Home Page
cover of LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO
LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO

LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO

00:00-38:31

Debemos entender que la llenura del Espíritu Santo es para producir el fruto del caracter de Cristo, antes de todas las cosas.

12
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

The speaker begins by praying for guidance and clarity in delivering a message about the importance of being filled with the Holy Spirit. They reference Ephesians 5:18, which encourages believers to be filled with the Spirit instead of being intoxicated with wine. They explain that being filled with the Spirit means living a new life in Christ and letting go of old habits and behaviors. The speaker emphasizes the need to obey God's command to be filled with the Spirit and warns against filling our lives with worldly influences. They highlight the importance of the Word of God in filling us with the Spirit and producing praise, gratitude, and positive relationships in our lives. The speaker encourages believers to rely on the power of the Holy Spirit and not be discouraged by opposition. They emphasize that through the victory of Christ, we have everything we need to live a life filled with the Spirit. lo que quieres hablar a nuestras vidas, Señor, lo que quieres hablar a esta iglesia. Yo, Padre, me pongo en tus manos en esta tarde, Señor, como un vaso para que Tú me uses, Señor. Ayúdame para que mis palabras sean claras, Señor, para que sean entendidas, Señor. Y ayuda a mis hermanos, Señor, para que puedan ser hacedores, podamos ser hacedores, Señor, de Tu palabra cuando nosotros salgamos de aquí, cuando estemos en nuestra casa, cuando estemos en la calle, donde quiera que estemos, Señor, poder ser hacedores de Tu palabra. En el nombre de Jesús, Amén. Bien, hermano, pues, ¿abra su Biblia en Efesios 5, 18? El tema que traigo en esta tarde es la llenura del Espíritu. Efesios 5, 18 dice así, No os embriagueis con vino, en lo cual hay disolución. Antes, bien, sed llenos del Espíritu. La vez pasada, que me tocó compartir también con ustedes la palabra, hablamos sobre un vagabundo y dijimos que nuestra vida era similar a la de él, porque nos encontrábamos perdidos, porque nos encontrábamos sucios, sin ninguna esperanza. Pero también vimos que Dios tuvo misericordia de nosotros y nos tomó de la mano y nos despojó de esas ropas viejas, y nos lavó y nos dio nuevas y preciosas vestimentas. Esas vestimentas, hermano, la vieja y la nueva, simbolizan la pasada manera de vivir y la nueva vida en Cristo. Dios nos salvó para que viviéramos una vida diferente a la de antes y nos manda a despojarnos ya de esas conductas y costumbres que teníamos cuando no conocíamos a Dios. No podemos, después de haber sido lavados, seguir usando esas ropas viejas. Efesios 5, 17 al 19, dice, Esto pues digo y requiero en el Señor, que ya no andéis como los otros gentiles que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios, por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón, los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia, para cometer con avidez toda clase de impureza. Pablo lo está diciendo aquí de una manera muy clara. Ya no vivan como los que no conocen a Dios. ¿Cómo viven los que no conocen a Dios? Bueno, pues de acuerdo a sus propios pensamientos. Sus pensamientos son ley para ellos mismos. También viven en ignorancia, ignorando la ley de Dios, ignorando la palabra de Dios. Viven en terquedad, viven de una manera desvergonzada e indecente, entregados completamente a los vicios y los excesos. Esto es algo que lo podemos ver donde quiera. En todo lugar podemos ver los excesos, podemos ver los vicios, podemos ver cómo la gente se ha entregado a este tipo de cosas. Y bueno, así vivíamos, así vivían muchos de nosotros. Ahora vamos a seguir leyendo, ahora en Efesios 4.20, dice, mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando escuchamos el Evangelio, aprendimos y fuimos enseñados por Dios sobre cómo debemos vivir. Aquí vamos a entrar a nuestro punto número uno, la nueva vida. En Efesios 4.25 al 32, anótelo solamente, no lo vamos a leer ahorita, pero usted lo puede leer en su casa. En estos versículos podemos ver cómo es esta nueva vida en comparación con la vieja. Ahí nos vamos a encontrar con que en lugar de mentir debemos hablar verdad. Entonces podemos ver cómo en lugar de mentir nos despojamos de la mentira y ahora nos vestimos de la verdad. Esta es una idea que está en estos siete versículos. Y dice también ahí que si antes la ira nos llevaba a cometer muchos pecados, ahora el cristiano sabe y debe controlarse. No debe permitir que la ira lo lleve a pecar. En tercer lugar también dice que el que roba ahora debe trabajar con sus propias manos y sabe también debe ayudar a otros con lo que gana. En cuarto lugar, en lugar de hablar chismes o malas palabras, debemos hablar lo que sea bueno para ayudar a crecer espiritualmente a los otros. En quinto lugar, encontramos que en lugar de la amargura, el enojo, la gritería, la maledicencia y la malicia, debemos ser benignos, misericordiosos unos con otros, perdonando como Cristo nos perdonó. Todo esto ya lo detallamos la vez pasada en las vestiduras del cristiano. Antes andábamos en oscuridad, ahora debemos andar en luz. Antes andábamos como necios, pero ahora debemos andar sabiamente. Antes no sabíamos amar, ¿cierto o no? El amor con el que amábamos era egoísta. Éramos a veces hasta crueles con las personas que eran objeto de nuestro amor, porque no sabíamos lo que era realmente amar. Pero ahora que hemos aprendido a amar, debemos andar en amor. Esta es la nueva vida. Punto número dos, ¿cómo vivir la vida cristiana? Y es que para muchos cristianos, la vida cristiana es muy difícil y se desaniman porque no logran vivir como es digno. ¿Cómo hacer que esto sea una realidad en nuestra vida? ¿Cómo vivir la vida cristiana de una manera victoriosa? La clave para esto, para que esto sea posible en la vida, se encuentra en el versículo base que leímos hace unos momentos. Epesio 5, 18, No os embriagueis con vino, en lo cual hay disolución. Antes bien, sed llenos del Espíritu. Necesitamos estar llenos del Espíritu para poder vivir la vida cristiana. El problema está en que buscamos vivir la vida cristiana, esta nueva vida, con nuestras propias fuerzas. Y entonces fracasamos. Fracasamos y nos encontramos con que no podemos ser a veces benignos, con que no podemos andar de una manera sabia, ni hacer ninguna de estas cosas que antes mencionábamos. Si no estamos llenos del Espíritu, no podemos hacerlo. Y aquí surge una pregunta, ¿qué es estar lleno del Espíritu Santo? Epesio 5, 18, otra vez, se lo voy a estar repitiendo para que se lo aprenda, para que nos lo aprendamos. No os embriagueis con vino, en lo cual hay disolución. Antes bien, sed llenos del Espíritu. ¿Qué significa sed llenos? Bueno, pues sed llenos viene del griego plero, y significa hacer repleto, atiborrar, rellenar, influenciar. Pero la idea aquí es que ese llenar sea algo continuo. ¿Ha ido usted alguna vez a algún restaurante donde haya refil? Usted se termina su bebida y va y la llena otra vez. Y usted puede estar llenando su bebida las veces que usted quiera. Esa es la idea, que cuando se vacía, otra vez lo vuelves a llenar. Es estar continuamente siendo llenos, repletos, estar atiborrados del Espíritu Santo. El Espíritu Santo, hermanos, es para nosotros como el combustible, como la fuerza, la energía que nos impulsa, como la gasolina, que es a los autos, o como el viento, impulsa y sopla a un velero. Al ser llenos del Espíritu Santo, nos movemos con su fuerza. Y somos impulsados por Él. Somos influenciados por Él para hacer las cosas. Ahora, vea cómo Pablo, en este versículo de Efecios, habla de la embriaguez y la usa como un ejemplo para enseñar esto. Y dice que no nos embriaguemos con vino en lo cual hay disolución, en lo cual hay perdición, en lo cual hay cosas que no nos convienen. Vamos a parafrasear un poco este versículo. Y dice, no se emborrachen, porque el que se emborracha pierde el control de sus actos. El que se emborracha ya no se gobierna a sí mismo. Es el alcohol quien lo influencia, quien controla sus actos y su cuerpo. ¿Ha oído usted alguna vez cuando alguien de repente choca y dice la gente, ¿qué pasó? No, pues es que estaba bajo la influencia del alcohol. Así es como dice la gente. ¿Por qué? Porque el alcohol controla sus movimientos, controla sus actos de manera que ya no es Él. Ahora, vamos a seguir parafraseando. Esto hacían ustedes antes. Pero ahora más bien llénense del Espíritu Santo para que Él controle sus actos. Para que Él influya en todo lo que ustedes hagan. Ahora, fíjense. Mis hermanos, el día que nosotros escuchamos el Evangelio y nos arrepentimos, en ese momento el Espíritu Santo vino a nosotros e hizo morada en nosotros. Primera de Corintios 3, 16 dice, ¿no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Eso es algo, hermanos, que Dios hizo por única vez. Y al hacerlo nos dio todo lo necesario para nuestra vida cotidiana y para las cosas espirituales. Segunda de Pedro 1, 3 dice, como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó por su gracia y excelencia. Todas las cosas que nosotros necesitamos para vivir esta vida y para vivir las cosas espirituales, Dios nos las dio. ¿Qué tenemos que hacer nosotros ahora? Llenarnos. Estar continuamente llenándonos. Esta es una responsabilidad, hermanos. De ahí en adelante nuestra responsabilidad es estar llenándonos del Espíritu. Pero fíjense que a veces no entendemos esto de esta manera. Muchas personas creen que es distinto. Yo un tiempo cuando era pequeña me reunía en una iglesia donde te decían, ya recibiste el Espíritu Santo? Y de repente pues si no tenías conocimiento decías, no pues, no. Ah, voy a orar para que lo recibas. Y ya después de que lo recibías, después de un tiempo, ¿cómo te sientes? No, pues este, mira que ando así como entre pruebas. Voy a orar para que el Señor te llene de su Espíritu. Pero esto no es algo que viene a través de que otro ore por ti. Aquí nos habla de que es un mandato que Dios nos da a nosotros, o sea, es nuestra responsabilidad personal el estar continuamente llenándonos del Espíritu. Entonces vemos que es un mandato, un mandato de Dios para nosotros. No es una sugerencia, no es si queremos o podemos. Dios nos manda a llenarnos constantemente de su Espíritu. Ahora yo les pregunto, ¿qué debe hacer el cristiano cuando Dios le manda hacer algo? La respuesta es obedecer. Y el que no obedece, ¿qué es? Un desobediente y rebelde también, porque no quiere obedecer. Y el que no obedece, entonces, tiene que atenerse a la disciplina que vendrá del Señor. Y yo creo que nadie queremos ser disciplinados. Entonces debemos obedecer el mandato de Dios, ser llenos del Espíritu. Ahora fíjense con lo que dice Colosenses 3, 16, en su primera parte, vamos a leer todo, pero vamos a poner atención en la primera parte, dice La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándos y exhortándos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y entonces, hermanos, vemos cómo es que viene la llenura del Espíritu Santo, y vemos que es a través de la palabra de Dios. Estos dos versículos, Efesios 5, 19, y el que acabamos de leer ahorita, que es Colosenses 3, 16, son paralelos. Tienen la misma línea de pensamiento. Si se fija, cómo la llenura del Espíritu y la palabra de Dios more en abundancia en nosotros, produce lo mismo. Dice, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, al igual que acabamos nosotros de leer en Colosenses. Entonces, ¿qué es lo que produce esta llenura en nosotros? Repito, la palabra de Dios. El salmo 19, del 7 al 9, dice, La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma. El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mantamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón. El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre. Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Ahora, aquí en el salmo 19, nos dice que la palabra de Dios es perfecta. ¿Qué significa perfecta? Significa que es completa, que es íntegra, que no le falta nada. Ahora, esta perfección, su perfección es tanta, su perfección es tal, que ella tiene el poder de convertir el alma de las personas. Y no hay nada más efectivo, ningún método, ni ninguna cosa, ningún libro, ninguna persona, nada hay más efectivo que la palabra de Dios para convertir el alma de las personas. Ahora, ¿qué es el alma? Bueno, pues en el alma se encuentran la mente, las emociones, los sentimientos, la voluntad, y todo esto, repito, es convertido por el poder de la palabra de Dios. Por eso es que muchos no pueden cambiar esos hábitos, por eso es que muchos no pueden dejar todo lo que a veces hacían en la vida pasada, y no pueden dejar ese pecado por más que tratan, porque están, estos vicios, porque no tienen la fuerza de Dios, porque no se han llenado de la palabra de Dios, porque no han permitido que la palabra de Dios abunde dentro de ellos y los influya en su manera de pensar y en su conducta. Esa es la razón por la que muchos batallan, porque no están cumpliendo esto de llenarse, de llenarse constantemente del Espíritu, de la palabra de Dios. Aquí viene una pregunta que nos vamos a hacer cada uno de nosotros en este momento, ¿de qué te estás llenando? ¿De qué te estás llenando? La vida cotidiana habla de lo que nos estamos llenando, de qué es aquello que nos estamos llenando, y fíjate que muchos se están llenando de las redes sociales, de toda la información que hay ahí. Se están llenando de lo que muchas personas que ni siquiera conocen a Dios, que ni siquiera toman en cuenta, que no creen, que viven una vida así, como antes describimos, dicen. Influyen, ahora sí como su nombre lo dice, son influencers, llegan a influir en la vida incluso de aquellos que son cristianos. Ah, es que Él dice que si yo hago esto de esta manera voy a conseguir este resultado, y de alguna manera han hecho a un lado el consejo de Dios, que lo tenemos aquí, para tomar el consejo de otros hombres. Otros se están llenando de lo que algunos pseudo-predicadores enseñan, y que no contiene ninguna enseñanza bíblica, sino pura psicología o pensamientos de ellos mismos. Ah, y es que como que, bueno, estas predicaciones que se están dando no me llaman mucho la atención, por eso cuando yo llego a mi casa, pongo a este que tiene una unción, le llaman ungido a una persona que grita, le llaman ungido a una persona que habla de sus viajes, que habla de sus visiones, que habla de sus sueños, pero que en su vida no muestra que realmente el Espíritu de Dios muere. ¿De qué te estás llenando? Muchos están llenos de resentimiento, muchos están llenos de amargura, otros de envidia, y otros más se están llenando del materialismo. Cada vez más quiero tener, cada vez más necesito tener más, no importa lo que me cueste. Y dejan a un lado el leer, el alimentarse de la Palabra de Dios para hacer otro tipo de cosas. ¿Por qué es tan importante estar llenos del Espíritu, hermanos? Porque es a través de la llenura del Espíritu Santo que se manifestarán en nosotros los frutos del carácter de Cristo. Por eso es tan importante. Porque en esa llenura, hermanos, vamos madurando, en esos tiempos en que nos llenamos, vamos madurando cada vez más, vamos siendo perfeccionados. Porque la vida en el Espíritu es el nivel de vida que Dios quiere y tiene para nosotros. Por eso es tan importante. Y entonces, hermanos, llegamos al resultado de una vida llena del Espíritu. Efesios 5, 19 al 21 dice, Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteo los unos a otros en el temor de Dios. Entonces vemos que el primer resultado en la vida de una persona de la llenura del Espíritu Santo es que hay alabanza. Hay alabanza. Es una persona que constantemente alaba a Dios, que se despierta alabando a Dios, que a lo largo de su día alaba a Dios y en las noches sigue alabando a Dios. Esta persona es ferviente en su alabanza, es gozoso, no se avergüenza, porque esta alabanza surge de ese reconocer y entender lo que Dios ha hecho en su vida. También vemos que esta alabanza es en todo momento, no solamente cuando le va bien, no solamente cuando está contento, no solamente cuando está pasando una situación económica buena, no, es en todo momento. Vemos también que el resultado de una vida llena del Espíritu es que hay agradecimiento. Hay gratitud en su corazón hacia Dios por todo lo que Dios ha hecho en su vida. Hay gratitud en su corazón en todo momento. Fíjense que yo recuerdo cuando era pequeña a mi abuela, ella tenía diabetes, tenía artritis, tenía una de sus rodillas destrozadas por una caída que tuvo, no podía ver y tenía el corazón crecido, bueno, tenía muchísimos problemas físicos y nunca tuvimos el dinero, la economía para llevarla con un buen doctor y que la estuviera checando, nunca. Entonces ella siempre estaba sobándose a su rodilla, ella siempre estaba ahí sentadita yendo hacia la puerta, pero ¿sabe una característica que ella tenía? Es que siempre toda la gente que la veía y la saludaba porque tenía la puerta abierta y ella se sentaba ahí, es que siempre estaba cantando, siempre. Y una canción que recuerdo muy bien que siempre siempre cantaba es Ahí quiero ir y tú. Y veía al cielo y decía Ahí quiero ir, ahí quiero ir, ahí quiero ir y tú. Y siempre la gente la escuchaba. Y por las noches a veces yo despertaba y la veía orando y gracias Señor, gracias Padre por todo lo que me has dado, gracias Señor por tu salvación, gracias Señor por tu gozo. A la hora que yo despertara, a tres de la mañana, a cuatro de la mañana hermano, esto es un cristiano lleno del Espíritu. Ahora dice también que otro de los resultados de una vida llena en el Espíritu es que afecta positivamente todas nuestras relaciones. La mujer llena del Espíritu sabe someterse a su marido, lo respeta y se deja llevar y guiar por él. Efesios 5.22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor. El hombre lleno del Espíritu ama a su esposa y se preocupa por su vida espiritual y se sacrifica para que ella esté bien. Efesios 5.25 Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Los hijos llenos del Espíritu Santo obedecen a sus padres, los honran y los respetan. Efesios 6.1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres porque esto es justo. En el trabajo, los hombres y mujeres llenos del Espíritu son honrados, cumplidos, puntuales, trabajadores, ejemplares. Efesios 6.5 Dice, siervos, obedece a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. Y los patrones llenos del Espíritu tratan bien a sus empleados, con respeto y con dignidad, porque ellos saben, los patrones saben, que también tienen un patrón que está en los cielos. Esto es una vida llena del Espíritu. Pero debemos llenarnos de la Palabra de Dios de manera que rebose. Debemos permitir que la Palabra de Dios more en nosotros y que controle nuestros pensamientos y nuestro ser. Es muy importante que en la iglesia haya hombres y mujeres llenos del Espíritu. Necesitamos esto para poder ir a compartir la Palabra de Dios. Necesitamos hombres y mujeres llenos del Espíritu que separen aquí a hablar la Palabra de Dios. Porque aquí habrá un cambio en los corazones de las personas. No solamente serán palabras ahí lanzadas al viento, no. Necesitamos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo. Necesitamos una iglesia llena del Espíritu Santo. Pero necesitas permitir que el Espíritu Santo obra en tu vida. Necesitas ceder. Necesitas vaciarte. Necesitas renunciar. Necesitas permitir que esto suceda. Y sabes qué? El diablo no se quedará tranquilo al ver que muchos quieren vivir de esta manera, que muchos toman la decisión de vivir de esta manera, de decir, Señor, todos los días estaré buscando Tu Palabra, todos los días me estaré llenando de ella, quiero ser una mujer, quiero ser un hombre lleno, un joven lleno de Tu Espíritu. Y el diablo no se quedará tranquilo y buscará atacarnos de todas las formas posibles. Pero sabes qué? No debemos tener temor. Efesios 6, del 10 al 12, dice, por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo. Vamos a tener oposición. Aquel que realmente quiere vivir una vida digna, aquel que realmente quiere vivir una vida llena del Espíritu, va a tener oposición. Pero Colosenses 2, 15 dice, despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Mis hermanos, el Señor nos ha dado todo. Al morir en la cruz y al resucitar, nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir la vida, para la piedad. No nos hace falta nada. Lo único que debes hacer es llenarte, es obedecer, es que el Espíritu de Dios te controle, que influya en cada una de tus decisiones, que influya en cada uno de tus actos. De ahí, de la palabra con la que tú te llenas, es donde el Espíritu Santo toma. Pero si no hay nada, si estás vacío, si en lugar de vivir una vida digna, vivimos una vida como la que antes teníamos, lo que pasa es que nosotros apagamos el Espíritu. Y esa influencia que hay en nosotros de su Espíritu, necesitamos de la iglesia ágape, una iglesia llena del Espíritu Santo, hermanos. Y esto no significa gritería, no significa experiencias sobrenaturales, esto no significan tantas cosas que a veces la gente piensa que es la llenura, no. Esto significa hombres y mujeres llenos de la palabra de Dios, controlados por la palabra de Dios. Esto es todo de mi parte en esta tarde, hermano. Le voy a invitar a que se ponga de pie. Y vamos a orar. Vamos a orar en esta noche para despedirnos, pero pídele al Señor, ahí donde estás tú, dile Señor yo me rindo. Yo me rindo a ti, yo me rindo y cedo el control de mi vida. Quiero ser, cierra tus ojos, quiero ser un cristiano lleno de tu Espíritu. Quiero que cada uno de mis actos, que cada uno de mis pasos, cada una de mis palabras, todo lo que yo haga te refleje, que cada día se puedan ir viendo en mi vida tus virtudes, Señor. Que puedan ver los demás en mi vida, tu poder. Cómo me has transformado, cómo me has cambiado. Quiero ser un proclamador de tu gloria, Señor. Quiero ser un cristiano lleno de tu Espíritu. Que lleve tu palabra, tu palabra que es la que va a cambiar las vidas de esas personas. Me rindo a ti, Señor, nos rendimos a ti en esta noche. Toma el control de nuestras vidas, Señor. Toma el control de nuestro ser, el control de mis pensamientos, el control de mis emociones. Ya no quiero ser más una persona arrebatada, ya no quiero ser una persona reactiva. Quiero ser una persona humilde, una persona mansa, una persona sencilla, Señor. Permíteme, Señor, cada día que yo me levante, rendirme, ayúdame a rendirme. Quiero, Señor, eso en mi vida. Quiero la llenura de tu Espíritu. Influenciando, moviendo cada una de mis actitudes, de mis decisiones. Quiero vivir en este mundo de una manera sabia, Señor. Quiero ser luz. Quiero andar en amor. Y hoy, Señor, me rindo, rindo todo lo que soy y quiero vaciarme de toda esa carnalidad y quiero vaciarme de todas esas cosas para ser llena, para ser lleno de ti, Señor. Quiero ser para ti, Señor, una melodía, un aroma agradable. Quiero ser, Señor, cada día más como tú, Señor. Cada día ser más como tú. Gracias, Señor, por tu palabra. Gracias, Señor, por tu presencia. Gracias porque poco a poco, Señor, tú nos has ido hablando y poco a poco tú nos estás perfeccionando, Señor. Y poco a poco tú nos estás guiando, Señor, en tu palabra, con tu palabra, Señor. Síguenos hablando, Señor. Sigue hablando a nuestras vidas a través de la predicación. Habla nuestro pastor, Señor. Necesitamos cambiar. Necesitamos de ser cristianos de banca, cristianos conformistas, cristianos que creen que, bueno, ya me salvé, ya. Bueno, sentarme y estar tranquilo. Sí hemos recibido tu salvación, Señor. Algún día te veremos, Señor. Pero no queremos, Señor, que cuando nuestras obras sean probadas sea heno, sea hojarasca, Señor. No queremos que sea como el oro, Señor. Gracias, Señor, por tu palabra, por tu preciosa palabra, que es la que impacta nuestros corazones y nos transforma, Señor. Que es la que cambia nuestras vidas. Que es la que nos da el valor, Señor. La que nos da la fuerza para afrontar las situaciones. Es la que nos hace distintos, Señor. Ya no somos más unos cobardes. Nos has dado valor, Señor, ahora. Ya no somos más unos mentirosos. Somos unos proclamadores de la verdad. Gracias, Señor, por tu preciosa palabra en nuestras vidas, Señor. Gracias por todo lo que hiciste posible en la cruz. Gracias, Señor, porque nos lo has dado todo, Padre, para poder vivir en esta vida dignamente. Bendito sea tu santo y divino nombre, Señor. En el nombre de Jesús. Amén. Mi hermano, que Dios lo bendiga, que vaya con bien. Llévese esta palabra, hermano. Llévese esta palabra en su corazón.

Listen Next

Other Creators