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Olivo Verde is a community focused on the systematic and respectful study of the Word of God. They emphasize the importance of loving God and loving your neighbor. The speaker discusses the commitment to truth and justice and highlights the exemplary commitment of biblical characters like Abraham and Joseph. Abraham's faith and obedience are emphasized, particularly when God asked him to sacrifice his son Isaac. Joseph's story is also mentioned, highlighting his integrity and faithfulness even in difficult circumstances. The speaker challenges listeners to reflect on their own commitment to God and obedience to His voice. Olivo Verde es una comunidad enfocada en el estudio sistemático y respetuoso de la Palabra de Dios. El contenido de su producción se basa en el trabajo verso a verso del texto bíblico. Mateo 22 nos dice que luego de indicar cuál es el mandamiento más importante, amar a Dios sobre todas las cosas, Jesús les dijo a sus discípulos. El segundo se parece a este, ama a tu prójimo como a ti mismo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Allá afuera más bien parece que se predica desprecio a tu prójimo tanto como puedas, porque la gente anda buscando cerruchar el piso, la gente anda buscando sobresalir, la gente anda buscando siempre su propio beneficio, andamos buscando nuestro propio beneficio, y el prójimo, tal cual lo dice, está complicado también, ¿verdad? Podríamos hablar de la comunidad. Podríamos también hablar, qué sé yo, del compromiso con la verdad y la justicia. Proverbios 21 nos dice, al Señor le agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo que cuando le ofrecemos sacrificios. Amén. Tal pareciera que lo que el Señor quiere con respecto a la verdad y la justicia es que andemos en su voluntad, y que no andemos buscando, perdón por la palabra, jugar de vivos, o agradar a los demás, o viviendo de apariencias. Podría ser el compromiso en esa línea de la verdad y la justicia, pero vamos a darle un tono diferente, y vamos a referirnos a dos o tres personajes bíblicos cuyo compromiso es ejemplar. Yo quisiera que los comparemos, que tomemos enseñanzas de ellos. El primero de ellos es Abraham. Cuando yo empezaba a leer la Biblia y pasaba por el Génesis, yo me devolvía y la volvía a leer. Es fascinante leer el Génesis, especialmente la historia de este señor Abraham. Abraham vivía en una tierra sumamente religiosa, en Ur de los Caldeos. Abraham vivía en una tierra donde había muchos dioses, y él escucha una voz, y esa voz le dice, le hace una promesa, sal de tu tierra, vete de tu parentela, y yo voy a estar contigo, yo te voy a acompañar, y te voy a hacer de ti una nación grande. Lo primero que Abraham responde, como está en la pantalla, es, eme aquí señor, aquí estoy, ¿qué es lo que quieres que haga? Nosotros conocemos la historia, pero Abraham no la conocía. Abraham dijo, voy a empezar a caminar por la palabra de mi Dios. Y Abraham subió desde Ur de los Caldeos hasta Arán con su familia. En Arán pierde un poco de familia y continúa su peregrinaje hasta la tierra prometida. Y el único que le resta en ese caminar de deshacerse o de apartarse de él es su sobrino Lot. Y en ese caminar Dios le pide algo que para nosotros no es lógico, algo muy difícil. Su esposa Sara, ya ustedes saben la historia, era una adulta mayor, muy mayor, Abraham también. Y él nunca se cuestionó cómo Dios iba a cumplir la promesa que le hizo, si ya él era un adulto muy mayor. Dice que inclusive a Sara se le había ido la costumbre de las mujeres, Sara ya no menstruaba, y aún Abraham se mantuvo caminando en fe. Y en determinado momento le dice a Abraham, a Sara, Sara tengo que ir con mi hijo, Dios me ha mandado una misión, cogen un poco de leña, Isaac lo acompaña. Los siervos que él tenía más cercanos fueron con él. En determinado momento, le estoy tratando como de resumir la historia para que sea más comprensible. En determinado momento, él le dice a los siervos, espérenme aquí, y este es un pasaje fascinante y tal vez el centro de lo que quería compartir con ustedes con respecto a Abraham. Eso es lo que Dios le dice, toma a tu hijo Isaac, el único que tienes y al que tanto amas, ve a la tierra de Moriah y sacrificalo. Abraham continúa con los amigos que le acompañaron y con su hijo Isaac, y en determinado momento Isaac le pregunta, como es lo natural de los hijos, preguntarle a los padres, papá, ¿y dónde está el holocausto? Y Abraham le responde, hijo, Dios se provee. Y Abraham le dice a los que estaban con él, mi hijo y yo vamos a ir, y en un rato volvemos. Oigan, nosotros conocemos la historia, pero como Abraham le dijo a los que iban con él, que él iba a ir donde tenía que ir, y que en un rato volvían. Yo le dije, vaya, porque es necesario que sacrifices a tu único hijo. Ustedes van viendo la historia ahí, yo se las estoy resumiendo. Dicen, quédense aquí con el asno, le dijo a los siervos, el muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes. Yo creo que aquí podríamos parar la prédica y podríamos irnos satisfechos. ¿Cómo se enteró Abraham? ¿Quién le dijo a Abraham que él iba a volver con Isaac? Solo la fe, solo el compromiso, una persona, una mujer, un hombre, que escucha genuinamente la voz de Dios, y sabe quién es Dios, y en quién puede confiar, haría algo como eso. La pregunta, porque yo dije que hoy era un día de reflexión, es, todos sabemos la escena, la conocemos, y yo me pregunto, usted se debería preguntar, ¿cuántas veces Dios me ha pedido a mí algo y yo me hago el chancho? No me digan amén, porque a mí me ha pasado. ¿Cuántas veces sabemos que hay algo que no está correcto? ¿Cuántas veces sabemos que algo no nos conviene y nos resistimos? ¿Cuántas veces hemos pasado por una prueba, por una dificultad, por un accidente, por un cáncer, por no sé, y genuinamente nuestro compromiso, nuestra fe no nos permite atender la voz de Dios? ¿Qué tendrá que hacer Dios para que aquellos cuatro que estaban, y el mendigo y la cerrarriba, hagan algo diferente? Y Dios dijo, la Biblia tienen. Si no la obedecen, ni a que un muerto les resucite, así, en puro frente, lo van a obedecer. Tenemos que reconocer, mis hermanos, que nuestro corazón es duro. Ciertamente Dios dice que vamos a pasar por las aguas, y vamos a pasar por el fuego, y no nos va a quemar, ni nos va a ahogar, pero a mí me llama, y lo seguiré leyendo, porque cada vez que lo leo, encuentro enseñanzas nuevas. ¿Quién le dijo a Abraham que él iba a volver con el muchacho, a donde estaban los siervos? En el momento en que Abraham iba a hacer el sacrificio, ya todos lo conocemos, volvió a mirar atrás, y había un cordero, enredado en un zarzal, y efectivamente, Dios se prohibió de que el cordero. Bendito sea el Señor. Yo pienso que deberíamos hacer un alto en el camino hoy, mirar la fe de Abraham, mirar el compromiso de Dios con Abraham, porque yo me imagino que al igual que Noé, la gente de ese tiempo, Abraham se despidió y dijo, es que mi Dios me dijo que me fuera, porque me tiene una misión especial. Y más yo no lo que dijo fue, que le vaya bien ese loco, porque nadie entendía, nadie comprendía cuál era la misión de Abraham, pero él sabía en quién confiar. Mis hermanos y mis hermanas, sólo les faltaba un detalle, en el caminar avanzado, ya iba casi llegando a Canaán, y en determinado momento, Dios les traía a la mente la promesa, y Lord les dice, ellos se sientan en una conversación, y Abraham les dice, no hay ningún problema sobrino, nuestros pastores no deben de reñir, si usted coge para el este, yo cojo para el oeste, si usted coge para el sur, yo cojo para el norte. Y Lord, todos sabemos la historia, cogió y se fue acercando poco a poco a las tierras de Sodoma y de Gomorra, pero el punto no es ese, ese ya lo sabemos. ¿Cuál fue la promesa inicial de Dios? Vete de tu tierra y deja tu parentela. Y si usted lee con detalle el pasaje, a partir de que Lord se aleja, aunque no fue por mucho tiempo, porque Abraham lo tuvo que estar desenredando en un montón de situaciones, a partir de ahí, Dios le abre aún más la mente a Abraham, y Abraham era una persona multimillonaria, pero sobre todo tenía una fe inquebrantable en Dios. Y a partir de ese momento, Dios le empieza a mostrar cosas mucho más amplias sobre el pacto que ellos hicieron cuando Dios lo llamó por primera vez en la tierra de Ur de los Caldeos. Gloria al Señor. Abraham fue un hombre de fe, un hombre que nos reta. En Abraham encontramos la primera vez que él, por criterio propio, por gratitud, diezmó. Abraham es un buen ejemplo de alguien que escuchó la voz y a largo plazo se comprometió con Dios. Oiga, hasta en poeta me salió. Escuchó la voz de Dios y a largo plazo se comprometió con Dios. Porque hay gente que se compromete a corto plazo y viene y se convierte en otras iglesias, van a la... ¿cómo se llama esto? a obligarlos a hablar en lenguas, a los campamentos y esto, y gloria a Dios y estoy entusiasmado, pero Dios me concede lo que tenía y no lo vuelvo a ver en la iglesia. Por eso es que Dios a no todo el mundo le da plata, porque Dios es un Dios responsable. Algunos nos dan plata y los perdemos. ¿Cuánto me dicen amén? Ya lo he visto en muchos casos. Abraham entendió quién era Dios y un compromiso a largo plazo, como dice en aquella otra materia que empezamos a ver, hasta que la muerte me separe. Gloria al Señor. Pasemos a José. José es un personaje, era el menor de los hermanillos, ¿verdad? Los hermanillos no lo querían porque él tenía unos sueños raros y el papá guardaba eso con prudencia. No quiero referirme a las historias, se las resumo. Todos creo que la conocemos. Los hermanos deciden echarlos en una cisterna y la cisterna no se ahoga porque la cisterna estaba vacía. Lo vendieron como esclavo y llegó a la casa de Potifar. Y dice la Biblia que estando en la casa de Potifar, él llegó a tener a cargo, llegó a ser el mandamás de todo lo que Potifar tenía. Pero en algún momento, no sé cómo le llamamos, la misa egipto, la esposa de Potifar, dice la Biblia que era muy bonita, yo me imagino que era un mujerón, y creyó que también él era un activo malde y le echó, le soltó todos los animales, le soltó los perros, perdón por la expresión, y en un acto de convicción, de principios, como diríamos aquí en San Ramón la raya, él se va después de tener todo organizado, después de ser un siervo fiel, después de ser una persona íntegra, se va para la cárcel, pero resulta ser que en la cárcel, a pesar de las adversidades, yo no sé si alguno de ustedes ha visitado a alguien en la cárcel, vieron que no es bonito, a nadie se lo deseó. Y máxime, dependiendo en qué ambiente usted se encuentre, porque si le tocó con la chuzma, lo que tiene que hacer es aprender a sobrevivir. Pero el hombre llegó a la cárcel, y se ganó la confianza de todo el mundo, y prácticamente era el jefe de la cárcel. Oiganme, ¿qué hacemos nosotros cuando nos llegan tiempos difíciles? Es normal, nos preocupamos, nos dan dolores de cabeza, algunos tratan de buscar una solución al problema, pero vienen las angustias, y hay problemas que no son tan fáciles, a veces de enfermedad o de muerte, mucha tristeza, pero se nos olvida que en medio de todo, la misericordia de Dios está con nosotros. Que Dios es un Dios bueno, un Dios que quiere cosas buenas para nosotros. Nos han metido en la cabeza que lo que quiere es plata, que usted tiene que tener casa, que tiene que tener carro, y que si usted no es así, usted tiene que cambiar porque usted está bajo una maldición. Y el diablo está haciendo cosas importantes con usted, pero no es el diablo, el diablo está vencido, con fe lo hemos visto, Dios nos libró de los demás, Dios nos libró del enemigo, del diablo, pero lo más importante que hizo fue librarnos de nosotros mismos, y esa es una batalla permanente, el diablo está vencido. Y este muchacho, siendo difamado, porque la esposa de Potifar dijo que había abusado sexualmente, estando en la cárcel, eso no lo afectó acá, él sabía en qué Dios confiaba a él, quién era su Dios, y entonces tomó todas esas dificultades tan tremendas y las convirtió en oportunidades. Estando en la cárcel, tuvo la posibilidad de volver a interpretar sueños, y fue a dar a la par del faraón. Al faraón le interpretó sueños, y llegó a ser el segundo a bordo, el vicepresidente de todo Egipto, y el que salvó, con ayuda de Dios, a Egipto de una hambruna. Y luego, más allá de salvar a Egipto de una hambruna, tuvo la posibilidad, en medio de la abundancia, de manejar la sabiduría de Dios, para poder repartir aquello que no hubiera motines, y que todo transcurriera normalmente en los 7 años de abundancia. Pero en el último versículo, que es lo que quiero que lleguemos, en el último versículo, capítulo 50 del libro de Génesis, yo cada vez que paso por ahí, no puedo bajar de llorar, dice que un poquito antes del 50, Jacob murió, lo enterraron, en donde tenía que ser enterrado, y los hermanos maquinan, mi hermanillo se va a desquitar, se va a acordar de lo que nosotros le hicimos, del daño que le hicimos, y la va a agarrar contra nosotros. Y José viene, y dice en el 16, antes de morir, tu padre dejó estas instrucciones, le dicen los hermanos a José, escuchen la mentira, luego sus hermanos se presentaron ante José, se inclinaron delante de él, y le dijeron, aquí nos tienes, somos tus esclavos. Le mandan a decir que papá dijo que no les hicieran daño. Ellos conversan con él, y José se da cuenta que realmente los hermanos le están mintiendo, y José llora. Y mi pregunta es, ustedes que conocen el pasaje, ¿por qué creen que José lloró? Yo pienso en lo personal, que lloró por muchas circunstancias, pero una de las circunstancias que más creo que pasó por su corazón fue, que tirada, no estoy hablando del corazón de José, sino estoy hablando con respecto a sus hermanos. Dios ha encaminado todo esto a bien, pero ustedes no han cambiado. Vinieron aquí por ayuda, se encontraron con el hermano al que hicieron daño, lo que han recibido es bendición, y ahora vienen y me mienten. Ustedes no han cambiado. Dios los ha bendecido. Solo me falta conocer a Benjamín, vayan y me lo traen. Pero José, donde se da cuenta del corazón que todavía sus hermanos mantienen, llora. Todo lo que hemos pasado, por un lado los hermanos dicen, vamos a mentirle porque es capaz que se desquita, pero por otro lado el corazón de una persona que ama a Dios, que está comprometida con Dios, que reconoce que Dios es quien lo guio a través de todo su caminar, de todas sus dificultades, a través del cáncer, a través de la enfermedad, a través de quedarme sin trabajo, a través de tantas cosas, a través de mi vividez. José dice, Dios ha encaminado todo esto a bien, para que mucha gente no muera, refiriéndose a Egipto, y particularmente para que mi familia esté bien. Mis hermanos, pero si la familia fue la que lo traicionó, fue la que la quiso matar, por eso estuvo en la cárcel. Pero él se acordó de que pequeño Dios le dio los sueños, y Dios le había anticipado que iba a pasar en el futuro. Él se acordó y lo único que podía hacer es dar gracias a Dios. Qué corazón más bonito el de José. Obviamente ustedes conocen el fin de la historia, José nunca se desquita de ellos, más bien los lleva a una tierra mucho más abundante, cuida de ellos hasta su muerte. ¿Por qué menciono a José? Bueno, por muchas razones, pero el punto no es que yo identifique mis razones, sino que usted pueda identificar las suyas. ¿Qué corazón tan lindo el de José? Dios, al igual que Abraham, le permitió pasar por muchas dificultades, muchas. ¿Por qué dificultades le ha permitido pasar Dios a usted? No sé, pero lo que sí sé es que si usted aprende a confiar en el Dios de Abraham y en el Dios de José, no sé si usted va a tener plata o va a tener carro, eso no me interesa, ojalá que sí. No sé si usted se va a congregar en la mejor congregación de este pueblo, o si usted va a visitar las naciones y va a ser un predicador internacional, como le dicen a muchos. Pero lo que yo entiendo de la prosperidad de Dios, cuando Dios le habla a Abraham, que fue un hombre próspero, ciertamente tenía mucho ganado, tenía muchos gatos y perros, lo que usted quiera poner ahí, pero el hombre tenía un corazón para Dios. El hombre confiaba, era fiel, José también, y cuando yo veo esos niveles de fidelidad y confianza en Dios, y me vuelvo a ver a mí, hay que perseverar más, hay que aprender más. La religión nos ha hecho mucho daño, mucho, mucho daño. Veamos uno más, este es impresionante, no sé cuántas veces en mis primeros años, honestamente luego lo repaso, no con tanta intensidad, pero Daniel es un personaje exquisito de leer. Dice que era un joven muy inteligente que fue llevado al cautiverio en Babilonia, él junto con tres amigos más, Sadrach, Mesach, Jabez Nehue y Daniel. Y en el capítulo 3 y 6 nos da algunas enseñanzas que quiero que repasemos. Dice Daniel en el capítulo 6, vamos a ver, son dos historias, una es de Daniel y otra son de los tres amigos de él. Empecemos por la del capítulo 6, la del capítulo 6 tiene que ver solamente con Daniel, Daniel era tan próspero, el rey de la época lo tenía en un puesto de autoridad muy alto, pero como siempre, cada vez que alguien trata de prosperar allá afuera, la gente trata de acerrocharle el piso, trata de hablar mal, trata de utilizar principios que no son bíblicos y eso le pasó a Daniel. Los que estaban cerca del rey confabularon y dijeron, no podemos encontrar nada incorrecto en Daniel, pero vemos que él tres horas al día ora. Y entonces hicieron que el rey firmara un decreto que por los próximos 30 días, aquel de toda la comunidad que no se inclinara y adorara al rey de la época, sería echado en la fosa de los leones. Daniel, como siempre, abría las ventanas viendo hacia Jerusalén, se arrodillaba, por la mañana, después del almuerzo y de la noche, siempre él oraba a Dios, no por desobediencia a la orden del rey, sino porque ya él sabía quién era su Dios. Entonces, conocemos la historia, fueron y lo sapearon con el rey, y el rey Nabucodonosor, que ya conocía la historia del capítulo 3, amaba a Daniel, pero tenía que cumplir la ley, Medo y Persa, no se podía echar para atrás. Entonces, dice la historia bíblica, que a Daniel lo echaron en el foso de los leones, pero antes lo amarraron y cayó en el foso, yo me imagino que a los leones les sirvieron de colchón, porque dice que Daniel cayó y el rey se asombró, volvió a ver el foso y dice, disculpen a todos los que lo hayan mal informado, se pasea por el foso de los leones, y no veo que se esté quemando, ordenó asombrado que lo sacaran, dice que no olía humo la camiseta, los pelos no se le habían quemado, nada se había quemado, y el rey ordenó que a todos aquellos que habían confabulado contra él, ya ustedes saben la historia. Mis hermanos, que hacemos nosotros ante las adversidades, ante las dificultades de la vida, yo sé que es normal que algunas personas entren en depresión, que algunas personas se encierren en el cuarto, que no quieran hablar, pero yo observo a un Daniel con una fe inquebrantable en Dios, si me voy ahí y me quemo, me quemo, pero yo voy a continuar orando, yo le voy a continuar sirviendo a mi Dios, porque eso no va en contra ni del faraón, ni estoy haciendo algo malo, eso es lo que yo creo, esa es mi convicción. Y en el capítulo tres, los tres amigos hicieron algo similar, los amigos, las personas malvadas hicieron, al igual que le pasó a Jesús, una estatua de oro del rey de Abu Konosor, y al sonido de los instrumentos había que inclinarse y adorarla, ustedes conocen la historia, y como los tres muchachos no lo hicieron, como los muchachos no quisieron inclinarse ante la estatua de oro que se había hecho, el rey los mandó a un horno de fuego, capítulo tres de Daniel, pero el rey estaba tan bravo, que dijo calienten el horno siete veces más, ustedes conocen la historia, y dice que los muchachos, los soldados que empujaron a los muchachos, todos murieron, todos los muchachos que empujaron a los tres muchachos a Sadrach, Meshach y Abednego murieron, y que el rey se asombró porque en lugar de ver tres muchachos rostizados, achicharronados, vio a cuatro personas caminando, y uno parecía como un Dios. Mis hermanos, en aquellos días de dificultad, en aquellos momentos difíciles, cuando creemos que no hay una salida, miren lo que hace Dios, viene y los acompaña en el horno de fuego ardiente, ni un pelo se les quemó, y yo me pregunto cuál es nuestra actitud ante nuestras dificultades, me duele una uña y me incapacito, porque realmente estoy comprometido con lo que yo hago día a día, con mi trabajo, con mi familia, con la iglesia, creo que es un momento de reflexión, y no servir por hacer obras, todos lo conocemos, ese no es el punto, sino que estos personajes nos enseñan que hay un compromiso genuino con Dios, un compromiso a largo plazo. Daniel, si ustedes lo estudian anteriormente, él no quiso tomar ni el vino ni la comida que le servían, porque ellos eran unos jóvenes inteligentes y privilegiados que habían sido puestos en colegios privados en la época, porque ocupaban que sirvieran al rey, y ellos decidieron no comer ni tomar de las cosas que ellos hacían, y tomar una especie de dieta vegetariana, y los tres jóvenes antes de ser echados, en donde los echaron, le dijeron al rey, disculpe rey, usted, no vamos a hacer lo que usted nos dice, nos pase lo que nos pase, allá adentro no vamos a hacer lo que usted nos dice, porque no es correcto, lo que pasa es que hoy en día a lo malo le decimos bueno y a lo bueno gualo y nos afamos, hay muchos allá afuera que son cristianos de la secreta, nadie sabe que son cristianos, nadie reconoce a Dios en ellos, no estoy hablando de los que están acá, mi hermano y mi hermana hoy es un día de reflexión, un día de, miren lo que le pasó al apóstol Pablo, y con esto cierro, el apóstol Pablo, todos saben que quedó ciego, quedó ciego, y Dios le habló y le dijo, te voy a usar, pero no creas que va a ser fácil, la cosa no va a ser fácil, y un día tuvo que ser bajado por una canasta, porque si salía por la puerta del frente lo mataban, otro día fue apedreado y la gente lo daba por muerto, la gente lo daba por muerto, porque tal fue la apedreada que le dieron, que lo dejaron prácticamente muerto, y podría seguir hablando del apóstol Pablo, otro día se fue en un barco y hubo un naufragio, Dios le dijo, nadie va a morir, y yo me lo imagino llegando a una tabla a la orilla, cansado, agotado, la gente que lo recibió, lo recibió de muy buena forma, hicieron unas fogatas, y lo primero que hace Pablo, en lugar de sentarse a que le sirvan, se va y empieza a recoger leña, usted haría eso, o yo haría eso, yo creo que no, o sea honestamente yo no lo haría, yo me siento a que me venga Toré, o que me traigan Sepolo, Rofal, porque estoy feo, o sea vengo de un naufragio, no se cuantos días duró en Altamar, y apenas fue que llegué con una tabla, pero Dios le dijo, usted no se va a morir, ni ninguno de los que van con usted, y Pablo lo creyó, se fue a recoger leña, y dice que una víbora se le guindó el brazo, ahora cuando dice que una víbora se le guindó el brazo, y yo asumo que era una víbora venenosa, ¿por qué?, porque dice que los nativos estaban nada más esperando a que Pablo se muriera, pero como Pablo no se murió, entonces creían que era un personaje divino que había venido del agua, la sirenita o Aquaman, pero ustedes vean el corazón de Pablo, en lugar de sentarse a que le sirvieran, andaba recogiendo leña para ayudarles a atizar el fuego, con que ellos mismos se estaban calentando, cuando usted ve a alguien con necesidad, cuando usted ve a alguien con algún tipo de situación, antes lo dijimos, Jesús lo dijo, y el segundo y tan importante es amar al prójimo como a ti mismo, entonces quiere decir que nosotros muchos, tal vez no los que estamos acá, seguramente no nos amamos para nada, porque si nos amáramos lo suficiente, tendríamos un compromiso firme a largo plazo con el prójimo, amén, no quisiera mencionar más personajes, con Pablo concluyo, repito Abraham, un hombre de fe inquebrantable a largo plazo, un hombre que escuchó la voz de Dios y actuó a pesar de cualquier cosa, y a pesar de todas las bendiciones de Dios, en algún momento Dios lo tuvo que espabilar, y así le Abraham y Lot, es cierto, es pariente, como nos cuesta tomar decisiones a veces, pero no decisiones de las de nosotros, sino decisiones que estén en la voluntad de Dios, amén. Más información www.alimmenta.com