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1 Corintios 5

1 Corintios 5

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The speaker discusses the importance of being at peace with our loved ones and the ability to forgive and let go of grudges through the power of Christ. They then transition to discussing the difficult situations the church in Corinth was facing, specifically addressing the issue of immorality within the church. The speaker emphasizes the need for discipline and repentance in order to maintain a holy character and allow the Holy Spirit to work freely in our lives. They highlight the sin of fornication and the consequences it has on our relationship with God. The speaker concludes by emphasizing the role of the Holy Spirit in guiding and convicting believers. Bien, que hermoso cuando podemos estar en paz con los nuestros, que hermoso cuando podemos sonreír a plenitud en casa y mirar a nuestros seres queridos, a nuestros familiares, a esa gente que una vez, o a los vecinos, o a los compañeros de trabajo que una vez te ofendieron y puedes mirarle cara a cara y felicitarle con buen ánimo y con un corazón sano, para eso es necesario estar a los pies de Cristo. El Señor limpia nuestro corazón y nos da esa capacidad de amar así, semejante a la de Jesús. Te digo que se puede. Si sientes que no puedes pedir perdón, si sientes un enojo tan grande, tan grande, tan grande, te digo que Dios puede sanar tu corazón y ayudarte a dejar ir libre a esa persona que tienes atada en lo más profundo de tu corazón. Ese rencor, ese dolor que no te deja vivir, que no te deja celebrar en paz, tráelo hasta el altar del Señor, levántate y sé libre en el nombre de Cristo. Vamos pues, señores, a nuestra lectura viniera. Recuerden que hacemos un recorrido por toda la carta del apóstol Pablo a los Corintos, hacia la iglesia de Corintos y hoy estamos en el capítulo 5, señores. Este capítulo 5 pone de manifiesto situaciones difíciles que estaba afrontando la iglesia de Corintos. En todas las iglesias podría haber diferentes circunstancias difíciles, no digo problemas, pero sí circunstancias difíciles porque lidiamos con personas y cada persona, como dice alguien, cada persona es un mundo y la iglesia es como un taller. Es un taller donde llegamos las personas con problemas de carácter, llegamos a veces con costumbres malas del mundo, a veces llegamos con poca formación en cuanto a la educación se refiere. Pero entramos ahí al taller de Dios y allí para ser sanados, a veces necesitamos poner en evidencia quiénes somos, cómo vivimos, cómo somos y es allí que el Señor comienza a moldearnos y a darnos a través de las prisiones uno con otro, a darnos el carácter, el molde que necesitamos llevar. Pues la iglesia de Corintos que es una de las iglesias formadas en el tiempo de Jesús prácticamente, cuando Jesús asciende a los cielos, el apóstol escribe, decíamos que uno de los propósitos de la carta a los Corintos es resolver esas situaciones que se estaban dando dentro del cuerpo de Cristo la iglesia. Vamos a ver qué conflicto se estaba dando en la iglesia de Corintos. Capítulo 5 de 1 Corintos, leo en el nombre de Jesús y para bendición de nuestras vidas, de cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, hay, y la fornicación cual ni aún se nombre, entre los gentiles, tanto que alguno tiene la mujer de su padre, y vosotros estáis envanecidos, no debierais más bien haberos lamentado para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción. Ciertamente yo como ausente en cuerpo pero presente en espíritu y como presente he buscado que tal cosa ha hecho, he buscado al que tal cosa ha hecho, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros en espíritu con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de su carne a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. ¿No es bueno vuestras actancias? ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos pues de la vieja levadura para que seáis nueva masa sin levadura como soy, porque nuestra Pascua que es Cristo ya fue crucificado por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino celebremos la fiesta con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. ¡Qué lindo, qué hermosa termina esta porción del apóstol Pablo! Aquí el apóstol Pablo, hermanos y amigos, está trayendo, poniendo de relieve la inmoralidad que había surgido aún dentro del Cuerpo de Cristo, ¡qué pena!, aún dentro de la casa del Señor. Y aquí vemos un caso de inmoralidad siendo tratado por los líderes de la Iglesia. Y es que el apóstol Pablo es como si reprendiera a los líderes de aquella época, porque como dice también en el capítulo 4, ellos estaban envanecidos, parece que tenían algo de orgullo en cuanto a su posición en la casa del Señor, en la grey del Señor. Y es como si el apóstol les estuviese diciendo, debieras estar avergonzado, bendito sea el nombre del Señor. Y le dice, de cierto se oye que hay entre ustedes fornicación, se está refiriendo al pecado de fornicación, que consiste en el disfrute de la sexualidad, en cualquier área, en cualquier índole, fuera del matrimonio. Muchas veces, por ejemplo los jóvenes, a veces creen que el pecado de fornicación, sólo es pecado de fornicación cuando se ha tenido una penetración en una sección de sexualidad. Y no necesariamente, cualquier disfrute que lleve hasta lograr un orgasmo, y ni siquiera aún no llega a lograr orgasmo, pero cualquier disfrute de sexualidad, fuera del matrimonio, se convierte en un pecado de fornicación, así es. Y la fornicación es considerado como, el término en sí, significa fraude, porque la ley está establecida para el matrimonio, donde dos, un hombre y una mujer, como está en nuestra constitución nacional, se ponen de acuerdo para establecer un lazo de homicidad entre ambos, donde deben respetarse, amarse, considerarse y tratarse bien, relación que se establece según nuestra constitución entre un hombre y una mujer, siendo legalizado, o sea, en el estado legal del matrimonio. Entonces cuando se disfruta de la sexualidad, fuera de la legalidad del matrimonio, se está practicando la fornicación. Y ya estaba señalado por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que esto ofende a Dios, pues es fraude y debemos someternos a las leyes establecidas en la nación, bendito sea el nombre del Señor. Y el acto de fornicación se estaba dando, es un hijo conviviendo con la esposa de su padre, parece que era otro papá, el del chico, el de joven, y él estaba pues también practicando la sexualidad con aquella mujer que parece no era su madre, pero si era la esposa de su padre. Y cuando el apóstol se entera de esto, el apóstol era celoso de las cosas del Señor. El apóstol Pablo había sido fariseo, los fariseos eran legalistas, exigían el cumplimiento de las leyes sin contemplaciones, y bien que el apóstol Pablo, aunque había sido fariseo, es el apóstol Pablo quien Dios escoge para ir a llevar el mensaje de la gracia a los sentibles. Y el mensaje de la gracia envuelve la salvación por la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo, por la gracia de Dios manifestada, aleluya, gloria al nombre del Señor, pero somos salvos por la gracia de Dios, por el regalo que Dios nos ha entregado, su Hijo amado, pero en gratitud al regalo que Dios nos ha entregado, debemos vivir de manera justa y piadosa para agradar aquel que nos ha dado la vida. Y aquí que aún estando bajo la gracia el apóstol, aleluya, refuta este pecado, condena este pecado dentro de la casa del Señor. Hoy, no entiendo a veces hay mucha gente que dice soy parte del cuerpo de Cristo, pasé a formar parte de la fila de los salvados, pero hay quienes pasan a formar parte, supuestamente, no obstante siguen en su vida de pecado. Es como salimos a la calle a veces y le preguntamos a alguien que ¿perteneces a alguna religión? Sí, yo soy de tal religión. Y ¿cuántas veces asiste? No, yo nunca voy. Aleluya, bendito sea el nombre del Señor. Y mucha gente ni siquiera conoce los credos de su religión, pero dice que es de esa religión. Entonces, si confesamos a Jesús como Señor y Salvador, pero seguimos viviendo una vida liviana, practicando el pecado, como en este caso de la fornicación, es como si no les hubiésemos dado el gobierno del corazón de nuestra vida a Jesucristo. Y Él le dice, vosotros estáis envanecidos, no debierais más bien haberos lamentado para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal pecado. ¿Cuál pecado? El de fornicación. Disfrutar de la sexualidad fuera del matrimonio legal. Alabado sea el nombre del Señor. El apóstol pone de manifiesto en esta porción bíblica la acción disciplinaria que hoy en día en muchas congregaciones no existe y algunos alegan, bueno, cuando una persona dice sí, pequé, confié esa pequé, fallé, caí en pecado, me siento arrepentido, me duele haberle faltado a Dios, oren porque me quiero levantar, pero a pesar a una persona confiesa, el apóstol señala, aleluya, que debe ponerse en práctica, que se debe aplicar la acción disciplinaria cuando se ha cometido un pecado grave como el de la fornicación. Bendito sea el nombre del Señor. Y la disciplina es necesaria, aunque al principio, como también lo establece el apóstol, no sea motivo de gozo ni de contentamiento, pero dice la palabra que más tarde da fruto de bendición. Aleluya, es necesaria la disciplina para que la iglesia pueda mantener un carácter santo a los ojos del mundo y para que el Espíritu Santo pueda obrar de manera libre en las vidas. Y es que un pecado de fornicación, como cualquier otro pecado, podría conquistar al Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo es esa persona, la tercera persona de la Trinidad. Aleluya, quien nos guía a toda verdad. Contristar al Espíritu Santo es como limitarle su trabajo en nuestras vidas, su función en nuestras vidas. Dice la palabra, no contristeye al Espíritu Santo con el cual fuiste sellado para el día del arrebatamiento, del levantamiento. El Espíritu Santo es nuestra guía, nos guía a toda verdad. La palabra, la Biblia es la autoridad máxima, pero la palabra ejerza su aspecto a través de la obra del Espíritu Santo que nos convence de todo pecado. El Espíritu Santo anima a la iglesia, aviva la iglesia, trae ese fervor que tanto necesita la iglesia para mantenerse firme en los tiempos difíciles, en los tiempos duros que la vida presenta. Alabado sea el nombre del Señor. El Espíritu Santo reparte los dones a la iglesia, gloria a Dios para siempre. El Espíritu Santo trae el fervor y la convicción de pecado a través de la palabra a los creyentes. Aquí se estaba dando una relación dentro de la iglesia que podía conquistar al Espíritu Santo, detener la obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo trae a la iglesia la profecía, la palabra dice que el pueblo se muere por falta de conocimiento, por falta de la profecía. Alabado sea el nombre del Señor. Entonces era necesario disciplinar a ese joven que estaba en cierto modo siendo una mancha delante de Dios, una arruga delante de Dios para el pueblo de esa época. Yo creo que también hoy en día la fornicación dentro de la iglesia afecta la obra del Espíritu Santo, impide, limita la obra del Espíritu Santo. Y a veces ese peso de pecado viene a detener la obra de Dios en la iglesia. Debemos orar día a día para que el Espíritu Santo nos guíe y nos convenza de pecado de tal modo que cuando se dé una situación de fornicación dentro de la iglesia podamos disciplinar a esa persona hasta que llegue el tiempo de levantamiento. Y el versículo 8 dice, así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, se está refiriendo a la levadura, haciendo la ilustración común, la relación con el pecado, pues que hace la levadura, hace que el pan crezca, que la harina crezca, entonces si hay una contaminación por un pecado de fornicación esto podría debilitar a muchos y podría apagar la obra del Espíritu Santo dentro de la gray del Señor. Así que celebremos la fiesta no con vieja levadura, ni con levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y verdad. No está hablando de que comamos pan de manera literal, sino en sentido figurado. La falta de sinceridad y la falta de verdad es como si se convirtieran en esa levadura que afecta la obra del Señor. Oh que el Dios Todopoderoso nos ayude y nos dé esa fortaleza que necesitamos para mantenernos en santidad. El matrimonio fue establecido por Dios, la sexualidad fue creada por Dios, pero así como es dañino un río cuando se sale de su cauce que viene hondo, tanto daño hace ese río como tanto daño hace la sexualidad fuera del matrimonio. Así que la palabra nos motiva, nos empuja a vivir en santidad todos los días de nuestra vida.

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