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Desayunando con Jesús_ La Nueva Vida EN Cristo

Desayunando con Jesús_ La Nueva Vida EN Cristo

00:00-20:16

En este Podcast empezaremos a tratar nuestra Nueva Vida En Cristo Jesús, que significa el nuevo pacto en Cristo Jesús y como todo se trata de El.

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Blessings, in today's episode we continue to discuss our relationship with Christ Jesus. We need to understand that the true promise of Christ is for Him to live within us. The Gospel is not a transaction with God based on our needs, but a relationship where God's Spirit dwells in us. The Apostle Paul reminds us that all scripture is inspired by God and useful for teaching, correcting, and instructing in righteousness. We must remember who we are in Christ Jesus and the new relationship He offers us. In the past, God promised to be with His people, but there was still a separation between God and humanity. Christ Jesus came to bridge that gap and show us a new way of relating to God. The apostles, however, did not fully understand this until after Christ's ascension and the coming of the Holy Spirit. We must realize that our relationship with God is not based on works, but on grace. We are called to die to ourselves and let Christ live in us ¡Bendiciones familia! Muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a continuar desarrollando los temas que hemos venido teniendo en cuenta para poder entender nuestra única y auténtica relación en Cristo Jesús. Vamos a continuar desarrollándolos para pasar del entendimiento que posiblemente algunos de nosotros manejamos, mirando la vida con Cristo Jesús como algo que en verdad es lo que debemos sostener, cuando la verdadera promesa de Cristo es vivir en nosotros. ¿A qué me refiero con todo esto? Bueno, para empezar vamos a citar algo que el apóstol Pablo en 2 Timoteo 3, 16 y 17 nos recuerda, y que es lo que dice el versículo 16, Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra. Bien, esta es una de las bases de la doctrina apostólica. Es por esto que para nosotros es indispensable no olvidar quiénes somos en Cristo Jesús, en Cristo Jesús, lo voy a decir por segunda vez. El Evangelio no es un pronóstico bueno para los hijos de Dios, no es un negocio con Dios, no es un toma porque me siento con el derecho de pedir algo y tú debes, de acuerdo al pacto que yo entiendo que tenemos, darme todo lo que necesito, no. El Evangelio es un hecho consumado en la eternidad de Dios que nos debe ser comunicado por su Espíritu Santo. ¿Cómo entender esto? Bueno, para entenderlo vamos a trasladarnos a mirar lo que dice Ezequiel en el capítulo treinta y seis, en el versículo veintiséis hasta el veintiocho, donde dice, vamos a leerlo desde el veinticuatro, para darle un buen contexto, los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos y los haré regresar a su propia tierra. Aquí viene, los rociaré con agua pura y quedarán purificados, los limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías, y les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes, quitaré ese corazón de piedra y ahora les pondré un corazón de carne, infundiré mi espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes, vivirán en la tierra que día sus antepasados, ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. ¿Por qué es importante citar todo esto? Porque Cristo Jesús en su servicio, en su ministerio aquí en este mundo, nos dejó una enseñanza valiosa que es, el reino de los cielos se ha acercado, Él viene a mostrar cómo es la relación que vamos a tener con Dios a partir de este pacto que va a Él a realizar para restaurarnos hacia una relación directa, íntima en Dios, que no es lo mismo que la relación que sostenían los apóstoles antes de que Cristo Jesús muriera y resucite. En el antiguo pacto Dios promete a su pueblo estar con ellos, es decir sustentarlos, proveerles, estar pendiente de ellos, pero es una relación que todavía nos muestra que hay un abismo entre Dios y los hombres, Dios escoge a un pueblo para mostrar todo su esplendor al sostenerlo, este pueblo que Dios escogió, al no dedicarse a hacer lo que Dios determina en su palabra, en su escritura, para decirlo más correctamente, haciendo un paréntesis, porque toda la escritura habla de quien? Habla de Cristo Jesús, habla del Hijo de Dios, prepara al pueblo para que entienda cómo va a ser esta nueva relación cuando Cristo llegue, lo miren y ellos puedan mirar claramente de qué es lo que se trataba toda la existencia del pueblo de Israel. Pero como todos sabemos no lo vieron, ¿por qué no lo vieron? Porque estaban acostumbrados a tener un pacto donde todo se basaba en mi necesidad de establecerme como algo adecuado para tener una relación con Dios, es decir, por obras, no por gracia. El pueblo de Israel no tuvo sensibilidad para mirar lo que en realidad Dios estaba mostrándoles y claro que no lo iban a tener, porque de por sí todos somos contrarios a lo que Dios manifiesta en nuestras vidas, digan lo que digan, hagan lo que hagan, piensen lo que piensen, sea cualquier religión, sea cualquier rito o lo que ustedes quieran ponerle, el hombre siempre ha buscado mantener una relación con Dios donde él pone los puntos sobre las ideas y Dios prácticamente pasa a ser alguien a quien solicitarle algo y es Dios al servicio del hombre, no el hombre al servicio de Dios. Y que de hecho ni siquiera esa es la relación que Dios quiere establecer. Entonces, Dios habla claramente en su palabra y dice en el versículo 27, infundiré mi espíritu en ustedes, y esto de una u otra manera lo conocían los apóstoles, pero no lo entendían y no lo creían, posible con Cristo. Ellos tenían una idea del Mesías que los iba a redimir, que los iba a librar de un yugo de esclavitud humana, política, social, económica, o todo lo que quieran, como cualquier otra persona que en estos tiempos pide a Dios y que le pedimos salud, dinero, paz, bueno y cualquier otra situación que a nosotros se nos pueda ocurrir, incluso hasta cosas que no ni siquiera deberíamos nombrar delante de Dios, se las pedimos, porque estamos acostumbrados a esa relación distinta de la que Cristo Jesús vino a proponernos y a darnos, que es vivir en nosotros. Por esto es que Cristo Jesús en un momento les dice a sus apóstoles, miren, hemos pasado tres años fabulosos, les he instruido, les he dado mucha, mucha información para que ustedes tengan la certeza de que cada palabra que está escrita en la Escritura se refiere a mí, y a mí no como lo que ustedes creen que yo soy, sino como lo que en verdad soy, su Dios, su Rey, su Salvador, su Redentor, la Puerta, el Camino, la Verdad, la Vida. Bueno, y les dice, les conviene que yo me vaya, porque es mejor, porque mientras yo esté en este cuerpo a lo que trata de decir Cristo Jesús, no puedo impartirme en ustedes, es decir, no puedo estar en todos ustedes como lo que en verdad soy yo, Dios Omnisciente Onipresente Onipotente, claro, durante miles de años la humanidad estuvo acostumbrada a tener este tipo de relación con Dios, es más, ni siquiera eso, porque si vemos a través de la cultura de todas aquellas comunidades, pueblos, países, o como quieran determinarlo, que no conocían al Dios de Israel, bueno, se inventaron un montón de expresiones que trataban de llenar ese vacío que sólo Dios puede llenar, y aquí recuerdo algo que alguna vez me enseñaron, que dice que lo que el hombre no conoce de Dios, lo inventa y lo hace Dios, y es por esto que el principal argumento de muchos ateos es decir que Dios es el producto de la imaginación del hombre. Bueno, este es un punto que lo podremos desarrollar muy muy después, porque la verdad creo yo que vamos a estudiar más acerca de lo que en realidad nos interesa, que es conocer cuál es nuestra relación en Cristo Jesús, entonces vamos a mirar cómo es que los apóstoles, teniendo a Cristo, no logran entender estas palabras cuando Cristo dice, les conviene que yo me vaya, Cristo les está dando la misma información que le dio a Ezequiel, porque Él es la palabra de Dios, esto ya lo vimos en otro audio, Cristo Jesús es la palabra, ¿por qué?, porque el verbo se hizo carne, la palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros y nos mostró toda su gloria, esto es de lo que está hablando Cristo Jesús, les dice, yo ya esto le dije a Ezequiel, voy a infundir mi espíritu en ustedes para que ustedes sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes, bueno, no se entendió, claro que lo entendieron luego cuando Cristo ascendió y vino sobre ellos, 50 días después el poder del Espíritu Santo los llenó y empezaron a darse cuenta de cuán sentido tenían las palabras de Cristo Jesús, porque lo estaban viviendo, y esta es la invitación que todos nosotros hacemos a aquel que tiene dudas o por primera vez o pensaste que ya fallaste y que ya no tienes oportunidad delante de Cristo Jesús, no es así, no es así, transcurridos estos podcast vas a darte cuenta de que tal vez posiblemente nunca estuviste en Cristo Jesús, que guardaste una buena religión, buenos hábitos, buena moral, buena conducta, como todos los fariseos del tiempo de Cristo Jesús, pero no estuviste en Él, ¿por qué?, porque posiblemente no naciste de nuevo, y para nacer de nuevo primero hay que morir, y para morir hay que estar en la cruz, por eso Cristo Jesús dice toma tu cruz y sígueme, recuerda que ahí quedaste tú y ahora yo vivo en ti, entonces pasamos a ser de vasos de deshonra a vasos de honra, por lo tanto y esta es la primera gran lección, el templo somos nosotros, y esto conoce todo cristiano que lee la Biblia, somos el templo del Espíritu Santo, ya no necesitas un templo físico, más allá del tema de congregarte y compartir con hermanos, pero Dios dice claramente en su palabra, ya nadie te enseñará, soy yo quien va a enseñarte, soy yo quien va a instruirte, vamos a verlo en donde dice esto, en Jeremías 31, 31 dice, he aquí, vienen días dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, ya vamos a entender porque habla de la casa de Israel y porque habla de la casa de Judá, luego dicen el 32, no como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová, pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová, daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios y ellos me serán por pueblo, y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo, conoce a Jehová, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová, porque perdonaré la maldad de ellos y no me acordaré más de su pecado. Bien, esto es lo que Cristo Jesús habla y les dice a los apóstoles, les conviene que yo me vaya, les conviene que yo no esté ya más entre ustedes, vine a cumplir porque tenía que ser como uno de ustedes para hacer el precio del pago de la justicia de Dios, algo perfecto, ¿por qué? Porque él no cometió pecado, él nunca, nunca transgredió la ley y tampoco se dejó vencer por la muerte. Entonces al cumplirse todo esto, Cristo Jesús les dice, miren, todo esto va a pasar para que este antiguo pacto ya deje de ser y empiece este nuevo pacto. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos pactos? En el uno, Dios instruía a una persona, hablaba como habló con Moisés, recuerda en esta parte del capítulo dos de No se trata de mí, Moisés ansía con todo su corazón tener a Dios, es decir, estar en su presencia, compartir con él, tocarlo, mirarlo, sentirlo. Y Dios le dice, no puedes, porque ningún hombre me verá y vivirá. No, Moisés, no lo puedes hacer. Voy por todo tu entusiasmo y afán de conocerme, te voy a permitir que me veas, pero lo más mínimo, porque si no vas a morir. Y esa es la diferencia no era la propuesta de Dios para Moisés. Pero Dios le indica a Moisés como nos indica a nosotros, quien por cualquier sentido incluso haya hasta sido escogido por Dios, no puede llegar a establecer un pacto de intimidad con él, más allá de los términos en que Dios por su condición, la persona escogida de ser humano, le pueda otorgar ciertos privilegios para poder comunicarse con él. Pero Cristo Jesús es diferente, Cristo Jesús es Dios en la tierra, es el mismo encarnado para mostrarnos que hay una manera de llegar a estar en intimidad con Dios, incluso en esta condición humana que se perderá en la tierra y los huesos se harán polvo y la carne se hará polvo y terminaremos todos en un hueco, pero el espíritu con la promesa cumplida de estos pactos que están en Ezequiel y en Jeremías, con la preciosa resurrección y la sangre de Cristo Jesús, se cella ese nuevo pacto y todo vuelve a Dios. ¿Por qué? Porque él ya puso en nosotros su espíritu y al ser su espíritu, es decir, Cristo mismo en nosotros, al dejar este tiempo, nuestro espíritu vuelve porque está en el espíritu de Dios hacia Dios. De otra manera, no hay forma en que una persona muera y esté en la presencia de Dios, no hay forma. Si no estás en Cristo Jesús, no regresarás a él porque no estás en él y como no estás en él, el espíritu de Dios nunca descendió hacia ti, por lo tanto, no volverá hacia él. Pero si estás en Cristo Jesús, tú volverás a él. Esto es un poco complicado de entender, pero se ve más claramente cuando Cristo les habla a sus apóstoles, a sus discípulos e incluso le dice a Felipe cuando éste le dice, Señor, muéstranos al Padre y Cristo Jesús le dice, ay, Felipe, tanto tiempo que estoy contigo, con ustedes, ¿y no me conoces todavía? ¿No entiendes que el Padre y yo somos uno, que él está en mí, yo estoy en él y todavía me dices muéstranos al Padre? Esto es de lo que habla Cristo Jesús y esa es la relación que tienes con él. Por lo tanto, si algún momento de tu vida le pidiste a Cristo Jesús que le diera paz, paciencia, bueno, el saber que estás en Cristo Jesús, tu vida va a dar un fruto porque es él obrando en ti. ¿Cómo sabes que está obrando Cristo Jesús en ti? Porque tu fruto va a ser gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, templanza, amor, dominio propio. Ese es el fruto del espíritu, pero no es un fruto del espíritu hecho por Fernando después de haber levantado la mano en la iglesia y decir que aceptó a Cristo Jesús. No, de ninguna manera. Es más, puedes haber hecho eso y caer diez veces, lo que significa que nunca estuviste en Cristo Jesús, conviviendo con él, estando en él. Sé que es complicado entender esta relación porque nuestra carne, nuestro hombre natural siempre va a pedir una explicación más amplia. Por eso todo esto se basa en la fe. Lo seguiremos hablando en el próximo podcast. Bendiciones. Hasta pronto. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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