Palabra de Vida hoy, miĂ©rcoles decimoctavo del Tiempo Ordinario Fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Patrona de Europa Al Pan por la Palabra Hoy en la liturgia recordamos y celebramos a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Édith Stein, Patrona de Europa. Son los patronos de Europa a San Benito, del Occidente MediterrĂ¡neo, los santos Cirilo y Metodio, monjes de Oriente, Santa Benedicta de la Cruz, Édith Stein, carmelita conversa del judaĂsmo y mĂ¡rtir del nazismo, la mejor discĂpula del filĂ³sofo de la fenomenologĂa, Husserl.
TambiĂ©n es patrona de Europa Santa Catalina de Siena, la dominica que tanto impulsĂ³ la resoluciĂ³n del sisma de Occidente, y Santa BrĂgida, mĂstica sueca. Desde San Pablo VI, Ă©l y los papas San Juan Pablo II y Benedicto XVI embrozaron el nĂºmero de patronos de Europa, mostrando la diversidad del continente en la pluralidad de perfiles de estos seis patronos, frente al pensamiento Ăºnico y la oligarquĂa econĂ³mica que se nos imponen hoy. En nuestros seis patronos de Europa se nos recuerda la identidad de nuestro continente y sus orĂgenes.
Desde los monjes patronos de Occidente y Oriente, la mĂstica, la teĂ³loga y la filĂ³sofa, se nos hace evidente la labor protagonĂstica de la Iglesia y la inspiraciĂ³n evangĂ©lica de Europa desde antes que Ă©sta existiera como tal. Desde el Circo MĂ¡ximo y el Coliseo de Roma, hasta las masacres de cristianos por los jacobinos en las postremerĂas de la RevoluciĂ³n Francesa, bien se puede decir que Europa surgiĂ³ acunada por este refrĂ¡n «Sangre de mĂ¡rtires, semilla de cristianos». ¿Y en quĂ© se basa el martirio? En la muerte de JesĂºs, en su sacrificio supremo de amor consumado en la cruz a fin de que pudiĂ©ramos tener vida, una vida nueva en libertad, justicia y fraternidad, una vida como la suya.
El mĂ¡rtir sigue al Señor viviendo su fe en fidelidad hasta las Ăºltimas consecuencias, aceptando libremente morir por esa fe que le une en la vida y en la muerte con el cordero de Dios en la entrega por la salvaciĂ³n del mundo. La fuerza para afrontar el martirio mana de la profunda e Ăntima uniĂ³n con Cristo, porque el martirio y la vocaciĂ³n al martirio no son el resultado de una decisiĂ³n personal puntual, sino la consecuencia de una profunda vida de gracia y respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios a dar la propia vida por amor a Cristo, a la Iglesia y al mundo, por todos los que lo evitan, al reproponer la verdad y la libertad con la propia muerte como antes se hizo con la vida.
Probablemente nosotros no estemos llamados al martirio como Santa Teresa benedicta, pero ninguno de nosotros queda excluido de la llamada divina a la santidad, a vivir en medida alta y creciente la existencia cristiana, y esto conlleva a tomar sobre sĂ la cruz que cada dĂa nos impone el materialismo laicista y la violencia e intolerancia de la sociedad, que penaliza y persigue a quien osa contradecir sus dictados por la denuncia de cualquier atentado contra la vida, identidad o dignidad del ser humano.
NutrĂ¡monos de la gracia que es Cristo para custodiar en la verdad la libertad de nuestra conciencia y mostremos a todos en el nuestro el hermoso rostro de Cristo, para ser capaces de amar como Él nos ha amado y nos ama a todos y cada uno, tambiĂ©n a los que le persiguen a Él cuando nos persiguen a la Iglesia y a cada uno de sus hijos. Con el gozo de sabernos de Cristo, vuestros hermanos franciscanos desde Toledo os abrazamos con la paz y el bien.
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