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The narrator discusses how dystopian narratives often depict grim societies, planetary devastation, nuclear holocaust survivors, and war-torn landscapes created by uncontrollable artificial technologies. They mention that this pessimistic view is due to the need for conflict and tragedy in storytelling. The focus then shifts to the relationship between humans and machines, particularly the rise of artificial intelligence. The narrator mentions filmmaker Garrett Edwards, who chose science fiction as a genre to explore these themes in his latest movie, "The Creator." They praise the film's solid storytelling but criticize its conventional ending, which they feel was commercially compromised. However, they appreciate the film's unique aesthetic achieved by using an alternative production design process instead of relying solely on computer-generated backgrounds. Las prospecciones narrativas suelen dibujar sociedades sombrías, devastaciones planetarias, reductos poblacionales tras holocaustos nucleares o suburbaciones bélicas de tecnologías artificiales que escapan al control humano. La panopla de distopías abordadas por literatura y cine es tan variada como tendente a la desesperanza. Supongo que en gran parte se debe a que para construir un relato de interés se precisan de conflicto y tragedia. No digo que no se puedan vislumbrar utopías, pero por lo general el pesimismo antropológico acostumbra a ganar la partida. Llevado al ámbito concreto de las relaciones entre humanos y máquinas, la cuestión ha profundizado en esta pulsión agorera. Ahora que la implantación masiva de las inteligencias artificiales parece el próximo gran desafío, es lógico que vuelvan a aflorar historias de ciencia ficción sobre el tema. Garrett Edwards debió pensar que era un buen momento para una historia con base en estos asuntos y precisamente acudió al citado género, al de la ciencia ficción, un nicho creativo propicio para entremezclar acción y reflexión, dinamismo y pausa, para imaginar escenarios derivados de este veloz avance de lo artificial. Su última película, The Creator, es lo que nos propone. Su sólida narración solo se ve empobrecida por un desenlace excesivamente convencional, quizá por ceder a cierto edulcoramiento comercial no muy bien resuelto. Pero eso no le resta brillo al conjunto a su original propuesta estética obtenida de un diseño de producción alternativo a la norma. Porque no se lo dio sobre los típicos fondos verdes y luego se agregó el escenario creado por ordenador, aquí se invirtió el proceso. Hubo una preocupación.