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Rom 9 del 30 al 33  Sem 53 Hamas, Israel y Nosotros Dom 5 Noviembre 2023

Rom 9 del 30 al 33 Sem 53 Hamas, Israel y Nosotros Dom 5 Noviembre 2023

OLIVO VERDE COSTA RICAOLIVO VERDE COSTA RICA

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Olivo Verde is a community focused on the systematic and respectful study of the Word of God. They base their content on a verse-by-verse analysis of the biblical text. The speaker discusses the concept of "remnant" in relation to Israel and the importance of Israel's acceptance of the Messiah. They also mention the current state of Israel and the different groups within the Jewish community. The speaker references prophecies and the significance of Jerusalem in relation to the coming of the Messiah. They discuss the sin of blasphemy against the Holy Spirit and how it relates to Israel's rejection of Jesus. The speaker concludes by mentioning a prophecy in Leviticus about Israel confessing their sins and facing the consequences of their hostility. Olivo Verde es una comunidad enfocada en el estudio sistemático y respetuoso de la Palabra de Dios. El contenido de su producción se basa en el trabajo verso a verso del texto bíblico. Este es el canal de subtítulos en español de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. Este es el canal de subtítulos en español de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. Este es el canal de subtítulos en español de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. Cuando se refiere Pablo a este Israel, se refiere al Israel étnico. ¿Qué significa étnico? Al pueblo, a la gente de Israel, a los israelitos. ¿Por qué? Porque en el capítulo 11 de Romanos vamos a hablar del permanente de Israel que somos nosotros, el pueblo de Dios. Para Dios el pueblo de Israel, para Dios el Israel es uno, nosotros, la Iglesia, y los judíos que quieran entregarle su vida a Cristo. Porque es lo que la Palabra dice, de los dos pueblos es uno. Con respecto a Israel, el profeta Isaías clamó, aunque los hijos de Israel son tan numerosos como la arena de la playa, solo un remanente se salvará. O sea, en lo que venimos estudiando, lo que venimos leyendo, lo que venimos juntos tratando de avanzar, Pablo dice que en este momento hay nueve millones de judíos en territorio israelí. No en el mundo, no en el mundo. Hay nueve millones de judíos. Puede usted entender la cantidad de gente que hay en 24 mil kilómetros cuadrados. Tienen el cuarto ejército más poderoso del mundo. Y es poderoso no por tamaño, solamente tienen 150 mil soldados. Es poderoso por la tecnología que tienen. Sigue Pablo diciendo, y pongan atención a la letrita en rojo, pues el Señor ejecutará su sentencia. Noten que dice primero, que solamente un remanente se salvará. Ok, un remanente, nueve millones, póngale, divídalo en la mitad, son cuatro millones y medio. Divididos a mitad, en otra mitad, son dos millones y pico. Entonces, dejémosle que van a quedar, ese remanente van a quedar tal vez dos millones, digamos. Para decirlo así, para que usted entienda como números. ¿Y por qué? ¿Por qué va a pasar eso? Porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra sin demora y de manera terminante. Entonces, note por favor que está hablando de un remanente, de un grupo de personas que va a quedar. Paso al verso 29, y lo vuelve a decir explicando, como diciendo, como diciendo, que dicha, y lo mismo dijo Isaías en otro lugar, si el Señor de los ejércitos celestiales no hubiera perdonado la vida de unos, la vida a unos cuantos de nuestros hijos, habríamos sido exterminados. Noten que, en el verso 29, ya ni siquiera se usa remanente, sino dice unos cuantos. De nuestros hijos se refiere a Israel. ¿Qué significa esto? Todo este proceso con Israel, hermanos, en este momento Israel, en este momento Israel no es tierra santa. Es el segundo país con el movimiento LGTB más grande que hay en el mundo. Israel está pervertido, Israel está completamente echado del mundo, totalmente. Hay de cuatro a cinco grupos diferentes de judíos. Los que ustedes han visto con unas trencitas aquí muy bonitas, ¿verdad? Con sombrerito negro, son los judíos ortodoxos. Ellos son los que, de alguna forma, se han considerado los más, los que se han mantenido más, más, por decirlo así, fieles a la Torah. Pero exactamente son los más fieles los que la palabra de Dios dice, eso para nada sirve. Luego están los judíos conservadores, que guardan el sábado, no trabajan el sábado, no hacen negocios los sábados, están los conservadores, eso son, guardan las fiestas. Luego están nosotros que son la gente que son, van a la casa en la pascua para ver a la familia, y ahí van. Están por grupos y están por ese tipo de cosas. Entonces, ¿por qué? Porque la palabra de Dios dice que la clave, amados hermanos, somos usted y yo. Que Dios lo que está haciendo, lo está haciendo por su salvación y mi salvación. Pero que Dios comprometió su palabra con Abraham, Isaac y Jacob. Dios se comprometió con ellos. Cuando Israel tuvo la oportunidad de aceptar al Mesías y de reconocer que era el Mesías, ¿qué hizo? Lo rechazó. Jesús, viendo a Jerusalén, parado en el monte, viendo a Jerusalén, dice, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios. ¿Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas? Pero no me dejaste. No me dejaste. Qué interesante, ¿verdad? Que la palabra de Dios diga que fue Israel que no lo dejó. Ahora mira, tu casa está abandonada y no volverás a verme, no volverás a verme. ¿Hasta qué? Hasta que Israel diga. Por ejemplo, esta mañana ustedes lo que van a ver son las profecías, pero por el otro lado, por detrás. ¿Qué va a hacer que el Mesías venga? ¿Qué va a hacer que Cristo venga? Cuando Israel diga, bendito el que viene, en el nombre del Señor. Entonces la gente dice, ¿y qué significa eso? Es el momento en que Israel diga, uy, ¿qué hicimos? Y van a llamar al Mesías. Entonces usted dirá, bueno, pero es que también hay que entender una cosa. Bendito el que viene, en el nombre del Señor. Pero eso ya lo dijeron. Eso lo dijeron el día de las palmas. El día de las palmas no entraron con el asunto de las palmas y el burro y el asunto de aquí. Bendito el que viene, en el nombre del Señor. Veámoslo. Recordemos que Lucas 19.37 es el cumplimiento de la profecía de Daniel en días exactos. Daniel dice, tantos días habrá al momento en que el Mesías entre a Jerusalén. O sea, es irracional. Solo por la profecía de Daniel, no aceptar a Jesús como Mesías, cuando lo que está pasando es que en ese momento se está cumpliendo la profecía del libro de Daniel. Aquí, en este momento. Una profecía dos mil y pico, dos mil y medio, tres mil años atrás. Cuando ya se acercaba a la bajada del monte de los olivos, pongan atención a eso del monte de los olivos. Toda la multitud de los discípulos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces. Por todas las maravillas que habían visto. Y decían, bendito el Rey que viene, en el nombre del Señor. Pasa en el cielo y glorie en las alturas. Ahí está, se llama la invocación mesiánica, así se llama. No hay un judío en el mundo que no se sepa de memoria ese salmo. Tiene que sabérselo. Porque eso es invocación mesiánica. Noten que en ese momento lo están haciendo. Pero vean lo que pasa. Verso treinta y nueve. Algunos de los fariseos que estaban entre la multitud decían. Maestro, reprende a tus seguidores por decir estas cosas. Entonces noten que tenemos a quienes. Tenemos a toda la multitud de sus discípulos. Quienes lo estaban aclamando y le estaban diciendo bendito el que viene en el nombre del Señor. No era el pueblo. Eran quienes? Los discípulos. De hecho, la escena anterior a esta es el momento en que se comete el pecado sin perdón. Dice la Biblia que todo pecado que el hombre cometa le será perdonado. Pero hay un pecado que nunca se le va a perdonar al hombre. Que es el pecado de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Ya lo habían cometido. El pecado, la blasfemia contra el Espíritu Santo, solo se puede cometer una vez. Y lo puede únicamente juzgar Dios. Y fue Jesús quien lo juzgó. Y Jesús dijo. Jesús dijo, ustedes están blasfemando en contra del Espíritu Santo. Por eso es que ese pecado solamente una vez se cometió. Y nadie más lo puede volver a cometer. No, no, pero como usted va a decir eso. Una persona que maldice a Dios y que dice cosas feas en contra de Dios no está blasfemando. Dice, pero no va para el infierno. O sea, la blasfemia contra el Espíritu Santo solo se pudo haber cometido una vez. Y ya se cometió. Fue el pecado de Israel. Y el pecado de Israel fue por decir que las cosas que Jesús hacía, las hacía por el demonio. Y Jesús se los dijo, lo que ustedes están haciendo es blasfemando en contra del Espíritu Santo. Ahí se cometió el pecado. Y de ahí venían. Jesús les dijo. A ver, ¿de qué viene hablando Pablo en los manos? Del corazón endurecido, ¿cierto? Del endurecimiento, ok. Jesús les respondió, si ellos se callaran, las piedras son más suaves que ustedes. Eso es lo que les dice. Si ellos se callaran, las piedras a lo largo del camino se pondrían a aclamar. Y entonces lo que Jesús les dice, miren, no hay nadie más duro que ustedes. Hasta las mismas piedras me aclamarían. Entonces, claro, aquí estamos, nos pegamos, se pegó. ¿Por qué se pegó? Porque estamos tratando de entender cómo la Biblia dice que Israel va a ser salva. Porque una de las profecías más claras es lo que pueda suceder con Israel, pero con el remanente de Israel, no con este Israel, con el Israel étnico. Entonces, aquí está la profecía en Levítico. Levítico, vean. Génesis, Éxodo, Levítico. O sea, quiere decir que esto es viejo. Y dice la palabra Levítico 26.40. Sin embargo, al final mi pueblo confesará sus pecados. Y los pecados de sus antepasados. Perdón, ¿cuáles antepasados? Si estaban en Levítico. ¿Me voy a entender? O sea, esta es una profecía a futuro. Y los pecados de sus antepasados por traicionarme y por ser hostiles a mí. Aquí está la profecía que dice que el pueblo de Israel va a confesar. Cuando yo haga que su hostilidad se vuelva en contra de ellos y los lleve a la tierra de sus enemigos. Oigan, los lleve a la tierra de sus enemigos. O sea, no crean que, miren, me impresiona ver cuatrocientos mil. Bueno, hay doscientos ochenta mil soldados entrando en un territorio como Gaza. Eso es una bomba de tiempo. A los árabes no les importa matar a sus hermanos con tal de inmolarse. ¿Qué les importa matar trescientos mil israelitas junto con ellos mismos? A mí me llama poderosamente la atención cómo se están moviendo. Cuando yo haga que su hostilidad se vuelva en contra de ellos y los lleve a la tierra de sus enemigos. Entonces por fin su obstinado corazón será humillado. Y pagarán por sus pecados. Y noten que la Biblia no dice que les va a ir bien en estas batallas. Porque en la mayoría de estas batallas de 1948, inclusive después de la Segunda Guerra Mundial, en casi cada una de las batallas han salido adelante. Entonces, ¿me acordaré de qué? De mi pacto con Jacob. De mi pacto con Isaac. Y de mi pacto con Abraham. ¿Y me acordaré de qué? De la tierra. Entonces el conflicto que hay en este momento entre jamás palestinos e israeles por tierra. Número uno. El conflicto que hay entre Israel, jamás, palestinas, los árabes. Número uno es por la existencia del pueblo de Israel. Como lo dijo claramente el portavoz de jamás. El portavoz de jamás dice nosotros queremos ver exterminados a Israel. Dos. Segunda causa de la guerra. La segunda causa de la guerra es por tierra. Y la tercera es religiosa. Fíjense entonces. ¿Qué necesitamos? Bueno, por el lado del Nuevo Testamento, por el lado del desarrollo de la iglesia, que se manifieste el anticristo, que se manifieste la apostasía, que se manifiesten los cristianos adorando ídolos y adorando gente, la apostasía, que se manifieste todo lo raro y todo eso. Por el lado de la iglesia se habla de la tribulación, se habla de la gran tribulación, se habla del anticristo, se habla del arrebatamiento de la iglesia por el lado de la iglesia. Pero por el lado de Israel necesitamos que Israel confiese. Son dos procesos simultáneos. ¿Y a qué tenemos que llevar esto? ¿Qué va a hacer que Israel... ¿Qué va a hacer que los israelitas confiesen a Cristo y confiesen su pecado? Una gran guerra. A nosotros nos dijeron chiquillos que se refería a la guerra de Armagedón, pero hay que tener un poquito de cuidado al afirmar que es la guerra de Armagedón simplemente por las características de las cosas, pero sí es una gran guerra. ¿Qué es la guerra de Armagedón? La guerra donde el Señor va a manifestarse, va a mostrar su poder a todas las naciones y la gente se va a dar cuenta que Dios es Dios. ¿Qué características tiene esta guerra contra Hamás? Muy parecidas, por eso que estamos conversando de esto. ¿Qué va a hacer que Israel deje su cabezonada, su orgullo, su homosexualidad, su porquería y confiese en el Señor? Una guerra. Una gran guerra. Vamos. O sea, 5, 14 y 15. El mismo Dios va a atacar a Israel y a Judá con la misma furia de un león. Los agarraré y los haré pedazos y no habrá quien los salve. Luego los dejaré por un tiempo, oigan. Los dejaré por un tiempo y esperaré a que se arrepientan. Cuando reconozcan que me han ofendido, se llenarán de angustia y me buscarán. O sea, la misma Biblia dice que Dios quien va a hacer que Israel pierda, que Israel quede humillada, que Israel quede arrasada. Zacarías, otro profeta. Uniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. Joel, otro profeta. 3.11. Vengan pronto naciones de todas partes. Reúnanse en el valle y ahora, oh Señor, llama a tus guerreros. Joel 3.12. Que las naciones se movilicen para la guerra. Que marchen hacia el Valle de Josafat. El Valle de Josafat es el espacio que hay ahora entre el Monte de los Olivos y el Monte Calvario. En este momento en Jerusalén. Este es el Valle de Josafat. Pero es muy pequeño. Dice, allí el Señor me sentaré para pronunciar juicio contra todas ellas. Véanlo, ahí está. Aquí está el Monte Moria. El Monte Moria es el monte del sacrificio de Cristo. Verdad. El Monte Moria es el monte del sacrificio de Cristo. Y el Monte Moria es el lugar donde Abraham iba a sacrificar a Isaac. ¿Se acuerdan? El mismo monte, el Monte Moria. Ahí Cristo tenía que morir porque tenía que cumplirse la profecía de lo que estaba pasando. ¿Qué era lo importante? Que Abraham no mató al chiquito. No. Que estaban mostrándonos a Cristo. Eso es lo que nos importa a nosotros. Encontrar a Cristo en la Palabra de Dios. Que es lo que los judíos no logran aceptar y que no quieren hacer. Entonces, ahí está el Monte de los Olivos a la derecha. El Monte Moria. Y por aquí, por aquí arriba, para que ustedes me entiendan, a 40 kilómetros está Gaza. ¿Qué va a decir CNN en ese momento? Lo va a decir así. Porque así lo dice la Biblia. Zacarías 14-W. Uniré todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. La ciudad será tomada. Las casas saqueadas. Las mujeres violadas. La mitad de la población será llevada al cautiverio. Y al resto la dejarán entre ruinas de la ciudad. Vean qué interesante esta profecía de 14-12. Es una profecía que nos muestra, que nos enseña un poquito de algo parecido a lo que se está dando ahora. ¿Qué es lo que nos están diciendo? Que Israel no va a ganar. Usted no se está fijando en si Israel le va bien. Es el día que Israel no gane, algo está pasando. Vean la claridad de esta profecía. Zacarías 13-8. Dos tercios de los habitantes del país serán cortados y morirán. Dice el Señor. Pero quedará un tercio en el país. Un tercio. Entonces regresaré a mi lugar hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí. Cuando Dios vea que ya los dos tercios están muertos. El Señor se va a quedar inquieto por decirlo así. Porque lo que sigue, lo que necesita... Al ver ellos que ya no tienen el poder, que ya no tienen la capacidad, que ya algo está pasando. Pues tan pronto lleguen las dificultades, me buscarán de todo corazón. Entonces llega el momento de la reacción de Israel. Israel va a reaccionar. Paso al versículo 9, siguiendo la profecía anterior. Versículo 9. A este último, hablando de ese tercio, lo pasaré. O sea, queda un tercio. Pero ese tercio lo pasaré por fuego. Y los haré puros. Los refinaré como se refina la plata y los purificaré como se purifica el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. A ese tercio, no a todos, a ese poquito. Les diré esto es mi pueblo y dirán el Señor es nuestro Dios. Dios ahí los va a escuchar. Están humillados porque saben que ya el poder de ellos no está en las armas ni en su tecnología. Entonces aquí viene la profecía de Zacarías diciendo que es lo que Dios va a hacer. Cuando las naciones vecinas quieran atacar a Jerusalén y a las ciudades de Judá, yo las haré fracasar. Su ataque será tan torpe que mi pueblo pensará que están borrachos. Cuando llegue ese día todas las naciones se unirán para acabar con Jerusalén. Pero yo haré que Jerusalén sea como una piedra enorme. Todo el que trate de moverla será aplastado por ella. La palabra piedra aquí es la misma palabra que se utiliza para referirse a Cristo. Esta expresión de piedra tiene los dos propósitos. Hablar, que ellos sigan entendiendo que está hablando de que la piedra es Cristo y está diciendo Jerusalén será como una piedra. En aquel día dice el Señor, haré que todos los caballos se espanten y que todos los jinetes pierdan el valor. Vigilaré a la gente de Judá pero cegaré los caballos de sus enemigos. Vean aquí el cambio al corazón de Israel. Los clanes de Judá se dirán a sí mismos. El pueblo de Jerusalén ha encontrado fuerzas en su Dios, el Señor de los Ejercitos Celestiales. En aquel día el Señor defenderá al pueblo de Jerusalén. El más débil entre ellos serán tan poderosos como el rey David. Y los descendientes reales serán como Dios mismo, como el ángel del Señor que va delante de ellos. Pues en aquel día comenzaré a destruir a todas las naciones que ataquen a Israel. Pero ponga atención que ese es el momento en que Israel está en ruinas, saqueadas, disminuidas. Ahora sí, 14.3. Luego el Señor saldrá a pelear contra las naciones. Recuerdan que les dije que la forma en que Dios endurece el corazón de Faraón es dándole las oportunidades de forma abierta, pública y clara. Diez oportunidades le dio. Luego el Señor saldrá a pelear contra las naciones como lo hizo en tiempos pasados. En aquel día sus pies estarán sobre el Monte de los Olivos, el oriente de Jerusalén. Entonces el Monte de los Olivos se partirá. Recuerden que les dije que el monte es muy pequeño en comparación del Monte Moria, que es un pedazo pequeño, vean. Entonces el Monte de los Olivos se partirá formando un extenso valle al oriente y al occidente. La mitad del monte se desplazará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Se va a hacer un soberano boquete enorme ahí. ¿Qué es lo que el Señor quiere que vean que es parte de lo que se está haciendo? Dios las cortará como el trigo cuando está listo para cosecha y las aplastará como las uvas cuando están listas para hacer vino. Ya demasiada su maldad. Está hablando de las naciones que pelean en contra de Israel. Ahora sí, estamos hablando de guerra. Estamos hablando de que esta guerra, hermanos, está llevando a la gente a un punto en donde lo que quedan son muy pocos. Dios empieza a pelear con ellos. Ellos empiezan a ver a Dios actuando. El monte se separa. Pero viene lo más importante, el cumplimiento de la promesa de Dios con relación a su pacto. Entonces derramaré un espíritu de gracia sobre la familia de David. Noten, por favor, que aquí no dice sobre la tribu de Zabulón, sobre la tribu de Rubén, sobre la tribu... lo están viendo. Por eso es que las tribus en este momento no tienen mayor fuerza ni importancia. Entonces derramaré un espíritu de gracia y oración sobre la familia de David, sobre los habitantes de Jerusalén. Me mirarán a mí, a quien traspasaron y harán duelo. ¿Quién es ese? Cristo. ¿A quién van a volver la mirada esta gente? Este es el momento en que cuando Dios les abra los ojos, ellos van a ser así. Qué clase de estupidez hemos hecho. Y harán duelo por él, como por un hijo único. Se lamentarán amargamente como quien llora la muerte de un primer hijo varón. Zacarías 12, 11. El dolor y el luto en Jerusalén serán tan grandes como el duelo por Adad Rimón, en el Valle de Mejidu. Zacarías 12, 2. Todo Israel hará duelo. ¿Todo Israel? Son los cuatro gatos con los cuales estamos hablando. ¿Cada? ¿Cada tribu? No. ¿Cada clan? Por su lado, los esposos separados de sus esposas. El clan de David llorará solo como lo hará el clan de Natán. ¿Qué es eso? David, el clan de Natán. El clan de Levi. Pero eran 12 tribus. ¿No sería mejor decir que entonces cada una de las tribus va a buscarse sus representantes y van a... No. No. ¿Cada clan sobreviviente? Sobreviviente de Judá se lamentará por separado. Los esposos separados de sus esposas. Cuando Jesús vino. Jesús vino. ¿Y Jesús es quién? Dios. Jesús es la tierra prometida. Jesús es el templo. Jesús es la palabra. Jesús es todo. Por favor noten que les dije que en el momento en que Jesús va en el burro, entrando a Jerusalén, le tiraron palmas. Bendito es el que viene en nombre del Señor. Los discípulos. Pero el pueblo... ¿Quiénes estaban? La casa de David. El clan de David. La casa de Natán. La casa de Levi. Ahora sí está raro. ¿Por qué? Bueno, primero porque hay que entender una cosa. Cuando Jesús vino a esta tierra. Sí. Él vino como Mesías. Pero también vino como Rey. Él es el Rey. Jesús vino como profeta. Y Jesús vino como sacerdote. Acuérdense que en Cristo se cumplen los tres oficios. El de Rey, el de profeta y el de sacerdote. Acuérdense. Porque esto no se trata de Israel. Se trata de usted y de mí. Se trata de la salvación. Pero también note que ese día, en Israel, los que estén... Acuérdense que ellos están haciendo luto. Están contundidos. Están llorando. Ustedes no saben que los que quedaron, por la voluntad de Dios, son exactamente los últimos representantes del linaje de cada una de las casas. Y claro, fíjense que falta una casa aquí. Falta una casa. ¿Cuál? Tenemos la casa de Simei. ¿Qué? ¿Quién es Simei? Ahí está la cita. Segunda vez Samuel 16, 5 a 13. Simei es un hombre que cuando David entra a Jerusalén, montado en su caballo blanco, montado en su caballo blanco como rey, 40 años después de que lo ungen como rey, y David entra cabalgando. Hay un hombre que empieza a correr, a tirarle piedras y tierra a David. Y le dice, ¡Tanguinario! ¡Adúltelo! Simei. Hable. El general del ejército le dice a David, le corto la cabeza a ese perro. Y David le dice estas palabras, déjelo, que me insulte. Por algo Dios lo tiene haciéndome eso. Entonces, ¿quiénes estaban? Estaban los profetas, los sacerdotes, los reyes y el pueblo. Son 130. ¿Qué van a hacer esos 130? Ahí lo tengo todo junto, ahí está. La casa de Simei representa el pueblo, la calle que negó al maestro. Ubíquese. ¿Están en una guerra? ¿Están peleando? Y en ese momento, en ese preciso momento, ¿están haciendo duelo? Dicen, entonces será verdad lo de Jesucristo. Jesús es verdad. Ellos empiezan a entender el asunto, ¿qué van a hacer en ese momento? Algunos teólogos dicen que es el momento del arrebatamiento, cuando ellos llaman al Mesías. Pero es interesante, ¿no? Ellos van juntos, como pueblo. Aunque me rodearon naciones. Noten qué interesante este salmo. Aunque me rodearon naciones hostiles, las destruí a todas con la autoridad del Señor. Así fue que me rodearon y me atacaron, pero las destruí a todas con la autoridad del Señor. Me rodearon como un enjambre de abejas, se enardecieron contra mí como un fuego crepitante, pero las destruí a todas con la autoridad del Señor. Mis enemigos hicieron todo lo posible para matarme. El Señor es mi fuerza y mi canción. Mi canción me ha dado la victoria. Y noten exactamente lo que tienen que decir. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor. ¿Desde dónde? Desde la casa del Señor lo bendecimos. ¿Qué pasa en ese momento? Ustedes huirán por ese valle porque llegará a sal. Así es, huirán como los hicieron durante el terremoto, los 10 de Justías, Rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios y todos sus santos con Él. Ese es el momento en el cual inicia el final de esto. Porque el Señor viene ahora sí. Israel lo está llamando. Claro, entiendan una cosa. Lo que está haciendo que ellos crean es lo que los va a salvar. Este es ese preciso momento. Y claro, fíjense ustedes que Pablo lo explica como un misterio. Mis amados hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan orgullosos de ustedes mismos. Parte del pueblo de Israel tiene el corazón endurecido, pero eso solo durará hasta que se complete el número de gentiles que aceptarán al Señor. Voy a decir una cosa muy tonta, pero ustedes me van a entender. Mientras allá están en guerra, aquí estamos contando. Mil millones doscientos veintitrés mil, millones doscientos veinticuatro, veinticinco, veintiséis, el último. Y empieza en Israel a pasar esto. Esto es lo que Pablo está explicando. Y esto es lo importante de entender por qué llama la atención simplemente el tema del avance de Israel. Porque lo que están haciendo es masacrando a la gente en Gaza. Lo que están haciendo es duro, es difícil. Pero lo han hecho dos veces. Y cada vez que dejan vestigios de árabes cerca de los israelitas, lo que tratan es de matarlos. Entonces yo le pregunto a usted, ¿Usted está entendiendo todo lo que Dios hace para poder salvarlo a usted, salvarme a mí? O sea, que definitivamente tuvo que haber sido el Espíritu Santo quien le quitó a usted el velo para creer en Cristo. ¿Usted no entiende eso? O sea, para que Israel se salve. Bueno, acuérdese que cuando yo digo Israel me refiero a los cuatro gatos que quedan. Para que Israel se salve. Va a morir muchísima gente. Muchísima gente. Y entonces Pablo, Romanos 11, 26. Me voy para el capítulo 11 para aclararlo. Después lo vamos a ver porque tenemos que pasar por ahí. Y entonces todo Israel será salvo. ¿Todo? ¿Cuál todo? De los 130 a los cuatro gatos que estaban ahí. Como dicen las Escrituras, El que rescata vendrá de Jerusalén y apartará a Israel de la maldad. Y mi pacto con ellos es que quitaré sus pecados. No que los voy a hacer ganar una guerra. Si no, termina aquí. No. Los siguientes versículos los vamos a ver de hoy en noche. Si Dios quiere y usted se apersona en este lugar, va a terminar entendiendo cómo dio vuelta todo esto. Pero está claro. Esta es la forma, viendo desde el punto de vista de los judíos, de cómo va a ser el desenlace. Y porque es importante ponerle atención. Es que Israel es el pueblo de Dios. El pueblo de Dios somos nosotros. El pueblo de Dios somos nosotros y los judíos convertidos. Una de las cosas que hay que entender, hermanos, es esta. Si ustedes están entendiendo lo que estamos haciendo en esta congregación, es entendiendo que Dios elige las personas que van a ser salvas. Nadie se le va a perder. Tantas millones de personas han muerto. A mí me hace gracia que los palestinos están diciendo que ya llevan 8 mil muertos. En 1946 mataron 6 millones y medio de judíos. Hermanos, la cantidad de gente que usted va a ver morir y vivir en su periodo de vida es la mínima en comparación con toda la gente que Dios va a salvar. Yo quiero que usted me entienda que el peor error y el éxito del diablo, el diablo ha sido una estratega excelente. ¿Por qué? Porque el diablo nos hizo creer a todos que esto era religión. Entonces, si usted tenía una buena religión, si usted era bien portado, usted iba para el cielo. Y es mentira. Porque Dios está hablando de que la vida aquí, la vida aquí son 70 años y el resto de la vida es con Él. Esto es bien interesante, hermanos. Y lo más interesante, por decirlo así, es que usted y yo estamos en ese plan. Su nombre y el mío. Acuérdense que su nombre y el mío están siendo escritos, pero la gente que Dios ha salvado y va a salvar. Porque yo creo lo que Grebin dice. A nosotros no nos va a tocar ver esto. Porque lo que está pasando en este momento es que se está subiendo la tensión de los países árabes para que odien Israel. Los chiquitos de la edad de ella que están viendo a sus papás morir por causa de esta guerra van a odiar a Israel. Entonces, en menos de 20 años, 30 años, se va a armar un zaperoco enorme. O sea, no hay manera que si todos los países árabes en este momento se unen, ataquen a Israel. No hay manera. Y logren vencer porque está Estados Unidos. Porque está Francia, está Inglaterra. Inglaterra engañó. Inglaterra engañó a los judíos, engañó a los árabes. Después de la guerra les dijo, yo les voy a dar una tierra, yo les voy a dar una tierra. Y se vino un alboroto y no pudieron cumplir con eso. Y los sacaron de Palestina. Póngale atención a estas cosas, pero póngale atención a todo lo que Dios ha hecho para salvarlo, para tenerlo aquí y que usted sea parte del pueblo escogido de Dios. Señor bendito, todos gracias. Agradecemos su atención. Si este material ha sido útil para usted, le rogamos que lo pueda compartir. Somos Olivo Verde Costa Rica.

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