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Capítulo 13: entrevista a Marcela Alvarado

Capítulo 13: entrevista a Marcela Alvarado

Mi Nuevo YoMi Nuevo Yo

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En este capítulo entrevistamos a Marcela Alvarado. Ella es terapeuta Ayurveda y también es sobreviviente del cáncer. Esta enfermedad libera distintos caminos para sentirnos bien y mantenernos con energías. Una de esas es la Ayurveda. Acá hablamos sobre estas búsquedas y encuentros.

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Transcription

The transcription is a conversation between two people discussing cancer and therapy. One person shares their experience with breast cancer and the treatment they underwent. They talk about the importance of early detection and the emotional impact of receiving a diagnosis. The conversation also touches on the different forms of therapy and self-care that can help during cancer treatment. ¡Hola! ¿Qué tal? Estamos de vuelta con el capítulo número 13 El de la suerte, no es de Jason, Jason, este es de Don Matt, ¿es de Don Matt? Sí, por supuesto, el que tenía la motosierra, sí. Motosierra, bueno. Sí o no, sí. Si vamos hablando mejor del tema, pero Motosierra es otro, el de Massage in Texas. Ay, ¿no es el mismo de Jason? No, pero pareció. Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno, bueno Bueno, además, lamentablemente, también tuvo cáncer y también es una sobreviviente, aprendí, aprendí. Muy bien. No, sobreviviente, me decís que no sé. Sí, sobreviviente. Sí, todo hay hombre, ¿no? Así que, en este momento hay cuatro sobrevivientes. Eso. Y cuatro familias. Y cuatro familias, sí. Además, tú tenés cuatro hijos. Cuatro hijos. Entonces, súper importante estar vivo. Sí. ¿Verdad? Sí. Bueno, y cuéntanos un poco, Marcel, cuéntanos un poco esta, porque me imagino que mucha gente que nos está escuchando quiere saber cómo este tipo de terapia, hay que decir que con el cáncer también hay muchas formas de cuidarse, en el fondo, de cuidarse, de hacerse cariño, de meditar, de tomar aire, entonces, cuéntanos un poco cómo, qué es y cómo llegaste a esto. A esto. Ya. A esto. Y al cáncer primero, claro. ¿Al cáncer primero? Sí, pues yo vencí a la pausa. Sí. Orden en la sala. Orden en la sala. Primero vamos a preguntarle a la Marce. Yo soy el caos. Primero la Marce nos va a contar qué cáncer tuvo, cuándo tuviste cáncer. Ya. Bueno, igual se juntan, porque la verdad que el cáncer es un poco también cómo llegué acá. Así que Andrés, perfecto. El año 2007, yo tenía, mi tercer hijo tenía diez meses, estaba en plena etapa de crianza. Cuatro, dos y diez meses. Y me encuentro un bulto. Y voy al médico pensando que era como un recibo de la leche, verdad, porque todavía estaba aumentando. ¿No te asustaste? No, no, era tan todavía joven que era esa etapa de la vida en que eres como Highlander, entonces no. ¿Qué edad? Treinta y uno. Ay, yo me creía muy joven, hombre. Ay, bueno. Pero la verdad que además yo hasta el día de hoy tengo como esa cosa de que me cuesta pensar que el resultado de algo sea malo. Es una cosa muy ingenua, inocentona, no tengo idea, pero me cuesta pensar que vaya a pasar algo malo. Entonces, la verdad que yo estaba viviendo además una situación familiar súper complicada, estaba ahí en el límite de una separación, como tomando muchas decisiones. Cuando me encuentro este bulto, que fue un día para otro, y para mí es como medio místico porque al día siguiente, el día anterior había tomado una decisión de continuar con algo que la verdad que tendría que haber dejado, y al día siguiente me encuentro este tumor. Cuento corto, voy al doctor, no era este residual de la lactancia, sino que era un tumor de seis centímetros, sí, seis centímetros, era bien importante. Estaba in situ. ¿Qué significa eso? No, en el fondo era como se podía sacar, no se había todavía extendido el resto de la mama. A pesar de lo grande. A pesar de lo grande, pero fue una mastectomía radical total de la mama directa y me tuvieron que vaciar todos los ganglios porque sacaron la centinela y estaban con, siguieron avanzando, al final vaciaron ganglios. Así que fue como bien radical. Tomaron los exámenes ahí mismo, en la clínica. De todo el resto, que antes no se hacía PET, eran escanes individuales, me fueron tomando uno por uno, me acuerdo que yo volví a la pieza y en la pieza ya les había llegado la noticia de que no había nada y todos lloraban y yo seguía sin entender mucho las consecuencias de esto. El resto del cuerpo. Claro, el resto del cuerpo, para mí ya como que me sacaran una textura era como que me estaban compromeando que todavía están buscando más. Después entendí muchas cosas que en esos días no entendí. ¿Cuánto te demoraste en que te detectaron el tumor? Nada, me acuerdo perfecto porque me encontraban ese tumor, en la noche me dieron el diagnóstico que no me lo dieron a mí, eso fue súper raro. La doctora fue media torpe, bien torpe la verdad, me hace salir de la pieza, yo estaba sola, me había tomado el examen sola, yo estaba en esto que les decía como separándome ya, mi ex marido es médico y la doctora que ve mis resultados no me dice nada, me hace salir y lo hace pasar a él. Él había llegado por otro lado, no hay que ver, alguien le había avisado, no sé cómo, llegó, la cosa que llegó. Y me hace salir y lo hace pasar a él. Y yo cuando le digo, pero espérate, yo quiero pasar, ¿por qué tiene que pasar él? No, me dice, es que aquí hay muchas máquinas. Ya, le dije yo, y yo soy un cabrón chico y puedo apretar el botón, era como una reflexión bien extraña. ¿Ella conocía, lo conocía desde antes? No sé, no sé, pero le dio la información a él y yo me fui. ¿Cómo que no? Pero mi médico al día siguiente en la mañana fui con él y ya me dio toda la información y cuando ya empecé a captar que mis hermanos se devolvían de las vacaciones, mi hermana llega acá y la veo en la mañana y fue como, no, esta cuestión está, pero sin tomarle el peso todavía. ¿Con la Andrea? Sí, sí, así como bien en otro lado. ¿Funcionando? Sí, y mi hermana también médico, entonces la verdad que movió muchas cosas rápido, conseguí contactos con el amigo, un poco parecido a lo que le pasó a la Andrea, una especialista en mama también, familiar de mi cuñado, entonces como que todo se confabuló para que yo rápidamente tuviera los exámenes, los resultados, la biopsia del tumor, que duele por una locura, pero ya no me acuerdo si me dolió o no. ¿Tenía antecedentes familiares? No, no. ¿Ningún tipo de…? No, ningún tipo de antecedentes médicos. Porque la biopsia en realidad, deben ser a todos, hemos sufrido, porque la biopsia en realidad es un procedimiento que uno debería hacerlo con anestesia, porque es demasiado doloroso. La que fue la anestesia para mí en mi caso fue el abdomen, entonces me metí una aguja y me atravesó todo el mundo. ¿Tenía una cuestión menor? Yo tenía un encemo y claro, estaba con anestesia, pero igual sientes todo, yo creo que esa es la parte más… Es dura. Sí, super dura. Es como el dolor que te agarra justo en la época que tu vas a insertir un clínico. No, es como la inserción, es como que tu… No, no, la inserción es como… Es como el partido. Es como el partido. Sí. ¿Y suena? ¿A ti te le hicieron ciudad anestesia? Sí, sí. Sí, a mí era ciudad anestesia. Bueno, era amiga de mi hermana. También estaba como muy protegida en el amigo de la amiga de… Fue como muy… Fue una suerte. Fue una suerte gigante. Pero así todo, cuando me derivan donde esta cirujana de mamá de… ¿se puede decir así? De la alemana, paso y ella es como super ejecutiva, así super práctica y me empieza a explicar y explicar y explicar. Y entre todo lo que me decía salen estas palabras así como in situ y no sé qué y no sé qué. Y era como… Demasiada información. Sí, demasiada información. Y tenía a mi hermana a un lado, me acuerdo, y mi ex marido estaba al otro lado, los dos médicos ahí como acompañándome. Y yo sentía que yo casi que estaba de más porque yo no entendía nada de lo que estaba pasando ahí. Otro idioma. Otro idioma, sí. Y me acuerdo que me paré. Esa parte es como fuerte contarla pero ya está totalmente superada, siento yo. Me paro y como piloto automático pido el baño, entro al baño, ella por suerte tenía baño dentro de la consulta, cierro la puerta, le pongo llave y tapo el water porque estaba arriba la tapa, me acuerdo perfecto, y me abrazo del water. Y lloré abrazada del water. Fue una cosa así como… Como el primer desahogo. Como que el primer desahogo fue con un water. Sí, la verdad. Fue un abrazo al water y yo siempre pensaba que era como en las películas pero lo he escuchado en varias personas. Pero no lo pensé, ¿eh? Cuando yo me paré de la silla no iba a abrazar al water. Fue como esta cosa de… Abraza, escucha. Abraza, es como el primer desahogo. Y estando ellos ahí… Estando ellos ahí, yo me hacía abrazar al water. Sí, a veces solas. Y ustedes saben que yo no tenía antecedentes médicos, es verdad, pero llevaba por lo menos un año y medio con esa sensación de que ya el sufrimiento no lo resistía. Lo estaba pasando muy mal, era como unas penas tremendas de otras situaciones. Entonces, cuando pasa esto, fue como que todo lo demás quedó paralizado. Y abrazé a este water así como… ¿Fueron tempranos fotos? No, no llegué a ninguna otra parte. Y me quedé ahí un buen rato. Y salgo de la consulta. Nunca supieron que yo abrazé el water. Yo creo que a la Marilena nunca le he contado que abrazé el water. Y me siento de nuevo sin entender todavía mucho. Me acuerdo que la doctora me daba como que era una opción si yo quería tomar el tratamiento o no. Hoy día lo analizo y parece que yo… No, no parece. Yo soy súper obediente como de lo que hay que hacer. Nunca me cuestioné si yo tenía la posibilidad de no hacer lo que la doctora me estaba diciendo que había que hacer. Claro, claro. Sí, sí. O sea, la historia es que hasta el momento en que caí en el pacto yo lo hubiera hecho. Sí, yo también creo. Ahora, después de eso, uno dice, no, yo creo que ahora uno lo puede decir. Pero en el momento, uno está ahí como avanzando, avanzando. Yo estoy diciendo, después de siete años, si no sé, que una ovejita va con la doctora. La doctora me reína, me manda al cardio o lo otro y yo, si no, una ovejita va corriente. Puede ser, hermano, yo lo entiendo. No, yo, si me ha pasado con los años, recibí en la consulta a pacientes que son súper empoderados y como que cuestionan los tratamientos y no, yo no quiero que… Y yo, es que no se me hubiese ocurrido. Era como, esto hay que hacerlo y yo me tengo que salvar y tiene que pasar lo que tenga que pasar. Mi sensación fue como estar meada y gato, la verdad. No tengo idea si se quiere quitarlo o no, pero… Porque era como, no puede ser, o sea, que me sigan… Y es que era como el broche de oro. Como estaba meada mal, también a ratos, en esos mismos días, que pasaron, respondiendo a tu pregunta, ¿cómo usted iría? Súper poco, no tuve como para pensar y asimilar, súper poco. Y en esos días también pasé por un momento en el que dije, guau, qué bueno, me voy a morir. Estaba tan cansada que era como, me muero y todo se arrastraba, listo, arrastraba y entonces el cáncer casi como que me vino a rescatar de este sufrimiento. Pero así todo, seguía súper obediente haciendo todo lo que tenía que hacer. Como era joven, todavía tenía a mis hijos muy chicos, no pasé por el tema de tener que acompañarlos a ellos a enfrentar mi cáncer. Porque ellos eran como inocentes de lo que estaba pasando. O sea, la Flo tenía dos años y reclamaba que… le dije al doctor que me pasara mi peluca, por ejemplo. Pero era así como un reclamo súper inconsciente de lo que estaba ocurriendo. Mi hijo mayor llegaba al colegio y me hacía cariñito en la cabeza, me daba besos. Y Seba tenía cinco. O sea, claro, no hay conversaciones muy… No, y la palabra cáncer nunca las mencioné. Claro. Porque todo lo que tenga relación al cáncer es como casi sinónimo de muerte. Entonces yo decía, no quiero que mis hijos vayan a asociar mi enfermedad con muerte. Más allá de que a lo mejor me puedo morir, pero no era eso lo que yo quería. La verdad que me sirvió mucho porque no tenía ese peso como de cómo contengo a mis criaturas. ¿Y alguna vez pensaste que te podías morir? Sí, pero después. Como que en los años posteriores de los controles del… Esto puede volver. Esto puede volver. ¿Y qué haría si vuelve? Era como una cosa así medio recurrente. Cuando venía el periodo de exámenes, al igual que ustedes, de repente eran… Al principio eran, no sé, cada dos meses, un mes, no me acuerdo, después cada tres, cada seis cáncer. Entonces como que los días antes al examen a mí me empezaba… Yo después me di cuenta que me empezaba a dar como la neura y a dar vuelta. Ya, a ver, si me diera de nuevo, sí, haría lo mismo de nuevo. Pasaría, valió la pena. Es como que repasaba todo lo que fue. Y con el tiempo esa sensación se iba distanciando. Y yo creo que sobre todo lo que me pasó fue como la emoción de no haberme muerto y la entendí después. No en el minuto. Como que el minuto era lo que tenía que pasar nomás. Lo que pasara era lo que… Fue cuando mis hijos, yo veía que iban creciendo. Yo siempre cuento la anécdota de cuando el tercero pasó a primero básico. El colegio en el que estaba era súper cuático. Y hacían como ceremonia de grabación, así, a unas cosas. De esportes, de kinder, a primero básico. Y en una cosa de un segundo, yo de repente me pongo a llorar, y no podía parar de llorar, y no podía parar de llorar, y no paraba, y no paraba. Y lloré 30 minutos. Y le tuve que decir a tu papá y a mis niños, por favor, ándate tú con ellos a la sala, porque había que pasar después a la sala. Porque yo no soy capaz de moverme. Y la verdad que era como esa emoción de darte cuenta que estabas. Que llegaste a ese momento. Y que pudiste no haber estado. Eso era como lo… Claro. Un hito así. Uno tiene mucho… Es verdad que se van creciendo los hitos de ese tipo. Y todo el rato la supervivencia. Y como gozar el estar también. Con mi hija, con la Flo, hace muchos años atrás daban un programa que era re malo, pero era como pasar el rato. Una vez mi hija estaba enferma y la acompañé, y era un programa de vestidos de novia. Como que iban las novias con su mamá y con toda su familia, y como que las novias probaban muchos vestidos y la familia opinaba. Y me acuerdo ahora estaba con la Flo viendo ese programa, y de repente lo mismo. Me pongo a llorar. A más no le dije, por supuesto, pero era como estaré, así como la sensación de estaré ese minuto ahí como… Increíble. Por un programa bastante poco profundo, pero en el fondo te vas conectando. Te vas como gatillando como estos momentos que uno en general bloquea. Y que uno los da por obvios, que vaya a estar, y no es así. No, pues no es así. No es obvio. Y los resultados de los exámenes tampoco son obvios. Como que después de eso me fui dando cuenta que cada resultado bueno era la gloria, digamos. Era maravilloso. Marce, ¿esto te llevó un poco a buscar? Sí. O sea, ¿no te quedaste ahí en el fondo? No, no me quedé ahí. Dijiste, hay una búsqueda… Pero no fue inmediato y no fue tan fácil. Porque como estaba en esto de los tratamientos, después vinieron las quimioterapias, la cereoterapia, la ribioterapia… ¿Se operaron primero quimio y radio? Se operaron primero quimio y radio. Y al mismo tiempo había salido positivo a no sé qué cosa molecular. Entonces me hicieron otro tratamiento que se aplica parecido a las quimioterapias, pero no tiene el mismo efecto. O sea, no tenía grandes malestares, sino que era cardiotóxico. Entonces había que tener algunas precauciones. No hacía mucho deporte, que no era mi riesgo. Estaba salvada, en ese sentido. ¿Y después te lo viviste a separar? Me separé después, justo… No, lo viví con él. Lo vivimos separado todavía. Y terminando la radioterapia, ahí me separé. Estaba como saliendo la… Pero estaba saliendo y ya estaba con la sensación de volver a recuperar el cuerpo. Porque yo diría que a mí la radioterapia me tiró mucho más abajo que las quimio. Como que las quimio yo sentía que tenía un fix de recuperación y después de nuevo me iba pésimo. Con las radioterapias uno iba para abajo, para abajo. Pero cada vez ya como que empezaba a doler y levantar. ¿Todos los días? Todos los días, claro. Y de hecho yo iba sola en auto a la radio y volvía y… y moría. O sea, como que me daba la energía para llegar y yo moría. Nada, yo me iba a entrar a la clínica… ¿En serio? Me iba a entrar a la clínica… Y me salía, me compraba mi sandía que venden en la calle, me ponía en la sendera hasta el metro, llegué a mi casa… Y perfecto. No, yo ya agotada. Me había estupado toda la energía del cuerpo. Sí, pues sí pasa eso. Sí. Y ahí ya, ¿empezaste con el tema Ayurvedico o no? No, después pasa mucho tiempo porque además imagínate, recién se paraba Poca Plata. Sí, es algo complicado. Esto será como trabajar y esto y muchas cosas. Eres súper valiente. Me enamoré de nuevo, me casé de nuevo y tuve otro hijo. Ahí nace mi cuarto hijo. ¿Sabes lo que dicen de los… del segundo matrimonio? ¿Qué dicen? Que el triunfo de la… de la esperanza vos sos de la evidencia. Sí, bueno, además, además, la verdad es que cuando me separé… Cuando me separé no estaban mis planes para nada o volver a casarme ni emparejar. O sea, yo estaba con otros horizontes. El primero, salvarme y salir adelante con mi hijo. Estaba pelada, estaba sin pertubas, estaba como… La verdad es que no estaba muy en buenas condiciones para empezar a coquetear. Pero bueno, las cosas se dieron. El amor. El amor, viste qué bonito. Y la verdad que cuando ya había nacido mi cuarto hijo, que nació el 2014, mi cáncer fue el 2007, recién ahí me abrí como a esto de que quiero buscar otras cosas. Ya había cambiado el sentido de muchas cosas en mi vida. O sea, como que había tomado varias decisiones, sobre todo lo que no quería en mi vida, como que eso lo tenía súper claro. Pero de repente me surgen estas ganas de estudiar algo que tuviera que ver con alimentación, pero no quería alimentación tradicional, sino que algo que involucrara más cosas. Me pongo a investigar, en cinco minutos llegué a Ayurveda, y en diez ya estaba inscrita. No me mentirá, fui a una charla y me explicaron de qué se trataba. Y me convencieron y me metí. Y la verdad que fueron dos años de formación en Ayurveda. ¿Acá en Chile? Acá en Chile. Mis compañeras se fueron a India. O sea, el grupo completo se iba, pero yo tenía una guagua, entonces yo no era mi… todavía no era mi momento. Es origen indio. Allá en India hay un sistema médico que tiene todas las especialidades médicas. Está reconocido por la OMS y se trabaja como cirugía, pediatría, tiene todo. Acá en Occidente, y acá en Chile en particular, hasta hace unos años atrás al menos, no había médicos ayurvédicos. No sé si ahora habrá. Yo siempre le digo a la gente que va a mi charla o cosas que tengan ojo, porque nosotros somos terapeutas ayurvédicos, no médicos ayurvédicos. Y por lo tanto, si yo recibo a un paciente en mi consulta, yo acompaño el tratamiento que está recibiendo, pero no reemplazo el tratamiento. Sobre todo en desequilibrios que son importantes, que ya están como, por ejemplo, un cáncer. Se entiende desequilibrio en vez de enfermedades de ayurvedad, porque son elementos los que se desequilibran y producen estos síntomas. Entonces, si ya hay un desequilibrio que ya llegó al nivel de desarrollar un cáncer u otras enfermedades, yo como terapeuta solo acompaño el tratamiento que está recibiendo. No tengo las herramientas para decirle, mira, deja todo y ven conmigo, porque yo no. Y yo en general lo recomiendo para todo tipo de terapias complementarias. O sea, los pacientes nos sentimos bombardeados de miles de cosas. A mí me invitaron a millones de cosas cuando estuve enferma. Me llegaron plaquitas, collares, piedras. Esta piedra me la regalaron mientras estuve enferma. Me invitaron a la ceremonia del té. Me invitaron a talleres de sueño. La verdad que fui tomando lo que me hacía sentido, pero tuve que seguir por una línea que era mi médico de cabecera, la cirujana, el oncólogo, el radiólogo, porque es lo que yo conozco y es a lo que yo odié a este hermano. Pero usé todo lo demás. Entonces, llegué a Ayurveda, terminé mi formación feliz, pero me empezó a pasar que... Tomás, explícanos de dónde es Ayurveda. Ah, ya. Para entenderlo. Ya, ya, ya. Yo les explico. Ayurveda, como les decía, es el sistema de medicina tradicional. 5.000 años, 6.000 años. Para ellos, para los indios y para la gente que sigue las corrientes de Eka, es un regalo de los dioses. Ese es su origen. Entonces, la verdad que cuando uno lo quiere entender, tiene que abrir la mente a algo súper distinto que nosotros a lo tradicional que conocemos por ciencia. Porque es algo revelado, por lo tanto, es lo que es. Ahora, con los años yo me he dado cuenta que con la ciencia se pueden comprobar muchas de las cosas que Ayurveda plantea escrito hace tantos años atrás. Ya no es algo que sea tan disonante. Y en general también sigue la línea parecida a muchas de otras corrientes naturalistas, ¿verdad?, de tratamientos. Entonces, es algo bien armonioso. Sin embargo, puede ser muy radical para algunas personas porque viene de otra cultura. Entonces, nosotros trabajamos con la alimentación, con las rutinas de descanso, las rutinas de la actividad física, con la energía creativa, ¿verdad? Y todo eso está como súper normado desde Ayurveda, de lo que tiene que ser y lo que no tiene que ser, cómo me alimento, a qué hora me alimento, qué actividad física es la más recomendable para mí, qué tipo de terapia corporal necesito en cierto momento. Y todo eso depende del desequilibrio que tú tienes en la vida. Sí, y depende por ende de cada persona. ¿Y hay como tipos también de definición de personalidad? No sé cómo se llama. El paradigma ayurveda son los cinco elementos, que son los cinco elementos groseros que se manifiestan, que es el éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra. Tiene alguna diferencia con la medicina china, pero también son bien amigables. Según cómo esos elementos se presentan en las personas, podemos identificar tres dosas. Uno es que tiene más aire y éter, vata. Otro es que tiene más agua y fuego, que sería pita, un fuego así como más benzina, que se enciende fácil. Y otro que es tierra y agua, que sería el dosha kappa. Entonces las personas nos identificamos con cualquiera de estos tres biotipos, no porque el resto no lo tengamos, sino porque hay uno que predomina. Y si ese elemento en mí empieza a aumentarse de manera excesiva, pueden producirse algunos desequilibrios, que se traduzcan después en enfermedades. ¿Cómo tú llegas a saber de qué tipo es uno, por ejemplo, si yo fuera más fuego, más tierra, no sé, más agua? Más pita, vata. ¿Cómo tú me imaginas eso? Sí, tú eres más fuego. Por todo lo que yo te he explicado. Pero en este podcast hay harto vata también, por eso es tan creativo y entretenido. ¿Cómo identifico? La verdad es que la evaluación ayurvédica es bastante larga, es seria, por lo menos una hora y media, que se trabaja con la persona buscando desde el principio de su vida lo que más se pueda recabar de información. Y después de eso recién se hace un... Pero la verdad es que eso no es lo más importante. Definir cuál es tu dosha de origen no es lo más importante, porque se dice que desde el momento que tú naces ya estás en desequilibrio. Sino que es más bien leer en tu cuerpo cuál es el estado en el que tú te sientes mejor, tu estado de bienestar. Por ahí va el trabajo. Y a mí me ha pasado con el tiempo que me empezó a faltar otra dimensión para atender en la consulta, porque suena súper fácil recibir a alguien, te da un diagnóstico, entonces yo te digo a ti te conviene comer esto, te conviene meditar tanta cantidad de tiempo y te conviene esta actividad física. Ponte tú. La persona se va a la casa y puede ser mucho más doloroso para salir de tu problema que te entreguen esta tremenda cantidad de cambios y de... Claro, y solo. Y ahora hazlo. Y si no lo haces, es responsabilidad tuya seguir mal. Y ahí fue cuando me metí a estudiar psicoterapia. ¿Y por qué Psicología Humanista Transpersonal? Porque la Psicología Transpersonal incorpora también la dimensión espiritual en la vida y en el tratamiento de las personas y ayurvea también un poco la espiritualidad con la salud física. Entonces, hoy en día puedo decir que para mí es súper lindo porque desde que partí hasta ahora pude ir sumando más herramientas en las sesiones, en las sesiones de la terapia corporal cuando te recibí a ti, yo todavía tengo el recuerdo de cuando nos despedimos, esa primera sesión, porque creo que fue al final de la sesión, en ese abrazo, cuando yo logré traspasarte un poco más de esa mutuosidad que significa el cariño, el contener a alguien, que es lo que falta mucho cuando nosotros estamos pasando por una enfermedad como el cáncer. O sea, se nos disparan todos los elementos. Los elementos del aire y del éter, sobre todo, se van a las nubes, empieza la ansiedad, el miedo, temores, incertidumbre, ese pensamiento que da vuelta, ¿verdad? Rumeo. El rumeo constante. Eres arisco o arisca peor. Sí, es bien terrible. Entonces, ha sido súper lindo poder ir incorporando en las sesiones y en las terapias esta como soltura del trabajo y de recibir a una persona y de poder ir identificando cada vez más fácil qué es lo que necesita esa persona, en la camilla y fuera de la camilla también. Entonces, la verdad que hoy día para mí la terapia es una estructura y es una herramienta muy bonita de acompañamiento. Pero insisto, de acompañamiento. Exacto. De darle más fuerza y más vigor a ese cuerpo que se está viendo tan dañado. Y ves que... Ahora que dijiste eso, es súper bonito como, sobre todo para alguien que es más bien escéptica, yo que soy como arisca, escéptica en ese sentido, yo llegué a la Marce porque me hicieron un regalo de unos masajes de algo raro, que yo no cachaba. Y llegué y conversábamos, qué sé yo, y la primera sesión fue solo conversar. Con la Marce. Con la Marce. No nos conocíamos y ya, entonces dijo, vamos a partir de la próxima sesión con los masajes, que eran dos sesiones de masajes. Y fue súper bonito como alguien que no esperaba nada, no esperaba nada como yo. Y también esta cosa de que te toquen y se acerquen, ah, no soy yo. Todas esas cosas, se dio de una manera muy natural porque es como muy delicado el acercamiento, un poco invasivo. Entonces uno como que se va como entre estos aceltes y esta cosa, y la voz de la Marce, y la conversación que se va dando, como que te van volviendo, sin uno alcanzar a poner resistencia. Eso es como lo bonito. Y en la terapia después se va dando que, como no es tan estricta, es como en el sentido, no tiene una norma tan estricta, se va como adaptando a quien eres. Y así se van formando una forma de mirar y de ir avanzando, que en el caso de un paciente que viene saliendo el cáncer, en mi caso yo estaba, había salido, cuando uno está con cáncer, no se recomienda la masacre. Entonces es súper bonito como poder recibir algo así de alguien que no es cercano a ti. Porque uno no quiere ni hablar, ni decir, ni llorar, los que están mal al lado tuyo, están tan mal que a veces tampoco saben cómo acercarse, cómo sentir cariño. Entonces en este caso, a través de la Marce, a mí me pasó como experiencia, como un algo calentito. ¿Pero tú no sentiste que esto estaba más susceptible cuando uno está enfermo, está más abierto, no cambia nada? Yo lo único que no acepté fueron los monjes brasileños. ¿No lo aceptaste? A la vez que viene la señora todo, y no le dije que no lo iba a hacer, pero yo soy ateo, no creo en nada, pero me abría una experiencia, Reiki, mani, o sea, esas cosas, ¿cachas? Porque en el fondo, la alcalina, porque uno siente que hay un... Hay una buquea de... Claro, o sea, da lo mismo, te querés salvar. Si te ayuda más encima la cabeza, mejor todavía. Obviamente que en general, yo creo que la medicina leopataza, la tradicional, es súper invasiva, es cruel. Es cruel y fría. Exacto, entonces creo que uno necesita como trabajar los otros cuerpos, desde el emocional hasta el sutil. Yo creo que yo sí soy de los que creo que uno tiene otros cuerpos. A mí me ayudó mucho, o sea, yo trabajé harto con el tema antroposófico. Y claro, todo lo que es, en el fondo, la alimentación, y yo sentí que me fue súper útil. No se reemplazó, no reemplacé para nada los otros tratamientos, pero sí fue... Me sentía mucho mejor en términos anímicos, en términos como de vitalidad, como que sentía que procesaba mejor, que mi cuerpo estaba fortaleciéndose. Es más, también, bueno, distinto la gravedad que tuve. Para mí, no sé, bueno, lo mismo si tenía un grado 2, distinto al que tuvieron ustedes. Pero no, yo no sé si eso como que lo llevaría ahí, sino que en tu caso, la nata es como más... más abierta y además más consciente de tu cuerpo, de tu espíritu, de tu yo, ¿cachai? Como siempre lo estás poniendo por encima, como por delante tuyo lo estás viendo, lo estás evaluando. Y eso es algo que en general nosotros hacemos. No, pero es porque lo que hicieron a Mancela, que también esto depende mucho de la persona. Claro, que tiene su sentido. Claro, de cómo funciona, de qué está hecho, básicamente, para... porque en el fondo, nosotros somos todos distintos, pero al final, el proceso médico, tradicional, lo pasamos todo... Igual, si desde la... como son capaces de salirnos de esto, es lo diferente. Y Marcia, ahora tú veis que hay ciertas... porque esto fue en el 2007, estamos en el 2024, ¿habió como... no sé si tú tienes relación con el área de medicina? ¿Se ha podido ver si ha evolucionado un poco el cómo se está abordando ahora el cáncer? ¿Si se han incorporado prácticas más alternativas que puedan un poco como... acompañar de una manera más cariñosa o más holística al paciente? El proceso. Mira, la verdad, el mío fue bastante bonito en el acompañamiento, pero porque fueron puras suertes nada más al azar. Yo me hice la... me operé en la alemana porque me operó esta doctora así rápidamente que era media pariente, pero después activé el GES y, por lo tanto, seguí con mis prestaciones las que me correspondían y me fui a la Dávil a hacer mis quimios. Y ahí tuve como tres ángeles que fueron súper importantes durante muchos años porque además era el lugar donde después llegaban los controles y ellas sí pusieron esa parte reconfortante ya de los tratamientos. Mi VOX era un chiste porque mi familia es súper acto clonada entonces como que nadie se pierde nada entonces mi VOX era el barrio con barras. Sí, de repente llegaban mis hermanos. ¿Era ambulatorio? Sí, sí, era ambulatorio. Era como esas hospitalizaciones ambulatorias. Entonces yo estaba en mi verguer y veía que llegaba mi mamá, llegaba mi papá, llegaban mis cinco hermanos, llegaban mis cuñados. No llegaban mis hijos porque eran chicos y se llenaban. Y yo siempre digo que eso fue parte de mi tratamiento. O sea, todo lo que yo recibía en ese momento era parte de mi tratamiento. Los candidatos de mis papás como todavía eran jóvenes me pudieron cuidar, me pudieron regaloñar, o sea, como que los tuve muy presentes y también se hicieron cargo de mis hijos. Mis suegros en esa época también estuvieron súper presentes y ayudando mucho. Y en el mundo de la medicina, sí, me tocó buena suerte en eso. Pero hoy día creo yo que hay más conciencia en todas las especialidades en general y no solamente frente al cáncer. Más veces me he topado con médicos que les preocupa cómo está la persona, no solamente que come y que no come, sino que integrar también la dimensión como emocional, espiritual. A mí varios médicos me preguntaron, así en otros controles me quedé, ¿Tenías antecedentes? No, no tenía. Ah, pero tuviste una pena muy grande. O sea, como que ya había un relato en el que se rescataban otros factores dentro de la vida del enfermo. Por el podcast de ustedes me enteré de algo muy bueno, que hoy día ustedes decían dentro de la ley nueva se supone que las personas también tendrían derecho como a terapias complementarias. En alguna parte de ustedes mencionaron las terapias complementarias. Ah, sí, también. Sí. Y lo encontré súper lindo. También hay hospitales que ya la tienen incorporada. Sí. Yo creo que también, no tiene que ver con esto, pero también yo creo que si se aprobó una ley de eutanasia me parece que también sería un aporte... Pero esa ya está como en conversaciones, yo creo que no. No, no, no, pero ahora el presidente la anunció y espero que, o sea, bueno, es probable que se demore, pero en términos de la gente, mayoritariamente la gente está a favor de que se apruebe una ley de eutanasia si en el fondo tiene mucho de humanidad, en el fondo. Pero a ustedes les tocó encontrarse con gente que quisiera... Sí, sí. ¿Sí? Sí. En los etólogos, los pulmonares. A ver, las enfermedades me gustaban que... Igual, se hace un tratamiento que no es eutanasia, pero es parecido y que en el fondo es para el dolor. Claro, porque la gente empieza con el verde, la respiración te desespera, o te empieza a ahogar, es muy terrible, entonces, claro, se despide de la familia, se hace un proceso, una ceremonia final y después se sale a la morcilla. Dale, dame expander eso a dejar de sufrir, que eso es. Por eso le digo. Hoy día está muy presente en los tratamientos de cáncer el dolor. Sí, el dolor. Sí, el cuidado del dolor. Entonces, yo creo que ahí se junta de la mano con esto otro, digamos, porque me pasó con mi papá cuando tuvo cáncer, como que no tiene que sentir dolor, no nos acostumbremos al dolor. Con él resultó un bloqueo facetario, entonces, con eso la verdad que los dolores fueron mínimos pero igual siempre estaba presente el subir la dosis si era necesario, un pacte extra si era necesario, como que la gente no sufra. Claro, porque la gente que no sufra, en el caso de mi papá, empezó con dolor, dolor, dolor, que cada vez se intensificó más y entonces había que subir la dosis a tal punto para que no lo vea que no, que se desconectó de este mundo. Claro, porque lo estaba ahí manteniendo vivo de manera artificial. Lo estaba manteniendo vivo, claro, vivo, a botina y él, en los momentos en que lograba un poquito de lucidez, él decía, se sentía muy humillado de estar con pañal, de ir a la cama porque igual se quería levantar y no se da cuenta que no sufre. Entonces, independiente de que hay lo que se llama cuidados paliativos, los cuidados paliativos igual tienen que tener su límite. Sí, claro. ¿Cachai? Porque hay un momento que es un sufrir para la persona que ya está en el nivel de morcina que está en cupite, está toda la familia sufriendo esa situación que es muy complicado Y me haces eso de que tu papá, el hecho que tú hayas vivido el cáncer antes, ¿cómo te ayudó para un poco tratarlo a él, cómo abordar cuando le vino después a él? Sí, le vino después. ¿Yo te había especializado en ayurveda cuando le digo eso? No, al año siguiente empecé a estudiar ayurveda y también influye un poco en la enfermedad de mi papá. ¿Sabes qué me pasó? Yo creo que principalmente el cáncer me acercó a la muerte y después de que le tuve mucho terror, mucho pánico, me acercó de una manera más amistosa. Hoy en día yo quiero seguir la línea y me encantaría acompañar a gente que está en proceso de duelo, no de otro solamente, sino que el duelo propio, los últimos momentos. A mí me pasa que siento que es un periodo súper importante donde yo, yo a ti a lo mejor tengo una mirada muy particular pero la dimensión transpersonal, esta dimensión más espiritual para mí es tremendamente importante, relevante. Y creo que ocurren muchas cosas en ese último momento. Es como una duela de la muerte. Claro, es como una duela de la muerte porque de alguna manera, qué lindo como lo comparaste, porque de alguna manera independiente del credo de la persona, hay, hay, se produce algo. Mucha gente que la tocaba acompañar en la muerte a otros, relatan experiencias de algo que está ocurriendo. No es, no es algo como que la gente se va nomás y desaparece y desencarna. Hay altas miradas, me encanta la mirada como de esta rueda en que el alma cinde pero nunca se desprende y después retorna y es como, bueno. Entonces yo creo que principalmente me preparó. Me hizo pasar un tiempo como de pánico, yo no iba a funerales, no iba, no quería nada de eso y después me empezó a pasar que los funerales me sentía que era como un momento súper importante en la vida de todos los que estaban presentes y en la vida de la gente que estaba traspasando. De vivirla este día de otra manera. Sí, sí. Y bueno, yo creo que mi funeral también lo he vivido así como lo viví en esa época varias veces, así que ¿qué pasaría? Y fue que no, no, la verdad que no puede ser porque llegaban mis hijos y ellos ya, ya listos, ya preparados, ya preparadas de reconciliarse con eso porque cuesta mucho. Pero sí me pasó eso que me acercó a ese espacio de la vida y me ha servido mucho Ayurveda por esta dimensión también espiritual y me ha servido mucho la psicoterapia y también otra cosa es la que estuve entre medio que tenía que ver con la biodescodificación biológica que es súper interesante que en el fondo plantea como nosotros frente a experiencias traumáticas dolorosas vividas en soledad fijamos una huella en el cerebro y esa huella finalmente podría desencadenar una enfermedad dependiendo en qué capa embrionaria se fija la huella y dependiendo del... Yo quería aprovechar antes que a Embré nos corte porque de repente Ay, yo estoy fascinada ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó ya se acabó

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