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In the reading from the Book of Kings, David advises his son Solomon to follow God's commandments and be brave. In the Gospel of Mark, Jesus sends out his disciples in pairs and tells them to travel lightly. The message reminds us to be strong and rooted in our faith, not swayed by worldly ideologies. We should examine our beliefs and align them with Christ rather than society. By opening ourselves to Jesus, we can find healing and become a source of hope for others. Palabra de Vida Hoy, Jueves 4º del Tiempo Ordinario, Día 1 de Febrero AL PAN POR LA PALABRA Del primer Libro de los Reyes Se acercaban los días de la muerte de David, y éste aconsejó a su hijo Salomón. Yo emprendo el camino de todos, ten valor y sé hombre. Guarda lo que el Señor tu Dios manda guardar siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, órdenes, instrucciones y sentencias, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y adonde quiera que vayas. Del Evangelio según San Marcos En aquel tiempo Jesús llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más. Ni pan ni alforja ni dinero suelto en la faja, que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Leyendo en su contexto histórico, no desde el nuestro, la primera lectura de hoy y la llamada de David a su hijo Salomón a ser un hombre, se me viene a la memoria aquella exhortación que hacía Santa Teresa de Jesús a sus monjas, llamándolas a dejarse de sensiblerías y a ser viriles. Obviamente, ni el rey David ni la santa son misóginos, ni pretenden sofocar con masculinidad nada de la personalidad de los receptores de ambas exhortaciones. Desde las categorías de ambas épocas y asumiendo sus entornos culturales, es fácil inferir a qué nos llama hoy, tanto a varones como a mujeres, la palabra de Jesús, a qué llamaba el Señor a los que enviaba a prolongar primero y perpetuar después su obra, a ser firmes, leales y perseverantes, a no doblarnos como juncos ante los vientos adversos, sino a resistir firmemente enraizados en la tierra nutricia que nos sostiene. Matizando un poco el mensaje para podérnoslo aplicar, y como decía San Pablo a los receptores de sus cartas, no debemos ser como niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina que nos distraiga y separe del Evangelio de Jesucristo que hemos recibido, evitando así caer en la trampa de los hombres que son del mundo y no de Dios. Repasemos el capítulo cuarto de Efesios, de los versículos 7 en 16. Entre estos apuntes, poco hay que añadir para que cada uno pueda saber por sí mismo a qué le llama hoy la palabra del Señor. En un tiempo como el nuestro en el que todo está en tela de juicio salvo la única certeza absoluta admisible para el pensamiento único del relativismo interesado. ¡Todo es relativo! ¡Todo está sujeto a la opinión de la mayoría! Pregúntese cada uno a sí mismo qué aspectos de sus opiniones y afirmaciones expresas están más en comunión con Cristo que con la sociedad, y qué parcelas de su conciencia han sido ya colonizadas por las ideologías mundanas con las que los poderosos intentan diseñar y recrear a su imagen y semejanza las realidades más elementales que constituyen nuestra identidad humana. Para diagnosticar una infección y poder combatirla, debemos identificar primero qué patógenos y toxinas nos envenenan, pues de otro modo podemos terminar padeciendo una septicemia que acabe con nuestra vida. No hay enfermo con menos esperanza de curación que aquel que le cierra la puerta al médico. Abramos nuestras puertas de empar a Jesucristo y dejémonos sanar por Él para que Él nos convierta en medicina de esperanza para otros. Paz y bien os desean a manos llenas vuestros hermanos franciscanos desde Toledo.