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Dr. Edinson Montero received greetings from Cathy Solis Terranova, a student of Basic Education, online mode, second semester, 5th grade classrooms. They discussed the Technical Cooperation Agreement, Environmental Education Program, Manual for Educators, Environmental Education and Biodiversity Conservation in Educational Processes. They covered various modules including concepts and approaches of environmental education, participatory research in environmental education, integrating environmental dimensions in different educational sectors, interdisciplinary projects in environmental education, participatory techniques in environmental education, and educational guides and instruments. They also discussed the concepts of ecology, environment, and systems approach to studying the environment. The environment is a dynamic set of relationships between social and natural elements that interact and produce changes in a specific place and time. Conservation is the management of human use o Dr. Edinson Montero recibió en Corea el saludo de Cathy Solis Terranova, alumna de Educación Básica, modalidad en línea, segundo semestre, aulas de 5. Convenio de Cooperación Técnica, Programa de Educación Ambiental, Manual para Educadores, Educación Ambiental y Conservación de la Biodiversidad en los Procesos Educativos. Heroísta Trey Estoliz, consultora internacional. Contenidos. Módulo 1, conceptos, enfoques y elementos básicos de educación ambiental y conservación de la biodiversidad. Módulo 2, elementos de la investigación participativa en la educación ambiental. Módulo 3, orientaciones para insertar la dimensión ambiental en los diversos sectores y especialidades educativas. Módulo 4, proyectos interdisciplinarios en educación ambiental, PROIDEA. Módulo 5, técnicas participativas en la educación ambiental. Módulo 6, guías e instrumentos educativos. Módulo 1, conceptos, enfoques y elementos básicos de educación ambiental y conservación de la biodiversidad. Ecología, ambiente y enfoque de sistemas para estudiar el ambiente. La ecología junto a la botánica, la zoología, la astronomía y otras ciencias similares conforman el grupo de las denominadas ciencias naturales. Su objeto central de estudio son las relaciones en general entre un organismo viviente, protista, planta o animal, incluidos los seres humanos, con el medio natural o entorno en el cual vive y desarrolla su actividad. Trata de explicar los diferentes mecanismos de adaptación morfológica, fisiológica y etológica del organismo objeto de estudio a las condiciones y posibilidades de supervivencia que le ofrece su entorno o medio. El ecosistema a su vez se puede definir como unidad estructural de organización y funcionamiento de la vida. Consiste en la comunidad biótica, vegetales, animales, incluidos los seres humanos y protistas, que habita una determinada área geográfica y todas las condiciones abióticas, suelo, clima, humedad, temperatura, etc. que la caracterizan. El ecosistema es el nivel más alto de integración de la biósfera. La biósfera, por su parte, es una de las cuatro envolturas que, entrelazadas, componen el planeta Tierra e incluye todas las formas de vida que se encuentran en él. Las otras envolturas son la litósfera, la hidrósfera y la atmósfera, y se refieren a la parte sólida, líquida y gaseosa respectivamente. El ambiente como concepto ha evolucionado y continúa en proceso de construcción, tanto desde el punto de vista de su comprensión como de su contenido. La expresión medioambiente, hoy tan generalizada, resulta redundante, pues ambos términos con ligeros matices diferenciales, medio y ambiente, son sinónimos y así se emplean a menudo en el discurso, tanto científico como cotidiano. Por otro lado, el término ambiente es frecuentemente utilizado con dos connotaciones muy diferentes, una estática y limitante, que se refiere al entorno material, tangible, mesurable y que en ocasiones resulta excluyente con respecto al individuo humano, y otra dinámica, más amplia y comprensiva, evidenciable solamente por sus manifestaciones y efectos sobre la calidad de la vida, que involucra al ser humano y lo hace parte indisoluble en las siete interacciones de sociedad naturaleza. A menudo se presentan confusiones terminológicas con la expresión ambiente, que es necesario aclarar. Una de ellas es, por ejemplo, la de equiparar ambiente con ecología. La ecología, como se señaló antes, es una ciencia, o si se prefiere, una disciplina científica que cuenta con sus propias reglas, contenido conceptual, objeto específico de estudio e instrumentos de trabajo, al igual que las demás ciencias como la física, la matemática, la geología o la ciencia social. El ambiente no es una disciplina científica, sino un objeto de estudio a cuyo conocimiento han contribuido y siguen contribuyendo en mayor o menor grado las diferentes disciplinas del saber humano, entre ellas la ecología. Concepción sistemática del ambiente, sistema en cualquier conjunto de elementos interactuantes que al influirse mutuamente producen elementos cualitativamente nuevos que no estaban presentes antes de que se realizara la interacción. Por estas características el enfoque de trabajo sistémico es aquel que pone en primer término el estudio de las interacciones, antes que el análisis de los elementos constitutivos del sistema. Para el análisis de la naturaleza, de las interacciones entre la sociedad y los elementos naturales, es fundamental realizar un abordaje sistémico que permita ahondar en el conocimiento de las interrelaciones y que apoye las posibilidades de comprensión de los procesos dinámicos resultantes. Una posible definición sistémica del ambiente es entonces la siguiente. El ambiente es un conjunto dinámico de relaciones entre elementos sociales y naturales que interactúan de manera permanente y producen cambios en las condiciones previas existentes en un lugar y en un momento determinado. Las interacciones entre los seres humanos y la naturaleza dan lugar a ciertos hechos ambientales que pueden ser positivos o negativos, constituirse en problemas ambientales en función de los resultados y de los procesos en curso. Esta concepción del ambiente asume por un lado la característica dinámica de las interrelaciones entre elementos naturales y elementos sociales, y por otro, desde un punto de vista holístico e integrador, que el ser humano y sus diferentes niveles de organización social con sus necesidades y potencialidades creativas y destructivas es parte indisoluble de esta red de interacciones en cuanto ser biológico y en tanto entre social y creador de cultura. Igualmente se establecen distinciones de tiempo y lugares, las cuales apoyan la comprensión temporal y espacial del ambiente y su modificación. Por lo tanto, en una situación ambiental cualquiera, considerada como un sistema, puede identificarse la presencia de tres elementos principales, cada uno de los cuales es en sí mismo un sistema de interacciones muy complejo, pero con una dinámica resultante del mutuo impacto entre los elementos constitutivos del sistema. Estos elementos son un conjunto de seres naturales constituido por todas las formas de organismos vivientes, las flores, las faunas, incluida la especie humana, y las diferentes formas de manifestación de la materia no viviente, como el aire, el agua, el suelo, las rocas, los minerales, la energía, el clima, etcétera. Un conjunto de fenómenos sociales, producto de la actividad humana, como son todas las expresiones culturales, tal como las ciencias naturales o sociales, la arquitectura, las artes, las tradiciones y saberes, etcétera. De los diferentes grupos humanos que pueblan la tierra, una población humana o conjunto de personas, hombres y mujeres de varios rangos de edad, diversos orígenes étnicos y condiciones socioeconómicas, que comparten determinados rasgos culturales y una organización social, tienen costumbres e intereses específicos, presentan una variada gama de necesidades por satisfacer y habitan un determinado espacio territorial en un momento dado. Es importante recordar aquí que la especie humana es, a la vez, componente natural, puesto que está formada por seres biológicos de existencia finita, sujetas a las leyes naturales, y es social, en tanto es creadora de cultura en su más amplia acepción. Por esta razón, el ser humano no puede abstraerse al concepto holístico y dinámico de ambiente y, en consecuencia, es parte consustancial de él. Conservación y biodiversidad. La conservación, en su acepción contemporánea, es la administración del uso humano de la biósfera, de manera que se produzca el mayor y sostenido beneficio para las generaciones actuales, pero que mantenga su potencialidad para satisfacer las necesidades e inspiraciones de las generaciones futuras. En consecuencia, se considera que la conservación es positiva y comprende el uso sostenible, la preservación, el mantenimiento, la restauración y el mejoramiento del entorno natural. La biodiversidad o diversidad biológica, por su parte, es definida en el convenio de diversidad biológica, como la variabilidad de los organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte, comprenden la diversidad dentro de cada especie, la diversidad entre las especies y la diversidad de los ecosistemas. De allí surge el concepto de megadiversidad, con el cual se califica a aquellos países en cuyos territorios se encuentra más del 70% de la biodiversidad global, incluyendo vida terrestre, marina y de aguas dulces. La diversidad genética se refiere a la variación de genes y genotipos entre las especies y dentro de ellas se considera que es la suma de la información genética que contienen los genes de las plantas, los animales y los microorganismos que habitan la tierra. La diversidad dentro de una especie permite que ésta pueda adaptarse a los cambios ambientales del clima de los métodos agrícolas que son empleados o ante las plagas y enfermedades que pueden afectarla. La diversidad de las especies se refiere a la variedad de especies o conjuntos de individuos con características básicas semejantes y que pueden reproducirse entre ellos, que se encuentran dentro de una misma región. La diversidad de ecosistemas incluye las comunidades interdependientes de especies y su entorno físico. No existen definiciones sobre los límites que puede tener un ecosistema o un hábitat. Se consideran, por ejemplo, sistemas naturales grandes como los manglares, los humedales o los bosques tropicales y también se incluyen los ecosistemas agrícolas que tienen conjuntos de plantas y animales que les son propios, aún dependiendo de la infinidad humana. La conservación de la biodiversidad es la gestión por los seres humanos a fin de proteger, estudiar, recuperar y utilizar la diversidad biológica y cultural presente en determinados ámbitos. El concepto de diversidad cultural se está considerando hoy como un componente integral de la biodiversidad. Los nexos entre la diversidad de las culturas y la diversidad biológica se remontan a los orígenes de la especie humana y continúan a lo largo de la historia en un proceso permanente en el cual se viven, se vienen desarrollando conocimientos, tecnologías, ceremonias y prácticas vinculados todos a las variadas formas de relación de los seres humanos con la naturaleza y a sus expresiones espirituales productivas de sobrevivencia y comunicación. En el reporte Nuestro Futuro Común, elaborado en 1987 por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, se plantea que la pérdida de biodiversidad no solo significa la pérdida de información genética de especies y ecosistemas, sino también desgarra la propia estructura de la diversidad cultural humana que ha co-evolucionado con ella y depende de su existencia. En la medida en que las comunidades, las lenguas y prácticas de las poblaciones indígenas y locales desaparecen, se pierde también por siempre un vasto bagaje de conocimientos acumulados, en algunos casos durante miles de años. Por otra parte, la biotecnología es un conjunto de técnicas que emplean organismos vivos para crear o modificar productos, mejorar plantas o animales, o también para desarrollar microorganismos especiales. La relación que existe hoy entre la biotecnología y la biodiversidad tiene que ver fundamentalmente con el desarrollo de métodos nuevos para copiar o almacenar genos, cultivo de semillas y de tejidos, o para mejorar técnicas de almacenamiento, identificar genes útiles o bien detectar y eliminar enfermedades en bancos de genes. Uno de los ejemplos clásicos es el cultivo de tejidos vegetales o células individuales. Para contar con varios quejes de una única planta, en los llamados bancos genéticos, se emplea el cultivo de tejidos para preservar la información genética de las plantas. La bioseguridad es un tema de la mayor importancia que se relaciona con las anteriores actividades. Se trata de evaluar los riesgos ecológicos relacionados con plantas producidas a través de manipulación genética en lugares donde existe biodiversidad. Se han producido hasta el momento un gran número de plantas con variedades transgénicas o modificaciones genéticas que resultan resistentes a los herbicidas pero que pueden producir problemas a la salud humana y transformar las características nutricionales o de reproducción de las mismas. Por esta razón se suscribió en el año 2000 un documento internacional sobre bioseguridad, el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, que pretende contribuir o garantizar un nivel adecuado de protección en la espera de la transferencia, manipulación y utilización segura de los organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología moderna, que pueden tener efectos adversos para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana y centrándose concretamente en los movimientos transfronterizos. Proceso histórico de la educación ambiental. Desde 1972, año de la suscripción de la Declaración sobre el Medio Humano, en la reunión de Estocolmo se han tenido expresiones concretas y compromisos relativos al desarrollo sostenible en el mundo, aunque es anterior a esta fecha la preocupación por el manejo insostenible de nuestro planeta. Pero esta declaración, con sus posteriores repercusiones, es la que marcó un hito fundamental en el avance hacia la comprensión de la urgente necesidad de un cambio en los procesos de desarrollo. En la citada declaración se afirmaba que el hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y al disfrute de condiciones de vida adecuadas, en un medio de calidad tal que se le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger el medio para las generaciones presentes y futuras. Surgieron entonces instancias claves como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PENUMA, y se propuso en 1975 que la Unesco se encargara de poner en marcha el Programa Interdisciplinario de Educación Ambiental, IEA, como aportes fundamentales al logro de un cambio en la visión del desarrollo y en la educación que podría propiciar. En 1975 se realizó la reunión de Belgrado sobre educación ambiental y se promovió un esfuerzo internacional de PENUMA y Unesco para comprender mejor y llevar a la práctica esta nueva educación, delineada posteriormente con más detalle y con extraordinaria visión en la Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental, celebrada en Vilicis en octubre de 1977 entre Belgrado y Vilicis. Se llevaron a cabo reuniones regionales preparatorias como las de África, Brasilia, 1976, América Latina, y el Caribe, Bogotá, 1976, y Europa, el Cinqui, 1977, donde se efectuaron trascendentes debates y se amplió la visión del nuevo tipo de educación para el futuro. Algunos de estos interesantes aportes se expresan en afirmaciones como las siguientes. La educación ambiental debería fomentar el establecimiento de un sistema de valores que esté en armonía con el medio cultural tradicional. Tanto las agresiones como los conflictos y las guerras producen efectos desastrosos sobre el hombre y el ambiente. Por ello, la educación debe promover la paz y la justicia entre las naciones. Brasil en 1976. La educación ambiental debe apuntar a reforzar el sentido arqueológico, contribuir al bienestar colectivo, preocuparse por la supervivencia de la humanidad. El Cinqui, 1977. Esta visión global relacionada con los valores, con la paz y la justicia, con el bienestar colectivo, abrió una dimensión conceptual fortalecida luego en la reunión de Vilici, en cuya declaración final se subrayó. La educación ambiental es en realidad la educación tal cual debe entenderse y practicarse en nuestro tiempo. La educación ambiental, además de orientarse hacia la comunidad, debe interesar al individuo en un proceso activo que tienda a resolver los problemas gesturos en el contexto de realidades específicas, aumentando la iniciativa, la responsabilidad y el sentido prospectivo de un mañana mejor. Vilici, 1977. América Latina fue sin duda una de las regiones del mundo que acogió el compromiso de la educación ambiental con entusiasmo. Se efectuaron cambios en los planes de estudio por parte de los ministerios de educación, se realizaron y evaluaron proyectos pilotos y se propusieron diversas acciones para insertar la dimensión ambiental en el currículo educativo. En 1987 se publicó el informe Nuestro Futuro Común, elaborado por la Comisión Brookland creada tres años atrás, donde participaron expertos de diversas regiones del mundo, algunos de ellos procedentes de América Latina. Este informe presenta la definición de desarrollo sostenible que hoy es ampliamente utilizada y que sirvió de referencia para los documentos de la Cumbre de Río de 1992. Desarrollo sostenible es aquel desarrollo que permite satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias. Numerosos ejes de Estado y de gobierno acogieron la declaración de Río, suscribieron los convenios sobre diversidad biológica y cambio climático y respaldaron el programa de acción denominado Agenda 21. La Agenda 21 dedica su capítulo 36 al tema de la educación, la conciencia pública y la capacitación, planteando la reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible en el marco de las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Educación del Conciente de 1990 y proponiendo una serie de objetivos y actividades para lograrlo. El Convenio de Diversidad Biológica, por su parte, dedica su artículo 13 a la educación y la conciencia pública, planteando la promoción y fomento de la comprensión sobre la importancia de la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica. De manera paralela a la reunión formal convocada por Naciones Unidas en Río de Janeiro, se realizó el foro global ciudadano con participación de miles de personas e instituciones independientes del mundo, donde se propuso un tratado de educación ambiental hacia sociedades sostenibles y de responsabilidad global, constituido por una serie de principios arqueológicos, políticos y metodológicos para generar valores, actitudes y comportamientos en consonancia con la construcción de una sociedad sostenible, justa y ecológicamente equilibrada. Después de Río, el contexto internacional se enriqueció con una serie de nuevas reuniones y compromisos sobre aspectos importantes ligados con el desarrollo. La conferencia de El Caido sobre población, celebrada en 1994. La conferencia sobre desarrollo social, realizada en Copenhague en 1995. La conferencia sobre la mujer, celebrada en Beijing en ese mismo año. La conferencia sobre asentamientos humanos de Estambul en 1996, etcétera. Diez años después de Río, en el año 2002, se realizó la reunión mundial sobre desarrollo sostenible, convocada igualmente por las Naciones Unidas. El documento final de esta reunión o plan de acción solo tiene breves referencias a la educación en general y no dedica un aparte especial al tema de la educación ambiental. Sin embargo, para el año 2003 se preparan importantes reuniones regionales y mundiales, como el primer Congreso Mundial sobre Educación Ambiental, a realizarse en EPIO, Portugal, en el mes de mayo, y el cuarto Congreso Iberoamérica de Educación Ambiental que se llevará a cabo en La Habana, Cuba, en el mes de junio. Definición, subdivisiones, objetivos y características de la educación ambiental. Definición de educación ambiental. La educación ambiental es un proceso formativo mediante el cual se busca que el individuo y la colectividad conozcan y comprendan las formas de interacción entre la sociedad y la naturaleza, sus causas y consecuencias, a fin de que actúen de manera integrada y racional con su medio. En esta definición es importante observar que el proceso educativo no solo busca incrementar los conocimientos de la población objetivo, sino también que se comprendan las interacciones fundamentales entre los seres humanos y la naturaleza, todo ello con un fin concreto, la acción. Es decir, la educación ambiental se plantea como una actividad integral y sistémica con dos énfasis centrales, el análisis, conocimiento y comprensión de las interacciones y la acción social participativa hacia el mejoramiento ambiental. Subdivisiones de la educación ambiental. La educación ambiental se ha dividido tradicionalmente en educación ambiental formal, educación ambiental no formal y educación ambiental informal. La educación ambiental formal es aquella que se realiza en el marco de procesos formales educativos, es decir, aquellos que conducen a certificaciones o grados desde el preescolar, pasando por la primaria y secundaria, hasta la educación universitaria y de posgrado. Las formas de expresión de esta educación van desde la incorporación de la dimensión ambiental de manera transversal en el currículo hasta la inserción de nuevas asignaturas relacionadas o el establecimiento de proyectos educativos escolares. La educación ambiental no formal es la que se dirige a todos los sectores de la comunidad a fin de proporcionar mayores conocimientos y comprensión sobre las realidades ambientales globales y locales, de modo que se logre promover procesos de mejoramiento que incorporen a los diversos grupos de la sociedad, hombres y mujeres, grupos étnicos, comunidades organizadas, sectores productivos, funcionarios de gobierno, etcétera. Se expresa generalmente en la realización de talleres, seminarios, cursos y otras actividades formativas insertas en programas de desarrollo social, comunitario o en planes educativos de organismos públicos o privados a nivel nacional, regional o local. La educación ambiental informal es la que se orienta de manera amplia y abierta a la comunidad, al público en general, proponiendo pautas de comportamiento individual y colectivo sobre las alternativas por una gestión ambiental apropiada o planteando opiniones críticas sobre la situación ambiental existente a través de diversos medios y mecanismos de comunicación. Un ejemplo de ello son los programas radiales o televisivos, las campañas educativas, los artículos separatas de prensa escrita, el empleo de hojas volantes, la presentación de obras teatrales, el montaje de espectáculos musicales, etcétera. Objetivos de la educación ambiental. La Carta de Belgrado sobre Educación Ambiental producida y adoptada al término de la Conferencia de Belgrado, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, en octubre de 1975, incluye los siguientes objetivos de la educación ambiental. A, formar y despertar conciencia ambiental. B, generar conocimientos en las personas y grupos sociales para ganar una comprensión básica del ambiente en su totalidad. C, desarrollar actitudes en las personas, grupos sociales basadas en la adquisición de valores sociales y del interés por el ambiente. D, descubrir y cultivar las aptitudes de las personas para resolver problemas ambientales por sí mismas y actuando colectivamente. E, estimular la participación ayudando a las personas y a los grupos sociales a profundizar su sentido de responsabilidad y a expresarlo actuando decididamente. F, desarrollar la capacidad de evaluación en las personas y grupos sociales para evaluar las medidas y los programas de educación ambiental. Esta declaración de objetivos, pese a que en su momento fue un paso importante en el proceso de organizar, sistematizar y dar una orientación al trabajo ambiental desde la óptica educativa, debe ser enriquecida y actualizada incorporando entre otros elementos una concepción holística e integradora del ambiente, así como la previsión futurista de sostenibilidad del desarrollo y su impacto en la calidad de vida de la gente. Tomando como base conceptual la definición de educación ambiental, se podría adicionar entre otros los siguientes objetivos. G, capacitar a la población individual y colectivamente para asumir de manera participativa la gestión ambiental del espacio geográfico que ocupa. H, contribuir a la construcción de una visión integral y holística del ambiente, aportando instrumentos intelectuales y medios que permitan acceder y construir saberes ambientales.