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The speaker emphasizes the importance of maintaining moral and Christian principles in our lives, as it distinguishes true Christians from those who only claim to be. They highlight the value of purity, which beautifies our inner selves and earns admiration and respect from others. Despite the world's changing values, one should not compromise on their Christian principles. The speaker encourages a pure heart, free from negative thoughts and fleeting desires, as it aligns with God's will. They assert that God's ways are superior to the world's offerings and urge listeners to remain convinced of this truth, even if others label them as outdated. The speaker links purity with holiness, emphasizing the need to be holy in all aspects of life. They draw inspiration from God's purity and encourage maintaining a clean heart to be pleasing and accepted in His presence. The speaker concludes by asserting that purity should never go out of style and should be embraced in our lives and hearts. Los principios morales y cristianos deben ser una prioridad en nuestra manera de vivir, en nuestro estilo de vida. Esto es lo que marca la diferencia entre los verdaderos cristianos y los que dicen ser cristianos. Cada día nos vamos actualizando y evolucionamos conforme avanza el mundo, pero no debemos cambiar nuestra esencia. Nuestros principios y valores cristianos son innegociables. Sin embargo, parece que la pureza pasó de moda. Le saluda José Mercado. Este valor de la pureza es el que le da hermosura a nuestro interior, el que nos hace ver limpios delante de Dios. Esa pureza que causa admiración y respeto delante de los demás. A esa pureza se le está restando importancia, y Dios quiere que nosotros tengamos un corazón puro, un corazón limpio de malos pensamientos, de deseos pasajeros. Recordemos que la Biblia dice, el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece en la acción. Por muy provocativa que sea la oferta del mundo, por muy hermosa que parezca delante de los ojos humanos y naturales, debemos mantenernos convencidos que lo de Dios es mucho mejor, que no tiene comparación en cantidad, en calidad, en duración. Lo de Dios es eterno y permanente. Lo de Dios siempre será mejor. Parece que la pureza pasó de moda cuando actuamos pensando en el que dirán o en el que pensarán los demás de mí. Tal vez dirán que somos anticuados, que las cosas han cambiado, que hemos evolucionado, y que al contrario nosotros nos hemos estancado en un régimen autoritario, pero no estamos en este camino por obligación, sino por convicción. Estamos totalmente convencidos que hemos elegido la mejor parte. Mientras que el mundo se queda a pedazos, mientras que la sociedad se desmorona, por falta del conocimiento de Dios, por falta del temor a Dios, nosotros nos mantenemos porque elegimos vivir en santidad. Y es que la pureza está relacionada con la santidad. La Biblia dice que nosotros debemos ser santos porque Dios es santo. Y también la Biblia nos invita a que nosotros seamos santos en toda nuestra manera de vivir. No solamente en una parte, no solamente cuando estamos en algún lugar específico, que es que nos tenemos que comportar y nos tenemos que mantener en nuestra posición. Tenemos que permanecer siendo santos en todo momento, en cualquier lugar en el que nos encontremos. Eso es lo que nos diferencia de los demás. El Señor es nuestro ejemplo en pureza. El Señor es nuestro ejemplo a seguir. Debemos mantener nuestro corazón limpio y puro delante de Dios para ser agradables y ser aceptados en su presencia. La pureza es un valor muy fundamental y muy importante que nosotros debemos aplicar cada día en nuestra manera de vivir. No podemos dejarla a un lado, no podemos abandonarla. Aunque los demás se comporten de una u otra manera, nosotros debemos seguir manteniéndonos firmes en nuestra convicción, en nuestros principios y valores. Eso es lo que más adelante nos va a llevar a la presencia de Dios. Un corazón puro y limpio presentado delante de Dios. La pureza no puede pasar de moda. Aunque parezca que lo está pasando, para nosotros debe permanecer en nuestras vidas y en nuestros corazones. El Señor Jesús les bendiga.