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Entrevista a Nuimi, desde Tindouf, Argelia sobre cómo era la vida cuando llegó a Quel siendo una niña hasta ahora. Dentro de nuestro Proyecto "Un Refugio Para Tod@s"
Entrevista a Nuimi, desde Tindouf, Argelia sobre cómo era la vida cuando llegó a Quel siendo una niña hasta ahora. Dentro de nuestro Proyecto "Un Refugio Para Tod@s"
A group of students from Colegio ZipSign in Tejada, 4th grade, introduce Nuimi, a Sahrawi girl living in a refugee camp for the past 48 years due to a war conflict. Nuimi discusses the problems in her country, including lack of documentation, limited access to jobs and travel, issues with food and healthcare, and the challenges faced by refugees. She left her country at the age of nine through a program called Vacaciones en Paz, which allows children to spend summers in Spain. Nuimi describes her life in Spain, her school experiences, and the support she received from her new family. She is grateful for the opportunities she has had, but also feels a bit sad about missing out on moments with her biological family. Nuimi emphasizes how her new family in Spain helped her in every way and made her feel like their own child. She explains that leaving behind belongings was a practical decision when immigrating to a new country. The conversation ends with fare Buenos días, somos el Colegio ZipSign de Tejada de 4º de Primaria, Enquel. Somos Salima, Demetre, Marcos, Ahmed y Irene. Pepe, ¿puedes presentar a la siguiente invitada? Sí, como no. Os presento a Nuimi, que es una chica saharaui. En estos momentos está en los campos de refugiados, donde desde hace 48 años vive gran parte de su pueblo. Están refugiados por motivos de un conflicto bélico, como os he explicado un poquito antes. En estos momentos se encuentra allí pasando un tiempo con su familia. Casi toda su formación de estudiante, tanto en el colegio como en el instituto y la universidad, la ha desarrollado en España. Conoce perfectamente el pueblo, conoce a la gente, tiene su cuadrilla de amigos y demás. Os dejo con ella para que le comentéis o le preguntéis lo que tenéis preparado. ¿Qué problemas has visto en tu país? Hay que contar que es un campo abierto de refugiados, donde vivimos. En mi país oficial, para empezar, se llama papeleo, bus, tráfico. Hay mucha gente de aquí que ni siquiera tiene carnet de identidad, como conocéis vosotros. Escucháis bien el teléfono, ¿no? Sí, sí. La conexión actual es muy buena. Lo que os decía, hay mucha gente de aquí que no tiene papeles. Entonces, para acceder a trabajos, para viajar, pues mal, porque no hay papeles. Y luego, pues obviamente, problemas de alimentación. No todo el mundo tiene recursos económicos para comer bien, como vosotros sabéis lo que es comer bien. Son los campos de refugiados. Y luego también problemas con la salud. Sí, justamente la sanidad se sostiene de cooperación internacional. Aquí hay muchos recursos. No todo el mundo tiene acceso a un hospital, ni tiene un hospital cerca. Y el hospital que está a tal lado no tiene prácticamente ni medicamentos, ni profesionales que atenderles. Entonces, bueno, es todo muy complicado. ¿Con cuántos años saliste de tu país? Pues, yo, igual su padre y a Pepe, pero yo fui a España en verano, en un programa que se llama Vacaciones en Paz. Que consiste en que un grupo de niños de aquí vaya a pasar simplemente dos meses a España y luego se vuelven aquí. ¿Qué pasa? Que si no es un griego, sí que te puedes quedar en España. Si no, tienes que volver. Entonces yo tenía un problema médico, que tenía escoliosis lumbar, un problema en la espalda, porque tenía poco dormida. Y me tuve que quedar en España. Cuando me quedé en España, ya tenía nueve años. Pero yo iba a estar nunca a los siete. El programa consiste en que los niños de entre siete y trece años, creo, o siete y doce años, puedan pasar los veranos a España. Entonces, yo me quedé a los nueve años y ya, pues, hasta ahora. Llevo ya más de catorce años. Sí, por ahí. Descríbenos tu vida, Eike. A ver. Bueno, pues, al principio es que cuesta un poco adaptarse. Pero, bueno, creo que me he adaptado bien. Hice amigos súper rápido. Iba al mismo colegio en el que estáis vosotros. Y súper bien, ¿sabes? Me sentí muy acogida. Tengo un grupo de la cuadrilla, tengo una familia que es Pepe y su familia. Y, pues, una vida normal, ¿sabes? Nada más ir a ir al pueblo sin ningún problema. ¿Cómo era el colegio? ¿Cómo era el colegio? Sí. Pues, no sé si habrá cambiado mucho, porque llevo muchos meses pasándome por ahí. Pero, yo, sobre todo me acuerdo de Don Juan, que creo que es el que le conocí. Es el primer profesor que tuve. No sé si os habrán hablado alguna vez de él, lo dudo mucho. Porque hace mucho, hace tiempo ya, que era muy buen profesor. Pero sí, es cierto. Pero sí que a mí me ha ido. Creo que tenía especial cariño por mí. Al principio me ayudó muchísimo. Hasta que me adapté, bueno, en general, ¿eh? Pero me acuerdo especialmente de él. Y, pues, el colegio, creo que es como lo conocéis hoy en día. O sea, no creo que haya muchos cambios. ¿Cómo te sientes ahora? ¿Estás triste o contenta? Una pregunta. A ver, estoy contenta. Pero estoy contenta por las oportunidades que he tenido. Porque seguramente si hubiese estado todo ese tiempo en el Sahara, no habría estudiado, no habría tenido mi carrera que tengo, no habría podido trabajar. O sea, no estoy en casa sin hacer nada. Pero, bueno, también es un poco triste a veces cuando piensas que has perdido un momento con tus familias, con tus hijos de familia, ¿no? Que es en los tres años. No he podido estar aquí. Pero, en general, contenta. Porque al final la vida que tengo no habría sido posible si no hubiese quedado aquí. ¿Cómo te ayudaron? ¿Cómo me ayudaron? Bueno, me ayudaron mucho. En general es una familia a la que me mojé. Mi familia. Y me ayudaron en todos los sentidos. Desde el primer día que fui a clases, al colegio, desde pequeña, hasta la universidad. Me ayudaron en todo. O sea, es mi casa, es mi familia. Como yo soy una hija más. Desde el principio me ayudaron a integrarme, me ayudaron absolutamente con todo. Imaginaos que sois una niña como vosotros que no tenías nada. Vas a un país y no tienes absolutamente nada. Entonces pones a otros padres, que son nuevos para ti, de los que te vas a acoger. Y te, pues, todo lo has... Si solo tienes un niño ahí, pues ya lo has tuyo. Pues me ayudaron absolutamente todo. Nunca me ha faltado nada. ¿Por qué razones dejaste tus pertenencias? Pues... Porque... A ver... Porque te vas a otro país sin pensar en las pertenencias. O sea, es algo que surge así de un día a otro. En mi caso... En mi caso, por ejemplo, yo ya estaba bien en España cuando decidí que me tenía que quedar, cuando decidimos que me tenía que quedar. Me imagino que está en un país con los inmigrantes en general. Entonces, lo último en lo que piensan es en las pertenencias que tienen, lo que tienen. Buscar las oportunidades, salvarse de esas que viven. Y ir a otro país, saber cómo es lo que piensas, en lo que tienen ahí. Así que, para empezar, no es una encasinada. Las pertenencias son muy pocas. Gracias por todo. Hasta la próxima. Adiós. Pues... Nada, encantado de verte. A ver si regresas pronto. Y, bueno, aquí hemos estado... Llevamos un ratillo con estos niños y otro grupo que antes me ha sometido a un juicio sumarísimo de preguntas. Y, nada, te enseño un poquito la peña para que no te olvides de ella. Te voy a decir un día soleado y... Gracias al Poder Ejecutivo también por... Gracias al Poder Ejecutivo también por hablar en estos temas y por infiltrar a los niños y conocer un poco más sobre esto. Nada, hablamos. Venga, un abrazo y, nada, como te digo, recuerdos de Marifé. De Marifé, sí. Ahora la veré por ahí y le diré que me has... que le devuelves los... Adiós.