que sucedió en Cristo Jesús. Lo que sí le quiero poner como en contexto es que vamos a narrar de manera científica, de acuerdo al testimonio de un doctor, cómo es que se dio la muerte de Cristo Jesús y cómo la Biblia respalda todos estos hechos de una manera magistral. Ahora, ojo, la crudeza con la que habla el testimonio del doctor que está citado en el libro que les acabo de decir de Lee Strobel es muy fuerte, entonces les hago este hincapié para que se preparen porque a mí en lo personal me causó estragos el oír la manera como Cristo murió. Bien, el autor hace como un pequeño preludio para introducirnos en el tema donde él cita y dice que conoce a un doctor que es un forense que durante más de 20 años ha revisado miles y miles de cadáveres para poder esclarecer crímenes y poder determinar qué es lo que fue y cómo murió una persona y esto sirve como evidencia para poder incluso inculpar a los que quieren pasar como inocentes y el mismo cuerpo muerto relata cómo murió, cómo fue su muerte por la evidencia forense que se encuentra en ellos. Bien, entonces, le lleva a pensar, hablamos en el tiempo en que Strobel era un periodista escéptico ateo y dice, y si hay algún ejemplo de esto, es decir, ¿esta ciencia puede ayudar a comprobar en verdad si es que Cristo Jesús murió? ¿Cómo este gran personaje que dividió el tiempo en dos, antes y después de él, será en verdad que murió? ¿O serán ciertas las teorías de que Cristo Jesús solamente se desmayó en la cruz y cuando fue enterrado por el frío de la tumba se despertó y claro, se levantó y gritó, se abrió la tumba y salieron? O sea, hay argumentos tan, digamos así descolocados que no tienen asevero en ningún relato, sea bíblico o no bíblico, que puedan argumentar todo este tipo de aseveraciones. Pero bueno, voy a decirles más o menos cuáles son las ideas que se manejan alrededor del no creer que Cristo murió. Dicen que fue un desmayo, otros dicen que fue envenenado en el momento en que fue puesto la esponja con vinagre para darle a beber porque tenía sed, en fin, tantas cosas. Pero hay un autor que en 1965, es un best-seller conocido como Hugh Schoenfield, en su libro El complot de la Pascua, o The Passover Plot, que afirma que sólo el hecho inesperado de que el soldado romano clavara a Jesús con la lanza arruinó el plan de la conspiración para decir que Cristo no murió en la cruz. Punto. No vamos a argumentar más esto y nos vamos a ir de entrada a ver todo lo que se escribe alrededor de la evidencia científica de cómo fue la muerte y el sufrimiento de Cristo Jesús en toda su pasión y muerte en la cruz. Bien, para esto el autor dice, voy a ir a una décima entrevista con el Dr. Alexander Meterell. El Dr. Alexander Meterell es un doctor titulado en medicina de la Universidad de Miami en Florida y un doctorado en ingeniería de la Universidad de Bristol en Inglaterra. Meterell habla con precisión científica acerca de los hechos y sobre todo de lo que puede él mirar en la evidencia de un contexto donde podamos revisar cómo fue la muerte de Cristo Jesús. Es un erudito en esto. Ahora, además de esto tiene una certificación de diagnóstico otorgada por la Junta Estadounidense de Radiología. Se desempeña como consultor en el Instituto Cardiológico Pulmonar y Sanguíneo Nacional, es decir, en Estados Unidos y en los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland. Estamos hablando de una persona que es respetada en todo el ámbito científico en Estados Unidos, para empezar. Entonces, enseñó como investigador científico en la Universidad de California, es editor de cinco libros y escribió para publicaciones como para medicina aeroespacial, para una revista el científico estadounidense, y tiene un análisis de la contracción muscular que se publicó en el Fisiólogo y en el Boletín de Biofísica. Bien, cerramos el tema con el Dr. Meterell y nos vamos a meter de lleno a lo que queremos, por lo menos en una parte, ver el día de hoy. Muy bien, el autor del libro hace un diálogo y le pregunta al Dr. Meterell, le dice, ¿podría ilustrar lo que ocurrió a Jesús en el momento de su pasión y su muerte? Entonces, el Dr. Meterell dice, comenzó después de la última cena. Jesús fue con sus discípulos al Monte de los Olivos, específicamente al Jardín del Gestemaní. Esto lo conocemos todos. Allí, si usted recuerda, oró toda la noche. Ahora bien, durante ese proceso estaba anticipando los hechos del día siguiente, dado que había sabido todo el sufrimiento que tendría que soportar. Naturalmente estaba experimentando un gran estrés psicológico. Yo voy a hacer un énfasis aquí. A pesar de que, si no sabía cómo iba a morir, o tenía una idea porque las ejecuciones de los romanos se veían a diario, en ese tiempo en Jerusalén, y en todo lado del Imperio Romano, bueno, Cristo Jesús sabía que iba a morir, y posiblemente sí sabía que iba a morir en una cruz. Entonces, todo esto es una gran carga de estrés. Adicional que sabía que iba a ser primero torturado. Entonces, ese estrés psicológico es lo que se determina como algo tan brutalmente fuerte que dice la Biblia, que narra, que empezó a sudar sangre. Entonces, aquí el autor hace una introducción al Dr. Metheren, y le dice, espere un ratito, aquí es donde los escépticos se dan un banquete. Los evangelios nos dicen que comenzó a sudar sangre en ese momento. Entonces, ¿acaso no es el resultado de una imaginación hiperactiva? ¿Acaso no pone en tela de juicio la precisión de los escritores de los evangelios? Es decir, en otras palabras, ¿acaso esto no es inventado, es como introducido, es como puesto, como añadido, como algo que es muy imaginativo para ese tiempo? Y el Dr. Metheren le responde, no, para nada. Es una condición médica conocida llamada hematidrosis. No es muy común, pero está relacionada con un alto grado de estrés psicológico. Entonces, lo que le pasó a Cristo Jesús en el ejército maní se llama hematidrosis, comprobado por la ciencia moderna hoy, por la medicina moderna. Lo que sucede, dice el Dr., es que la ansiedad severa provoca la secreción de químicos que rompen los vasos capilares en las glándulas sudoríparas. Como resultado, hay una pequeña cantidad de sangrado en esas glándulas y el sudor emana mezclado con sangre. No estamos hablando de mucha sangre, es sólo una cantidad muy, muy pequeña. Por eso la Biblia dice que sudaba, goteaba sangre. ¿Tuvo algún efecto en el cuerpo de Jesús? Claro, dice, esto provocó que la piel quedara extremadamente frágil, de modo que cuando Jesús fue flagelado por el soldado romano al día siguiente, su piel ya estaba muy, muy sensible. Guau, pensé, ok, aquí vamos. Entonces, me preparé, dice el autor, para las terribles y tétricas imágenes que posiblemente se venían a mi mente. Muy bien, dice, dígame, ¿cómo era la flagelación? Le pregunté. Metrel no desvió su vista de mí, afirma el autor. Las flagelaciones romanas eran conocidas por ser terriblemente brutales. Generalmente consistían de 39 latigazos, pero con frecuencia eran más, según el estado de ánimo del soldado que daba los golpes. Aquí voy a hacer un énfasis. Los 39 eran normalmente sugeridos por los judíos. Esto es algo cultural, 39 más 1, dice, porque ellos ya conocían que un cuerpo podría soportar máximo 39 latigazos. Más uno significa que podría haberle causado la muerte. Bien. El soldado usaba un látigo, y aquí les pido que se imaginen bien. Usaba un látigo con tiras de cuero trenzado, con bolas de metal entretejidas. Cuando el látigo golpeaba la carne, esas bolas de metal provocaban moretones o contusiones, las cuales se abrían con los demás golpes. Y el látigo también tenía pedazos de hueso afilados, los cuales cortaban la carne severamente. ¿Cómo sabemos esto? Porque hay hallazgos arqueológicos que muestran estos objetos de tortura. La espalda quedaba tan desgarrada que la espina dorsal a veces quedaba expuesta debido a los cortes tan profundos. Los latigazos iban desde los hombros, pasando por la espalda, las nalgas y las piernas. Era terrible. Metterell hizo una pausa. Yo le dije, continúe, por favor. Un médico que estudió las golpizas romanas, comenta el doctor Metterell, observó en sus escritos, mientras continuaba la flagelación, las laceraciones rasgaban hasta los músculos y producían jirones temblorosos de carne sangrante. Un historiador del siglo III, llamado Eusebio, describió una flagelación de la siguiente manera. Las venas de la víctima quedaban al descubierto y los mismos músculos, tendones y entrañas quedaban abiertos y expuestos. Sabemos que muchas personas morían a causa de este tipo de castigo, incluso antes de que pudieran ser crucificados. Por lo menos la víctima podía experimentar un dolor tremendo y entrar en una conmoción hipovolémica. Metterell había introducido un término médico que yo no conocía. ¿Qué rayos significa conmoción hipovolémica? Le pregunté. Hipo significa bajo, vol se refiere al volumen y émica significa sangre. Por lo tanto, conmoción hipovolémica quiere decir que la persona sufre los efectos de la pérdida de una gran cantidad de sangre, explicó el doctor. Esto causa cuatro efectos. Primero, el corazón se acelera para tratar de bombear sangre que ya no existe. Segundo, baja la presión sanguínea, lo cual provoca un desmayo o colapso. En tercer lugar, los riñones dejan de producir orina para mantener el volumen restante. Y en cuarto lugar, la persona comienza a sentirse sedienta porque el cuerpo ansía fluidos para reponer el volumen de sangre perdido. ¿Encuentra evidencia de ello en los relatos de los evangelios? pregunta el autor del libro. Sí, definitivamente, responde el doctor Meterell. Jesús se encontraba en conmoción hipovolémica mientras ascendía por el camino hacia el lugar de la ejecución en el Calvario, llevando el madero horizontal de la cruz. Finalmente Jesús se desplomó. Y un soldado romano le ordenó a Simón que llevara la cruz por él. Luego leemos que Jesús dice, tengo sed, y en ese momento se le ofrece un trago de vinagre. Debido a los terribles efectos de esa golpiza, no hay duda de que Jesús se encontraba en un estado crítico, incluso antes de que con clavos traspasaran sus manos y sus pies. Voy a detenerme hasta aquí. Creo que es muy fuerte lo que vamos a seguir leyendo, pero en este mensaje, porque no puedo hacerlo más extenso, voy a empezar a determinar. Todo esto que se relata ahora, Cristo Jesús lo recibió siendo inocente. Esto que se relata lo merecía yo. Yo merecía morir así, por mis pecados, por mis faltas, por mis transgresiones. E incluso me atrevería a decir que esto es un juego de niños para lo que les espera a aquellos que se niegan a entender que por ningún medio podemos llegar a justificarnos delante de nuestro Señor y Dios. Y es por eso que a través de esto se puede llegar a entender que tanto amó Dios al mundo, y voy a hacer un énfasis ahí, que pudiendo destruirlo, dijo, no, envío a mi Hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no muera más tenga vida eterna. Bien, esto está desarrollado para que en estos días, en estas fechas, que empezamos a recordar la semana mayor, el día en que Cristo Jesús dio su vida por nosotros, vamos a entender también por el lado de una aceleración y argumentos científicos. ¡Bendiciones a la trompa!

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