Trabajo Eduer - Luis miguel Alvarez

In an office, an employee named Clemencio is fired by his boss, Martín, for exceeding the age limit of 45. Clemencio pleads for his job, as he needs to support his family. Devastated, Clemencio goes home and contemplates destroying everything good in his life. He enters his house, goes to his wife's room with a knife, and accidentally wakes her up. She asks what's wrong, but Clemencio remains silent. He apologizes and mentions his terrible day, including his mother's death. He expresses his intention to end their suffering. His wife screams and is fatally wounded. Their son, Miguel, hears the commotion and escapes before his father can harm him. Clemencio disappears, likely in search of his son. Terror. En una oficina de trabajo donde se venden productos de una empresa, se despide un empleado. El jefe, llamado Martín, manda llamar a Clemencio, un empleado que ha cedido el límite de edad de 45 años. Pasa, Clemencio. Toma asiento, por favor. Te he mandado llamar porque tendré que despedirte por nuestra política de trabajo. Ha superado el límite de edad. Se te liquidará, pero ya sabes que no ofrecemos la pensión. Bueno. No, señor. Por favor, no haga eso. Es la única manera de llevar comida y alimentar a mi hijo y mi esposa. Ay, Clemencio. Lo siento mucho, pero ya puedes recobrar todo e irte. Luego se fue. No pasó mucho tiempo hasta que le llegó un mensaje, el cual informaba que su madre había fallecido. Luego Clemencio, al oír esto, se sentía triste, enojado y tuvo un pensamiento de que si destruía todo lo bueno en su vida, todas las noticias malas no existirían. Continuó el camino hacia su casa. Caminó y caminó hasta llegar. Luego sacó sus llaves, abrió la puerta, prendió la luz, ya que era tarde y su esposa, la señora Morris, estaba dormida, al igual que su hijo Miguel, y extrañamente camina fuerte hacia la cocina, toma un cuchillo y se dirige al segundo piso, y abre la habitación donde duerme con su esposa, la señora Morris, abre lentamente la puerta, pero rechina, y despierta a la señora Morris. Morris pregunta, ¿Cómo te fue hoy? Pero Clemencio se queda quieto y callado, y Morris ya prende la luz y le pregunta de nuevo, ¿Qué sucede? ¿Estás bien? Y Clemencio le responde, Lo siento mucho mi amor, pero tuve un pésimo día hoy. Mi jefe me despidió, mi madre falleció, pero no pienso sufrir más. No sé qué es lo que voy a hacer, pero sé que vamos a estar bien, lo juro. Quiero meterme en el pecho. ¿Qué tienes en la mano? ¡No, no! Grita y grita, la señora herida, y fallece. Luego Miguel se despierta por los gritos tan fuertes de la habitación de sus padres, y con miedo se acerca a la puerta de su habitación, y la abre lentamente. Al ver la otra habitación por una pequeña rendija, ve a su padre con un cuchillo ensangrado, y no ve a su madre, pero escucha decir a Clemencio, Voy a donde mi hijo y todo esto se acaba. Miguel al escuchar esto, de inmediato corre sin que su padre lo escuche, baja las escalas, abre la puerta, y se va corriendo hasta desaparecer, y su padre nunca lo volvieron a ver, muy seguramente porque fue en busca de su hijo. Fin.