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The speaker discusses the psychological price of multitasking and how technology is consuming our lives. They emphasize the importance of being present and reflecting on our lives. They mention biblical references that remind us of the brevity of life and the need for faith. The speaker encourages listeners to examine how they are living and who they are living for. They conclude by reflecting on the death of someone and the need to prepare for our own encounter with death or nothingness. Amigos y amigas, el precio psicológico de la multitarea, el multitasking, el precio psicológico de la multitarea que algunos vemos buena y necesaria es altísimo. Yo me acuerdo cuando yo iba a la playa con mis papás a Punta Arenas y lo que llevábamos eran huevos duros, repollo y tortillas, y lo demás era jugar y asolearnos, y una gran mayoría de nosotros hizo eso. Hoy en el mismo escenario hemos sustituido los huevos duros por pantallas, smartphones, televisions y toda esta tecnología que nos está consumiendo a todos, a mí también. Siempre estuvimos preparados para repeler al otro, el externo, el raro, el bicho. Mi papá me decía, ese madre se ve rarísimo, lo negativo, pero no estamos preparados para repeler lo que no es ajeno y propio, lo idéntico, la violencia de lo positivo. Escúcheme, hoy nosotros, esta sociedad, estamos luchando contra la forma en que lo positivo nos está carcomiendo. Somos cada día más individuales y menos reflexivos, estamos más enfocados en descubrir la mejor forma de encontrar el prompt para la inteligencia artificial, que poder ser espirituales y de alguna forma vivir. Un pensador filósofo, y además rey, escribió mil años antes de Cristo, lo que hoy se conoce como el capítulo 7 del libro de Eclesiastes, vale más el buen nombre que el buen perfume, vale más el día en que se muere que el día en que se nace, vale más pasar el tiempo en funerales que en festejos, al fin y al cabo todos morimos, así que los que viven deberían de tenerlo muy presente, nosotros tenerlo presente. Por algo Salomón escribió esto y de esta manera, es más importante morir que nacer. Todos deberíamos de tener presente la muerte, siempre, transición, elevación o continuación del resto de la vida, como decimos los cristianos, irrumpen nuestras vidas de repente, eso nos reúne esta mañana. La muerte llega en cualquier momento, así que con esta repentina sorpresa de la partida de don Juan Carlos, es necesario aprovechar el momento y hacernos algunas preguntas, y usted cómo está viviendo? Ustedes vi en los cuatro minutos del reportaje que hizo Canal 8 a la familia, y hablaron de la moto, y hablaron de la persona que era, pero la pregunta esta mañana a usted, usted cómo está viviendo? Qué lo sostiene usted? Qué lo hace usted pensar que va a vivir mil años? Si le estoy explicando que vivimos en una sociedad que se automutila, a partir de la libertad, de la tiranía, de la libertad, de la tiranía, de no hay límites, de nada. Mi papá me llevó a ver tiburón en 1976, y tuvimos que hacer fila una hora para poder ver una película, ahora la vemos aquí. Este mismo pensador Salomón, previendo las diferentes eras de la historia humana, escribió el mejor llanto que la risa, porque la tristeza tiende a pulirnos, el que es sabio piensa mucho en la muerte, mientras que el necio solo piensa en divertirse. Es mejor ser criticado por un sabio, que alabado por un necio. La risa del necio se apaga enseguida, como los espinos que crepitan en el fuego, y termina diciendo Salomón, eso tampoco tiene sentido. Repito, ha subido un reflejo de la sociedad del cansancio. Está hasta lleno de lo positivo, de todo lo positivo que hay hoy, todo, que el desgaste se llama burn out, quemado, incendiado. Hoy la depresión, los trastornos de atención y la superactividad son los indicadores de que no estamos mal, sino que hemos sabido ponerle límite a la libertad, no hemos sabido ponerle límite a la libertad. Otro profeta del Antiguo Testamento, Job, el famoso Job, valorando su vida en un momento crucial y habiendo reconocido al único Dios verdadero, Job escribió, tú has determinado la duración de nuestra vida, tú sabes cuantos meses viviremos y no se nos concederá ni un minuto más, Job, capítulo 14, versículo 5, tú has determinado cuantos meses, cuantos años y cuantos días vamos a vivir y a nadie se le concederá un minuto más. Por más panza, menos panza, más gimnasio, menos estudios, más estudios, es tu vida. Moisés, otro profeta, considerado profeta, escribió para la posteridad y su presente uno de los salmos de mayor sabiduría para la sociedad del cansancio, para nuestra sociedad. El salmo 90.10 dice, setenta son los años que se nos conceden, algunos incluso llegan a ochenta, pero hasta los mejores años se llenan de dolor y de problemas, pronto desaparecen y volamos. Amigos y amigos, nuestros días pasan pronto y volamos, nuestra vida llegará a su fin en algún momento y me parece a mí que debemos de prepararnos para el encuentro con ese Dios o con la nada. La única solución a este maravilloso ruido y su dictadura se llama la fe, no hay otra solución o usted vuelve a la fe o usted regresa a su corazón a la fe o va a ser absorbido por todo lo que estamos siendo absorbidos, todos. ¿Cómo vive usted? ¿Para quién vive? ¿Cómo trata la gente que está con usted? ¿Cómo trata quien comparte este momento con su vida? Habla mucho de quién es usted. Yo no sé por qué me tocó a mí estar a la par del momento en que don Juan Carlos fallece, pero siempre hay una razón para todo, todo tiene una razón espiritual con su vida y con la mía. Aquí no hay nadie más bueno que nadie, pero Dios tiene misericordia de absolutamente todos. Escúcheme, termino diciendo esto, hay tres, hay varias historias en la Palabra de Dios que hablan sobre fiestas, hay tres historias, una de las historias se llama las bodas de Caná y en las bodas de Caná invitaron a Jesús y se acabó el vino y hubo toda una discusión que el vino que se acabó, que qué hacemos y que lo otro y entonces Jesús corrió y pongan una aquí, tráiganle agua, echenle agua a aquella cosa que está allá, le echaron agua y entonces el vino buenísimo, nunca se habla de los novios de la boda, Jesús estuvo en la boda pero nunca conoció a los novios, la gente pasa viviendo una realidad de Dios donde no conoce a Jesús, pero está viendo la bendición de Dios, o no, perdón tenemos el parqueo afuera, el barrio, el vecindario, la Universidad de Costa Rica cerrados porque de alguna forma no vinimos a pie, vinimos con nuestros recursos, porque algunos somos invitados a la boda, estamos en la boda, vemos los beneficios del Señor Jesús en nuestra vida pero nunca conocimos a Jesús, usted sabe que nadie sabe qué pasó con los de la boda, hay una segunda fiesta, la segunda fiesta es la fiesta que hablan del hijo pródigo, en esa fiesta hay una fiesta porque el chiquillo regresa y el hermano mayor se pone furioso ¿Cómo es posible que venga una fiesta mi hermano y a mí nunca me han hecho nada? Pase papá, entre a la fiesta, usted es parte de la fiesta, no se preocupe, a usted no estamos invitando a la fiesta hace rato, no me da la gana, ¿cómo una persona tan estudiada y tan preparada como yo va a necesitar esto? Yo necesito hacer mi propia fiesta y adivinen que no entró a la fiesta, hay una tercera fiesta y la voy a leer, Jesús contó esta historia un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas y se dijo a sí mismo ¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas, entonces pensó ya se, tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes, así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes, luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo, amigo mío, tienes almacenado para muchos años, relájate, come, bebe, diviértete. Pero Dios dijo, pero Dios dijo, necio, necio, vas a morir esta misma noche, ¿y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado? Hagamos que este trágico suceso tenga sentido en nuestras vidas, cierren sus ojos, alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor que hizo los cielos e hizo la tierra, no dará su piel al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda, por cierto, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel, de día, ni de día, ni la luna de noche, el Señor te guarde de todo mal, el guardará tu alma, el Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. Yo sé que mi Redentor vive y que al fin se levantará sobre el polvo y que después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo se deshace, tenemos un Dios, en Dios un edificio, una casa hecha por manos eternas en los cielos, esto solo funciona en tu vida y en mi vida si hay fe, si no hay no se puede, es la fe lo que hace que esto funcione, es creer más allá de mí, creer más allá de lo que estudié, de lo que soy. Sabemos que nuestra morada terrestre, este tabernáculo, este cuerpo se deshace, tenemos en Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos. Puestos de pie por favor, Señor en este momento, en esta hora, delante Suyo Dios, entendemos que este funeral es para nosotros Señor, para los que quedamos aquí, entendemos que eso es un funeral, suplicamos por nosotros, de misericordia de nosotros Señor. Permite Dios que el resto de la vida que nos quede aquí, 10 años, 10 minutos, 10 segundos, no seamos más víctimas de lo positivo, del cansancio, permite el Señor que en medio de todo esto podamos fijar otra vez los ojos y contemplar, ser capaz el Señor de podernos detener y reflexionar un poquito sobre nuestras vidas, sobre lo que hay, simplemente ten misericordia de nosotros. Y quien te conoció en algún momento Señor, quien en algún momento ha tenido que verse contigo cara a cara, hoy reconozca que te necesita siempre y que no todo es para adentro. Acabada la carrera mortal de don Juan Carlos Mora, nosotros encomendamos su cuerpo a la tierra, en la bendita esperanza de que así como llevó la imagen de Jesús, también lleve la imagen de Cristo celestial. Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor, descansarán de sus trabajos porque sus obras con ellos siguen, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Juntos todos, desnudo, desnudo, vamos juntos, desnudo, salí del vientre de mi madre, desnudo, volveré allá, Dios dio, Dios quitó, bendito es el nombre de Dios. Aunque el polvo vuelva a la tierra, vamos, aunque el polvo vuelva a la tierra, como era, y el Espíritu vuelve a Dios, ¿quién lo dio? Leo para ustedes, por lo cual estoy seguro que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Señor, gracias. Ya entendí por qué tenía que estar ahí. Gracias. Danos paz a todos, Señor, pero permite que alguien más se encuentre contigo cara a cara, Señor, porque qué nos sirve estar tranquilos aquí si nunca te vamos a conocer. Bendice esta familia, Señor, enséñanos a todos y permite que alguna reflexión hagamos en este momento de cansancio y de la tiranía de lo positivo, de lo bonito y de lo fácil. Dios, gracias, infinitas gracias. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.