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El viaje empieza ya, nuestra nave volará, por el cielo ireis, y se le instaleis. Sin temor, el mundo alrededor pronto exploraréis, y se le instaleis. A una misión nos vamos, cae esta fuente atrás, 5, 4, 3, 2, 1. Todos a la nave, ya a despegar. Los Lunes y sus amigos por el espacio. Hola compañeros, ¿preparados para el despegue? Listo. Listo. Estoy listo. ¿Y vosotros, tripulación? Pues a explorar lo desconocido, equipo. 4, 3, 2, 1. Mirad por la ventana, estamos volando sobre Galicia, ¿veis todas esas nubes? Es el típico clima gallego. Si, hay que ver como cambia el paisaje desde arriba, Galicia siempre tiene un clima variable, pero sus cielos nublados son realmente hermosos desde esta perspectiva. Y ahí, justo debajo de nosotros, alimentando a Galicia con inviernos suaves y veranos frescos, está el océano Atlántico. Es fascinante como el clima varía de un lugar a otro de la Tierra. Mirad como cambia el color del cielo a medida que ascendemos, es porque la Tierra es el único planeta que tiene atmósfera, y cada capa de esta tiene una densidad y una función distinta. ¿Sabéis que la atmósfera está dividida en varias capas? Si, son cinco. La primera capa es la troposfera, donde ocurren la mayoría de los fenómenos meteorológicos que experimentamos en la Tierra, como la lluvia, el viento o las nubes, y además regula la temperatura del planeta. Correcto. Después de ella, viene la estratosfera, donde se encuentra la capa de ozono, que nos protege de los rayos dañinos del Sol, los rayos ultravioleta. La siguiente capa es la mesosfera, que nos protege de los meteoritos desintegrándolos a medida que entran en la atmósfera terrestre, produciendo así las estrellas fugaces que a menudo vemos desde la Tierra. Y finalmente la termosfera y la exosfera, donde se encuentran los satélites y donde los astronautas como nosotros realizan las misiones espaciales. ¡Qué listos sois equipo! Cada capa juega un papel importante en nuestro clima y en la protección contra el Sol. La verdad es que es asombroso, pero ¿sabéis qué lo es más? Lo que está sucediendo aquí en la Tierra, mientras nosotros estamos fuera. ¿A qué te refieres, Alex? Al cambio climático. Es uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro planeta en este momento, el cual afecta a la variación del clima global en la Tierra. Los niveles de dióxido de carbono están alcanzando niveles récord y estamos viendo impactos devastadores en el clima y también en los ecosistemas. Sí, he leído sobre eso. En los últimos siglos, el clima de toda la Tierra ha cambiado, alterando las características climáticas habituales de un lugar, en cuanto a sus precipitaciones y temperaturas. Además, las temperaturas están aumentando y los patrones climáticos están cambiando, por lo que se está haciendo más frecuente la escasez de agua, la desertificación, la desaparición de lagos o incluso la subida del nivel del mar. Además, los desastres naturales se están volviendo más frecuentes y más intensos, como las sequías, las inundaciones o las grandes tormentas. Por eso, debemos ayudar al planeta informando a la gente sobre la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, adoptando energías renovables y protegiendo nuestros recursos naturales, a lo que el cambio climático se debe en gran parte a la acción de los seres humanos en el planeta. No os olvidéis también de la importancia del desarrollo sostenible, utilizando los recursos naturales del planeta de manera responsable para continuar con el equilibrio ecológico y garantizar una distribución justa para que los recursos sean disponibles tanto para las generaciones presentes como para las futuras. Es imprescindible recordar que los recursos naturales del planeta no son infinitos, es decir, tienen un límite y se pueden agotar. Estos recursos son generados por el planeta y los seres humanos, los utilizamos para cubrir todas nuestras necesidades. A veces los utilizamos de manera directa, como los alimentos o el agua, y otras veces necesitan algunos procesos para la elaboración de productos, como el petróleo, para generar combustible o la madera para elaborar muebles. Existen los recursos naturales renovables, aquellos que no se agotan con su utilización, ya que se regeneran mediante procesos naturales, como la lluvia. También los recursos naturales no renovables, aquellos que no se renuevan por sí solos, sino que desaparecen después de ser usados por los seres humanos, como por ejemplo el petróleo y el carbón, por lo que es necesaria una extracción controlada para evitar su agotamiento y un exceso de residuos. Y por último, los recursos naturales inagotables, los cuales no se gastan con el paso del tiempo, como las mareas, el viento o el calor del interior de la Tierra. Tenéis razón, amigos. Controlar la contaminación en el planeta es importante, pero ¿sabéis que también hay contaminación en el espacio? En concreto, la Tierra está rodeada de una nube de chatarra. ¿La veis? Pues sí. Estos objetos, hechos por el hombre, están orbitando alrededor de la Tierra y representan un riesgo para nuestras misiones. La basura espacial puede colisionar con naves y causar daños graves. Incluye desde satélites en desuso hasta restos de cohetes y piezas de naves espaciales. ¿Cómo podemos evitar chocar con la basura espacial? Pues una forma es monitorear constantemente nuestra trayectoria y ajustarla si es necesario para evitar colisiones. Además, en el futuro se están desarrollando tecnologías para limpiar el espacio y reducir la cantidad de basura espacial. Por ello, es fundamental que cuidemos nuestro entorno espacial tanto como cuidamos nuestro planeta Tierra. Ya es hora de comenzar nuestra aventura espacial. Dirijámonos hacia el Sol, sin acercarnos demasiado para no quemarnos, y teniendo cuidado con la basura espacial del camino. ¡Vamos allá! ¡Mirá, ahí está el Sol! ¡Qué calor hace! El Sol, ¿sabéis que es la estrella más importante del Universo y la más cercana a la Tierra? Por eso nos parece la más grande y la que más brilla, aunque en verdad no lo es. El Sol nos da luz, calor y energía, y gracias a él hay vida en la Tierra. Fijaos. Mira a Mercurio. Es el primer planeta, el planeta más cercano al Sol. Y el más pequeño. Es extremadamente caliente durante el día y frío durante la noche, debido a que por su falta de atmósfera, la atmósfera de Mercurio es la que está más cerca de la Tierra. ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá! ¡Mirá!