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La Oracion en el Nuevo Pacto - Ptor

La Oracion en el Nuevo Pacto - Ptor

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Gracias por llamarnos de las tinieblas a la luz. Gracias por habernos trasladado a este reino glorioso. Honramos tu nombre. Damos gloria al único nombre que es digno de ser exaltado, que es digno de ser alabado. El único que merece todo honor, toda alabanza, todo reconocimiento, el nombre de Jesucristo. Démosle un aplauso al rey de gloria. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! desde nuestra mente natural, porque, escuche esto, Iglesia, para la mente natural el Evangelio es locura, no tiene sentido. Por lo tanto, levantemos nuestras manos y digamos al Espíritu Santo de Dios, ayúdame a percibir lo que tú quieres hablarme, en el nombre de Jesucristo, amén. Porque es importante, es importante que el Espíritu de Dios nos ayude, Jesús dijo, oyendo oirán y no entenderán, viendo, viendo, o sea, no percibirán los ojos naturales, no pueden percibir lo que es de Dios, porque a Dios le plació que se le conociera por el obrar del Espíritu y no por el intelecto del hombre. Para escuchar la palabra de Dios se requiere que el hombre sea humilde, la mujer, el hombre, el que se sienta, sea humilde y que reconozca que él necesita ser enseñado. Usted puede ir a una clase, ¿verdad?, en la universidad pensando que el profesor no tiene nada para su vida porque estaría autoestafándose, pero cuando uno va a un espacio de edificación y se sienta, intrínsecamente, o sea, indirectamente ha reconocido que tiene la necesidad de ser enseñado. Y hoy vamos a ser enseñados. Un filósofo dijo, el hombre aprende mientras enseña. Yo también aprendo cuando les enseño a ustedes, porque se supone que Dios está pensando a través de mi mente, hablando a través de mi boca, ¿verdad?, y todos somos edificados. Amén. Ok, la palabra que hoy quiero compartirles le he puesto la oración en el nuevo pacto, la oración en el nuevo pacto. Póngale cuidado, la noche que Jesús fue entregado, tomó pan y habiendo dado gracias dijo, lo partió y dijo, este cuerpo, este pan, es mi cuerpo que por vosotros es partido. Pablo en primera de Corintios 11 dice, asimismo tomó también la copa y dijo, esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Cada vez que comáis este pan o bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga. El nuevo pacto es una de las riquezas que la iglesia por alguna razón ha ignorado, ¿ok? Yo se los ilustro así de sencillo para las personas que no están entrenadas en esta realidad o nos siguen por las redes, ¿verdad?, y no conocen el nuevo pacto. El antiguo pacto, la ley de Moisés se basaba, voy a usar un término que no es correcto pero a forma de ilustrarlos, es el evangelio a través de lo que el hombre hace, ese es el antiguo pacto, el hombre haciendo cosas para agradar a Dios. El nuevo pacto es el hombre creyendo, poniendo fe en lo que Dios ha hecho. Entonces el nuevo pacto, el antiguo pacto es de aquí para allá, yo hago para satisfacer a Dios y el nuevo pacto es yo confío en lo que Dios ha hecho. El antiguo, las obras de los hombres y el nuevo, la obra de Dios, ¿ok? Entonces, ¿qué ocurre que cuando se malenseña, escuche esto, diga conmigo, enseñar una verdad a media es reproducir una mentira? Dos medias verdades nunca serán una verdad completa, ¿ok?, porque la verdad es plena o no es. Mi esposa no puede estar medio embarazada, ¿está o no está? Así de sencillo. No puede haber medio gol, tres veces en el palo, pues perdes a cero, porque no valen los medio goles o casi goles. Entonces el obrar del hombre o el obrar de Dios, es ahí donde está el detalle. Después de, en la sangre, diga conmigo, en la sangre que Jesús derramó en la cruz, se inauguró un nuevo pacto. ¿Qué es un pacto? Un contrato nuevo. Dios hizo un contrato nuevo con la humanidad, pero no lo hizo con nosotros. El pacto fue entre Él y Su Hijo. Nosotros somos beneficiarios. Él es el benefactor y nosotros nos beneficiamos de ese nuevo pacto. Entonces yo quiero enseñar lo que es la oración en el nuevo pacto, porque a veces las personas dicen, la iglesia somos todos. Eso es verdad, pero una administración incorrecta de que la iglesia somos todos y que somos nosotros, la gente dice, somos iglesia dondequiera que estemos, así que yo hoy no voy a congregarme, me quedo arropado aquí en casa, me quedo aquí arropadito en casa porque yo soy iglesia y arropado aquí donde estoy. Eso es la administración incorrecta de una verdad. Diga, yo soy iglesia dondequiera que esté, pero es necesario congregarme, entrenarme, aprender juntos, hacer vida de cuerpo. Amén. Eso es una verdad. Entonces, cuando se administra mal una verdad, entonces es como que yo diga, yo soy papá de Sofía y de Zoe dondequiera que yo esté. Eso es verdad. Si yo me voy y las dejo seis años solas, yo soy papá dondequiera que esté, pero ellas me necesitan, necesitan la paternidad, necesitan lo que yo les suplo, necesitan dormir conmigo, jugar conmigo, que las lleve al parque. ¿Es verdad que soy papá dondequiera que yo esté? Sí, pero también es verdad que ellas me necesitan. Entonces nosotros nos necesitamos mutuamente. Amén. Quiero enseñar acerca de la oración en el nuevo pacto porque la gente dice, ya Dios todo lo hizo. No oran, pero vamos ni por nada. Vamos a entender la riqueza del nuevo, de la oración en el nuevo pacto. Por eso oro al Señor que podamos ser hoy iluminados como cantaba esa canción Jennifer, abrió mis ojos pude ver. Ella no canta tan bien como yo, pero ahí está. Está aprendiendo del pastor cada día. Ok. Colosenses, capítulo 1. Y vamos allá. ¿Están allí ustedes? Era un momento que ahora se me perdía a mí. Ustedes están, pero yo no. Ok. Desde el versículo 9, 1-9. Por lo cual también nosotros desde el día que lo oímos no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de la voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual para que andéis como es digno. ¿Están allí? Para que andéis como es digno del Señor agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. Fortalecidos con todo poder conforme a la potencia de su gloria para toda paciencia y longanimidad. Con gozo, dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz, el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. La palabra de Dios está bendecida. Amén. Lo primero que tenemos que entender, ¿verdad?, es que se nos ha enseñado mal, ¿verdad?, porque la oración, la oración no es un sacrificio, que si tú te levantas a las 3 de la mañana, ¿a cuántos han oído que orar a las 3 de la mañana es fuego, es poder? Eso no es verdad, la oración no es un sacrificio. Si yo pienso que la oración es un sacrificio, estoy revelando que no tengo identidad de hijo o que mi papá, estar con mi papá es un esfuerzo. Póngale cuidado a esto. Si estar con mi papá es un esfuerzo, entonces yo revelo que yo no le amo o no le conozco a alguna de las dos. ¿A quién le cuesta estar con alguien que ama? ¿A alguien le parece un sacrificio estar con alguien que ama? Entonces la oración no es un sacrificio, es un esfuerzo, pastor, ¿cómo me cuesta orar? Eso sí, ¿a quién nos cuesta orar? A todos nos cuesta orar, ¿verdad? ¿Por qué? Porque la oración no forma parte de la vida de sentidos donde nosotros aprendimos, nacimos, sino que la oración forma parte de la vida del reino. Por eso nos cuesta, ¿verdad? Entonces, pero tenemos que sacar de nuestra mente que la oración es un esfuerzo, porque si yo amo hablar con mi papá, no puedo decir que yo soy un hijo de Dios, pero que me cuesta estar con mi papá. A quien le cuesta, ¿verdad? Es a mí interior, a mi naturaleza, porque no está entrenada en la realidad del reino. ¿Amén? Ahora, el apóstol Pablo dice, desde que supimos, ¿verdad? No cesamos de orar por vosotros, tenemos que entender cuál era la situación o qué fue lo que el apóstol Pablo supo. La iglesia en Colosas era una iglesia perseguida, políticamente, perseguida religiosamente, les negaban, por decirlo de alguna manera, la tarjeta sanitaria para que fueran al médico, los aislaban por todos lados. Entonces, todo eso, Pablo oraba, no es, señor, que le puedan dar la tarjeta, que los atiendan, que no sean malos, sino que él oraba para que la iluminación, la inteligencia espiritual, el conocimiento de la voluntad de Dios, la sabiduría, operara en ellos. Ahí hay una cosa importante que aprender, amados, la oración no es una respuesta a nuestros aprietos. Vea conmigo, la oración no es una reacción a nuestros problemas, ¿verdad? La oración no puede ser la manera como yo responda ante los aprietos de la vida, sino que la oración debe ser un estímulo de la vida del Espíritu en nosotros. ¿Cuántos dicen amén? Jesús, cuando los discípulos le dijeron, enséñanos a orar, porque Juan enseña a sus discípulos a orar, enséñanos tú a orar también. Él dijo, ok, les enseño a orar. Oren, Padre nuestro que estás en los cielos. ¿Padre? Escuche esto, iglesia, la oración reveló la identidad desde la que él oraba. ¿Cuál era la identidad desde la que oraba? De hijo. Nosotros no podemos orar desde las circunstancias que nos pasan, sino desde una identidad, porque los hijos siempre tendrán acceso al Padre. Les hago una ilustración de una anécdota que escuché. Un hombre de negocios... Escuché por ahí un día que un llanto de un niño en la iglesia es la evidencia de que tenemos futuro. Escucha, póngale cuidado esto. Un empresario, un empresario importante, un hombre de negocios, iba a ser atendido por el rey de Inglaterra. Le habían concedido 10 minutos para que lo atendiera. Y en ese momento, en el momento, le dijo, bueno, tienes 10 minutos para plantearme el negocio, qué es lo que vas a hablar. Le dijo, bueno, y comenzaron a hablar, y en ese momento llegó uno de los hijos, que el cochecito se le vea roto, y entró en la oficina, y empezó el rey a atenderlo, atenderlo ahí, y se tardó como cuatro minutos. Le digo, ahora tienes seis minutos para decirme lo que me ibas a decir. Porque el tiempo de los hijos, el acceso de los hijos al Padre, no está nunca cuestionado ni sujeto a circunstancias. Cuando Jesús oró y dijo, Padre nuestro, todos los discípulos y todos los que habían oído, quedaron, Padre nuestro, nunca nadie había llamado papá a Dios en oración, nunca, nadie, porque eran hombres destituidos de la gloria de Dios. Pero usted no es destituido, usted fue posicionado para orar. ¿Cuántos dicen amén? Por lo tanto, una cosa es que la oración sea una puerta a los aprietos de nosotros, o un estímulo de propósito. ¿Cómo vemos nosotros la oración? Otra cosa es, no oramos bajo necesidad, oramos bajo identidad. No, no, no estoy diciendo, no oremos por nuestras necesidades. Lo que estoy diciendo es como modelo de oración, ¿verdad? No puede ser, yo tengo una necesidad y eso es lo que me lleva a orar. Porque entiendo que mientras no tenga necesidad, no voy a orar. Amados, una oración, orar, es ponernos de acuerdo con Dios, ¿ok? Orar no es otra cosa que ser guiados por el Espíritu para descubrir lo que Dios tiene para nosotros. Usted sabe que las ideas de nosotros nos pueden trabajar, ¿verdad? Tú eres un fracaso, tú no eres un buen hijo, no eres un buen padre o una buena esposa, ¿verdad? Pero cuando oro, yo percibo otra realidad. ¿Cuál realidad? La realidad de Dios para mi vida. Diga conmigo, por medio de la oración, entiendo la realidad de Dios para mi vida. ¿Qué te describe a ti? ¿Qué te describe? Bueno, yo soy un hombre soltero, o soy un padre soltero, o soy una persona que nunca tuvo hijos, soy una madre soltera, o soy, he fracasado en tres matrimonios, todo eso son circunstancias. Dios no te da identidad por medio de lo que tú te percibes, ni por lo que la gente te describe. Por medio de la oración, tú descubres la identidad que Dios te ha dado y cómo Él, Él te percibe a ti. ¿Cuántas dicen amén? Entonces, no oramos presionados por nuestras necesidades, sino motivados por nuestra identidad. ¡Jaleluya! Ahora, dele un aplauso al Señor. Normalmente, el Padre Nuestro, ¿qué es el Padre Nuestro? Perdona nuestros pecados. Iglesia, por medio de Jesucristo, diga por medio de Jesucristo, ya fuimos perdonados. En el nuevo pacto, nosotros tenemos que entender es que fuimos perdonados. Isaías 43, 25, dice, yo soy el que borro tus rebeliones por medio de mí mismo y no me acordaré más de tus pecados, de tus pecados. Hebreos 10, 16, dice, este es el pacto que haré con ellos, hablando del pacto que haría con la sangre de Jesús. Después de aquellos días, dice el Señor, pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré, lean conmigo, y nunca más, el otro texto, por favor, añade, y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Levante su mano, levante su mano, diga, lo que en Cristo me fue perdonado. Dios lo olvidó ya. Hermano, lo olvidó. No podemos, vamos a orar. Ok, Padre, aquí estamos. Lo primero, antes de orar, Señor, perdóname, perdóname porque he fallado, perdóname porque yo soy débil, perdóname porque no soy digno, perdóname. Entonces, venimos delante de papá con una conciencia de un pecador perdonado y no con la identidad de un hijo justificado. Y entonces, por eso, ignoramos que Él dice, y nunca más me acordaré de sus pecados. Mirá, tú no te acuerdas, pero yo te lo recuerdo cuando oremos. Cuando oro, yo recuerdo mis pasados, yo recuerdo mis pecados, recuerdo mis flaquezas. Entonces, no oramos motivados por una identidad, sino afectados por un pasado. Amados, tus errores, tus errores o nuestros errores tampoco deben ser lo que nos estimule a orar. Oramos, ¿verdad?, motivados por una identidad. ¿Alguien dice amen? Ok, avancemos. Líbranos del mal, líbranos del mal. En esa oración, ¿verdad?, en el Padre Nuestro, nosotros no conocíamos lo que dice 1ª de Juan 5, 18, dice que el que ha nacido de Dios no practica el pecado, pues aquel que fue engendrado Dios le guarda y el maligno no le toca. Escúcheme algo, iglesia, cuando nosotros conozcamos, yo sé que es un cliché, yo sé que es muy, lo han escuchado muchas veces, pero yo no sé cuál fue su reacción la primera vez que usted fue a un wok, ¿ok?, a un wok, todo, coma todo lo que quieras, es gratis, bueno, gratis no, o sea, está incluido en el precio, ¿ok?, coma todo, pero todo, repito, carne, repito, pescado, todo lo que quieras y beber todo lo que quieras. Y uno dice, ok, pero está pagado, la comida está pagada, come. No es un buen ejemplo, no, porque estoy, después digo que hay que cuidarse. Ok, pero mire, lo que quiero es que usted comprenda que por medio de Jesucristo, por medio de Jesucristo, tengo acceso a sus riquezas. ¿Qué ocurre cuando en mi mente yo me defino como un miserable, yo no soy digno pastor, ya usted porque no me conoce bien, si me conociera, usted habla así porque no sabe dónde estaba yo ayer, usted no sabe a qué hora me acosté, ni en qué condiciones me acosté, por eso es que el pastor es inocente y él habla así. El pastor es bueno, pero él no sabe quién soy yo. Pastor, entiéndame, o bueno, no importa, siga así. Entonces, como nos descalificamos de lo que Dios dice, nos acusamos y evidentemente no tenemos seguridad para orar. Pero, diga conmigo, la sangre de Jesucristo me ha limpiado de todo pecado, puedo acercarme confiadamente al trono donde está mi papá, que antes que Dios sea soberano, poderoso y glorioso, antes es tu papá, que te ama, que te llama, que te dice ven, que usará personas para que te traigan a sus pies. Cuando digo a sus pies, no te sientas a sus pies, el lugar más alto que hay sobre esta tierra son los pies del Señor. La oración en el Nuevo Pacto es corporativa, iglesia, es corporativa. ¿Sabes qué? Cuando tú formas parte del gobierno de Dios, del cuerpo de Cristo, la decisión que otras personas toman, las decisiones sabias, te benefician a ti. Otra vez, como tú eres parte del reino de Dios, la gente que ora y que toma decisiones sabias, te benefician a ti, porque tú eres parte de un gobierno donde hay gente preparada, entendida, gente sabia, temerosa de Dios, que toma buenas decisiones y te benefician. Cuando tú oras, diga conmigo, cuando tú oras, beneficiamos a otros también, porque cuando tú eres sabio tomando decisiones, al cuerpo de Cristo le va bien, a la iglesia le va bien, cuando tú amas al que está perdido, al que está desorientado, estás amando al cuerpo de Cristo y a todos nos va mejor cuando sentimos amor los unos por los otros. Ahora, si no entiendo la naturaleza corporativa de la oración, siempre voy a orar así, Señor, Tú me conoces, estoy en problemas, tengo miedo, tengo esta necesidad, tengo aquella necesidad, siempre enfocado en Ti, ¿verdad? Y no entendimos que nos trasladaron a un reino, ¿verdad?, que nos introdujeron a un cuerpo y que formamos parte del cuerpo de Cristo. ¡Aleluya! Se trata de una fe corporativa. ¿Cuántos dicen amén? Una fe, una vida corporativa. Esto es como una familia, hermanos. Cuando en una familia hay personas que saben que son pacificadores, que toman decisiones sabias, que saben tomar decisiones, hermano, le va bien a la familia. Nosotros somos una familia. La Biblia dice que Él es Padre, nosotros somos Sus hijos, que somos herederos. La Biblia dice en Efesios que fuimos trasladados como miembros de la familia de Dios. ¿Amén? Entonces nuestras decisiones, si son sabias, o sea, si son acertadas o desacertadas, siempre afectarán al cuerpo de Cristo. Diga conmigo, fe corporativa. A veces uno ora por uno mismo y uno dice, Señor, súpleme, bendíceme, prósperame. ¿Qué distinto sería, amados, que nosotros oramos, Padre, por Tu propósito, por Tu iglesia, por el cuerpo de Cristo, que Tú les reveles ideas de negocio a gente que forma parte de nuestra familia, que Tú prosperes? Cuando tú entiendes la fe desde lo corporativo, nunca vas a rivalizar con nadie. ¿Sabes por qué a veces la gente no se alegra por el progreso de otro? Porque no tienen mentalidad corporativa. Le hago un ejemplo. Tú ves que alguien llega en un coche nuevo y esa cosquillita que le da uno, ¿verdad? Ese es el ADN adámico en nosotros. Tú te tienes que alegrar porque a otra persona le vaya bien, porque si a otro le fue bien, a ti te está yendo bien. Eres parte del cuerpo de Cristo. ¿Alguien dice amén? La oración debemos entender el propósito que nos trajo a esta familia. ¿Sabes por qué tú estás aquí? Porque Dios tiene un propósito eterno y tú eres parte de él. Porque Dios te amó a ti antes de que te formaras en el vientre de tu madre y ha usado personas para que te traigan a estos lugares, para que conozcas el propósito de él y seas parte de esa clase de vida del que él te quiere hacer participar. ¿Sabes por qué usted está aquí? Aprendiendo una cultura del reino al que perteneces. ¿Sabes por qué tú estás aquí? Para que los criterios que tú uses al momento de tomar una decisión no sean los criterios que hay en el sistema donde nosotros vivimos. ¿Sabes por qué usted está aquí? Porque Dios quiere usarte para su gloria. ¿Sabes que Dios quiere darte administrar riquezas? Pero riquezas no son cosas. Las cosas son añadiduras. Pero realmente Dios quiere darte sabiduría, inteligencia espiritual, que conozcas, que sepas tomar decisiones, que seas una mujer o un hombre de influencia. Mira lo que es la inteligencia espiritual. En este tiempo que la inteligencia artificial está, ¿verdad?, tenemos que decidir, porque hay gente que admira el chat GPT, les impacta. Dicen, guau, ¿cómo chat GPT me conoce? Les digo que me haga una carta de presentación y admiran eso. La inteligencia espiritual no les afecta en nada, no les despierta ninguna admiración. Póngale cuidado a esto. Ustedes conocen la historia, la mayoría lo conocen. José es un esclavo, un esclavo, un hijo de Jacob, pero lo venden como esclavo, ¿verdad?, y lo llevan delante del faraón. Él estaba preso. Faraón tuvo un sueño. Él veía que siete vacas flacas se comían siete vacas gordas. Y veía las espigas del trigo, ¿verdad?, que eran delgadas, flacuchas, y veía otras. Y él tuvo ese sueño y no sabía interpretarlo. Y le dijeron, mira, hay un hombre donde reposa la sabiduría de Dios. Y él le dijo, ok, llámenlo. El copero, cuando yo estuve preso, en fin, no les hago largo la historia. Y traen a José. Póngale cuidado, hermano. Y le dicen, oiga, yo tuve este sueño y ninguno de los sabios de este imperio me han sabido interpretar este sueño. Y José le dice, yo tampoco tengo la capacidad, pero Dios, obrando en mí, Él sí te puede dar una respuesta. Y él le dice, mira, las siete vacas gordas hablan de siete años de abundancia que van a venir a tu reino. Y las siete vacas flacas hablan de siete años de escasez. ¿Ok? Igual las siete espigas es lo mismo, siete años de abundancia y siete años de escasez. Para eso lo llamaron, ya interpretó el sueño. Pero la inteligencia espiritual estaba operando en él y le dice, ok, ¿qué hacemos? Él no dijo, ah, bueno, yo no sé, yo soy, es sólo el intérprete. Él dijo, no, escúchame, busca hombres sabios y que durante los siete años de abundancia el 20% de la producción la almacenen. Para que cuando vengan los siete años de escasez, él pueda, y diseñó una estrategia económica, de finanzas y desarrolló lo que tenía que hacer. Y el faraón dice, bueno, imagínate, si nadie me ha sabido ni siquiera interpretar quién hombre más sabio que esté al frente. Y se quitó el anillo y se lo puso. Le dijo, tú vas a estar al frente de la estrategia. Ok, entonces él ejecutó también la obra. Hermano, ¿te das cuenta de lo que es la inteligencia espiritual? Diga conmigo, interpretó el sueño, diseñó la estrategia, ejecutó la estrategia. Cuando vinieron los siete años, ¿verdad?, de escasez, la gente venía a José y le decía, oye, al final necesitamos comida, danos más comida. Y de los graneros que había hecho, le dijo, ok, denme sus tierras y su ganado. Y le dije, ok, la tierra, los ganados, lo que haga falta. Ya no tenemos más, danos granos para comer. Ok, trabajen para nosotros. Y José puso a todo el país como siervo de la casa de Faraón, todo el ganado en Egipto le pertenecía a la casa real, todas las tierras se las puso al servicio, ejecutó una realidad. Hermano, ¿sabes qué es una vida gobernante? Una vida que ejecuta lo que cree. Yo puedo creer que estoy sentado en los lugares celestiales con Cristo. Ok, ejecútalo, camina en esa realidad. Pastor, ¿cómo lo hago? Oremos al Señor, que nos dé dirección. ¿Cuántos creen que Dios tiene ideas que ningún hombre ha visto? Levante su mano, levántala, y dígale, Señor, yo sé que tú tienes ideas empresariales que ningún hombre ha visto, enséñamelas. Yo sé que tú tienes ideas creativas que no ha subido a corazón de hombre, que nadie las ha percibido, tú puedes dármelas, ora por ideas, en lugar de orar por los aprietos, ora por ideas. En lugar de orar por problemas. Hermano, que Dios haga de nosotros hombres y mujeres de oración. ¿Usted sabe los problemas que nos ahorran pedirle consejos a Dios? ¿Cuántos se han encontrado en callejones sin salida? Y a veces es porque nadie, nunca le pedimos la opinión del Señor. Señor, ¿puedo estar aquí? Señor, ¿quieres que yo haga esto? Porque normalmente en la cultura evangélica la oración es cuando necesitamos orar, porque ahora dijeron que me van a deportar ya el lunes. Bueno, vamos a orar. El último recurso, pastorore. Pero en la gente del reino la oración es el punto de partida de toda decisión. No es el último recurso, diga conmigo, no es el último recurso la oración, es el paso inicial. No comenzaré a hacer nada si antes no he orado y he consultado a mi papá. Aleluya, dele un aplauso al Señor. Claro, nos han enseñado, la oración tiene poder. No es verdad. La oración no tiene poder. Diga conmigo, la oración no tiene poder. Dígalo, dígalo. El poder lo tiene el Dios a quien oramos, no la oración que nosotros hacemos. Porque cuando yo creo que la oración tiene poder, yo oro sin importar lo que Dios quiere. Pero cuando yo entiendo que la oración no tiene poder, que el poder la tiene el Dios a quien yo oro, entonces yo quiero conocer lo que el Dios a quien yo oro es lo que quiero. Y quiero ponerme de acuerdo con él para yo no orar a la izquierda y él quiere que yo vaya a la derecha. Yo puedo orar todo un mes por la izquierda y Dios dice es por aquí. No importa lo que oremos, la oración no tiene el poder para mover a Dios. Nos enseñaron que la oración movía la mano de Dios a tu favor, eso no es verdad. Si la oración mueve la mano de Dios a tu favor, Dios es manipulable. Porque yo oro y oro y oro hasta que lo muevo. Hermano, la sabiduría está en que yo conozca la voluntad de Dios y me haga uno con ella. ¿Cuántos dicen amén? Eso sí es sabio orar. Así sí debemos orar. Así sí debemos orar. Aleluya. Concluyo, voy concluyendo con esto. Pablo doblaba sus rodillas, Efesios 2.15, ayúdame por favor, ahí en multimedia. Efesios 2.15, mire lo que dice aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas. Para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz. Y mediante la cruz, diga conmigo, mediante la cruz, reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo. ¿Sabe cuál es ese cuerpo? El cuerpo de Cristo, la iglesia. La iglesia. Dios reconcilió a los hombres por medio del cuerpo de Cristo. Hermanos, ¿sabes qué es reconciliar? Reparar, hacer de nuevo una comunión que estaba rota. La Biblia dice que Dios ruega por medio de nosotros, reconciliaos con Dios. Usted está aquí y Dios anhela que tu vida no sea a tientas, a ciegas, que te pegas un golpe. Uno puede aprender, hermano, uno puede aprender así, mire, uno va caminando como un ciego, te das aquí y uno baja la cabeza. ¿Por qué bajaste la cabeza? Porque te pegaste, pero eso no es sabio, eso es la consecuencia, aprendiste por consecuencia. ¿Cómo vas a terminar al final de tu carrera? Este dedo me lo partí por allá, pero aprendí que no veo de este ojo porque me lo… Y entonces oramos y decimos, Señor, ¿aquí está lo que quedó? Heridas, cicatrices, traumas, inseguridades, crisis existenciales. La Biblia dice que como los ciegos o los ebrios que buscan la puerta, imagínense dos borrachos, usted apaga todo esto, le luces, dos borrachos ciegos buscando la puerta, no la hallan, pum, con la esquina. Se parte el labio, se parte un diente por aquí, tropiezas, se cae. Así es la persona que no tiene la dirección, la dirección del espíritu. Dios no quiere que tú aprendas por golpes. Levante su mano al Señor. Diga, fui creado para vivir bajo dirección divina, para caminar bajo el consejo de un Padre, para caminar bajo la instrucción de Aquel que me dio la vida. Diga, yo estoy aquí para aprender a Cristo. Cuando la iglesia ora, a Dios le honra que dependamos de Él. A Dios le honra que dependamos de Él. Cuando tú oras, tú estudiaste para un examen, haga un ejemplo, tú sabes lo que tienes que hacer y tú oras y le dices, Señor, ayúdame a hacer este negocio. Lo tengo casi cerrado, pero casi, no existen casi goles, los casi goles no existen. Dice ahí, como dije al principio, mi esposa no puede estar casi embarazada. La Biblia, o sea, Dios no quiere que nosotros seamos casi, sino que seamos certeros. Señor, yo voy a hacer este negocio, voy a tomar esta decisión, concédeme éxito. Cuando uno se monta en un avión, uno, normalmente uno no ora, porque son tan seguros los aviones, ¿para qué voy a orar si no se va a caer? Yo oro, normalmente yo oro cuando percibo peligro. ¿Y a qué lo percibo peligro? ¿Por qué? Si yo oro cuando percibo peligro, ¿qué es lo que me lleva a orar? No es la dependencia de Dios, es que no veo que haya peligro. Hay tiroteo, botellazos, Padre, guárdanos, Señor, en tu nombre estamos, y hablamos lengua, hacemos lo que sea, porque estamos percibiendo peligro. Por lo tanto, la oración es una reacción a cuando estamos en aprietos, no es una manifestación de confianza o de dependencia de Dios. Cuando nosotros tenemos la sabiduría, el conocimiento para hacer un trabajo, nadie dice, Señor, ayúdame a que esto salga bien, porque ya yo lo sé hacer, ¿para qué voy a meter? Le voy a decir al Señor, yo estoy confiando en que yo lo sé hacer. Pero el que lo sabe hacer y ora, dice, Señor, ayúdame a perfeccionar lo que hago, para caminar en excelencia, para que de todos los compañeros que hacen esto, yo pueda destacarme y ser la huella de la excelencia en mi empresa o donde yo estoy. Entonces Dios dice, ok, como te muestras dependiente, te voy a mostrar otro, un paso más. Normalmente cuando vemos a los hijos derrochando salud, no oramos, oramos es cuando está convulsionando, que le ponemos los trapitos y la fiebre no baja, ahí sí vamos a orar, papi, tío, pastor, oren. Pero nadie dice, Padre, gracias por los muchachos que son incansables. Gracias por los muchachos que son incansables, es la evidencia que tienen exceso de salud. Gracias, porque yo sé que eres tú detrás de ellos. Ay, Señor, me duele. Señor, Padre, el dolor es lo que nos lleva a orar. Pablo dice, por esta causa doblo mis rodillas al Padre. ¿Por una qué? Y nosotros por un dolor, doblad, por un problema. Amados, que los aprietos no sean lo que te estimule a orar, sino la confianza en tu papá. No esperes a que te duela para darle gracias a Dios por tu vida. Cada día que te levantes, dile, Señor, gracias, porque tengo vida, porque tengo salud, porque tengo paz. Gracias por mis hijos, cuando tú los ves que duermen y el pechito les hace así, que uno se siente tan alegre. Señor, gracias por tu esposa, por tu esposo. No esperes verlo chateando para decir, Señor, cuida mi matrimonio. Por tus pastores, por la iglesia donde estás. No esperes escucharme decir un disparate a mí. Señor, guarda al pastor, habla a través de él. Señor, que continúe sensible a tu espíritu. No esperen a que Putin amenace, voy a tirar la bomba. Ora por la paz. Señor, gracias porque me permite vivir en paz. No esperes que me van a dar los resultados el lunes, vamos a orar. Que no sea el miedo lo que nos estimule. ¿Cuántos dan gracias a Dios por la familia que tienen? Levanta la mano así. ¿Usted conoce a alguien que no puede levantar la mano así? Levanta la mano así. ¿Usted conoce a alguien que no puede levantar la mano? Hay gente que solamente así puede hacer. Usted la puede levantar. Diga gracias porque puedo levantar mi mano. Aleluya. Por los hijos. Usted sabe que antes que uno conoce la obra de Cristo en la cruz, uno va para la iglesia para no irse para el infierno. Claro, dicen, uy, escucha uno eso que el diablo, hay un lago que arde con fuego y azufre y un gusano que no muere. Y se mueve así, se te mete, sale y uno dice, Dios mío, ¿dónde hay que firmar? Yo no me quiero ir para el infierno. Pero cuando uno conoce que el Padre te amó, no es el miedo al infierno lo que nos trae a estos lugares, sino el amor a aquel que nos amó. No es la presión. Cuando uno ve que puede comer todo. ¿Usted puede comer de todo? Todo lo que se mueve me lo como. Dale gracias a Dios. Hay gente que si se come una gamba le sale una erupción en la piel. Tú puedes comer de todo. No esperes, no esperes llegar a un momento donde nuestro cuerpo no tendrá la fuerza o la capacidad para todo. Dale gracias a Dios también. Aleluya. ¿Cuántos dicen amén? ¿Cuántos están agradecidos por oír lo que oyen? También en esto dale gracias. Aleluya. Bendito sea el Señor. Bendito sea el Señor. Quiero que todos podamos orar juntos en esta mañana. Ponte sobre tus pies, por favor. Amados, Dios Dios nos ve a nosotros como únicos. Dios nos ve a nosotros como únicos. Dios nos ve a nosotros como mi hijo, mi hijo, mi hija. Así te ve Dios. Dios no te ve como un evangélico. Él no te ve así. Él te ve como mi hijo, mi hija. Todos los que hemos sido padres a nosotros nos da un disfrute cuando vemos a nuestros hijos dormir así tranquilos y digo, Dios mío, mira, no tiene deudas, no paga alquiler, qué deleite. Están confiados en su papá. Es más, no han accedido a ningún tipo de perturbaciones de las que nosotros vivimos. Porque cuando uno tiene conciencia de hijo, tú vives confiado. Confiado. Solo les dejo esta frase para que la analicen. Normalmente uno dice, Pastor, si yo no me cuido, ¿quién me va a cuidar? Eso es un huérfano pensando. Los huérfanos piensan así. Claro, si yo no me cuido, ¿quién me cuida? Él no tiene conciencia de hijo. Él no sabe que Dios dice en su palabra, naciones daré por ti. Reinos. ¿Se acuerdan cuando Abraham pudo responderle a Dios con fe y Dios bendijo a sus hijos? Los huérfanos piensan así. Los huérfanos piensan así. Si yo no trabajo, ¿cómo? Bueno, el trabajo es una honra y tenemos que trabajar. Pero tú has comido donde no trabajaste. Años de tu vida estuviste así. Años de tu vida, donde otros se desvelaban por ti y te cuidaban. Cuando tú no tenías la capacidad de cuidarte, había alguien que te volteaba para que el vómito no te ahogara, te cuidaba el pañal para que no te irritaras. ¿Y quién te ha dicho que Dios ha cambiado? Si yo no me defiendo, yo pelearé por ti. Yo te guardo. Yo soy tu cuidador. Aleluya. Abraham, Dios le dijo, bendeciré, bendeciré a tu descendencia y será poderosa sobre la tierra. Jacob, Jacob era un hombre pícaro, vivo, cuando no se le había revelado el propósito de Dios. Él, cuando él estaba en el vientre de su mamá, cuando él estaba en el vientre de su mamá, Dios dijo esto de Jacob, porque él era gemelo. Dios dijo, a la mamá le dijo, dos naciones hay en tu vientre, no dos bebés, dos naciones. El mayor servirá al menor. ¿Quién nació primero? Esaú, que era su gemelo. ¿Y después quién nació? Jacob. El menor será bendecido y el mayor le servirá. Y Jacob, como no entendía el propósito que recaía sobre él, él se buscaba negociar con su hermano para robarle la primogenitura. Póngale cuidado. Nació primero Esaú y la orden de Dios era, el menor reinará sobre el mayor. O el mayor servirá al menor. Y Jacob le decía, oye, hice unas lentejas con chorizo espectacular. Si me das las primogenituras, si me das el derecho a mí de que yo sea legalmente el mayor, te doy lentejas. Y el otro, que tenía más hambre que una garrapata en un peluche, le dijo, por favor, dale, dale, dale, que todos nos vamos a morir de algo. Entonces Jacob buscaba la forma de robarse lo que ya le pertenecía con tal de robarlo al ser el error. Cuando su papá iba a bendecir a Esaú la primogenitura cuando su papá iba a bendecir a Esaú el papá le dijo, busca un cabrit, una casa y ven para que me bendiga. Jacob era lampiño y su hermano velludo. ¿Sabe qué hizo Jacob? Cogió pieles de las cabras y se las puso aquí para parecer que tenía más pelo para que su papá lo bendijera porque ignoraba lo que ya poseía. Y con engaño le dijo a su papá yo soy Esaú. Renunció a ser bendecido porque ignoraba lo que poseía. Yo soy Esaú. Sí, la voz nadie escucha mejor que un ciego hermano. Y su papá no veía o sea, la voz la persona que está limitada en la vista en los sentidos pues tiene que vivir de algo, ¿no? Agudiza. ¿Cómo vas a engañar al papá? Él dijo, bueno, la voz es la voz de Jacob aunque tampoco y el tacto, ese es otra cosa. Un ciego desarrolla tacto y oído y olfato también. Cuando toca, no vas a ver que cabra nació toda la vida ahí. Jacob estaba en su salsa en medio del engaño, hermano. Así podemos estar nosotros buscando lo que ya tenemos. Fue para allá y conoció a su suegro. Se le llevó a la hija y entonces las ovejas del suegro como el suegro era injusto con él le dijo, ahora te robo. Sí, sí, sí, sí, sí. No me quieres pagar lo que es, yo te robo. Porque él decía, ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón. Y entonces comenzó, él era el pastor de las ovejas y puso varas. Aquí estaba el agua para beber y él puso varas para que las ovejas fuertes que venían a tomar pasaban pegadas así y salían rayadas porque había llegado un acuerdo con su suegro que todas las ovejas rayadas serían su sueldo y las lisas, las que no tenían rayas al suegro. Cuando veía una coja quita las puertas para que bebiera agua así y saliera lisa. Y cuando veía las fuertes le dejó todo el ganado al suegro y le dejó ahí lo que quedó. Operaba en engaño el hombre pero espiritualmente poseía bendición. Cuando uno no sabe lo que Dios le ha dado busca de otra forma. Hermano, ¿te imaginas que te tengas que robar lo tuyo? ¿Te imaginas que por no saber que la empresa es tuya y tú robando que la trasgresión te manche por ignorar lo que es tuyo? Cuando uno ora Dios te hace saber que eres un heredero cuando el suegro vio lo que le había dejado y lo fue a buscar le dijo, oye te me llevaste mis hijos, el ganado todo y te fuiste. Y Dios le dijo al suegro cuidado como le hablas a Jacob cuidado no por él sino por su padre fue fiel en todo lo que yo le mandé mírete como le vas a hablar. Hermanos vivamos de tal manera que un día a nuestros hijos en las encrucijadas que la vida le presenta un enemigo les quiere hacer algo y le digo, eh cuidado con él él no está yendo bien pero su padre su mamá es una amada mía cuidado que lo tocas y y y eso es una fe generacional Jacob siempre hasta que se le reveló hasta que conoció la bendición que recaía sobre él fluyó con arte y maña artimañas con engaño porque la artimaña es un sustituto de la bendición las artimañas la picardía es un sustituto de la bendición hermanos la serpiente tentó a Dan y a Eva con lo que ya poseían le dijo si comes no vas a morir vas a ser como Dios y eso les sedujo les tentó pues la Biblia dice que Dios los había hecho a ellos ¿cómo los había hecho? a su imagen y semejanza los tentó con lo que ya ellos tenían con lo suyo propio los tentó con lo suyo propio tú no tienes que pelear ni rebuscarte sobre ti recae una bendición tú no tienes que hacer nada para que Dios te ame cuando Dios decidió amarte estabas muerto en tus delitos y pecados no le pongamos filtros a nuestra vida para que Dios nos ame que él nos amó a nosotros antes de la fundación del mundo su amor recae sobre nosotros cuando lo entendemos decimos me llevó a la casa del banquete su bandera sobre mí es amor por eso Pablo oraba que conociéramos lo que se nos había concedido cuando oramos entendemos que somos hijos amados imagínate querer ganarnos lo que nos pertenece lo que es nuestro lo que por gracia se nos dio entonces caeríamos como Jacob que robaba lo suyo peleaba por lo suyo engañaba por lo que era de él legalmente era de él vamos a orar levante sus manos quiero orar por ti padre gracias por la realidad de vida que le has dado a cada uno de tus hijos que hoy han escuchado esta palabra señor bendigo la vida de cada uno de los que aquí estamos no queremos operar señor en fuerzas cuando sabemos que por amor nos has dado todo no queremos apelar a nuestros atributos y a nuestras virtudes cuando sabemos que cuando estábamos muertos en delitos y pecados tú nos amaste no queremos apelar a nuestro corazón bueno porque nada es bueno padre en nosotros lo único bueno en nosotros eres tú que nos habitas señor no queremos dejar pasar toda esta riqueza que nos has dado hoy queremos levantar nuestras manos y agradecerte hoy queremos levantar señor manos de gratitud dígale señor soy consciente que si yo estoy aquí parado es porque tú me has guardado es porque tú me has preservado es porque tú me has defendido erradica de mi mente ese pensamiento más nunca lo vuelvo a decir si yo no me cuido quién me cuida porque tú eres mi cuidador tú eres mi papá tú eres el que me preserva el que me cuida el que me sostiene yo me levanto porque tú me levantas me acosté señor y dormí y me levanté porque tú me sustentabas aleluya puedo decir confiadamente tú eres mi Dios tú eres mi luz y mi salvación bendigo tu nombre y te agradezco dígale señor aquí está un hijo agradecido que me has dado a cuidar dos hijos, tres hijos que me has dado a administrar una vida que me has dado a administrar un cuerpo que funciona un cuerpo que funciona todo bien a pesar de los excesos que yo he hecho dígale gracias señor gracias por mis hijos gracias por las palabras que oigo gracias por la obra de tu espíritu dígale señor gracias por la obra de tu palabra en mí dígale gracias por la obra que tu Espíritu Santo hace en mí gracias por este lugar donde me has traído a congregarme gracias por la verdad gracias por la palabra te doy gracias y mi gratitud es para ti oh Padre bueno dele un aplauso de gratitud al señor dele un aplauso de gratitud al padre apláudale a aquel que le dio la vida aquel que te preserva aquel que te guarda aleluya aleluya nunca más oremos por presión sino por amor aquel que nos amó aleluya que no sea el miedo lo que nos estimule sino el amor aquel que nos ama iglesia un abrazo fuerte les bendigo a cada uno de ustedes paz y gracia en Cristo

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