HONRAR LAS INFANCIAS

Today is the Day of the Child, a day to celebrate and honor childhood. We are grateful to grandparents for caring for and teaching children. We also honor our own parents who raised us. As adults, we need to reflect on how we support children today and learn from them. Children teach us love, patience, and resilience. We must create nurturing and supportive environments for their emotional well-being. We need to be examples of respect, empathy, and non-violence. We should listen to their fears, opinions, and thoughts. We need to spend quality time with them and create spaces for open communication. Let's play, learn, and grow together. Happy Day of the Child! Hola querida audiencia, estamos retomando nuestro podcast Más que 180 Voces. En este episodio primero vamos a titularlo Honrar las Infancias. Hoy es un día para celebrar el Día del Niño, así llamado por nuestra sociedad, pero todos sabemos que a la niñez la celebramos y honramos cada día. Siempre hemos reflexionado en las aulas y transmitido a nuestros niños que el hecho de dedicarle un día a ciertos sujetos de derecho, algunas etapas, a algunos hechos o algunas comunidades, nos muestran que aún hay batallas, reivindicaciones y logros por los que transitar. Por eso elegimos nombrar este día como un día para honrar las infancias. ¿Por qué honrar las infancias? Porque desde ese lugar ponderamos la gratitud hacia aquellos niños y niñas que han pasado con nuestras vidas, los que caminan con nosotros en el hoy y todos y todas aquellas infancias que acompañaremos en este transitar de educadores. En esto de honrar las infancias, primeramente damos gracias a los abuelos y abuelas que cuidan de la niñez que nos toca educar. Les agradecemos por estar siempre dispuestos a escuchar y cuidar de dichas niñas y niños, sus nietos y nietas. A ellos y ellas que transmiten legados, historias y acompañan dichas infancias a través de la enseñanza de los juegos, la forma de jugar, la música y todos aquellos recuerdos calentitos que conforman el codijo del alma, le decimos gracias. También en esto de honrar las infancias, haremos honor de las infancias de nuestros padres y madres, aquellos y aquellas que maternaron y paternaron nuestra infancia. Hoy somos los adultos que educamos a otros y otras desde este lugar, desde esta mirada y desde estos modelos que ellos y ellas nos han brindado. Gracias. Hoy somos los adultos que nos hacemos responsables de las infancias las cuales acompañamos y por eso aquí me detengo a reflexionar junto a ustedes. Estimados y estimadas, es hora de que nos preguntemos, ¿somos conscientes desde qué lugar acompañamos las infancias de hoy? ¿Se han puesto a pensar que los niños y niñas han traído una enseñanza para ustedes y para nosotras? Algunos niños y niñas más interpeladores que otros, algunos más sumisos, algunos más reflexivos, otros más silenciosos, otros más comunicadores y podemos seguir brindando sabidurías y destrezas. Todos y todas resultan ser nuestros maestros. Escuchémoslos con atención. En esto de reflexionar cuáles son las enseñanzas de nuestros niños y niñas que transitan en este momento su infancia, sentimos que ellos y ellas nos invitan a que los podamos cuidar y educar desde la conciencia amorosa y responsable. Sentimos que la infancia necesita adultos que en algunos momentos abracen su niña o niño interior, porque desde ese lugar de mirada interna podemos crear nuevos modelos vinculares entre padres, madres e hijos e hijas. Desde ese lugar podemos crear y enseñar estrategias de autoconocimiento, autocuidado, transformando las infancias y creándose historias de infancias sostenidas, contenidas desde el amor, la calma al educar, la paciencia y la resiliencia. Como adultos somos responsables de las infancias que acompañamos a nuestras niñas y niñas y como comunidad necesitamos pistas, entornos y estrategias emocionalmente contenedoras y nutritivas para el bienestar emocional y social, así como el crecimiento de ellos y ellas. Nuestros gurises necesitan que seamos ejemplo de respeto, empatía, compañerismo, compasión, tolerancia y no violencia, y para ser referentes en estos valores debemos y es nuestra responsabilidad la de ser adultos modelos de estos valores. Muchas veces les pedimos a niñas y niños lo que como adultos no somos capaces de ser y de actuar. Las infancias necesitan adultos firmes y seguros a la hora de poner límites, nos piden que seamos referentes de amor, tolerancia, respeto, compasión, empatía. Si queremos que ellos y ellas se sientan escuchados, aprendamos a habilitarles espacios de escucha generemos que se sientan que pueden compartir con nosotros, ustedes y los educadores, sus miedos, sus inquietudes, sus miradas, sus opiniones, sus posturas, sus pensamientos. Para honrar la niñez de aquí ahora, la niñez de nuestros gurises, sentimos que como adultos necesitamos dedicar tiempo de juegos, tiempo de calidad, tiempo de familia, parar el piloto automático y repensar cada día si lo que le brindamos es suficiente para formar futuros adultos seguros. Creemos que necesitamos potenciar espacios de comunicación asertiva donde ellos y ellas sientan que pueden expresar sus opiniones, sus sentimientos, sus dudas y especialmente hacer valer sus derechos asertivos, a ser escuchado, a equivocarse, a expresar ideas, opiniones y sentir con el adulto, a sentirse respetado y amado, así como muchos otros derechos. Para honrar estas infancias, miremos a nuestros niños y niñas amorosamente, contemplándolos y regalándoles ejemplos de adultos que se plantean desafíos para ser mejores personas cada día, que saben escuchar su corazón, saben abrazar sus debilidades, saben perdonar y pedir perdón, se equivocan y no pasa nada, porque el error es la puerta de aprendizaje en la vida. A los niños y niñas, especialmente, decirles que disfruten de esta etapa, felicitarlos porque la transitan con nuevos desafíos y nos impidan a descubrir y despertar juntos a nuevos aprendizajes y saberes. Especialmente a ustedes, aquellos que promueven la búsqueda de la salud socioemocional. ¡Feliz día, amores!