
La memoria latente del golpe de estado
Listen to VoCes Andantes by Ruben Suarez MP3 song. VoCes Andantes song from Ruben Suarez is available on Audio.com. The duration of song is 56:50. This high-quality MP3 track has 1292.667 kbps bitrate and was uploaded on 10 Nov 2023. Stream and download VoCes Andantes by Ruben Suarez for free on Audio.com â your ultimate destination for MP3 music.
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Nos vamos al diĂĄlogo internacional. Con Red Contacto Sur, llevamos la voz al mundo en vivo. Por Radio Ciudadana y la Red Contacto Sur. Porque otra radio es posible, la zurda presenta... Voces Andantes. El programa de Pablo Silveira Artagaveitia. Y habĂa un hombre, que era de si un pueblo, con su traje de cale, sus ojos de abuelo, un hombre salvador, un che. Nunca como ahora, la canciĂłn nacional tuvo para ustedes y para mĂ tanto y profundo significado. Desde el hongo pintor de la patria Se levanta el clamor popular Ya se anuncia la nueva alborada Todo Chile comienza a cantar En nuestros discursos lo dijimos Somos los herederos legĂtimos De los padres de la patria Yo que soy americano No importa de quĂ© paĂs Quiero que mi continente Viva algĂșn dĂa feliz Y juntos haremos la segunda independencia Que los paĂses cercanos De CentroamĂ©rica y Sur Por en las sombras del norte A ramalazos del sur La independencia econĂłmica de Chile Ciudadanas y ciudadanos de Santiago Trabajadores de la patria Ustedes y solo ustedes Son los triunfadores Quisiera estar en mi puerta Quisiera estar en mi puerta EsperĂĄndote llegar Todo que vaya en Santiago Todo que vaya en Santiago Mi comienzo y mi final Septiembre, el Comando Nacional de Gremios Coordinadora de Organizaciones Patronales Lleva a una ofensiva nacional Contra el gobierno de la Unidad Popular El 4 de septiembre en todo el paĂs Se celebra el tercer aniversario Del gobierno en Santiago Alrededor de un millĂłn de personas Desfilan por Ășltima vez Frente al presidente Allende El 9 de septiembre Carlos Altamirano Secretario General del Partido Socialista En Chile Llama al enfrentamiento A oponerse por todos los medios A la ofensiva golpista Descartando cualquier tipo de diĂĄlogo El 10 Allende anuncia a sus ministros Y a los militares Su decisiĂłn de convocar un plebiscito Para resolver la crisis El 11 de septiembre Un golpe de Estado Termina con el Estado de Derecho en Chile Las instituciones democrĂĄticas Son clausuradas Y reemplazadas Por una dictadura Encabezada por el oscuro Augusto Pinochet Quien crea una nueva institucionalidad Basada en la represiĂłn Y la eliminaciĂłn sistemĂĄtica De sus opositores Voy a poner todas las Ăłrdenes Que se me han hecho En las redes sociales Voy a poner todas las Ăłrdenes Que se han dado por el nuevo gobierno Primero EstĂĄ prohibido salir a la calle en grupo A todos los que no obedezcan Se les dispararĂĄ eso Segundo No se podrĂĄ salir a la calle A partir de las 3 de la tarde Tercero Los trabajadores no deben abandonar su trabajo Se castigarĂĄ al que lo haga Cuarto Todos los extranjeros que estĂ©n ahĂ Y no tengan sus papeles en orden Deben presentarse en una comisarĂa Quinto No se deben hacer manifestaciones Como poner banderas en las ventanas Gritar en las calles, etc. Sexto Prohibido portar armas de cualquier tipo SĂ©ptimo Hay que quedarse en sus casas calmados Y dejar que la aviaciĂłn, marina y ejĂ©rcito Octavo Antes de las 6 de la tarde Deben estar todos los trabajadores, obreros O profesionales en sus casas Y gritar en las calles nuevamente De lo que fue Santiago ensangrentar Y en una hermosa plaza liberar Me detendrĂ© a llorar por los ausentes Yo vendrĂ© del desierto calcinante Y saldrĂ© de los bosques y los lagos Y enfocarĂ© en un cerro de Santiago A mis hermanos que murieron antes A mis hermanos asesinos Que nacerĂĄ mi pueblo de su ruina Y cuadrarĂĄn su culpa los traidores El 28 de junio de mañana En Santiago de Chile Tuve miedo Los tanques me sacaron de la cama Fui lanzado sin mĂĄs Del sueño al cuerpo Desde el medio del Panamericano Mientras mi compañero atente hablaba Por la radio Exhortando a los soldados del pueblo A resistir a la militar Nosotros los captores observĂĄbamos A los soldados traerles Y aguardĂĄbamos Cada pocos minutos La metralla de los tanques alzaba carabinas Y a cada nuevo explotĂł Las murallas de la moneda Mientras en la esquina del hotel Los sirines se agitaban ParecĂan responder Pueblo chileno AquĂ hay tambiĂ©n Soldados pero buenos Cuando a las once y media de ese dĂa El compañero presidente dijo Hay tres tanques rebeldes todavĂa Pero siento el profundo regocijo De decirles que huyen Los cantores Mis amigos poetas Los civiles Las tamañas del hotel Los miles de chilenos lanzados a la calle En un instante Estallamos en un ritmo Adelante compañeros soldados Nuestro canto Para el soldado de virguete blanco Al compañero valiente El pueblo lo defiende Soldado amigo El pueblo estĂĄ contigo El pueblo unido no serĂĄ vencido Viva Chile Lo cual Era lo mismo que decir Vivan Dios y el socialismo Vivan los niños y los viejos Vivan el rubio amor y los consejos Vivan el estudiante y el obrero Viva el soldado Viva el pueblo entero Que luce como un sĂmbolo En la prensa de tu nombre Compañeros militares Pero en septiembre 11 Estaba muerto compañeros El primo Allende Allende el elegante Allende el hombre El del praga del hombre salvador Allende el compañero presidente De los chilenos Que una vez fuera Solo abandonarĂĄ mi puerto militante Con los pies por delante Y era cierto Compañeros Lo sacaron muerto Con 17 balas Con 17 muertes en el pecho En el alma del pueblo Con su vida sangrando Sobre el traste a la bebida Lo cual Luego dijeron Fue suicidio Para que no se diga Genocidio ÂżQuiĂ©n va a llorar Allende? Quien se sepa Que el pueblo era su roja camiseta Que su cuerpo fue pasto de la silla Porque era sangre de la mayorĂa ÂżQuiĂ©n llorarĂĄ tan solamente? Sepan Sus asesinos Que seremos puros En el puño del pueblo Que no lo juro Su nombre salvador SerĂĄ trozado como fuego en incendio Como llama el amor combatiente Y el soldado Que haya visto sangrando su costado Sepa que Allende El pueblo lo defiende SĂ Y no solo de Chile Sino AmĂ©rica morena Malherida pero inmortal Cual bestia de Luriana Se alzarĂĄ militante Y que lograrĂĄ InĂștilmente Nuestro dolor Juramos Resucitarte Todos tus hermanos Que no serĂĄ lo mismo Luchar sin ti Por nuestro nacionalismo Pero con el puño del alto Prometemos Que habrĂĄ tanques Callones y fusiles Soldados y civiles Compañeros Levantando en tu nombre Al pueblo entero Como roja subiente Salud Querido hermano presidente Un niño jugarĂĄ En una alameda Y cantarĂĄ Con sus amigos Nuevos Y ese canto SerĂĄ el canto Del suelo A una vida cegada En la moneda Solo me cabe decirle A los trabajadores Yo no voy a renunciar Colocado en un trĂĄnsito HistĂłrico PagarĂ© con mi vida La lealtad del pueblo 1973 Santiago de Chile La reconquista de Chile Una gran nube negra Se eleva desde El palacio en llamas El presidente Allende Muere en su sitio Los militares matan De a miles por todo Chile El registro civil No anota las defunciones Porque no caben En los libros Pero el general Tomaso Paso Santander Afirma Que las vĂctimas No suman mĂĄs Que el 0 0,1% De la poblaciĂłn Lo que no es Un alto costo social Y el director de la CIA William Colby Explica en Washington Que gracias A sus fusilamientos Chile estĂĄ evitando Una guerra civil La señora Pinochet Declara Que el llanto De las madres RelimitarĂĄ el paĂs Me mandaron Una carta Por el correo Temprano En esa carta Me dicen Que cayĂł preso Mi hermano Y sin lĂĄstima Con grillo Por la calle Lo arrastraron SĂ La carta dice El motivo Que cometiĂł Roberto Haber apoyado El paro Que ya se habĂa Resuelto Si acaso Esto es un motivo Presa tambiĂ©n Voy sargento Si acaso Esto es un motivo Presa tambiĂ©n Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento 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Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Voy sargento Y se llenĂł de Chile Este paĂs que es nuestro Yo sĂ© que estĂĄs peleando Che Salvador eterno Y se llenĂł de Chile Ese paĂs que es nuestro Yo sĂ© que estĂĄs peleando Che Salvador eterno No, no, no No son campanas No, no No son de muerte Que son de vida Son todo un pueblo De compañeros Todos armados Cientos de miles Porto Chile Si, si, si Que son obreros Si, si Son campesinos Son los mineros Los estudiantes Tomando tierra Como bandera Cientos de miles Por todo Chile No, no, no Nadie te olvida No, no Manuel RodrĂguez De tu silencio Nacen violetas Se abren caminos Y crecen niños Cientos de miles Por todo Chile Si, si, si El cobre es nuestro Si, si, si Pero no basta Queremos todo Lo siempre ajeno Lo nunca nuestro Lo tomaremos Cientos de miles Por todo Chile No, no, no Manos vacĂas No, no, no Si nos preguntan Contestaremos Con el arado Con el martillo Y el guerrillero Cientos de miles Por todo Chile Si, si, si Con alegrĂa Si, si, si Haremos nuestra La cordillera La patria toda Su ancha ternura Su fuerza larga Cientos de miles Por todo Chile Cientos de miles Por todo Chile Todos armados Por todo Chile Cientos de miles Por todo Chile Estamos teniendo este punto de encuentro Con Salvador Allende Y yo tengo por aquĂ algo que Pablo Pablo Neruda, poeta de Isla Negra EscribiĂł acerca de Allende Y que quiero compartirlo con ustedes Nos dice Pablo Neruda Allende era un gobernante que consultaba todas sus medidas Fue el antidictador El demĂłcrata principista EstĂĄ en los detalles Le tocĂł un paĂs que ya no era el pueblo visoño De Balmaceda EncontrĂł una clase obrera poderosa Que sabĂa de quĂ© se trataba Allende era dirigente colectivo Un hombre que sin salir de las clases populares Era un producto de la lucha de esas clases Contra el estancamiento Y la corrupciĂłn de sus explotadores Por tales causas y razones La obra de que realizĂł en tan corto tiempo Es superior a la de Balmaceda MĂĄs aĂșn es la mĂĄs importante En la historia de Chile Solo la nacionalizaciĂłn del cobre Fue una empresa titĂĄnica Y muchos objetivos mĂĄs se cumplieron Bajo su gobierno de esencia colectiva Las obras y los hechos de Allende De imborrable valor racional Enfurecieron a los enemigos De nuestra liberaciĂłn El simbolismo trĂĄgico de esta crisis Se revela en el bombardeo Del palacio de gobierno Uno evoca la Witzkrieg De la aviaciĂłn nazi Contra indefensas ciudades extranjeras Españolas, inglesas, rusas Ahora sucedĂa el mismo crimen en Chile Pilotos chilenos atacaban En picada el palacio Durante siglos fue el centro De la vida civil del paĂs Porque el pueblo siempre vuelve Siempre estĂĄ AcciĂłn y palabra Que resucita Mil veces Cuando cien veces Lo matan Muere uno Mueren diez Mueren cien Mil se levantan ÂżSe puede acaso clavar El viento en una montaña? Y el pueblo es viento Y es sol Es rĂo Y volcĂĄn Que estalla No le sirve NingĂșn fredo No cabe En ninguna saula Los que invocan Con cinismo a Dios Los que invocan Con cinismo a Dios A la democracia Los que hablan De la cultura occidental Y cristiana Son los mismos Que en AmĂ©rica Graban su sangrienta Guerra Contando Con los cipayos Miserables que se arrastran Pero hay quienes No se alquilan No se venden No se arrastran Los pueblos Deforjan siempre La epopeya libertaria Y ya podrĂĄn Esos pueblos Recuperar nuestras patrias Aplastando la cabeza Aplastando la cabeza De las torpes Alemania Escribo, dice Pablo Neruda Estas rĂĄpidas lĂneas para mis memorias A sĂłlo tres dĂas de los hechos Incalificables Que llevaron a la muerte de mi gran compañero El presidente Allende Su asesinato se mantuvo en silencio Fue enterrado secretamente SĂłlo a su viuda Le fue permitido acompañar Aquel inmortal cadĂĄver La versiĂłn de los agresores Es que halaron su cuerpo inerte Con muestras de visible suicidio La versiĂłn que ha sido publicada en el extranjero es diferente A renglĂłn Seguido del bombardeo aĂ©reo Entraron en acciĂłn los tanques Muchos tanques Para luchar intrĂ©pidamente Contra un solo hombre El presidente de la RepĂșblica de Chile Salvador Allende Que los esperaba en su gabinete Sin mĂĄs compañĂa que su corazĂłn El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile El presidente de la RepĂșblica de Chile Matar la guerra es matar la guerra TenĂan que aprovechar una ocasiĂłn tan bella HabĂa que ametrallarlo porque nunca renunciarĂa a su cargo Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera Aquel cadĂĄver que marchĂł a la sepultura acompañado por una sola mujer Que llevaba en sĂ misma todo el dolor del mundo Aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despegazada Por las balas de las metralletas de los soldados de Chile Que otra vez habĂan traicionado a Chile Pablo Neruda, recordando a Salvador Allende Porque aĂșn seguimos respirando futuro Una historia cuenta el viento de amor, lucha y agonĂa De un pueblo que florecĂa conquistando el nuevo tiempo Y el hombre de cada dĂa trabajando la esperanza Con la canciĂłn en los labios su futuro construĂa El canto se hizo silencio, mil manos quedaron frĂas CayĂł violenta la noche sobre miradas vacĂas Y el hombre que caminaba entre banderas floridas QuedĂł mirando sin ver como su tierra morĂa CayĂł violenta la noche, en Chile sangra una herida Se ofende toda la tierra de ver este pueblo herido Millones piden castigo para extrajeros, serpienas Y el Chile que lucha unido por alumbrar el mañana SabrĂĄ imponer la justicia de los puños contenidos Y de banderas de pobre se llenarĂĄn los caminos RenacerĂĄn con la patria el canto de los martillos Y el compañero caĂdo, muerto por cuatro asesinos VerĂĄ por las alamedas marcharĂĄn los oprimidos Y de banderas de pobre se llenarĂĄn los caminos Yo tengo por aquĂ un artĂculo escrito por Gabriel GarcĂa MĂĄrquez que se llama La verdadera muerte de un presidente que quiero compartirlo con ustedes junto a la querida voz de Pablo Milanes DispararĂ© de las primeras balas, mĂĄs temprano que tarde sin reposo RecordarĂ© en los libros las canciones, de quemar las manos de asesinos RenacerĂĄn mi pueblo de su ruina, y pagarĂĄn su culpa los traidores A la hora de la batalla final con el paĂs a merced de las fuerzas desencadenadas de la subversiĂłn Salvador Allende continuĂł aferrado a la legalidad La contradicciĂłn mĂĄs dramĂĄtica de su vida fue ser al mismo tiempo enemigo congĂ©nito de la violencia y revolucionario apasionado Y Ă©l creĂa haberla resuelto con la hipĂłtesis de que las condiciones de Chile permitĂan una evoluciĂłn pacĂfica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa La experiencia le enseñó demasiado tarde que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno sino desde el poder Esa comprobaciĂłn tardĂa debiĂł ser la fuerza que lo impulsĂł a resistir hasta la muerte en los escombros en llamas de una casa que ni siquiera era la suya Una mansiĂłn sombrĂa que un arquitecto italiano construyĂł para fĂĄbrica de dinero y terminĂł convertida en el refugio de un presidente sin poder ResistiĂł durante seis horas con una metralleta que le habĂa regalado Fidel Castro que fue la primer arma de fuego que Salvador Allende disparĂł jamĂĄs El periodista Augusto Olivares que resistiĂł a su lado hasta el final fue herido varias veces y muriĂł desangrĂĄndose en la asistencia pĂșblica Hacia las cuatro de la tarde el general de divisiĂłn Javier Palacios logrĂł llegar hasta el segundo piso con su ayudante el capitĂĄn Gallardo y un grupo de oficiares AllĂ, entre las falsas poltronas Luis XV y los floreros de dragones chinos de los cuadros de rugendas del SalĂłn Rojo, Salvador Allende los estaba esperando Llevaba en la cabeza un casco de minero y estaba en mangas de camisa sin corbata y con la ropa sucia de sangre Me encuentro tan lejos esperando una noticia me viene a decir la carta que en mi patria no hay justicia Para matar al hombre de la paz, para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que convertirse en pesadillas Para vencer al hombre de la paz tuvieron que congregar todos los podios ademĂĄs los aviones y los tanques De tu gesto generoso, saldrĂĄ mĂĄs alto y glorioso tu Chile, mucho mejor Para abatir al hombre de la paz tuvieron que bombardearlo, hacerlo llama porque el hombre de la paz era una fortaleza Para matar al hombre de la paz tuvieron que desatar la guerra turbia Para vencer al hombre de la paz y acallar su voz modesta y taladrante tuvieron que empujar el terror hasta el abismo y matar mĂĄs para seguir matando Para abatir al hombre de la paz tuvieron que asesinarlo muchas veces porque el hombre de la paz era una fortaleza Para matar al hombre de la paz tuvieron que imaginar que era una tropa, una armada una hueste, una brigada, tuvieron que creer que era otro ejĂ©rcito pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo y tenĂan en sus manos un fusil y un mandato y eran necesarios mĂĄs tanques, mĂĄs rencores, mĂĄs bombas, mĂĄs aviones, mĂĄs oprobios porque el hombre de la paz era una fortaleza Para matar al hombre de la paz, para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que convertirse en pesadilla Para vencer al hombre de la paz tuvieron que afiliarse siempre a la muerte matar y matar mĂĄs para seguir matando y condenarse a la blindada soledad Para matar al hombre que era un pueblo tuvieron que quedarse sin el pueblo Mario Benedetti La bandera saltende delgada tierra chilena que nos duele Los años no borroñan la luz de aquel pueblo alegre de bandera Porque vuelve, siempre vuelve, porque vuelve, siempre vuelve Y recordamos su lucha y por el aire aparece la canciĂłn de Vitor Jara La canciĂłn de un presidente Que vivĂa allĂĄ cuando hubo un presidente como muriĂł Salvador Allende El buen dolor con el gato y el corazĂłn con la piel que surgiĂł el ejemplo Salvador Allende Y nos dice Salvador, y nos dice Salvador Allende desde La Moneda En nombre de los mĂĄs sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria los llamo a ustedes para decirles que tengan fe La historia no se detiene ni con la represiĂłn ni con el crimen Esta es una etapa que serĂĄ superada, este es un momento duro y difĂcil Es posible que nos aplasten, pero el mañana serĂĄ del pueblo SerĂĄ de los trabajadores, la humanidad avanza para la conquista de una vida mejor Ay Salvador Allende, Salvador De tu gĂ©nero generoso, saldrĂĄ matando al glorioso Un cinemuchio mejor La patria PagarĂ© con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta patria CaerĂĄ un baldĂłn sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos Faltando su palabra, roto la doctrina de las fuerzas armadas El pueblo debe estar alerte y vigilante, no debe dejarse provocar ni debe dejarse masacrar Pero tambiĂ©n debe defender sus conquistas, debe defender el derecho a construir con su fuerza una vida digna y mejor Ay donde llegas tu Y donde todo comienza Canto que has sido valiente Siempre serĂĄ canciĂłn nueva Siempre serĂĄ canciĂłn nueva Siempre serĂĄ canciĂłn nueva Me dirijo a ustedes, dice Salvador, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra A la campesina que creyĂł en nosotros A la obrera que trabajĂł mĂĄs, a la madre que supo de nuestra preocupaciĂłn por los niños Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sediciĂłn auspiciada por los colegios profesionales Colegios de clase que defendieron tambiĂ©n las ventajas de una sociedad capitalista Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegrĂa y su espĂritu a lucha Me dirijo al hombre de Chile No, no, no, no son campanas No, no, no son de muerte, que son de vida Son todos pueblos de compañeros, todos hermanos Y en todo Nile, por todo Chile Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serĂĄn perseguidos Porque en nuestro paĂs el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente En los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vĂas fĂ©rreas, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos Frente al silencio de quienes tenĂan la obligaciĂłn de proceder Estaban comprometidos, la historia lo juzgarĂĄ Seguramente Radio Magallanes dice, Salvador Allende, serĂĄ callada y el metal tranquilo de mi voz no llegarĂĄ a ustedes No importa, la seguirĂĄn oyendo, siempre estarĂ© junto a ustedes Por lo menos mi recuerdo serĂĄ el de un hombre digno que fue leal con la patria El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino Va a ser breve un tarde sin reposo RetornarĂ© en los libros las canciones He quemado las manos de asesinas RenacerĂĄn mi pueblo de su ruina Y pagarĂĄn su culpa los traidores El niño jugarĂĄ con alabejas Y cantarĂĄ con sus amigos nuevos Ese canto serĂĄ el canto del suelo A una vida cegada en una moneda Yo pisarĂ© las calles nuevamente de lo que fue Santiago en sangre Sigan ustedes sabiendo que mucho mĂĄs temprano que tarde De nuevo se abrirĂĄn las grandes alamedas Por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor Yo les digo sedes compañeros Compañeros de tantos años Pero sigo con calma Con absoluta tranquilidad Yo no tengo pasta de apĂłstol Ni tengo pasta de mentĂa No tengo condiciones de mar No tengo condiciones de mar No tengo condiciones de mar No tengo condiciones de mar No tengo condiciones de mar No tengo condiciones de mar Y que los pagas no hagas guerrera o heras Cuando cumple el marcado y el pueblo le diera En las voces andantes de hoy compartĂ fragmento del discurso de asunciĂłn del presidente Salvador Allende en el año 1970. TambiĂ©n sus Ășltimas palabras el 11 de septiembre de 1973 desde el Palacio de la Moneda que fueron retransmitidas por Radio Magallanes de Chile. CompartĂ diversas piezas sonoras. Inti-Limani, la segunda independencia de VĂctor Lima. Lo sucarĂĄ ni toda la tierra entera. Larvano A. Carrero, ocho letras. Y por todo Chile. Pablo MilanĂ©s, yo pisarĂ© las calles nuevamente. Alfredo Zitarrosa, desde un ensayo de un poema de su autorĂa dedicado a Salvador Allende. Escuchamos dos textos leĂdos por Eduardo Galeano de su obra Memoria del Fuego. La Casa de Allende y la Reconquista de Chile. CompartĂ tambiĂ©n Compañero Presidente por Ăngel Parra. Che Salvador de CĂ©sar Isela a Salvador Allende en su combate por la vida de Soledad Bravo. Elegida por Salvador Allende de Carlos Puebla. Por todo Chile de Daniel Biglietti. Chile herido y vuelvo por el grupo Inti-Limani. De Mario Benedetti compartĂ su poema Allende. CompartĂ tambiĂ©n las crĂłnicas de Pablo Neruda y Gabriel GarcĂa MĂĄrquez referidas a la caĂda de Allende y el golpe de Estado en Chile. La canciĂłn de Carlos Benavides Allende Chile de Washington y Carlos Benavides. Manifiesto en la voz de VĂctor Jara. La patria fusilada en la voz del payador Carlos Molina. La carta por QuilapayĂșn y por su autora Violeta Parra. El pueblo unido jamĂĄs serĂĄ vencido de Sergio Ortega en las voces del histĂłrico grupo QuilapayĂșn. TambiĂ©n compartĂ la recreaciĂłn del diario de la niña chilena Francisca MĂĄrquez de 13 años que inspirada en el diario de Ana Frank relatĂł los primeros momentos del golpe de Estado en Chile. Algunos audios de la pieza radiofĂłnica Los Mil Sonidos del Golpe, coproducido por el Centro de Producciones RadiofĂłnicas de Argentina, Eco, EducaciĂłn y Comunicaciones de Chile y la Radio Juan GĂłmez Millas de la Universidad de Chile. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el diario de la niña chilena Francisca MĂĄrquez de 13 años que inspirada en el diario de Ana Frank relatĂł los primeros momentos del golpe de Estado en Chile de manera escrita. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Hacia el final compartĂ el discurso de Allende realizado por el director Pablo LeĂłn musicalizado en las voces por mĂșsicos y actores chilenos como Manuel GarcĂa Chinoy, Javier Aparra, Lulo Lewayork, Ana Tijoux y Denis MalebrĂĄn Soto. Millones ya imponen la verdad, de atleros hoy Allende batallĂł, sus manos van llevando la justicia y la razĂłn. Son mujeres, con fuego y con valor, que alcanzan aquĂ junto al trabajador. Y ahora el pueblo que se alza en la lucha, con voz de gigante gritando adelante, del pueblo unido jamĂĄs serĂĄ vencido. Del pueblo unido jamĂĄs serĂĄ vencido. Hasta la prĂłxima semana aquĂ en La Zurda con Voces Andantes. La Zurda, tu radio compañera, presentĂł Voces Andantes El programa de Pablo Silveira Artagabetia SubtĂtulos realizados por la comunidad de Amara.org
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