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PodC36 PART ONE 4-30-23  Pastor Jared

PodC36 PART ONE 4-30-23 Pastor Jared

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Daniel and Carolina Sandoval, pastors of El Rey Jesus Dallas, thank their listeners and invite them to visit or contact them for prayer. They also provide their contact information and social media accounts. They welcome Apostle Jared and his family from New Zealand. They discuss the importance of recognizing the movement of the Holy Spirit and the joy of the Lord as a source of strength. They share a message about the relationship between the Archer (God) and the Arrow (believers), emphasizing that believers are God's answer to the enemy. They use examples from the Bible to illustrate this concept. They encourage listeners to trust in God and follow His guidance. They also share a personal story about following God's call to create television shows about Jesus. ¡Precisiones! Somos los pastores Daniel y Carolina Sandoval, y queremos darles las gracias por conectarse con nosotros. Y si es primera vez que usted nos escucha, sabemos que no es coincidencia. Si gusta visitarnos o si necesita oración, estamos aquí para orar por ustedes y servirles. Nos pueden llamar al 469-892-5741, 469-892-5741. Si desea seguirnos en las redes sociales, búscanos en Facebook y en Instagram, bajo los nombres ElReyJesusDallas o KingJesusDallas. Igualmente, en YouTube tenemos nuestra página en KingJesusDallas. Ahí nos puede ver todos los domingos, comenzando a las once y media de la mañana, estamos transmitiendo en vivo nuestro servicio. ¡Bienvenido! ¡Bienvenido! ¡Bienvenido! Pero hoy tenemos una hermosa familia, desde Nueva Zelanda, y ellos vienen con nosotros hoy. ¡Apóstol Jared, si puede venir con su hermosa esposa! ¡Los saludamos! Este es un hermano para mí, y esta es mi hermana. Él es un hombre que ama a Dios, tiene un hermoso ministerio, junto con su esposa y su familia. Así que abra su corazón. ¡Lo recibimos con un aplauso y lo recibimos! ¡Apóstol, gracias! La adoración fue impresionante esta mañana. La presencia de Dios en la alabanza. Tomemos un momento otra vez. Espíritu Santo, te doy gracias porque te estás moviendo. Te doy gracias porque siempre te estás moviendo. Creo que Ryan Wankey una vez oró, Espíritu Santo, necesito que te muevas. Y él sintió como que Dios le decía, ¿Por qué pides al Espíritu Santo que se mueva? Tú ni siquiera le conoces. Y él dijo, Padre, ¿por qué dices que no conozco al Espíritu? Y el Padre respondió, mi Espíritu Santo es como un viento. Por definición, Él siempre se está moviendo. Así que no me pidas que haga algo que ya estoy haciendo. Solo celebra que me estoy moviendo. Quiero que tomemos un momento en cada área en la que necesitamos un rompimiento. Jesús, te damos gracias porque estás en el rompimiento. En cada área necesitamos ver a Dios moverse. Espíritu Santo, abre nuestros ojos para que le podamos ver que Él se mueve. Tengo una palabra esta mañana para usted. Y si usted va a tomar notas, el título se llama La Flecha y el Arquero. Dios Padre es el Arquero y nosotros somos sus flechas. Y tengo una palabra que quiero compartir sobre la relación entre el Arquero y la Flecha. Porque creo que el Espíritu de rompimiento está paseando sobre usted. Y a veces queremos ver un rompimiento. Pero siento que esta mañana Jesús está diciendo, tú eres mi rompimiento. Y me gusta esa palabra que dice que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Pero es algo como loco pensar que Él entró a la parte de la cruz por el gozo que había en nosotros. Entonces el gozo del Señor nos da fortaleza. Pero también nos gozamos del gozo que tuvo Jesús. Dice que nosotros somos los herederos de una gran recompensa. Es el escándalo de la gracia. Voy a enseñar sobre Salmos 127. Y vamos a entrar en un momento en el cual vamos a disfrutar el encuentro de Dios de una manera fresca. Y en ese lugar de encuentro nos vamos a rendir a Él de una manera fresca. Salmos 127. Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vale la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada. Y vayáis a reposar en su presencia y que comáis pan de dolores. Los hijos son una herencia de Jehová y una recompensa hacia Él. Como las flechas en las manos del arquero, hijos y hijas nacidos. Como los saetas en manos del valiente, así son los hijos sabios en la juventud. No serán envergonzados cuando hablen con los enemigos en la puerta. Es impresionante cómo Dios nos habla y nos hace experimentar a los enemigos. Él dice que nos da un lugar en la presencia de nuestros enemigos. Y mientras leemos la Escritura vemos a los enemigos que están a la puerta, lo cual es el lugar de buena entrabilidad para la ciudad. Y entonces Dios dice en la Escritura que tu ciudad tiene lugares en las cuales es vulnerable. Y el enemigo va a tratar de pelearle en las áreas en las cuales usted es vulnerable. Pero los hijos de Dios que pelean en las áreas en las cuales usted es vulnerable, son como las flechas en las manos del arquero. Y somos los hijos e hijas de Dios. Nosotros somos las flechas del Padre. Entonces yo estaba orando mientras iba de lugar en lugar. Y escuchaba como que en la oración tú eres la respuesta de Dios al enemigo. El enemigo viene a las puertas y trae sus desafíos. Y él trae sus acusaciones. Y él rodea las puertas y trata de tomar áreas cautivas en su vida. Pero usted es la respuesta de Dios al enemigo. Y vemos que mientras leemos las Escrituras Dios responde siendo nosotros sus hijos y sus hijas. Como cuando los israelitas fueron presos de los egipcios. Y el faraón estaba haciendo a todos esclavos. Moisés fue la respuesta de Dios. Cuando Samson estaba peleando y el devorador lo iba a agarrar, Dios le dio poder a Samson. Y luego Samson encontró miel en el estómago del león. El león representa la nación devoradora del enemigo. Pero la miel representa la bendición y la promesa de Dios. El enemigo va como un león rugiente buscando a quien va a devorar. Y el padre respondió, déjame presentarte a mi hijo Samson. Gideon encontró las millones de cazadores. Había tantos cazadores que no podías ni contar el número del enemigo. Y Dios vio a los enemigos y dijo, déjame presentarte a mi hijo Gideon. Goliath se presentó entre los enemigos por 40 días y 40 noches. Hasta que Dios introdujo a Goliath a su hijo David. Toda la humanidad estaba envuelta en tinieblos. Hasta que Dios introdujo al mundo a Jesús. Jesús es el primogénito, el primer nacido. Él fue el único hijo nacido. Pero a causa de que Cristo fue crucificado y resucitado, Él se convirtió en el primer nacido de muchos. Cuando el padre mira a sus flechas, su primera flecha fue Jesús. Y nosotros somos las otras flechas. Y miramos a Jesús como un ejemplo de lo que una flecha debería parecer en las manos del Padre. Y decimos, Jesús, hay enemigos en las puertas. Enseñame a ser una buena flecha en las manos del Padre. Jesús, solo haces lo que ves al Padre haciendo. Ves a los enemigos en las puertas y eres recto y verdadero. Jesús es mi hermano. Enseñame cómo ser una flecha en las manos del Padre. Esto es lo que sentí que el Padre le decía a ustedes como iglesia y como individuos. Cuando escuchan al enemigo en las puertas, quiero que sepan que ustedes son mi respuesta. Y yo soy su respuesta. Dios miró a Goliath y dijo, déjame presentarte a mi hijo David. Y David dijo al gigante, déjame presentarte a mi Dios. Entonces hay este increíble recorrido entre nosotros y el Espíritu Santo. Entonces hay unir y venir entre el Espíritu Santo y nosotros. El Espíritu Santo dice, mira a mi hijo y mira a mi hija. Y como hijos y hijas decimos, mira a mi Espíritu Santo. La flecha no se tiene que preocupar sobre el blanco. Porque la flecha no toma puntería. La flecha no se tiene que preocupar que tan... Porque la flecha básicamente tiene en sí misma... Sólo el archero puede darle puntería a la flecha. Sólo el archero puede darle puntería. Pero la flecha... Su responsabilidad es encontrarse en la mano del archero. Entonces este es el contexto que quiero compartir con ustedes esta mañana. El hecho de que Dios mira a los enemigos y dice, mis hijos son mi respuesta hacia esto. Y miramos nosotros al enemigo y decimos, mi padre es la respuesta a mis enemigos. Es en esta unidad en la cual Dios suelta esa bendición. Cuando la flecha y el archero están en armonía con el otro. Y tomamos nuestro ejemplo de Jesús. En Jesús dice, padre es tu voluntad y no la mía. El trabajo de la flecha es estar totalmente rendido al archero. Totalmente confiando al archero. Y aun cuando la flecha está en el medio aire. Y siente como quizás a veces está distante del padre. Y mantiene confianza en que confía el padre. Tenemos momentos en la batalla en la cual pensamos que el padre nos está manteniendo. Pero a veces sentimos y estamos en momentos en los cuales vamos a medio volar. Y entre medio sentimos que el Señor va a hacer algo o que ya lo ha hecho. Y sentimos que estamos atrapados en el medio. Y en esos momentos Dios quiere que nos acordemos de confiar en Él. Y seguir mirando a Jesús como nuestro ejemplo. Voy a compartir algunas historias. Yo solía ser un director de televisión. Y el Señor me llamó a ser un pastor. Y entonces fui pastor por al menos 10 años. Pero en realidad yo quería hacer shows de televisión sobre Jesús. Y comencé a orar, Señor dame un receso de ser pastor para que pueda hacer un show de televisión sobre Ti. Si solo me permites hacer uno, voy a dejar de hablar de esto. Y luego tuve un sueño en el cual me encontré con el Padre. Y Él me encontró en un puente de madera. Él estaba manteniendo como un maletín y tenía un traje de tres piezas. Y Él me encontró y me miró en los ojos. Mi corazón palpitaba fuerte en mi pecho y mis rodillas estaban temblando. Y dijo, Jared, no quiero que hagas un show de televisión sobre mí. Necesito que hagas cientos de ellos. Y entonces lanzamos un nuevo ministerio haciendo shows de televisión sobre Jesús. Y le dije, Jesús, esto es un ministerio muy caro. No sé qué tan bien has pensado en esto. Ni siquiera tenemos cámaras. No tenemos el dinero para esto. Y Él me dijo que me iba a hacer como un gedeón. Que la victoria iba a ser Suya y no mía. Y entonces lanzamos el ministerio y Dios comenzó a bendecirnos. Y muy pronto tuvimos gente que se unió a nosotros. Empezamos a hacer shows de televisión y empezaron a jugar en televisión alrededor del mundo. Pero luego llegó el día donde no teníamos suficiente dinero para hacer los pagos y mi asistente director. Y entonces decidimos que le íbamos a pagar al asistente director. Y yo iba a tener que confiar en Jesús. Y luego alguien me ofreció un trabajo. Y dijo, ven, trabaja para mí y te voy a permitir hacer el ministerio en el cual Dios te ha llamado a hacer. Pero ven y ayúdame también. Y vas a tener más dinero de lo que necesitas. Y le pregunté a Jesús sobre esto. Y le dije, Jesús, ¿esto es una solución de ti o una distracción? Y rápidamente tuve una imagen de María sentada a los pies de Jesús. Y Marta, muy afanada, tratando de hacer cosas para Jesús. Y veía a Marta pidiéndole a Jesús que le dijera a María que hiciera cosas para Jesús. Y veía a Marta pidiéndole a Jesús que le dijera a María que hiciera cosas. Y de pronto en la imagen yo era el que estaba sentado en los pies de Jesús. Y Jesús me estaba mirando desde arriba. Y dijo, Jared, tú estás sentado en mis pies. Has encontrado la única cosa que realmente importa. Dejar esto ir para provisión. ¿Cómo puedes permitir que el dinero tome esto de parte de ti? Confía en mí y permanece en mis pies. Eso fue aproximadamente un lunes o un martes. Entonces le tuve que decir a la compañía, gracias, pero no. Y por favor no me pida otra vez. Y luego tuvimos que hacer los pagos el jueves. Y creo que fue el miércoles. Alguien donó $15,000. Y la próxima semana alguien dio $10,000. Y la próxima semana alguien dio otros $10,000. Y la próxima semana alguien dio tal vez $5,000. Y así comenzamos a experimentar el favor divino. Y era como que todo lo que tocaba se tornaba en oro. Y yo pensaba, ¡esto es grandioso! ¡Dios mío, esto es tan fácil! ¡Hay milagros por todas partes! Dios me estaba hablando en sueños. En visiones. En encuentros. Y había milagros, milagros, milagros. Y luego un día mi esposa, Roana, me llamó y me dijo, ¡hey, adivina qué! Básicamente, la mitad de la bendición que viene a nuestro ministerio es de la bendición Básicamente, la mitad de lo que se dio entrando a nuestro ministerio se ha detenido. Y en unos pocos meses no tendremos suficiente dinero para pagar nada de todo esto. Y luego me dio miedo. El miedo comenzó a invadirme. Y yo miré cuáles eran mis responsabilidades legales como empleador. Y cuáles serían mis peores escenarios de lo que yo tenía que hacer y cuándo. Y más miedo comenzó a llenarme. Y así fui a manejarme. Y estoy manejando mi auto recordando a Jesús y estaba manejando mi carro y le recordaba yo a Jesús de la palabra profética que Él me había dado. Y la palabra profética fue ésta. Un profeta una vez me habló y me dijo, joven, veo que tú miras a las finanzas y Dios te dice que dejes de mirar a las finanzas. Estoy mirando mi palabra y no va a volver en ella vacía. Y así estoy manejando diciendo esto en voz alta a Jesús como si le hubiera olvidado. Debería seguir los ejemplos de mi esposa más frecuentemente. Y luego de repente me di cuenta de la presencia de Jesús en el auto conmigo. De repente me di cuenta de que Jesús estaba en el carro conmigo. Y yo comencé a temblar. Así como... Y comencé a sudar desde la cabeza a los pies. Y yo podía sentir como Jesús me estaba mirando aunque yo no lo podía ver. Él se miraba un poco molesto. Y me dijo, Jared, las finanzas no son provision. Mi palabra es provision. Y yo estaba manejando como 70 millas por hora y comienzo a gritar y a convulsionar en el carro. Y puedo ver en el Espíritu un ángel atrás mío con un poco caliente rojo en sus manos. Un poco caliente. Oh, con algo que tenía... con algo punzante que era de fuego. Y él lo clava en la parte de atrás de mi cabeza. Y yo me comienzo a manifestar y a gritar. Y Jesús dice, Él está quemando la teología mala en ti. Y entonces comencé a preguntar a Jesús ¿por qué me dio tanto miedo? Cuando tuve el reporte malo. Y me dijo, Jared, esto es lo que hiciste mal. Y me dijo, Jared, esto es lo cual hiciste mal. Dice que tú fijaste la mirada en el gigante antes la cual fijaste tu mirada en mí. Dice, nunca mire de... nunca rebaje un gigante hasta que tú hayas pasado el tiempo mirándome a los ojos. Me fui a dormir y me desperté en la mañana. Y podía sentir a Jesús rodillando hacia mí en la cama. Esperándome que yo me levantara. Y dijo, hey, necesito que sepas algo. Tú has puesto más confianza en el fruto que lo has puesto en el jardinero. Entonces te voy a quebrantar por un momento. Él nos ama demasiado para permitir que nuestra confidencia sea parte de los milagros en vez de el que hace los milagros. Él nos ama demasiado para permitir que pensemos de que nosotros somos flechas cortantes por las propias cosas que hacemos. Él nos ama demasiado para permitirnos creer en la mentira de que estamos yendo en lo correcto en vez de nosotros. Porque si nosotros creemos eso es nuestra responsabilidad mantenernos afilados para que nosotros podamos darle al blanco en el futuro para que no sea nuestra carga para que sea nuestra carga y nuestra responsabilidad y estemos diseñados para que no sea nuestra responsabilidad. Estamos diseñados para encontrarnos a nosotros mismos siempre en las manos del Padre.

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