Details
Nothing to say, yet
Nothing to say, yet
Listen to Episodio #7 (Completo) by Emanuel J. Soto Blas MP3 song. Episodio #7 (Completo) song from Emanuel J. Soto Blas is available on Audio.com. The duration of song is 35:05. This high-quality MP3 track has 125.238 kbps bitrate and was uploaded on 17 Jun 2024. Stream and download Episodio #7 (Completo) by Emanuel J. Soto Blas for free on Audio.com – your ultimate destination for MP3 music.
Pero dice la palabra, que el que dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Ya con eso, ya estamos en unas desventajas ridĂculas. Y por eso hay que ir a donde el Padre, para que Él nos salve. Él los tiene que salvar. Nosotros no tenemos que salvarnos. Él, en su misericordia. Dice Dios mismo, sed santo, porque yo soy santo. Si me voy a atrever a decir esto, Dios nos llama a la perfecciĂłn. AcostĂşmbrate que tĂş no vienes primero, Dios viene primero. En todo, hasta en tus oraciones, Él viene primero. Bienvenidos al podcast, el libro abierto donde las conversaciones son filtradas por la palabra. Junto a Emanuel Soto y Jean Carlos Natal. Y si es la primera vez que escucha uno de nuestros episodios y estás buscando sanas conversaciones centradas en la palabra, este es tu programa. Nos puedes seguir y suscribirse en las plataformas en las que nos encontramos. Entre ellas estamos en Spotify, YouTube, Apple Podcasts y entre otros. TambiĂ©n, si nos deseas seguir en nuestra página de Facebook, nos puedes dar like y seguirnos para estar al tanto de lo que estamos haciendo. Y sin más preámbulos, vamos a comenzar el episodio que es titulado LA ORACIĂ“N NO ES REMPLAZO DE LA OBEDIENCIA. ¡Claro! ¡Este tema! Esto es el capĂtulo 5 del libro que estamos usando de referencia de A.W. Tozer, titulado LA ORACIĂ“N. Oye Jean, hablando de eso mismo, simplemente considerando el tema, que la oraciĂłn no es reemplazo de la obediencia, ÂżquĂ© es lo primero que te pasa por la mente? ÂżSabes lo primero que me pasa por la mente? O sea, la que pasa de la gente es como, ah, ÂżcĂłmo es eso? Pero yo oro, yo estuve diciendo que no me jodĂ, yo estoy orando cajato, yo oro todos los dĂas, yo oro diez veces al dĂa, yo peleo con Dios, yo oro para que me conteste, yo lucho cajato, le pido a Dios que me bendiga, que me bendiga, que me dĂ© esto, que me dĂ© el trabajo, que me dĂ© el cajo, yo quiero el Mustang. Pero no, porque Dios no me contesta. Si yo estoy orando, yo voy a la iglesia, yo estoy orando, ÂżquĂ© más yo puedo hacer? No entiendo. Eso es lo primero que te pasa, Âżverdad? La realidad es que a mĂ, por ejemplo, cuando yo pienso en eso que la oraciĂłn no es reemplazo de la obediencia, me pone a pensar mucho porque no podemos negar que la Biblia sĂ habla de que debemos orar, incluso dice muchas veces, orad sin cesar, y eso es un mandamiento. Y a la misma vez está diciendo que esa oraciĂłn no puede reemplazar la obediencia, quiere decir que hay otra área en nuestra vida donde Dios nos llama a la obediencia que no podemos ir. Pura obediencia. Pura obediencia. Por ende, esta es la primera pregunta que deseamos tocar porque, de forma curiosa, el capĂtulo donde estamos leyendo habla del avivamiento y toca de que nosotros queremos ver un avivamiento pero muchas personas oran solamente pero no quieren verlo. ÂżQuĂ© es el avivamiento? Pues fĂjate, eso es una buena pregunta, y conseguĂ especĂficamente dos citas de dos evangelistas, uno de ellos bien reconocido en AmĂ©rica, y una de las citas de B.B. Graham, donde dice todo avivamiento que ya aconteciĂł en la historia del mundo o en la historia de la iglesia dio gran Ă©nfasis a la santidad de Dios. Incluso yo estaba comentando allá en Carlos de que cuando habla de santidad de Dios hay un cierto Ă©nfasis a la obediencia. Sin embargo, viene Leonard Ravenhill y dice el despertamiento, como se dice en inglĂ©s el awakening, hablando de un avivamiento viene como resultado de una secciĂłn de la iglesia limpia, humillada e inclinada con sĂşplicas de intercesiĂłn. Leonard Ravenhill era bien conocido por escribir mucho sobre la oraciĂłn y el avivamiento. Oye, Yanni, hablando con esas dos citas, ahora, ÂżtĂş crees que el avivamiento está claro? Pues yo creo que sĂ. Si me habla con evento, como dices, es un despertar, que me está llamando a mĂ a obedecer. Y no solamente en tĂ©rminos de cuando uno se pone a orar y tĂş ves que no es lo suficientemente simplemente orar sino despertar y obedecer. Levantarte y caminar. Y además que la autora acaba de mencionar que parece un personaje de Harry Potter con ese nombre en el arte en Ă©l. Se une bien brutal con Bill Graham, Âżverdad? Y los dos hacen el mismo punto en diferentes palabras pero van en mano en mano. Incluso, mira, aquĂ entonces tenemos que hacer nuestra pregunta. ÂżCuál es o quĂ© es lo que causa un avivamiento en nuestros tiempos? ÂżEs la oraciĂłn o es la obediencia? Y la respuesta que llegamos a concluir fue esta. SĂ. Ambos, ambos tienen que ver. Ambos son importantes, tanto la obediencia como la oraciĂłn son necesarias e importantes si es que queremos ver un despertamiento un avivamiento en nuestros tiempos. Incluso, hablando de la obediencia es primera de Juan capĂtulo 3 versĂculos 21 y 22 donde dice Amados, si nuestro corazĂłn no nos reprende, confianza tenemos en Dios y cualquier cosa que pidiĂ©ramos le recibiremos de Ă©l porque guardamos su mandamiento y hacemos las cosas que son agradables de la vida de Ă©l. VersĂculo que yo sĂ© que todo el mundo ha escuchado hasta las personas que no asisten mucho a la iglesia yo lo he escuchado desde pequeño, pero nunca y Ă©l lo dice tan claro, pero nunca en mi vida he dicho, ok, lo llamo a orar y lo dejamos hasta ahĂ. Pero Ă©l lo dice claro, a seguir la obediencia y los mandamientos. Se lo llama a orar, pero le hace Ă©nfasis además de a seguir haciendo sus mandamientos. Por ende, orar no es excusa. Exactamente. Incluso uno de los mandamientos que habla más adelante en esos versĂculos es creer en Cristo JesĂşs como Señor y amarse los unos a los otros. Y fĂjate, esto me vino ahora mismo a la mente. Gente, nosotros queremos ver un avivamiento un avivamiento donde toda la iglesia estĂ© envuelta donde todo cristiano estĂ© envuelto en orar, en obedecer. Pero cuál es uno de los mandamientos más importantes? Amarse el uno al otro. Pero dice la palabra que el que dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Se le contradice. Se está contradiciendo. Por ende, su obediencia no es válida. Y ya ahorita vamos a leer una cita de W. Tozer que por lo menos en lo personal, a mĂ, me impactĂł en gran manera. Pero, de nuevo, las dos cosas son importantes para un avivamiento. Para mucha gente es más fácil orar orar especĂficamente hasta por el avivamiento que obedecer la palabra de Dios. Y mira, cuĂ©ntame pensar, si queremos ver gente convirtiĂ©ndose en masa, Âżverdad? Porque queremos ver mucha gente convertida. Gente que se arrepienta de sus pecados y venga a los caminos de Dios y ponga su fe en Cristo. Eso más no ocurre si alguien está predicando la palabra de Dios. Si alguien está predicando el Evangelio dice que la fe viene por el oĂr y el oĂr la palabra. Pero si no hay nadie que predique. Si no quedamos orando y nadie se para y camina y se tira de pecho a donde están esa gente, a donde necesitan escuchar, lo haces escuchar. Exactamente. Y mira, no estoy diciendo que no se debe orar por las personas. Al contrario, mucha gente ha venido a los caminos de Dios porque hubo tal vez una mamá o un amigo que estuvo orando por esa persona constantemente, porque tal vez esa persona ya escuchĂł el Evangelio, y al rato en base a esas oraciones Dios en su misericordia salvo a la persona. Pero no podemos negar que tambiĂ©n hubo alguien que le predicĂł a esa persona. Tuvo que escuchar, porque si llega a un sitio es porque ha escuchado la palabra de Dios. Eso es fácil. Estamos tan bendecidos. Especialmente vive en Puerto Rico, que yo creo que esto es una isla que, comparado con muchos paĂses, estamos bien conectados a lo que es JesĂşs y la religiĂłn. Porque entre más grande la ciudad, yo vivo en Connecticut, en Oregon, y se ve. Yo he visto los ojos muertos de las personas, conversaciones frĂas y blandas. Pero cuando yo llego a Puerto Rico, el Ăşnico sitio donde yo escucho Dios te bendiga en todos lados. Y no es que estoy diciendo que todos somos los más cristianos, porque tĂş puedes decir Dios te bendiga y no ser un cristiano. Pero más nada por ese aspecto, yo creo que la gente tiene a Dios en la lengua, o por lo menos escucha más de Dios que en cualquier lugar, a un nivel que te influye, aunque tĂş no asistas. Está en tu diario vivir. Los puertorriqueños somos todavĂa, gracias a Dios, que nuestra generaciĂłn y nuestros elders, nuestros ancianos, los han tenido constantemente. Incluso, estamos viviendo en una naciĂłn, no solamente la naciĂłn puertorriqueña, sino tambiĂ©n la naciĂłn americana, donde hay muchos cristianos nominales, que son de nombre. Muchos cristianos de nombre, pero bien poco de corazĂłn. Y aquĂ es que donde aplica cuando JesĂşs le dice a los fariseos, este pueblo de labios me honra, mas su corazĂłn está lejos de mĂ. Y yo entiendo que esto aplica perfectamente al tema que estamos hablando, porque muchos de nosotros estamos buscando obedecer a Dios a media, y no por completo. Cuando nosotros leemos la Biblia y vemos las partes donde nos llama la obediencia, que eso vamos a discutir como Ăşltimo punto, debemos entender que la obediencia es un tema serio. Incluso, como hablĂł Billy Graham, que un avivamiento se centra en buscar la santidad de Dios. Dice Dios mismo, sed santo porque yo soy santo. Y me voy a atrever a decir esto, Dios nos llama a la perfecciĂłn. Y ok, tĂş dices, pero Ernesto, ÂżdĂłnde tĂş puedes justificarme que esto es fácil? Vámonos al libro de Mateo, donde JesĂşs mismo dice, sean perfectos como su Padre, que está en los cielos, es perfecto. Por ende, el estándar es absoluto, el estándar es perfecciĂłn. Una pregunta ella, ÂżtĂş y yo podemos llegar a ese estándar? Literalmente, no, nunca. Nacimos en pecado, ya con eso ya estamos en una desventaja ridĂcula. Y por eso hay que ir a donde el Padre para que Ă©l nos salve, Ă©l nos tiene que salvar. Nosotros no tenemos que salvarnos. Él, en su misericordia. Y cuando JesĂşs muchas veces lo menciona, sĂgueme, sĂ, Ă©l le dice asĂ, sĂgueme en lo que es Cristo, sĂgueme a mĂ en lo que es creer, pero tambiĂ©n es, sigue mis pasos, sĂ© como yo. Como Ă©l lavĂł los pies, nosotros debemos lavar los pies a todo el mundo. Nuestro hermano, como nuestro hermano. Hay que imitar a JesĂşs, literalmente, imitarlo. Yo aprendĂ eso desde chiquito, yo decĂa, yo quiero ser como JesĂşs, ÂżquĂ© JesĂşs harĂa en esta situaciĂłn? JesĂşs se enojarĂa. O sea, pensamiento asĂ, tĂş dices, ah no, pero yo me acuerdo que la gente me decĂa, pero JesĂşs nunca va a ser como JesĂşs, esa mentalidad está mala. Yo sĂ© que yo nunca voy a ser como JesĂşs, pero si yo me voy con esas cruzas, nunca voy a ser nada. Eso es asĂ. Incluso, mĂrate esto, la Biblia nos promete que seremos semejantes a Ă©l en la eternidad. Dice además en Romano 8, que nosotros Dios nos escogiĂł desde antes de la fundaciĂłn del mundo para que seamos como el Hijo, para que seamos como JesĂşs, para que sea el mayor entre muchos hermanos, incluso en otros lugares de la Biblia, habla de la realidad de que vamos a ser semejantes a Ă©l con un cuerpo glorificado. Gente, eso me para los pelos, pero ahora mismo, en esta tierra, obviamente no seremos perfectos, pero si no podemos negar y no podemos bajar el estándar, Dios está diciendo, ser santo como yo soy santo, ser perfectos como yo soy perfectos, y cuando usted peque, arrepiĂ©ntase de su pecado, confiĂ©sese a Dios porque Dios te va a perdonar en su misericordia, pero siga caminando en voz de ese estándar que Ă©l puso y no te atrevas, no te atrevas a cambiar ese estándar, porque entonces está ignorando por completo lo que la palabra enseña acerca de una santidad pura que a Dios le agrada, una santidad que es por fe. Yo creo que estamos claros con eso, Âżverdad? Ahora bien, mira lo que dice A. W. Towson, que esta cita yo entiendo que con esto ya terminamos el episodio, pero claro, ya terminamos. Pero mĂrate esto, orar por avivamiento, cuando se pasan por alto o se incumplen los preceptos claramente consignados en las Escrituras es un desperdicio de palabras y ninguna soluciĂłn. Perdona que me rĂo, pero mira que le está diciendo, mira, si tĂş estás orando por un avivamiento, pero no está en tu corazĂłn obedecer ninguno de los mandamientos de Dios, tĂş estás botando aire por tu boca. Está haciendo juido, un juido que Dios no le interesa escuchar porque tu corazĂłn no está envuelto en la obediencia. Oye Jan, ÂżquĂ© tĂş piensas de eso? ÂżTĂş crees que hay mucha o poca gente asĂ que se llama a ser cristiana? Son una gran mayorĂa. Y no lo digo porque yo me creo mejor, lo digo porque yo era uno de ellos. Y es bien fácil caer en esa trampa, en esa ilusiĂłn, porque no es ni culpa de nosotros, bueno, culpa de nosotros como humanos, pero como individual fuimos criados en lo que siempre te hablan ellos, orar. Y una vez que orĂ©, ya nadie nunca me puso la importancia de obedecer. Nadie me dijo a mĂ algo tan fuerte como, ÂżtĂş oras bien? ÂżObedeces? Pues Âżpara quĂ© tĂş oras? Ah, pero eso era como que muy intenso. Se supone. Orar, aceptar a JesĂşs, te lleva de tus pegados, pero todavĂa tienes que obedecer. ÂżCuál es el problema? El problema es que el mensaje o el llamado a la obediencia no es una predicaciĂłn famosa hoy dĂa. Incluso es más fácil predicar. Dios te va a dar esto, es más fácil predicar. TĂş vas a recibir todo lo que tĂş pidas mientras lo pidas con fe. Es bien fácil decir eso. El invitado especial que me va a profetizar que voy a estar aquĂ dos años con un Lamborghini, ahĂ me lo va a dar. Eso sĂ yo lo quiero. Pero cuando te dicen, si vas a recibir lo que Dios te dio, pero no te olvides que una de las razones por las que Dios no te contesta es porque tĂş estás viviendo en obediencia, como dijo el apĂłstol Juan, porque estamos haciendo lo que le agrada a Él. Entonces Dios te va a escuchar tu oraciĂłn. AhĂ es donde decimos, espĂ©rate, como que esto está muy difĂcil y no es muy famoso. AcostĂşmbrate que tĂş no vienes primero, Dios viene primero en todo. Hasta en tus oraciones, Él viene primero. Si tĂş estás orando por... porque todos oramos, todos tenemos nuestras dificultades y no son oraciones ni malas, pero acuĂ©rdate, Dios viene primero. Eso es asĂ. Dice Santiago capĂtulo 1, un versĂculo que hemos leĂdo en episodios anteriores. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabidurĂa, pĂdale a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y les será dada. Hasta ahora estamos bien. TĂş se lo pides a Dios y Él te lo va a dar y te lo va a dar en abundancia. Pero no ignoremos lo que dicen adelante, pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. Dice, no piense pues quien tal haga que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Y ese final ahĂ es importante, inconstante en todos sus caminos. Porque es mismo Santiago donde en el capĂtulo 2 Él habla de que la fe sin obras es muerta. Cuando tĂş dices, yo tengo fe, pero estoy dudando, es porque honestamente tienes que preguntarte si lo estás viviendo en obediencia. Eso va mano en mano, cuando tĂş tienes fe tĂş vas a orar, tĂş te has llamado a orar, te lo enseñan desde chiquito. TĂş no vas a donde un cristiano y te dice, ah, ÂżtĂş crees en Dios? SĂ, ÂżtĂş oras? No, pues tĂş no crees en Dios. Dice, no, pero yo creo en Dios. ÂżY por quĂ© tĂş no estás orando? Porque tĂş no hablas con tu padre. Si tĂş crees en Ă©l, Âżpor quĂ© tĂş no puedes tener una conversaciĂłn? Dice, pues fine, ya estoy orando. Ahora que estás orando, Âżestás haciendo su voluntad? ÂżEstás haciendo los mandamientos? ÂżEstás siguiendo sus pasos? No, porque tĂş estás orando. Si tĂş ahora hablas con tu padre y no lo conoces, no sigues sus pasos, no lo haces. Incluso, si no estás obedeciendo y te estás dando cuenta de que no estás obedeciendo, tu oraciĂłn ahora debe cambiar a esto. Señor, perdĂłname por mis pecados y ayĂşdame, enséñame cĂłmo obedecerte y seguir tus pasos, porque ahora mismo no lo estoy haciendo. Tienes que reconocerlo, sabes, si vas a orar, pero reconoces que no estás viviendo en obediencia, es un buen momento como cristiano, arrepentirte y empezar a orar, que Dios te ayude a cambiar, y entonces tĂş empezar a moverte en pos de eso. No es decir, señor, ayĂşdame a entender la Biblia y no leer la Biblia. Eso no tiene sentido en lo absoluto. No es decir, señor, ayĂşdame a amar al prĂłjimo y a los dos segundos yo estoy maldiciendo a la persona. No me hagas eso. Hay que poner esto aparte. SĂ. Mira, es como perdĂłname, ya. Es que, mira, la gente viene y me dice a mĂ, señor, dame paciencia, pero a los dos segundos se enfogona y ya tienes que aventar las cosas. O sea, dame paciencia, pero no estoy dispuesto a utilizar el dominio propio que el EspĂritu Santo me da. Si tĂş eres salvo, y aquĂ paro un momento porque tengo que volver. Mira, si tĂş eres salvo y el EspĂritu Santo está dentro de ti, dice la palabra que uno de los frutos del EspĂritu es el dominio propio, pero en cada dos o tres segundos yo me estoy irritando, hay dos posibilidades. Que como cristiano, todavĂa estoy inmaduro, necesito arrepentirme y tengo que caer en conciencia. O la otra opciĂłn, tĂş no eres salvo de verdad. Tienes que arrepentirte de verdad y tienes que ir a los caminos de Cristo de verdad. Si tĂş no estás dando frutos de obediencia, esas son las dos opciones. O eres cristiano y tienes que empezar a mejorar en esas partes, empezar a arrepentirte y caer en tiempo, o no eres cristiano de verdad y tienes que arrepentirte de verdad. Y en el futuro ustedes van a ver que en este mismo libro vamos a hablar de la oraciĂłn y la obediencia, cĂłmo trabajan en fuentes, prácticas, cĂłmo es orar por orar, situaciones donde orar es suficiente, situaciones donde tĂş no tienes ni que orar. Eso es nada fuerte, como que no tengo que ni que orar, porque tĂş no vas a orar, señor yo tengo sed, necesito agua y la pluma está al lado tuyo. Levántate y sĂrvete agua. Y darle gracias a Dios que tienes agua. Esa puede ser tu oraciĂłn, pero tĂş no ores, tĂş no vayas a beber de algo que tĂş tienes las fuerzas, la capacidad de hacer, pero tĂş te quedas orando y nunca haces nada. Dios va a estar, levántate pero joven. Papá, eso está perfecto, porque Santiago 2, Âżsabes lo que dice Santiago 2? Más adelante, dice, si tĂş ves a un hermano tuyo en la fe que no tiene ropa, está desnudo en la calle, y tĂş le dices, espero que te vaya bien, Dios te bendiga, pero no le da la ropa, ni le da el alimento que necesita. Esa fe tuya no sirve de nada. Que Dios te ayude, porque yo no. Es cierto. Dios te bendiga y te multiplique. Yo teniendo jopa de más, Dios te ayude y te bendiga y te multiplique. Gente, si tĂş no amas a tu hermano, dice Juan, porque Juan y Santiago en los dos se complementan muy bien, es que la Biblia se complementa bien, pero cuando vienes y tĂş ves a un hermano en necesidad, no lo ayudas, dice que el amor de Dios no está en ti. Porque muchas veces cuando Dios te, Él usa el ejemplo de la valoraciĂłn de una persona, tĂş tienes que imaginarte que toda persona que tĂş veas es JesĂşs. Cuando tĂş ves una persona y tĂş reproches y hagas, ay, uy, es un pobre, pero va a usarlo para droga, piensa, si ese fuera JesĂşs, yo sĂ© que tĂş haces, toma, tĂłmate, ahĂ mismo te esnĂşas y le das porque es JesĂşs. Hombre, es JesĂşs, Él merece todo. Porque tĂş no puedes tener por lo menos la mitad de esa mentalidad que cuando tĂş ves a un hombre por lo menos la camiseta, pero si tĂş le reprochas y lo que hace es criticarlo y decir, ah, quĂ© asco. Incluso, con lo que está diciendo ya en Carlos, ÂżquĂ© diferencia hay entonces entre nosotros y los fariseos que JesĂşs critica? Cuando hacemos ese tipo de actitud, de que vamos a menospreciar a los demás porque no merecen nuestro amor, quĂ© diferente somos a los fariseos que JesĂşs mismo que literalmente le dice, ustedes son sepulcro blanqueado, por dentro están muertos, por fuera se ven hermosos, pero por dentro están muertos. Gente, gente, gente, tenemos que entender la obediencia es un llamado de Dios innegable. ÂżSabes? Una de las evidencias de que Dios salvĂł a una persona es que está viviendo en obediencia. Gente, no estoy diciendo que las obras son la base de nuestra salvaciĂłn. Las palabras claras de que somos salvos por gracia, solo por medio de la fe, y eso no es de nosotros, no es por obras para que nadie se glorĂe. La Biblia es bien clara en eso, y eso es lo que se predicamos aquĂ. Gente, la Biblia es clara cuando dice que somos salvos por fe, pero tambiĂ©n es clara diciendo que cuando Dios te salva y eres salvo y limpio de tus pecados por lo que Cristo hizo en la cruz, tĂş vas a dar fruto porque estás unido a JesĂşs. ÂżCĂłmo yo puedo distinguir entre un cristiano y un no cristiano? Miren los frutos. Nosotros somos semillas, el Señor siembra en nosotros. Es claro que va a haber frutos. Tiene que haber. Tiene que haber. Incluso yo lo he dicho en ocasiones, en una ocasiĂłn que tuve la oportunidad de predicar, dije, gente, si el EspĂritu Santo habita en el corazĂłn de una persona, es imposible, y dice el Ă©nfasis, es imposible que en esa persona no hayan frutos. Porque si el EspĂritu Santo y la gracia de Dios que lo salvĂł está en Ă©l, la gracia tiene el poder para transformar a un individuo, no solamente salvarlo y dejarlo igual, no, lo salva y lo transforma, una nueva criatura. TĂş no puedes negar el testimonio de la Biblia. Es por eso que el Ăşltimo punto que vamos a tocar es, mira, donde la Biblia te llama a la obediencia, obedece. ÂżQuĂ© tĂş puedes abundar ahĂ, Giancarlo? Que es bien claro en los tĂ©rminos de obedecer y que van junto con la oraciĂłn, y a mĂ me tomo, leyendo este mismo capĂtulo, lo que ustedes están escuchando, fue buen choque en mĂ. Porque uno piensa que obedece. Porque no te va a decir, ah, yo nunca pensĂ© en obedecer. O sea, nosotros lo inventamos en nuestra ignorancia, pensamos que obedecemos, pensamos que haciendo lo mĂnimo es suficiente para siempre. Pensamos que haciendo lo mismo que un convertido reciente, o alguien que no es convertido, es lo mismo. Estamos en tiempos tan tristes donde yo no sĂ© diferenciar a un convertido de ayer a un convertido de hace diez años. Porque ninguno de los dos ha tenido fruto. Porque los dos hacen lo mĂnimo. Los dos oran y cuidan. Oran y oran de vez en cuando. Incluso dicen, Dios me entiende. Yo estoy en donde yo soy, y por eso a mĂ me encanta lo que tĂş habĂas dicho de MartĂn Lutero, que lo oraba un montĂłn. Y despuĂ©s, entre más, pues sabes, Ă©l más ocupado estaba, le dicen, Âży ahora? ÂżMe imagino que oras menos? Dicen, no, ahora oro más. ÂżCĂłmo es eso? Entre menos tiempo tĂş tienes, entre más difĂcil, entre más apretado tĂş estás, más tĂş oras. Más tĂş dices. Ignora lo que me está encima de mĂ. Dios primero siempre. Eso es asĂ. Es que hoy dĂa, y yo entiendo que eso en parte es la influencia de nuestra cultura y la costumbre secular de este mundo, especialmente en Estados Unidos y en Puerto Rico. Estamos viviendo una vida ajetreada, pero ajetreadĂsima. Al nivel donde a mĂ me ha pasado, en un dĂa, yo no tengo break de respirar casi, yo llego a casa, una cosa, brinco la otra, Âży quĂ© pasa? Si yo me dejo llevar por ese gizmo que me pasĂł por un tiempo, me dejo llevar por ese gizmo, y digo, ay, men, que oral ahora, es como que no tengo break. Eso es lo que te va a pasar por la mente, la tentaciĂłn está, el diablo no quiere que tĂş ores, esa es la realidad. Llegar a un gizmo bien monĂłtono te convierte en un robot. Exacto. Hasta las cosas que tĂş haces para Dios, harás rutina. Ya no le da la infancia en el amor. SĂ, no lo hace de corazĂłn, no lo está haciendo de corazĂłn. Y eso se debe a que estamos viviendo en una sociedad donde cada vez más estamos más y más ocupados. Si estamos ocupados, es donde más debemos orar, honestamente. Si estamos bien ocupados, es donde más debemos orar, porque tal vez hay ciertas cosas que tenemos que empezar a dejar, porque honestamente, no todo a lo que le dedicamos tiempo glorifica a Dios, hay que entender eso. Hay que haber sacrificio. Claro, incluso, si tĂş ves que todo lo que tĂş estás haciendo te está impidiendo orar, de leer la Biblia, incluso de obedecer, yo te voy a decir algo y te lo voy a decir de buena gana, como un amigo y tambiĂ©n un hermano en la fe. Deja un par de cosas, sacrifica un par de cosas, más importante es tu salvaciĂłn que el dinero. Te lo voy a decir asĂ. El dinero no te va a ganar la salvaciĂłn. Dijo JesĂşs, Âżde quĂ© le va al hombre ganarse el mundo entero y al final perder su alma? Él viene a mĂ diciendo, como que no, es que tengo que hacer todo esto. Gente, digamos que tĂş estás embrollado, tienes deuda. Y pues tienes que trabajar, porque esa es la realidad, tienes que trabajar. Pero, tĂş empiezas a trabajar de más al punto donde no tienes tiempo para Dios. Y aquĂ tĂş dices, no, yo creo en Dios, pero pues a veces a mĂ me hace difĂcil y quĂ© sĂ© yo. No te estoy echando la culpa en eso, Âżverdad? Porque yo no conozco tu citaciĂłn, tampoco te voy a decir que no tienes que hacerlo. Pero te tienes que entonces preguntar ÂżdĂłnde vas a poner a Dios entonces? ÂżCuál es tu lĂmite? O sea, ÂżdĂłnde tĂş vas a tener Dios en tu vida? Dios en tu vida tiene que ser como muchas cosas. Cuando tĂş planeas tu hijo, tu esposa, los tiempos que tĂş le dedicas a tu esposo, los tiempos que tĂş le dedicas a tu hijo, los tiempos que te dedicas a ti mismo, ÂżdĂłnde está Dios? Dios tiene que estar ahĂ y tiene que ser el más importante, tiene que ser primero, primero que tu esposa, primero que tu trabajo. A mĂ me dedica, me dedica, me dedica. Lido, Lido, Lido. A mĂ, hablando de mĂ, yo lo he pensado mucho. Si me pudieran ofrecer ahora mismo un puesto de gerente en una tienda, Âżsabes quĂ© yo dirĂa? Estás loco tĂş. Porque yo ya he visto los gerentes. Por eso yo los respeto. Y no es que son los duros, que me operan. Ellos viven ahĂ. Yo los veo que entran a ocho de la mañana con esos salarios fijos, porque a ti te dan un salario fijo, y tĂş no sales de ahĂ hasta que tĂş hagas, hasta que la tienda estĂ© en orden. Si algo pasa, aunque tenga que quedarte ahĂ durmiendo, tĂş lo haces. Aunque tenga que ir en Navidad, aunque tĂş tengas que no ir a tu propia boda, porque algo pasĂł en la tienda, porque se rompiĂł un tubo, tĂş tienes que ir y estar allĂ mirando a lo que le hacen. Yo he visto esas cosas. Yo veĂa uno de mis gerentes, me contaban, que yo nunca tuve la salida a verlo, porque yo no se lo hubiera hecho. Él llegaba a ese trabajo a llorar. A llorar. Se iba atrás. En las gondas de atrás, no nadie lo ve. A llorar. Por las cosas que le pasaban en la vida, los sacrificios, perdiendo sus relaciones con pareja, con familia. ImagĂnate la relaciĂłn con Dios, porque ellos viven ahĂ. Por eso si a mĂ me ofrecen eso, yo digo, no. Yo no estoy dispuesto a dar mi vida por ese dinero. Porque yo no voy a estar 16 de mis horas dedicándole a un empleo que, al fin y al cabo, no me da nada a mĂ. Y, tristemente, no da nada para la sociedad. No estoy predicando la palabra, no estoy haciendo nada. No puedo ni ir a la iglesia porque tengo dos domingos y tengo que estar ahĂ de gerente. Cosas asĂ es demasiado. Esa historia está demasiado impactante. Y creo que es un perfecto ejemplo de, mira, que tĂş tienes que empezar a dejar que te está consumiendo demasiado tiempo, para que empieces a dedicar tiempo al Señor. No solamente en la oraciĂłn, no solamente en la lectura de la Biblia, sino en la obediencia a la palabra de Dios. Si tĂş vas a invertir en algo, te voy a decir algo, invierte en lo eterno. No inviertas en lo terrenal. Dice JesĂşs que debemos acumular tesoro en los cielos, donde la polilla ni el orin se cuela. Incluso, tambiĂ©n nos deja bien claro que todo aquĂ, en esta tierra, todo lo temporero, lo vamos a perder. Por ende, ponte a pensar. Pon una balanza. ÂżQuĂ© es mejor? ÂżUna eternidad con Cristo? ÂżO placeres temporeros que me van a llevar a una eternidad sin Él? Yo cambiĂ© de perspectiva cuando yo me enfocaba en las metas. Esto puede ser un enfoque tuyo ahora mismo, que estás escuchando esto. Estás enfocado en tus metas. Yo era asĂ. Yo me enfocaba mucho en las metas. Yo hablĂ© mucho en el primer episodio de mi testimonio. Yo me enfocaba en las metas fĂsicas, en lo que yo podĂa hacer aquĂ en unos meses. DespuĂ©s yo lleguĂ© a una conclusiĂłn, despuĂ©s que me convertĂ, fue ÂżquĂ© es lo que yo voy a pensar cuando yo estĂ© en mis Ăşltimos momentos en mi cama? Va a ser conseguir el cajo, conseguir la promociĂłn, quĂ© bueno que hice esto, mi trabajo, mi cuenta de banco. Yo dudo que yo piense en todo eso. Yo digo pensar en eso, ¡quĂ© triste! No, yo lo que voy a pensar es ÂżquĂ© yo hice con mi vida? Hice algo bueno. DejĂ© a mi hijo bien. Le enseñé Dios. Eso no va a ser el Ăşltimo pensamiento porque despuĂ©s de ahĂ, en tu Ăşltimo momento, o no hay nada y no pasĂł nada o hay todo y lo perdiste todo. Eso es asĂ. Eso es un miedo que tienes que tener. Eso es asĂ. Y por eso es que algo que se pueden llevar para terminar este episodio. Gente, Ore. Busca a Dios en oraciĂłn. Busca a Dios en la palabra. Pero no te olvides de estudiar y entender a quĂ© Dios nos está llamando en obediencia. Cuando veas la Biblia y veas lugares donde oras sin cesar, no digas, pues yo sĂ© que dice orar sin cesar pero no tengo tiempo. No hagas eso. O yo sĂ© que tengo que ayudar al pobre pero nada, es que lo voy a usar para vicio, mejor no le doy nada. No te pongas a decir eso tampoco de misericordia, de que necesita. Y podemos seguir muchos ejemplos más de donde la Biblia nos llama a la obediencia y nosotros distorsionamos para que no, no, no, eso no aplica para mĂ. Dios te está hablando a ti. Cada vez que tĂş lees la Biblia Dios te está hablando a ti y Dios no te va a dar excusa en el dĂa del juicio. O sea, vale que tĂş entiendas lo que la Biblia dice y ponte para tu nĂşmero. Y lo digo con amor. Con amor fuerte. Hace falta. Hace falta un amor fuerte y hay que hablar las cosas como son. Pues mira, vamos a cerrar con este versĂculo bĂblico y acá lo dice una Ăşltima palabra y estamos gozando. Primera de Samuel 15, 22 al 23 Este es el profeta Samuel hablándole al rey SaĂşl cuando Ă©l desobedeciĂł y entonces SaĂşl estaba diciendo como que no pero yo sĂ© que no hice lo que Dios tenĂa que hacer, pero las cosas que dejĂ© vivas para sacrificarlo a Dios. Y mira lo que Samuel le dice. ÂżSe complace Jehová tanto en los holocaustos y vĂctimas como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios y el prestar atenciĂłn que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinaciĂłn es la rebeliĂłn y como Ădolos e idolatrĂa la obstinaciĂłn. Por cuanto tĂş desechaste la palabra de Jehová, Ă©l tambiĂ©n te ha desechado para que no seas reĂr. ¡Ay Dios mĂo! ÂżPor quĂ© tĂş eres la Ăşnica gente que lo dice? Esto está... Manda esta Ăşltima frase. Por tu no obedecer te decepcĂł. ÂżQuiĂ©n eres tĂş? Y en muchas frases lo dice. Ofrenda sin... ÂżCĂłmo era? ÂżOfrenda? Ofrendar sin... ¡Ah! Ya me acuerdo de lo que estabas diciendo. Cuando JesĂşs dice que si un hermano tiene algo en contra tuya reconcĂliate con tu hermano antes de llevarle ofrenda. Porque si no estás obedeciendo tĂş puedes ir con todas las buenas intenciones, con todo lo bonito, con... ¡Ah señor, pero ya yo no veo! ¡Ya yo no veo! Tremendo, sacrificaste algo, dejaste de hacer algo. Ahora obedece, ahora ven. ÂżQuĂ© es el prĂłximo paso? Nunca dejes las cosas a mitad de paso. Aprovecha esa disciplina que estás cogiendo y abunda más, y dale más, y dale más. Si pudiste obrar 10 minutos, y te dicen, pero obrar un 10 minutos más rápido, ¡obrar un 10 minutos! Eso significa que puedes dar 15. ¡Ya, di 15! Significa que puedes dar 20. Y asĂ es que llega la disciplina. No esperes orar, y la noche a la mañana ya tĂş eres... ¡Bum! ¡Bum! ¡La máquina! Y dices, ¡Papi, yo oro 24 horas al dĂa! ¡Oh! ¡Oh! ¡Ya yo estoy perfecto! Eso es asĂ. TĂş puedes orarte lo que tĂş quieras, pero va a haber un proceso que te va a humillar. SĂ. Va a haber muchas decisiones que vas a tomar, que van en contra de lo que tĂş sientes. Va a haber momentos que alguien te diga en la iglesia, Âżpor quĂ© tĂş no abres culto? Y tĂş vas a decir, ¡Yo nunca lo he hecho! ¡Uy, no! ¡Yo no soy gilipollas en eso! Y vas a sentir una incomodidad, un miedo. Miedo, muy bien. Miedo tienes que tener, porque eso es importante, eso es algo fuerte. Pero no digas que no. Diz que sĂ. Aunque tengas esa incomodidad. Porque si tĂş esperas que Dios te va a usar, cuando tĂş te sientas comodito, cuando ya tĂş digas, ¡Ya yo puedo hacerlo sin nunca hacerlo! Pues, ÂżdĂłnde está tu parte? No. Va a haber miedo, va a haber desconforme, inquietud. Yo la siento. Cada vez que yo tomo una decisiĂłn, antes de hacer esto, yo no me sentĂa digno. TodavĂa no lo soy en los ojos de Cristo. Pero por eso es que tengo que hacerlo. Para ver que si más acciones yo tomo para ser como Él, eventualmente puedo poder decir, ¡Hice lo mejor que yo pude a su obediencia y al orden y a sus mandamientos! ¡AmĂ©n! Bueno, para el que tiene una retenciĂłn muy buena y llegĂł hasta el final, ¡Felicidades! Usted es un duro. Porque hoy dĂa, tristemente, no todo el mundo se queda mucho tiempo escuchando algo. Pero, gente, si les gustĂł esto y entiende que fue de bendiciĂłn para alguna persona, para ti y para alguna otra persona que quiera escuchar esto, ¡Compártanlo! Dele like, ya sea en Facebook, ya sea en YouTube, ya sea en Spotify, donde sea que nos quiera seguir, nos puede seguir. Si tambiĂ©n estás aquĂ todavĂa y tienes una retenciĂłn muy buena, gente, esto es la recompensa para que nos escucha. Estamos haciendo un logo nuevo, Âżok? Un logo que viene nuevo en camino. TodavĂa no lo hemos dicho antes, pero se quedĂł hasta el final, ¡quĂ© bueno! Viene un logo nuevo en el camino, va a estar de show. Yo sĂ© que va a estar de show. Hay muchos planes, muchos pasos. Queremos seguir creciendo. So, nada. Señor los bendiga, Dios los cuide, y hasta la prĂłxima. SubtĂtulos realizados por la comunidad de Amara.org