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mp3 psicologia

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martinita romero

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Hola a todos, somos el grupo 12, esperamos que os guste el podcast. Los integrantes son: Martina Romero, Andrea Ribas, Natalia González, Adrià González y Maria Luengo

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Today in our psychology podcast, we discussed how biases, social issues, and historical context influenced the perception of neurosis, psychotherapies, and the unconscious. We explored the case of Berta Pappenheim, the first diagnosed patient of hysteria, and how it impacted the development of psychoanalysis. We also talked about how the predominantly male, upper-class, and heterosexual researchers of the time influenced their studies, leading to a gender bias in science. We discussed the pseudoscience of phrenology, which associated brain size and shape with mental abilities and personality traits, reinforcing gender norms. However, it was later realized that there were more similarities than differences between male and female brains. We also touched on Sigmund Freud's theories, which often marginalized women, but highlighted Judith Butler's feminist perspectives on gender. We then delved into how psychiatric diagnoses have evolved and integrated into contemporary society, but also t Hola a todos y a todas y bienvenidos a nuestro podcast, los curiosos de la psicología. Mi nombre es Martina Romero y mis compañeras son Natalia González, María Luengo, Andrea Rivas y mi compañero Adrián González. Hoy os hablaremos sobre cómo los prejuicios, los problemas sociales y el contexto histórico influyeron en la percepción de la neurosis, las psicoterapias y el inconsciente. Bueno, pues a continuación vamos a exponer, con la intención de transmitir una mirada más crítica hacia la historia de la psicología, el caso de Berta Pappenheim, que fue más conocida bajo el seudónimo de ANAO y es que fue la primera paciente diagnosticada de histeria a finales del siglo XIX y es que supuso un punto de inflexión para el nacimiento del método psicoanalítico. Con ella, de la mano de Freud y de Brier, nos planteamos una serie de cuestiones que hace tambalearse de alguna manera la perspectiva desde la cual fue observado el caso, contextualizando dentro de un marco de perspectiva de género lo que en ese momento resultó ser un problema de mujeres. Bien, para comenzar a hablar de todo esto y comprenderlo a día de hoy, hay que tener en cuenta que los investigadores y científicos del momento fueron mayoritariamente hombres, de clase social alta y heterosexuales. Esto, obviamente, influyó sobre sus estudios. La pregunta es ¿cómo? Bueno, se vendió una objetividad sobre los estudios que son científicos. El problema es que los propios científicos son agentes y objetos de análisis a la vez, es decir, que no son folios en blanco, para que me entendáis. Tienen sus experiencias, ideologías y estaban influidos por el contexto histórico del momento, lo que aportó una gran subjetividad incluso en el ámbito científico. Para realizar sus estudios se basaban en teorías de otros hombres, obviando la perspectiva femenina y creando así un sesgo de género en la ciencia. Que bueno, para justificar, dijeron que las mujeres no estaban biológicamente hechas para ello, según investigaciones supuestamente científicas, de las que te hablaré más tarde. Todo se remonta al siglo XIX. Surgió una pseudociencia que cambió bastante el papel de la mujer en el estudio científico y que ayudó a las mujeres a tener otra posición en este ámbito y abrirse camino a un futuro dedicado a la ciencia. Esta pseudociencia es conocida como fenología. La fenología hoy en día está deshabilitada, pero en ese entonces relacionaba el tamaño y la forma del cerebro con habilidades mentales y rasgos de la personalidad de la persona. Esto influyó en establecer unas normas sociales de masculinidad y de feminilidad porque se relacionaban diferencias anatómicas del cerebro de una mujer y de un hombre con el sexo de éstos. Se hablaba, por ejemplo, de que las mujeres tenían el cerebro más pequeño que los hombres y esto al final las dejaba en un nivel inferior en cuanto a habilidades mentales. Con el tiempo esto se vio que realmente no era cierto y que tenían similitudes más que diferencias dado que al final los dos tenían cerebro y tenían las mismas capacidades. Entonces se determinó que realmente no había relación con el sexo. Aún así se vio que realmente el fenólogo o la fenóloga que era quien estudiaba en los cerebros, la anatomía de los cerebros, era quien finalmente determinaría el género de la mente a través de sus creencias y de los roles de géneros que había en ese momento en el contexto histórico y que él o ella creían en ellos. Al final tenía bastante influencia en las conclusiones que sacaban de esos estudios. En ese entonces las mujeres tenían bastante acceso a información científica y esto al final les ayudó a interesarse por el conocimiento tanto de sus mentes como de sus cuerpos y del lugar que la sociedad les había establecido que les pertenecía por las leyes sociales que se creían en ese momento. Entonces la fenología permitió que estas mujeres se cuestionaran al lugar que les habían dado y les ayudó a introducirse un poco más en la ciencia y a estudiar y dedicarse a ellas tanto en la práctica de la fenología como en la divulgación de esta. Bueno compañeras, voy a hablaros de uno de los más conocidos psicoanalistas de la época que pese a no tener una gran influencia por la fenología se familiariza con el contexto histórico del momento y nos otorga unas teorías muy interesantes en las cuales deja por desgracia a la mujer en una posición totalmente apartada del mundo científico. Como bien os he dicho voy a hablaros de Sigmund Freud que fue un médico neurólogo austriaco del siglo XIX y XX el cual fue fundador del psicoanálisis, una de las disciplinas que revolucionó la comprensión de la mente humana y la forma de abordar los trastornos mentales y sabemos que Freud fue influenciado por grandes científicos como Charles Darwin y psicólogos como Jean-Martin Charcot y Jeff Breu. Freud escribió varias teorías y puntos de vista sobre la sexualidad y la mujer. Una de ellas muy interesante es la teoría sexual infantil en la cual introdujo el concepto de interés y envidia de la niña por el pene donde se refiere a la reacción de una niña durante su desarrollo psicosexual a la conciencia de que ella no tiene pene. Freud consideraba esta realización un momento decisivo en el desarrollo del género y la identidad sexual de las mujeres. En la cultura contemporánea el término se usa a veces de forma coloquial pero no acertada desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica para referirse a la idea de que las mujeres desearían tener un pene o la ansiedad entre los hombres sobre el tamaño de sus genitales. Como veis, Freud no dejaba a la mujer en un buen lugar dentro de la historia de la psicología pero una de las grandes mujeres en la historia que estuvo influenciada por él es la gran Judith Butler. Es una filósofa teórica feminista estadounidense nacida en 1956. Conocida principalmente por su trabajo en teoría de género, teoría queer y estudios culturales, Judith Butler tenía diferentes opiniones sobre la mujer y nos habla en uno de sus libros, El género en disputa, el feminismo y el subversión de la identidad, sobre algo en lo cual Freud opinaba distinto, el género. Para abordar esta situación recordamos a todos los oyentes algo fundamental que es promover la educación y conciencia sobre los trastornos mentales, así como fomentar un entorno de apoyo y comprensión. La destigmación y la validación de las experiencias individuales son pasos cruciales en el camino hacia una sociedad más inclusiva y compasiva. Ahora exploraremos en profundidad como los diagnósticos psiquiátricos han evolucionado y se han integrado en la sociedad contemporánea, así como los desafíos y controversias que surgen en torno a ellos. También para abordar estas críticas es fundamental considerar una variedad de factores como el contexto social, cultural y biológico de cada individuo. Al adoptar un enfoque más holístico podemos mejorar la calidad de atención, de la salud mental y trabajar hacia un sistema más compasivo y efectivo. ¿Alguna vez te has preguntado cómo los diagnósticos psiquiátricos han pasado de las clínicas y hospitales a diversos ámbitos de la vida social? Desde la publicación del primer manual diagnóstico en 1952, los términos como depresión, ansiedad, ADHD, entre otros, han adquirido una presencia omnipresente en nuestra sociedad. Esto ha llevado a un aumento en el número de personas diagnosticadas, pero también ha resaltado la brecha de tratamiento donde muchas personas que deberían ser diagnosticadas y tratadas actualmente no lo están, ya que se ha normalizado. ¿Cómo podemos abordar esto? A pesar de una mayor apertura hacia la discusión de estos temas, la estimación y la creencia de la existencia de trastornos sin síntomas evidentes, llamámosle trastornos invisibles, todavía persisten. Las personas diagnosticadas pueden enfrentar prejuicios y discriminación en diversos ámbitos de la vida, lo que dificulta su búsqueda de ayuda y apoyo. Eso sí, esto puede llevar a minimizar los problemas de salud mental y dificultar la validación de las experiencias de quienes lo padecen, lo que a su vez puede obstaculizar el acceso al tratamiento y apoyos necesarios. También te digo, para abordar esta situación os recomendamos a todos los oyentes algo fundamental, que es promover la educación y conciencia sobre los trastornos mentales, así como fomentar un entorno de apoyo y comprensión. La desestimación y la dedualización de las experiencias individuales son pasos cruciales en el camino hacia una sociedad más incisiva y compasiva. Por otro lado, hemos examinado la obra de Sigmund Freud y hemos explorado las ideas revolucionarias de Judith Baller, que desafían las concepciones binarias y normativas de género, proponiendo una teoría más fluida y subversiva. También hemos abordado el tema de los diagnósticos psiquiátricos en la sociedad contemporánea viendo cómo se han ampliado y cómo esto ha llevado a una estigmatización y los trastornos sin síntomas evidentes. Sí, sí, hay cierta crítica sobre esto, como la medicalización en la vida cotidiana, que implica interpretar problemas sociales, emocionales o existenciales como problemas médicos que requieren intervención farmacológica o terapéutica. Y claro, esto puede conducir a un uso excesivo de medicamentos psicotrópicos y una dependencia desproporcionada de la industria farmacéutica. Otra crítica importante es la falta de especificidad en la definición de los trastornos mentales. Muchos diagnósticos psiquiátricos se basan en criterios subjetivos y pueden suponerse entre sí. Lo que dificulta la diferencialización precisa entre diferentes condiciones es que esto puede resultar en diagnósticos inexactos o en atención inadecuada para las necesidades individuales de cada paciente. También para abordar estas críticas es fundamental considerar una variedad de factores como el contexto social, cultural y biológico de cada individuo. Al adoptar un enfoque más holístico podemos mejorar la calidad de atención, de la salud mental y trabajar hacia un sistema más compasivo y efectivo. Berta Pappenheim, más conocida como ANAO, fue la primera paciente de Freud y al margen de suponer, como comentábamos al inicio del podcast, un punto de inflexión que daría paso al método catártico dentro del psicoanálisis nos ha hecho reflexionar acerca de cómo unas circunstancias personales dentro de un contexto determinado y que dirá un P a una serie de síntomas fue estereotipado como una problemática conceptualmente femenina. Estaríamos hablando de lo que conocemos como la histeria. Berta era una mujer de 21 años cuando inició tratamiento con Briar, que recordemos que fue maestro de Freud, y la literatura la ha descrito como una mujer inteligente, culta y atractiva. Comenzó a experimentar la sintomatología mientras se dedicaba a los cuidados de su padre y se acentuaron tras su muerte. Entre estos se encontraba, por ejemplo, la tos nerviosa, parálisis de miembros superiores con contracciones y sensibilidad, trastornos del lenguaje y la visión, e incluso llegó a un estado de anorexia por su dificultad a la hora de alimentarse. También se llegó a observar cómo manifestaba en distintas ocasiones personalidades dispares, una de las cuales consistía en un estado de vuelta a la infancia. Transcurrido un tiempo, a raíz del abandono del caso por parte de Briar, debido a que empezó a experimentar a nivel personal algo que iba más allá de lo profesional y que salpicaba de alguna forma a su relación con Matilde, que era su mujer, pues Anao experimentó un notable empeoramiento e incluso tuvo un parto psicológico. A partir de este momento es verdad que tuvo ciertas recaídas, pero más adelante se transformaría en todo un referente feminista que luchó por causas sociales para la integración de las mujeres en la sociedad como las víctimas de trata y tuvo una importante implicación en orfanatos de niñas. ¿Recordáis que al principio hablé de las teorías supuestamente científicas que incapacitaban a la mujer para la ciencia? Bien, pues os voy a explicar una de las muchas postuladas. La incompatibilidad del cerebro útero. En esta teoría se daba a entender que el cuerpo de la mujer estaba biológicamente preparado solo para tener hijos y que, bueno, de hacer otras actividades, como dedicarse a estudiar o escribir, perjudicarían su sistema reproductivo. Las que tenían trabajos intelectuales dañaban sus ovarios y además de poner en peligro su salud, como es lógico, arriesgaban la de la especie. Los médicos supuestamente objetivos y formados académicamente señalaban literalmente que estas mujeres corrían el riesgo de quedar estériles o parir hijos con malformaciones, raquíticos y degenerados. Estos prejuicios transformados en autoridad científica circulaban en la época y justificaron un papel social para las mujeres, el del ámbito doméstico y la crianza de niños y niñas. Bien, ahora decidme, teniendo en cuenta que una mujer no podía valerse por sí misma en aquel entonces, ni subsistir sin un hombre, y que a nivel social interesábamos para tener niños y ser sumisas, ¿alguno de vosotras, oyentes, pondría en riesgo lo único que le ampara? Ya que estamos acabando y llegando al final de nuestro podcast, si os parece podemos recoger un poco las conclusiones que hemos sacado de todo el tema que hemos tratado. Yo creo, en primer lugar, que algo a destacar es que hemos visto cómo la psicología, desde sus inicios, ha estado marcada por la influencia de los investigadores, de sus prejuicios y de las normas sociales que ellos defendían y en las que ellos creían. Donde estas personas mayoritariamente eran hombres, de clase social alta y heterosexuales. Y al final, pues esta influencia ha llevado a sesgos de género en el mundo de la ciencia, que con el tiempo han perdido fuerza, tal y como hemos visto con la frenología, por ejemplo. Por otro lado, hemos examinado la obra de Sigmund Freud y hemos explorado las ideas revolucionarias de Judith Butler, que desafían las concepciones binarias y normativas de género, proponiendo una teoría más fluida y subversiva. También hemos abordado el tema de los diagnósticos psiquiátricos en la sociedad contemporánea, viendo cómo se han ampliado y cómo esto ha llevado a una estigmatización y los trastornos sin síntomas evidentes. Finalmente, añadir que hoy en día, cuando leemos acerca del caso, nos resuenan conceptos como trauma o trastorno disociativo. Sin embargo, en aquel momento la histeria delimitó dentro de los márgenes de la feminidad las consecuencias que los roles de género fomentaban a la hora de desarrollar y diagnosticar problemas de salud mental, y cómo la interpretación de esa sintomatología sin perspectiva de género pasaba a ser algo intrínsecamente femenino y dejaba de ser algo globalmente humano. Por último, hemos explorado cómo la psicología ha sido moldeada por factores sociales, culturales y históricos, y cómo estos han influido en nuestra comprensión a la mente humana. Es crucial seguir reflexionando y cuestionando estas influencias para avanzar hacia una psicología más inclusiva y justa para todos y todas. Con esto acabamos. Muchas gracias por acompañarnos en este capítulo. Os esperamos en el próximo. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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