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LUNES XVI  TO

LUNES XVI TO

VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS

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In today's Word of Life, Jesus is asked to perform a miracle, but he responds by saying that the only sign they will receive is the sign of Jonah. He explains that just as Jonah was in the belly of the whale for three days and three nights, so too will the Son of Man be in the earth. The speaker reflects on how humans are still a mystery to themselves and how we are constantly seeking miracles and signs. They express concern that we are more interested in uncovering the secrets of nature and the cosmos than in uncovering our own secrets to our conscience. They argue that the beyond is now portrayed in materialistic terms and that we are distracted from the responsibility of protecting and cherishing the life we have here and now. They urge us to look to Jesus to learn how to truly see and engage with the world around us, and to take action to change the things we don't like. They conclude by saying that this would be a real miracle. Palabra de vida hoy, lunes decimos sexto del tiempo ordinario, al pan por la palabra. Del Evangelio según San Mateo. Unos fariseos le dijeron a Jesús, Maestro queremos ver un milagro tuyo. Él les contestó. Esta generación perversa y adultera exige una señal, pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo, pues tres días y tres noches estará el hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Porque el ser humano sigue siendo un misterio para sí, porque nos seguimos sorprendiendo unos a otros y cada uno a sí mismo, para bien y para mal. Porque preferimos desvelar los secretos de la naturaleza y del cosmos que más estimulan y menos comprometen, antes que desvelar los propios ante nuestra conciencia, seguimos buscando prodigios y signos, estamos ávidos de espectáculo, y siempre hay quien manipula esa avidez y se aprovecha de nuestra esperanza de presenciar el más difícil todavía. Las noticias de avances científicos dignos de una película de Ridley Scott, o de descubrimientos a miles y miles de años luz que asumimos con un largo salto de fe en la prensa, no alimentan y se sirven de todo ello. El más allá ya no se pinta con los tonos del misterio trascendente de los de grado que nos recuerda la sacralidad de todo ser humano, sino que hoy se pinta con los colores del materialismo, porque el más allá que se nos ofrece hoy, es algo a nuestro alcance cuando no quedan ya continentes por descubrir ni rincón del planeta sin cartografiar o al que tener acceso con Google Maps. El más allá que nos invitan a mirar hoy, es una distracción del más acá, una distracción que nos evade de la responsabilidad de no tanto buscar vida en otros planetas y urdir modos de crear vida artificial, como de proteger la vida que tenemos al lado, y no de generar hasta abortarla, la vida que nos es dada por los mismos cauces que fue traída la nuestra en la existencia. Porque quizá el más acá se nos hace insoportablemente incierto y doloroso, aceptamos con gusto un más allá de ensueño o de pesadilla, pero siempre desvinculado de la vida diaria. Total, ¿qué puedo hacer yo ante la guerra de Ucrania o los conflictos de África o ante la algarada callejera y los disturbios o las violaciones y abusos? Es más sencillo cuando no más facilón buscar prodigios que distraigan antes que protagonizarlos. No mirarla hace la realidad más soportable porque al final yo no puedo hacer nada para cambiar las cosas. Al menos eso nos hace en creer y nos creemos. Decidirse a aprender a mirar, a saber pensar para poder actuar, para hacer algo, es lo que define a la persona con libertad, capaz de resistir y perseverar en la defensa de la nobleza y honorabilidad de su conciencia. Miremos a Jesucristo resucitado para aprender a leer la realidad y el momento presente desde Él, para con Él, hacer algo que descubra a otros el ateísmo práctico de buscar vida en otros planetas u otorgar supuestos derechos a todo ser vivo cuando se le arrebatan todos sus derechos naturales al anciano y al enfermo, al bebé aún por nacer o a quien vive a mi lado e incluso a mí mismo. Si no te gusta la realidad tal cual es, no cierres los ojos, véngate de ella y haz algo por cambiarla. Haz algo por cambiar tú e interpélame a mí a hacer otro tanto. Eso si sería un prodigio y el único más difícil todavía que podemos protagonizar. Con deseos y empeño desde nuestra pobreza desiero hoy el prodigio de Dios para la humanidad. Vuestros hermanos franciscanos desde Toledo os abrazan con la paz y el bien. Amén. Amén.

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