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Áyax

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Alguien querespira

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Ajax Telamonio, a great warrior, becomes enraged when he is denied the armor of Achilles. He vows to take it by force and goes on a rampage, killing sheep thinking they are his enemies. His wife tries to reason with him, but he is consumed by madness. Eventually, he realizes the horror of his actions and begs Zeus for punishment. Feeling trapped, he takes his own life by impaling himself on his sword. El funesto destino de Ajax Telamonio. Teucro, el maestro de Ajax, el agumbre de una cima. A la luz de la luna junto al cadáver del guerrero aqueo. ¿Acaso morará el alma de Ajax Telamonio iracundo en la isla de los bienaventurados? Oh hermanastro mío, ilustre, servidor de Ares, ¿por qué te encuentro junto a esta espada que ha penetrado tu piel y te arremató la vida? No te veré nunca más luchar, no gozaré ya jamás de tu compañía, ¿qué será de mí si me fue el compañero? Aquí veo el ingenioso deseo que viene con ánimo pesado. El alma de Ajax se halla en helados, ¿por qué tuvo este final? Dímelo, la enciada, te lo imploro. En efecto, debido a los actos cometidos por la propia mano de Ajax, el del escudo inquebrantable, ¿cuáles fueron dichas hazañas? ¿Por qué cañón de desgracia sucumbió a su humilde insania por cometer tal infamia? Procederé a relatar su trágica historia. Una vez muerto en batalla, el Peri de Aquiles disputaron sus preciosas armas fabricadas por el ilustre artífice Hepeto. Fueron fuentes los hermanos Atridas de Agamenón y Menelao. Por ley y herencia correspondieronse las armas al maldito ahora en batalla, Ajax del Amonio. Ganó el que en estos momentos habla, gracias a mi lucho ingenio. En esos momentos, Ajax, encolarizado, dirigió su rumbo camino a los campamentos a la orilla del litoral. Pongo la mano en el pecho y me aseguraré de que recuperaré lo que me pertenece, la reluciente armadura y la espada de Aquiles. Ese es el legado que él dejó, y que me pertenece, pues bien he arraigado mi propia piel en innumerables batallas de las que he salido victorioso. ¿Acaso yo lo merezco menos que ese criado de las peraítacas? ¿Acaso él ha derramado más sudor en batallas que yo? Tengo la certeza de que no es así, pues al contrario, y pienso reclamar lo que me pertenece. Y si no se me ha dado, apredo a tenerlo por la fuerza. Ese astuto zorro no merece portar más honor que yo, por mi vida misma jura ser de la Astroelia pertenece a mí, pues buen merecedor de ella soy. Ajax no legaliza plegarios a Atenea, la de los ojos de lichuza, durante la lucha, hecho que enfurecerá a la diosa. ¿Cómo osas a no ver a la hermana de tal forma? ¡Pa'l urdo de ti! ¡Arrodíllate ante mí y haz dichas y merecidas plegarias ante tu diosa! Ni tú ni ningún alma tan soberbia me obligará a arrodillarme ante ti. Ante esto, Ajax hace casumiso de la orden de Atenea, marchándose. Por ello, Atenea hizo entrar en trance a Ajax, creyendo que estaba matando a sus compañeros, cuando en su lugar eran ovejas. Te arrepentirás de haber hecho todo esto de ante mí. Atenea mueve sus desgraciadas manos haciendo su magia e induce a Ajax al trance. Así aprenderá la lección, insensato de mí. No habrá otra oportunidad para que se haya deshonrado por los dioses. Venid aquí, cobardes guerreros, que el brazo de Ajax os demostrará que ha nacido, y será mejor soltados a un batea tranquiles. ¿Creéis que me dais pena? Soy el hijo del ilustre Telamun, y por ello aquí, y ahora, os arrodillaréis ante mí. Tras esto, os mataré y despellejaré como el gano infectado. Y tú, asqueroso río ausente de Alferaita, caudiseo, tú tendrás el peor castigo de todos. Ajax comienza a manatear la oveja más grande y opulenta al puesto de la tienda, y con un látigo, torturándole hasta que sus espadas se tornan sangrientas, su locura se apodera de toda la tienda. Mientras tanto, la concubina de Ajax, Temesa, entra en la tienda y descubre la locura del guerrero. La joven, en reiterados intentos, usó palabras de desesperación para sacarlo de la insania, pero sus intentos fueron fallidos, la avaricia le estaba consumiendo. Ajax, ¿es verdaderamente tu corazón el que habla, o es la amargura que ha consumido tu ser la que realmente está soltando tales palabras infames? ¿Es acaso tu familia menos relevante que unas simples armas? Es la guerra, el dolor y la sangre más importante que el cuidado de tu hijo, Euryzaceph. Mujer, me acusas algo de parecer ser tú quien lo padece. ¿Unas simples armas? ¿Has perdido la cabeza? Tras escuchar los llantos de su esposa Temesa, Ajax mandóla callar y prosiguió con su hazaña. Su locura le nublaba el entendimiento. A pesar de toda la insanidad que se apoderaba del gran guerrero, poco a poco fue disminuyendo hasta comprender lo que sus grandes manos le habían llevado a hacer. Toda su demencia le habían pagado de las ovejas, sacrificadas con vano. Por favor Zeus, castigadme, torturadme, pero no me dejéis vivir con una atrocidad como esta. El gran castigo divino de Atenea, protectora de la ciudad de Atenas, se había realizado. Ajax había sucumbido al desequilibrio mental y ahora se encontraba en tal encrucijada. Tras verse atrapado, no encontró mejor salida que la muerte. Ajax, el antemuro de los saqueos, clavó su espada en el suelo y con gran martirio y tormento se precipitó sobre ella, acabando con su vida de lleno.

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