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Don José Luis II waits for his daughter to visit but she only comes to steal his money. His maid, María Sandra, discovers the theft and tells him. He disinherits his daughter and leaves his fortune to María. When his daughter confronts him, María defends herself and José collapses and dies. María reveals her true intentions and shoots José's daughter. Era un día lluvioso como siempre en este lugar, Don José Luis II esperaba que su hija lo vaya a visitar, ya que ella iba a cada muerte de obispo, o sea, nunca, pero él amaba a su hija. Hasta que un día ella llegó a su casa, pero no quería ver a su padre, sino robarle el dinero que éste tenía. Así que lo hizo, le robó plata a su padre y se fue. Luego de un tiempo llegó José a la casa, acompañada de su mucama, María Sandra, quien le tenía muchísimo precio. María empezó a limpiar la casa hasta que notó algo extraño, el mueble en el que José Luis tenía el dinero estaba roto. Ella justo después de ver eso, y le contó a su jefe lo que había visto, él lo único que hizo fue llamar a su abogado, aunque estaba un poco enojado, e hicierle que deseede a su hija de la fortuna que él tenía. Él sabía que Mirta fue la que la había robado, entonces dijo. Hola Luis, necesito que deseedes a Mirta, ya. ¿Qué te dijo ahora toda una hija José? Preguntó con notorio sarcástico. Me robó, me robó a mí, a su padre, ya va a haber la piba, esta es la piba. Está bien, yo hago lo que me pediste, pero tenés que dejar tu herencia a alguien, sí o sí, José, ya lo sabes. Ya sé, y se lo voy a dejar a María. ¿A quién? María es mi mucama, la quiero como una hija, además lo necesita. Mientras vos ya estés seguro, mañana te paso los papeles para que sirvas. Está bien, chau, guardate querido. Al día siguiente, José le había dado la fortuna a Mir, a María, y Mirta no fue tardada mucho en enterarse. Así fue, por fin, a visitar a su padre. ¿Cómo se te ocurre dejarme sin nada? Estás loco, ¿qué te pasa por la cabeza, papá? No te hagas la tonta, ya sé que vos fuiste quien me robó. ¿Te pensás que no iba a tener cámara? Bueno, es verdad, pero ¿a tu mucama le tenés que dejar todo? ¿En qué pensás? Seguro después ella también te va a robar, papá, tenés que pensar. En eso entra María en la discusión. Yo jamás le robaría al señor, él es tan amable conmigo. Además, yo tengo principios. ¿Qué principios vas a tener vos, asquerosa? Si sos mi hija, ¿qué vas a hacer? ¿Qué voy a hacer? Señor, él es tan amable conmigo. Además, yo tengo principios. ¿Qué principios vas a tener vos, asquerosa? Si sos más que una empleada, responde a veces egocéntrica. En eso alguien abre la puerta, asustado, a todos en la habitación. ¿Pueden hablar más bajo, por favor? Se escucha todo desde afuera, sean más discretos. Hija, ¿ya escuchaste a Luis? Deja de hacerle un escándalo, por favor, y hablemos otro día más tranquilo. Yo no puedo parar hasta que me den mi plata. Dame la plata que me pertenece por legado. Calmate, Mirta, ya está todo hecho, no te pertenece nada. Yo me voy a mi casa, señor. Ojalá arreglen todo esto. Mucha suerte. Se escucha un portal. Hija, quería... quiero que te vayas de mi casa, por favor. Yo me voy, pero voy a hacer cualquier cosa para tener mi herencia. En serio, cualquier cosa. José, luego de que se vaya su hija, empieza a sentir un puntazo en el pecho, fuerte y dolorosa. Luis se da cuenta de eso y lo sostiene. Oye, ¿estás bien? Me siento un poco débil. ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? Oye, ¿estás bien? Me siento un poco débil. Se cae al piso y muere. Ya está, Mirta, ya se murió. Podés entrar, dijo Luis formando una rilla malévola en su rostro. Al fin, por Dios, yo no aguantaba más, dijo Mirta lanzando un suspiro de frustración. Ahora todo es nuestro. Mirta, ¿qué haces? Dijo después de soltar un grito de sorpresa. Ay, ¿creías que iba a compartir la plata con vos? Bueno, ahora entendéis que no, le respondió Mirta apuntando con el arma en su mano derecha y dispara. Bueno, ahora el interés se desastre.