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el endemoniado

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Mario A Tejeda

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In this transcription, Alberto Tejeda is discussing the story of the demon-possessed man in the book of Mark. He talks about the struggles this man faced, living in tombs and being tormented by evil spirits. Alberto emphasizes the importance of mental health and how sometimes God may remove people or situations from our lives to protect and heal us. He encourages listeners to seek help and find hope in God's ability to bring healing and restoration to our lives. Dios te bendiga y bienvenidos una vez más a esta, tu programación, La Casa del Alfarero. Yo soy Alberto Tejeda dándole gracias al Padre Celestial por la oportunidad que me da llegar a cada uno de ustedes. El día de hoy estaremos estudiando la Palabra de Dios en el libro de San Marcos capítulo 5 empezando en el verso 1. Estaremos hablando sobre la historia del endemoniado Gadareno. Marcos capítulo 5 verso 1, pero antes quisiéramos hacer una oración al Padre Celestial pidiéndole que Él se glorifique, que Él hable en nuestra vida, que Él derrame su misericordia sobre cada uno de nosotros. Padre en el nombre de Jesús, yo clamo, yo pido en tercero por mis hermanos y mis hermanas allá afuera, aquellos, Dios mío, que están atravesando por momentos difíciles, momentos de angustia, momentos de dolor, momentos de pesar, bendícele, Señor, guarda a sus hijos, sus matrimonios, sus empleos, sus finanzas, su fe, sus familias en el nombre glorioso de Jesús. Que tu mano de poder y misericordia sea con nosotros, trayendo libertad, trayendo sanidad espiritual y física y mental, trayendo fuerza, ánimo a nuestras vidas y a nuestros corazones, en el nombre que es sobre todo nombre, el nombre de Jesús. Amén y amén. El día de hoy estaremos leyendo la palabra de Dios en el libro de Marcos capítulo 5 verso 1. En el verso 1 empezamos diciendo, vinieron al otro lado del mar, a la región de los cadarenos, y cuando salió de la barca, enseguida vino a su encuentro de los sepulcros un hombre con un espíritu inmundo. Y vemos aquí la historia habla de que Jesús estaba con sus discípulos en una barca, y a su encuentro vino un hombre, el cual, dice la palabra de Dios, estaba siendo atormentado. O un hombre que tenía un espíritu inmundo dentro de su vida. Y la razón por la cual estos espíritus eran llamados inmundos, decimos, gloriosa en el nombre de Dios, que la palabra inmunda es algo que es sucio. Y estos espíritus son sucios. Son sucios no porque están sucios en su cuerpo, porque sabemos no tienen cuerpo, sino moralmente son sucios. Son espíritu que le gusta el pecado. Son espíritu que hacen que las personas practiquen el pecado y hagan cosas desagradables delante de Dios. Dice la palabra de Dios que tenía su murada en el sepulcro y nadie podía atarle, ni aún con cadenas. Este hombre era un hombre homeless. Nosotros el día de hoy en Estados Unidos tenemos muchos problemas con personas vagabundas, personas que viven en la calle, ¿verdad? Será porque tienen problemas mentales, serán porque tienen problemas de adicción, problemas familiares, pero cada día más son más los grupos de personas que se tiran a vivir a las calles. Este hombre vivía en los sepulcros, vivía en las tumbas, vivía en los cementerios, pero tenía una fuerza sobrenatural, ya que cada vez que lo trataban de atar, rompía los grillos y las cadenas que le ponían, no podían sujetarlo. Dice el verso 5, y siempre de día y de noche andaba dando voces en los montes y en los sepulcros e hiriéndose con piedra. Era un hombre que no dejaba a los vecinos dormir. Gloria dio, él siempre vivía solo, siempre vivía para los montes, para los sepulcros, para las tumbas. Él no podía vivir alrededor de personas, porque era una persona que estaba en su juicio cabal, y vemos que él se lastimaba a sí mismo, él se cortaba con piedras, se hacía heridas. Gloria sea el nombre de Dios. Y a veces es tan grande la depresión o la influencia del espíritu inmundo en la vida de una persona, que la persona puede pensar que hacerse el daño físicamente puede ayudarle. Gloria sea el nombre de Dios, porque es como balanceando el dolor que tengo en la mente al dolor que tengo físicamente, y a veces cuando uno siente dolor físicamente, se le olvida los problemas que está pasando dentro de sus mentes. Y es importante que nosotros tratemos de ayudar el día de hoy a esas personas que están atravesando problemas mentales. Todos nosotros hemos pasado por momentos difíciles. No estoy hablando de enfermedad física, estoy hablando de una enfermedad emocional, una enfermedad en nuestras mentes. Nosotros le llamamos depresión, le llamamos angustia, le llamamos estrés, son muchas formas, y lamentablemente las personas pueden ver cuando nosotros estamos enfermos por fuera, pero no pueden ver cuando nos estamos consumiendo por dentro, cuando el problema es nuestro sentimiento. Y a mí me gustaría poder traerle una palabra de ánimo, una palabra de fuerza, una palabra que te haga entender que aunque tu familia, posiblemente tu esposo, o tus hijos, tu esposa, no entiendan los problemas que tú estás atravesando mentalmente hablando, aunque las personas de las iglesias no puedan entender el sufrimiento, el dolor que tú estás atravesando, no físicamente, pero mentalmente, que hay esperanza en Dios, que Cristo puede ayudarte, que Él puede devolver tu salud mental, que Él puede darte la ayuda, sea a través de los doctores, sea a través de mensajes como este mensaje que yo estoy trayendo el día de hoy. Gloria a Dios, Él puede ayudarte, Él puede glorificarse en medio de tu enfermedad y en medio de tu necesidad solamente si nosotros clamamos y creemos en Él. Perso 6 dice, y cuando vio pues a Jesús de lejos, corrió y se arrodilló ante Él, este hombre se arrodilló delante de Jesús, tal vez buscando un milagro, otras personas que se arrodillaron delante de Jesús, era buscando un milagro, gloríase al nombre de Dios, ahí hubo personas como aquella mujer llamada María Magdalena que dice de ella que había sido tormentada por siete demonios y Jesús la libertó, Jesús es un milagro en su vida, ella se convirtió en una de las discípulos del Señor, y aquí vemos que este hombre, aún con sus problemas mentales, todavía él era un hijo de Dios, todavía él era un alma que necesitaba salvación, él se comportaba, podemos decir, como los animales, no sé si recuerda la historia de Nabucodonosor en el libro de Daniel, y como este hombre por su orgullo, era tan orgulloso y tenía tanto delirio de grandeza, que perdió la mente, y dice que por siete años tuvo que vivir en los montes como los bueyes del campo, pero Dios que es misericordioso, restauró su salud mental, y muchas veces nosotros tenemos tanto delirio de grandeza, a veces le llamamos orgullo, le llamamos de muchas formas, gloria sea el nombre de Dios, que hay veces que podemos enfermarnos, podemos enfermar nuestra mente, gloria sea el nombre maravilloso de Dios, y no solamente la nuestra, sino la de nuestras esposas, la de nuestros hijos, la de aquellas personas que nos escuchan, cuando nosotros miramos el día de hoy, que la persona que predica el evangelio de humildad, el evangelio de santidad, muchas veces son personas que lo hacen con delirio de grandeza, todo el mundo quiere ser un evangelista internacional, todo el mundo quiere tener una mega iglesia, todos nosotros quisiéramos ser grandes, y quisiéramos ser importantes, ser la nueva cosa, o el nuevo mensaje, o la nueva cara del evangelio, gloria a Dios, y olvidamos que ese delirio de grandeza es pecaminoso, y hace mucho daño a nosotros mismos, nuestros hijos, a nuestras familiares, y al reino de Dios. Dice, y clamando a gran voz dijo, ¿Tienes conmigo Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Y ahora vemos que el que se postró delante de Jesús fue el hombre, pero ahora el que está hablando claramente es el demonio, el demonio se sentía tulbado, se sentía atribulado de que Jesús había venido delante de él. Porque el demonio sabía que Cristo iba a sanar a este hombre de esa terrible enfermedad por la cual él estaba atravesando. Pero para Jesús poder sanar a este hombre, él tenía que echar fuera a los demonios, tenía que echar fuera a estos espíritus inmundos que estaban trayendo problemas. Y hay muchas veces que Cristo, Dios, tiene que movernos a nosotros para darnos la salud mental que nosotros necesitamos. Hay veces que Dios nos muda de un empleo, hay veces que lamentablemente Dios tiene que movernos hasta de un matrimonio. Gloria sea el nombre de Dios. Hay personas el día de hoy que son personas divorciadas, que se separaron de su matrimonio, no porque ellos querían, sino porque Dios mismo, gloria sea el nombre de Dios, separó a estas personas, porque eran muchos los abusos verbales y mentales y físicos que esta hija de Dios estaba siendo víctima de aquella persona que la abusaba. Hay personas que Dios las saca de iglesias y los deja en sus casas porque hay muchos líderes religiosos que son violentos, que son controladores, que son manipuladores, que son abusadores. Y Dios en su amor y misericordia tiene que echar fuera de nosotros a veces estos enemigos, no solamente a los demonios, pero Dios tiene que sacar personas fuera de nosotros para el darnos la salud mental que nosotros necesitamos. A veces le pedimos Señor ayúdame en este problema y Dios mueve personas alrededor de nosotros que son personas a veces negativas y que están haciendo cosas que no son agradables. No estoy diciendo con esto que estas personas no sean hijas de Dios y que Dios no tenga un plan para estas personas, pero hay veces que Dios para protegernos y cuidarnos nos remueve de la iglesia, nos remueve de algún lugar tal vez en el cual nosotros nos encontremos que no sea saludable para nosotros. Las personas te critican, ¿verdad? Dicen, ¿por qué dejaste tu matrimonio? ¿Por qué dejaste la iglesia? ¿Por qué dejaste ese empleo? Lo mejor es no abandonar, gloria sea el nombre de Dios, las cosas que Dios te ha entregado, pero también hay que cuidar la salud mental, también hay que cuidar nuestro espíritu, hay que cuidar nuestra familia, hay que cuidar nuestra libertad que Dios nos ha dado. Yo estoy seguro que este hombre se había acostumbrado a vivir con sus demonios, como el día de hoy hay muchas personas el día de hoy que se han acostumbrado a vivir con sus espíritus inmundos, pero como dice el refrán, hasta la belleza cansa, este hombre se cansó de lo que aquellos demonios le ofrecían. Él era un hombre posiblemente muy reverde, era un hombre que le gustaba posiblemente la violencia, y a él le encantaba cuando él tenía la fuerza de romper esas cadenas y estos grilletes con la fuerza sobrenatural que le daban los demonios. Hay personas el día de hoy que están siendo atolmentados y atolmentada por espíritu inmundo porque eran las personas que le gustaban cuando le leían la carta y le daban falsas esperanzas, eran personas que le gustaban ir donde el brujito, verdad, para que el brujito le leyera la carta, gloria sea el nombre de Dios, o para que el brujito le contara su futuro y todas esas cosas. Y sin saberlo se estaban metiendo en problemas, sin saberlo estaban abriendo puertas dentro de sí para problemas aún más grandes y más difíciles. Llega un tiempo donde uno se cansa de esa opresión, donde uno se cansa de la enfermedad, donde uno se cansa aún de estos espíritus inmundos que por tiempo pensábamos que eran nuestros amigos y después nos damos cuenta que eran nuestros enemigos. Hay veces que nos cansamos de algunas personas que pensamos que quieren lo mejor para nosotros pero al final nos damos cuenta que estas personas en sí no nos amaban tanto a nosotros sino que se amaban a ellos mismos. A mí me ha pasado en muchas áreas de la vida pero una de las que más me ha dolido es dentro de las iglesias. Cuando usted es fiel con sus diezmos, el 10% que es algo que yo no creo el día de hoy o practico, pero cuando usted es fiel a sus diezmos, cuando usted apoya los servicios, cuando usted canta, predica, lava los baños de la iglesia, cuando usted hace lo que las demás personas le dicen, usted es visto como un hijo, como una hija de Dios, como alguien santo, alguien limpio, alguien puro, pero cuando tú empiezas a tener problemas y ya no puedes dar el 10% de tu cheque porque no te dan ni para comer el dinero a veces, cuando ya tú no puedes ir a lavar los baños de la iglesia porque estás sobrecargada con problemas en la casa, cuando ya tú no puedes predicar en la iglesia porque tienes que predicar en tu casa, tienes que trabajar algunos problemas y dificultades en tu vida, ya las personas no te ven como hijo de Dios, te ven como hijo del diablo, te ven como reverde, te ven como una persona indisciplinada y una persona que no se somete. Y por muchos años yo resistí esta tentación y estos ataques de muchas personas que pensaron que su amor era verdadero y que su amor era sincero, pero me di cuenta después que las personas se aman a sí mismos primero, antes de amar a los demás. Y es por eso que mi fe tiene que ser puesta en Cristo Jesús y no en los hombres, porque Cristo me ama a mí primero, antes de que Él se ama a sí mismo. Dios nos ama a nosotros, sus criaturas, antes de que Él se ama a sí mismo, porque Dios es amor y no solamente Dios es amor, el amor de Dios es eterno, el amor de Dios es puro. A veces Dios me movía de algunos lugares o Dios movía a los líderes, a los pastores de la iglesia. Gloria sea el nombre de Dios. Verdad, no porque Dios le gusta las divisiones, no porque Dios quiere que nosotros brinquemos de iglesia en iglesia, no porque hay veces que nuestra mente no puede soportar más el dolor, el sufrimiento, la agravación y uno se va a otro lugar pensando que le vais mejor, pero a veces es un poco más de lo mismo. Y eso pasa también en los matrimonios. A veces uno tiene muchos planes, uno quiere tener un buen matrimonio, una buena familia, ser feliz y las personas con las que uno se casa le sale sinvergüenza, le sale no agradecido o agradecida o le sale con algunos problemas. Y claro que tenemos que pelear por nuestro matrimonio, tenemos que dar el 100% de nosotros para que el matrimonio funcione, para que nos vaya bien, aleluya, pero el matrimonio solamente funcionará cuando las dos personas están dispuestas a obedecer, a portarse bien, a ser fieles al matrimonio, a tratarse con delicadeza, a amarse, a saber que hay problemas mentales, que hay espíritus que están solamente esperando que nosotros nos caigamos o respalemos para ellos hacernos todas clases de daño. Es nuestra responsabilidad con la ayuda de nuestro Señor buscar esa libertad, buscar esa felicidad, buscar ese contentamiento. Una de las personas que yo admiro es el Apóstol Pablo. El Apóstol Pablo dijo, he aprendido a contentarme cualquiera sea mi situación, sea que esté en prosperidad económica, sea que tenga muchos amigos. Yo me acuerdo que iba a tiempos en iglesias que tenían cientos de gentes y yo estaba contento con eso. Pero también he estado en iglesias que tienen 5, 6, 7 gentes y también he estado contento con eso. Hay veces que cuando uno es joven, uno tiene mucho tiempo para salir con tu esposa, para hacer muchas vacaciones, para hacer muchas cosas. Hay tiempos donde ya tú eres mayor de edad y tal vez no te dan la fuerza. Uno se acontenta cuando está joven, uno también tiene que acontentarse cuando está entrando, gloria sea el nombre de Dios en edad. Aquí podemos ver que estos espíritus inmundos sabían que Cristo lo iba a arrepender, Cristo lo iba a echar fuera. Él lo iba a echar fuera, gloria sea el nombre de Dios. Dice la Biblia en el verso 8, porque le decía, sal de este hombre espíritu inmundo. El verso 9, y le preguntó, ¿cómo te llamas? Jesús le preguntó al hombre y él respondió, o los demonios respondieron diciendo, legión, me llamo legión porque somos muchos. Nosotros lo que conocemos por legión, una legión de un ejército, eran miles de hombres, no podemos contarlo, eran más de 500, más de 1000, más de 2000. Miles de espíritus inmundos o espíritus sucios entraron en la vida de este hombre y me pregunta es, ¿por qué entraron en la vida de este hombre? ¿Qué pecado había cometido este hombre tan grande? Y posiblemente no eran sus pecados. Posiblemente este hombre solamente nació con una enfermedad mental. Este hombre nació con un problema, gloria sea el nombre de Dios, y los espíritus inmundos se aprovecharon de la debilidad, de los problemas mentales de este hombre. Y hay muchos de nosotros que tenemos problemas mentales, que tenemos dificultades y es por eso que tenemos que amarnos, aceptarnos los unos a los otros, en vez de estar criticándonos, en vez de estar tirándonos los unos a los otros debemos aprendernos a amar. ¿Ha usted estado en una iglesia que se llama la iglesia de santidad, iglesia que tienen toda la verdad según ello, que solamente hablan mentiras, y son personas que se pasan el día entero criticando y atacando a los demás, por cualquier mínima cosa te quieren criticar y te quieren mandar al infierno? Gloria sea el nombre de Dios. Sin entender que dentro de estas iglesias hay personas con serios problemas mentales, con serios problemas en sus hogares, con serios problemas financieros, con serios problemas de salud, pero para ellos solamente es importante que la gente se someta a sus farsas y malas doctrinas. Y eso da pena, eso da lástima, porque estas iglesias son lugares donde los demonios se aprovechan para entrar dentro de las personas. Y la iglesia está supuesta a libertar a las personas de los espíritus inmundos, pero hay iglesias que hacen lo contrario. Hay iglesias que ponen temor en tu corazón, hay iglesias que ponen odio, que ponen resentimientos, que ponen dolor y tantos pesares que no son buenos ni hablar de ellos. Gloria sea el nombre de Dios. El verso 9 dice, le preguntó, ¿Cómo te llamas? Y respondió a Legión, me llamo porque somos muchos. El verso 10, y le rogaba mucho que no le enviase fuera de aquella región. Los demonios no querían ser tirados fuera. Ellos encontraban una clase de placer en la vida del hombre. No sé cómo encontraban placer en el hombre. Será porque el hombre hacía todo lo que ellos le decían. Si los demonios le decían, córtate, ellos se cortaban. Si los demonios le dicen, come de las personas muertas, esto es lo que este hombre comía. Si los demonios le decían, grita como un loco, este hombre lo hacía. Y ellos encontraban una clase de control, porque a los demonios les gusta controlar a las personas. Y este hombre en su enfermedad mental no podía decirle que no a esos espíritus inmundos. No podía decirle que no, como cuando nosotros tenemos nuestros sentidos bien, nosotros decimos, no voy a hacer esto, esto es una estupidez, esto no me conviene. Pero una persona que está enferma mentalmente no tiene la capacidad de decir que no. Estaba allí cerca del monte, dice la Biblia, un granato de cerdos, pasiendo. Y les robaron todos los demonios diciendo, envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Los demonios querían entrar en los cerdos. Ellos sabían que iban a ir fuera. Ellos sabían que Jesús no les iba a seguir permitiendo herir a este hombre, traer dolor y sufrimiento a este hombre, porque a Dios no le gusta el sufrimiento de ninguna de sus criaturas. Dice el verso 13, y luego Jesús le dijo, permiso, le dio permiso, y saliendo aquellos espíritus inmundos entraron a los cerdos, los cuales eran como dos mil, y el hato se precipitó, aleluya, en el mar, por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. ¿Y qué hacían estos cerdos por ahí? Yo no sé. Yo sé que para los judíos, aunque esa era una aldea fuera de Israel, para los judíos era ilegal, podemos decir, comer la carne de cerdo. Dios le había prohibido comer carne de cerdo. Pero estos vecinos de los judíos sí lo hacían, sí tenían cerdos, gloria sea el nombre de Dios, y dice la palabra de Dios que los demonios querían entrar, en vez de ir a aquel lugar lejano donde Dios los iba a mandar, no sé cuál es el lugar lejano, sería el desierto, donde no habían personas, donde ellos se podían meter, posiblemente. Dice la vida que ellos le pidieron a Jesús, déjanos entrar en estos cerdos, y eso es lo que quiero decirle, que si hay algo que se parece a un demonio, es un cerdo. Y la razón por la que digo esto, es porque a los cerdos les gusta el sucio, les gusta el lodo, les gusta bañarse en el lodo, comen cualquier cosa, los cerdos no preguntan, puede ser cualquier cosa, y ellos se la comen. Son unos animales sumamente sucios. Claro que hay cerdos que son criados de una forma limpia, pero ellos en sí son sumamente sucios. Y de la forma como nosotros podemos ver a los demonios, son como espíritus que no tienen cuerpo, son espíritus que son como cerdos, que les gusta la mardad, el pecado, el odio, el resentimiento, gloria sea el nombre de Dios, y ellos buscan siempre a Dios. Gloria sea el nombre de Dios, y ellos buscan siempre como manipularnos para que nosotros vayamos en contra de Dios y la voluntad de Dios. A ellos les gusta el temor, les gustan las películas de terror, las películas de violencia, las películas de guerras, la pornografía, el odio, el resentimiento, el hacerle daño a los demás. Pero nuestro Padre Celestial, el Padre de la creación, de toda la creación, va en contra de todo esto. El Padre Celestial le gusta que nosotros seamos limpio, que nos separemos del pecado, que nos separemos del odio, que nos separemos de la mardad, que nos amemos los unos a los otros, que nos ayudemos en los momentos difíciles de nuestra vida. Gloria sea el nombre de Dios para que nos pueda ir mejor en la vida. Seguimos leyendo, el verso 14 dice, Y los que apacentaron los cerdos huyeron y dieron aviso a la ciudad y en los campos y salieron a ver lo que había sucedido. Estos hombres estaban sumamente turbados a ver cómo Jesús había echado fuera, tenía el poder de echar fuera estos espíritus inmundos de aquel hombre, y murieron sus cerdos. Estas personas vivían de los cerdos, como el día de hoy que tenemos personas que viven de criar cerdos. Estas personas vivían de criar sus cerdos, y ellos habían perdido su dinero. Para ellos lo más importante no era la salud de este hombre, para ellos no era más importante que Dios había libertado a este hombre que por muchos años había sido un esclavo de estos demonios y de sus problemas mentales. Cristo le había sanado de su enfermedad, y Cristo había reprendido a los demonios, pero ellos se preocupaban más de sus finanzas. Gloria sea el nombre del Señor, y es el problema con la sociedad que nosotros vivimos el día de hoy. Los gobiernos aman más las finanzas que a la propia gente. Las iglesias aman más sus finanzas, sus entradas, sus ofrendas y su diezmo, ante más que a sus propios hermanos y hermanas. Hemos puesto a mamón, o hemos puesto una cosa ante que a la creación de Dios, ante que a nuestros hermanos y a nuestras hermanas. A veces cuando las personas nos ven, solamente nos miran como un número, una persona que puede traer el 10% o una ofrenda de su dinero a mi iglesia para yo tener un ministerio más grande, más importante, más famoso, porque tenemos este espíritu de grandeza que tenía el rey Nabucodonosor, y es cuando empiezan a venir los problemas mentales a nuestra vida. Es cuando empieza a venir la depresión. Es cuando empiezan los demonios a tomar control de nuestras vidas. Gloria sea el nombre del Señor. Cuando descuidamos el verdadero amor, cuando descuidamos el amor del Padre Celestial y no ponemos nuestra confianza en el Señor. El plan que yo tengo el día de hoy es traerle una palabra de esperanza a aquellos que están siendo atribulados por problemas mentales. Como le dije, los problemas mentales muchas veces traen que los demonios se aprovechen de ese problema que tú tienes. También cuando usted es una persona que le gusta mucho el alcohol o los espíritus. Sabe que cuando tú vas a una tienda de alcohol se llama una tienda de espíritus, ¿verdad? Cuando usted le gusta mucho el alcohol o las drogas, la cocaína, las marihuanas, esto abre ventanas, aunque usted lo crea o no, claro, según la cantidad de drogas que uno consuma. Porque hay personas que dicen, no, yo nada más cojo un chinchín y tal vez eso no te haga daño, pero, gloria sea el nombre de Dios, pero una persona que es adicta al alcohol o a las drogas es una persona que en su tiempo va a ser turbada, atormentada por espíritus inmundos, por espíritus sucios que se van, gloria sea el nombre de Dios, que van a venir a tu vida para hacerte daño. Los espíritus inmundos también vienen a nosotros cuando somos súper religiosos y ponemos a la religión antes que el amor, ¿me entiende? Por eso usted ve mucho cristianos que siempre están tristes, que siempre están amalgados, que no tienen felicidad en sus vidas, que ni se bañan ni se peinan. Gloria sea el nombre de Dios, porque ese espíritu inmundo siempre le está diciendo, tiene que dar más, tiene que dar más, tiene que dar más, tiene que dar más, y ese espíritu nunca está contento, siempre te va a pedir más. Oh, no te puede despilar, no te puede sacar las cejas, no te puede cortar el pelo, no te puede bañar con jabón, no te puede poner desodorante, y tantas cosas que estos espíritus inmundos traen para atraer confusión a nuestra mente, para atraer el problema a nuestra vida. Estos espíritus inmundos te dicen, tiene que involucrarte más en la iglesia para que tú descuide a tu esposo, para que descuide a tus hijos, y al final eso te va a traer problemas, eso te va a traer la destrucción de tu familia. ¿Por qué? Porque escuchaste a estos espíritus inmundos antes de escuchar el amor y la misericordia de nuestro Dios. Quiero recordarte que estás en sintonía en esta subprogramación La Casa del Alfarero. Vamos a volver hacia atrás, ¿verdad?, después de esta pausa musical, pero quiero que no dejes de pensar que hay esperanza en el Señor, que uno puede cambiar, que uno puede buscar la ayuda del Señor. Dios está ahí ayudándonos. Solamente tenemos que abrir los ojos, y si hay algo que estamos haciendo que está trayendo problemas mentales a nuestra vida, y por tal razón, invasiones de espíritus inmundos, debemos dar un paso, buscar ayuda, tal vez ir a un psicólogo, o ir donde una persona que nos pueda ayudar con esta gran dificultad. Así que no se vaya, ya regresamos con cada uno de ustedes.

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