There is a debate among Christians about whether or not to celebrate Christmas. Some believe it is a pagan holiday and should be avoided, while others think it is an opportunity to focus on Jesus. The speaker decides to talk about Jesus and what he did on Earth. They refer to the Gospel of John, specifically chapter 20, verses 30-31, where it is explained that the purpose of the book is to show that Jesus is the Son of God and that believing in him brings eternal life. The speaker discusses the miracles or "signs" that Jesus performed, starting with turning water into wine at a wedding in Cana. This sign demonstrates that Jesus is not limited by time. Another sign is healing a paralyzed man at the pool of Bethesda, showing that Jesus is not bound by human limitations or rules. Finally, Jesus feeds a large crowd with just a few loaves and fish, proving that he is not restricted by numbers or quantities. These signs reveal that Jesus is above time, space
Y en el mundo cristiano hay un gran debate en si, como cristianos, deberĂamos celebrar la Navidad o no. Está el grupo que dice, eso es una fiesta pagana, es del diablo, y si celebran la Navidad van a llevar fuego y el infierno se los va a llevar. Y están otros que dicen, bueno, sĂ es cierto que JesĂşs no naciĂł un 24 o un 25 de diciembre, pero como el mundo está pensando en la Navidad, el mundo está pensando en JesĂşs, en el bebĂ© JesĂşs, entonces hablemos de JesĂşs.
Y debatiendo en si, por quĂ© camino irme, si irme por el A o por el B, decidĂ irme por el de en medio. Y voy a hablarles de JesĂşs, voy a hablarles de quien Él es, pero más especĂfico les quiero hablar de lo que Él hizo, de lo que Él hizo en esta tierra. Y normalmente se dan cuenta que cuando trato de hacer la imagen de la prĂ©dica, trato de poner algo que llame la atenciĂłn, pero esta vez decidĂ dejarlo asĂ.
Dejar JesĂşs y un punto, porque no creo, es mi convicciĂłn, que JesĂşs es suficiente para la vida de cada uno de nosotros. Y me voy a enfocar en el Evangelio segĂşn San Juan. Y hay una parte en donde Juan habla, y es en el Juan capĂtulo 20, 30-31. ÂżY por quĂ© no lo buscan? Háganme el favor y lo buscan, quiero que vean algo que está en sus Biblias. Juan 20, capĂtulo 20, versĂculo 30 al 31. Es casi el Ăşltimo capĂtulo del libro de Juan.
ÂżLo tienen? Si ven arriba del versĂculo 20, ÂżquĂ© dice ahĂ arriba en letras negras? El propĂłsito del libro. Entonces, acá en estos dos versĂculos, Juan nos va a explicar por quĂ© Él escribe este Evangelio. Y dice, hizo además JesĂşs muchas otras señales, Âżen presencia de quiĂ©n? De Sus discĂpulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero Ă©stas se han escrito para que creáis que JesĂşs es el Cristo, el Hijo de Dios. Y para que creyendo, tengáis vida en Su nombre.
Oremos. Señor, gracias te doy por el privilegio que nos das de una vez más conocer Tu Palabra, predicar Tu Evangelio, Señor. Te pido que sea Tu Santo EspĂritu esta noche con nosotros. Te pido, Señor, que la verdad de Cristo sea revelada a los corazones, sea revelada a las vidas. Toma el control de todo lo que se va a hablar esta noche, mi Dios. Gracias, mi Dios, porque sĂ© que estás acá y sĂ© que esta Palabra cambiará nuestras vidas.
En el poderoso nombre de Cristo JesĂşs. AmĂ©n, amĂ©n y amĂ©n. Si se dan cuenta, Juan no llama a los milagros de JesĂşs milagros, sino que les llama, ÂżcĂłmo? Señales. Juan le llama señales. Y es importante el por quĂ© Juan le dice señales. Porque Juan te está diciendo, mira, JesĂşs hizo muchas cosas, hizo demasiados milagros, sanĂł a muchos enfermos. Pero yo, Juan, he escrito en este libro, en este Evangelio, ciertas señales especĂficas las cuales fueron necesarias para que los discĂpulos creyeran en JesĂşs y que si ustedes creen en el nombre de JesĂşs, entonces ustedes tengan vida eterna.
Y vamos a hacer eso. Vamos a empezar a ver cada una de las señales que están en el libro de Juan. Vamos a ver lo que significĂł en ese momento, lo que significĂł para las personas que lo vieron, y luego vamos a ver lo que significa para nosotros. La primera señal que JesĂşs hace es en una fiesta. ÂżSaben dĂłnde era la fiesta? ÂżLas bodas de dĂłnde? ÂżDe dĂłnde? De Canaá, con tilde en la A. Y la historia dice que la mamá de JesĂşs, MarĂa, habĂa sido invitada a una boda.
Y despuĂ©s en el versĂculo 2 dice, y tambiĂ©n JesĂşs y sus discĂpulos fueron. Como que Juan lo pone como que JesĂşs y sus discĂpulos se van de colados. Invitan a MarĂa y JesĂşs y sus discĂpulos se van de colados. Y llegan a la fiesta, era una fiesta muy grande, estaban todos celebrando, y la Biblia menciona que tenĂan seis tinajas, y aproximadamente a esas tinajas les cabĂan cien litros de vino. Entonces habĂan aproximadamente seiscientos litros de vino, y se acabĂł.
Se lo tomaron todo. Y en ese tiempo, que se acabara el vino era una gran deshonra, era un bochorno. Es como cuando la novia se casa y el vestido lo tiene sucio, algo asĂ. Y entonces se preocupan porque se acabĂł. Y vienen, no saben quĂ© hacer. Y MarĂa va, se acerca a JesĂşs y le dice, JesĂşs, se acabĂł el vino. Y JesĂşs le contesta, mujer, ÂżquĂ© tienes contra mĂ? AĂşn no ha llegado mi hora. Y la Biblia menciona que MarĂa inogrĂł por completo lo que JesĂşs le dijo.
Llama a los meseros, a los sirvientes, y les dicen, vengan. Váyanse donde aquel muchacho que está allá, y hagan exactamente todo lo que Ă©l les diga. Entonces van los sirvientes, JesĂşs se ve contra la espada y la pared, y vienen y les dicen, ok, ven esas seis tinajas que están vacĂas, llĂ©nenlas de agua. Las empiezan a llenar de agua, y luego les dice quĂ©, sĂrvanla. Y estos hombres en un acto quizás de, bueno, no van a tomar vino, van a tomar agua, fueron, tomaron el agua, y le empezaron a servir.
Y automáticamente, ÂżquĂ© sucediĂł? Esa agua se convirtiĂł en quĂ©, en vino. Y es ahĂ, dice al final, en el versĂculo 11, dice, y fue entonces aquĂ en donde los discĂpulos creyeron que JesĂşs era el MesĂas. Entonces hasta ahĂ los discĂpulos lo estaban siguiendo, pero no estaban tan convencidos. Pero vio que creĂł vino, y dijeron, ah, es el MesĂas, sigámoslo. Y esta señal es importante, porque en eso JesĂşs les empieza a mostrar a sus discĂpulos y a las personas que vieron este acontecimiento, que Él, JesĂşs, no era limitado por el tiempo.
ÂżA quĂ© me refiero con esto? Para hacer vino es un proceso largo, llueve, cae la lluvia, despuĂ©s la planta lo toma, despuĂ©s la planta que lo toma crea la uva, despuĂ©s la uva se cosecha, despuĂ©s de la uva ser cosechada se saca el jugo, luego se fermenta por meses, y luego de haber sido fermentado entonces se crea vino. JesĂşs automáticamente en ese momento crea el vino. Y es un acto de decirles, miren, yo estoy por encima del tiempo, el tiempo no me limita a mĂ.
Yo puedo hacer lo que quiera cuando quiera, en el momento que yo quiera, y no importa lo que se tarde, yo puedo hacer lo que me dĂ© la gana. Y dice que dos dĂas despuĂ©s, JesĂşs andaba caminando, y se le acercĂł un hombre que estaba en la fiesta, donde Él habĂa convertido el agua en vino, y se acerca a Él y le dice, mira JesĂşs, yo vi que convertiste el agua en vino, es más, he visto que en el proceso ha sanado a otras personas, y mi hijo está muy enfermo, está a punto de morir, por favor venĂ conmigo y sanalo.
Y la palabra dice de que en ese momento Jesús da la orden que este muchacho sea sano, y automáticamente el joven queda sano. El oficial en un acto de fe cree lo que Jesús le dice y se va para la casa. Llega a la casa, ve que su hijo está sano y les pregunta, ¿qué horas mi hijo fue sano? Y le dicen aproximadamente a las siete, y se da cuenta que en ese momento fue cuando Jesús dio la orden.
Esta señal marca que JesĂşs estaba por encima del espacio, que era omnipresente, que Él no tenĂa que estar en ningĂşn lugar para hacer algo. Ya habĂa probado que estaba por encima del tiempo, ahora prueba que está por encima del espacio, que nadie lo controla, que Él puede estar aquĂ, puede estar allá y puede hacer lo que Él quiera. Luego Juan sigue hablando y se va y muestra cuando JesĂşs entra a un lugar que se conocĂa, el lago de Betesda, y ahĂ habĂa un paralĂtico.
ÂżSaben por cuánto tiempo este hombre habĂa sido paralĂtico? Treinta y ocho años. Y este lago, o este estanque mejor dicho, era famoso porque se creĂa que en algĂşn momento un ángel del Señor iba a venir, iba a quitar las aguas, y cuando eso sucediera, el primero que se diera el chapuzĂłn, iba a quedar sano. Dicho sea de paso, eso era un mito, nunca habĂa sucedido, era una creencia nada más, era algo que ellos creĂan. Y este hombre está ahĂ, se le acerca JesĂşs y le dice, ÂżquerĂ©s ser sano? Y en este hombre, en vez de responder sĂ, le dice, mira JesĂşs, de querer quiero, pero sĂ© que cuando se mueva esa agua, yo estoy paralĂtico.
Va a haber uno que le falta una oreja y se va a meter antes que yo, asĂ que no puedo. Viene JesĂşs, le dice, toma tu lecho, y anda. Y automáticamente el hombre quedĂł sano. Va, va contento, se va donde las personas religiosas de ese tiempo, y las personas religiosas se molestan porque JesĂşs sana a este hombre en un dĂa de reposo. Y esta señal apuntaba a que JesĂşs estaba por encima de los paradigmas humanos que cada uno de nosotros podemos tener.
JesĂşs estaba por encima de los paradigmas de este hombre de 38 años que nunca habĂa estado sano, pero más importante, estaba por las reglas humanas que ellos habĂan establecido. JesĂşs les dijo, yo estoy por encima del tiempo, yo estoy por encima del espacio, y estoy por encima de los paradigmas que ustedes puedan tener como hombres. AsĂ que JesĂşs continĂşa, y llega un momento en donde Él empieza a sanar mucha gente, y lo empiezan a seguir. Y llega un momento en donde se acerca al mar de Galilea, está ahĂ, y la gente se empieza a quejar que tiene hambre.
Y viene, y JesĂşs se acerca a su discĂpulo Tomás, y le dice, ÂżquĂ© vamos a hacer, Tomás? La Biblia dice que JesĂşs le pregunta esto de una forma un poco retĂłrica, porque JesĂşs, dice la Biblia, Él ya sabĂa quĂ© hacer. Y Tomás le contesta, no sabo. Podemos trabajar dĂas y noches, dĂas y noches, y no va a ser suficiente para que estas personas tengan comida. Y ahĂ, en medio de esas personas, habĂa un jovencito que tenĂa una canasta, que tenĂa cinco panes, y no dos peces, la Biblia dice dos pececillos, no eran ni peces, eran pececillos.
Viene, JesĂşs le dice a esos discĂpulos, vengan, tomen las canastas, y empiecen a repartir. Y los discĂpulos, en un acto de fe, al ver que JesĂşs habĂa sanado personas, habĂa convertido el agua en vino, dicen, ¡dĂ©mole! Agarran las canastas, empiezan a repartir, y entre más daban, más abundaba, y entre más daban, más abundaba. Fue tanto, que al menos cinco mil personas fueron alimentadas esa tarde, porque la Biblia solo cuenta a los hombres. AsĂ que sabemos que al menos, por lo mĂnimo, cinco mil personas fueron alimentadas.
Tanto fue el milagro, que aún sobraron doce cestas. En esta señal, Jesús demuestra que está por encima de los números y las cantidades. Que de la nada, Él puede crear lo que quiera. Que Él no es limitado, valga la redundancia, por las limitaciones humanas. Que Él no se limita por lo que un humano tenga en sus manos, o lo que no tenga. Que Él puede crear lo que Él quiera de la nada. Mostró que estaba por encima del tiempo, que estaba por encima del espacio, que estaba por encima de los paradigmas, y ahora está encima de los números.
Y luego, otro evangelio muestra que JesĂşs les dice a sus discĂpulos, ¡váyanse! Yo me voy a quedar orando, asĂ como todos ustedes se van a quedar orando a la vigilia esta noche. Les dice, ¡váyanse! Y los discĂpulos se van, y están en una barca, y dicen que están remando y remando, y viene una gran tormenta. Y en medio de esa tormenta, el evangelio de Juan lo hace corto. Dice que empiezan a ver que alguien empieza a acercarse a ellos, y era JesĂşs.
Y es ahĂ cuando JesĂşs camina sobre las aguas, llega y está con ellos. Y esta señal apuntaba a que JesĂşs estaba por encima de la naturaleza. Que la naturaleza no definĂa ni detenĂa a JesĂşs. Que Él estaba por encima de la materia. No sĂ© quĂ© sucediĂł si el agua se congelaba cuando JesĂşs caminaba. Saben que JesĂşs pudo haber flotado, Âżcierto? Saben que JesĂşs pudo haber hecho lo que quisiera, pero Él especĂficamente decide caminar sobre las aguas para demostrarles.
Ya les mostrĂ© que estoy encima del tiempo, que estoy por encima del espacio, que estoy por encima de los paradigmas, que estoy por encima de los nĂşmeros, y ahora les voy a mostrar que estoy por encima de la naturaleza. Los discĂpulos quedan asombrados, y más adelante, tres capĂtulos más adelante, se muestra la siguiente señal. HabĂa un ciego. La Biblia muestra que este hombre era un ciego de nacimiento. Toda su vida habĂa sido ciego. Los discĂpulos le preguntan, Maestro, Âżpor quĂ© este hombre es ciego? ÂżSerá que sus padres pecaron? ÂżO será que Él ha pecado? Y JesĂşs les responde y les dice, Ninguno, ni sus papás ni Él han pecado.
Él está ciego para que el Hijo sea glorificado en Él. Y viene y les dice las siguientes palabras, Mientras estoy en el mundo, les dice Jesús, Yo soy la luz. La palabra menciona que Jesús escupe al suelo, hace lodo, toma el lodo, se lo pone en los ojos, le dice a este hombre, Ve al estanque de Siloe, lávate, y serás sano. Y este hombre, en un acto de fe también, le hace caso. Y automáticamente él queda sano.
Esta señal es particular porque es ahà donde Jesús se presenta ante todos como la luz del mundo. Ahà Él les dice, yo soy la luz. No importa la oscuridad que este hombre pudo haber tenido en su vida, no importa lo que este hombre ha tenido, yo soy la luz. Y entonces ahà todos empiezan a creer más en Jesús. Y hay un milagro más que Él hace, y es resucitar a su amigo Lázaro. Jesús va caminando, se acercan a Él, le dicen, mira, tu amigo Lázaro está muy enfermo.
Y se acercan a Él, porque ellos ya sabĂan que JesĂşs tenĂa la fama de sanar enfermos. Entonces le dicen, anda, Âża dĂłnde Lázaro? Para que lo sanes. Y la Biblia menciona que deliberadamente JesĂşs espera. No se va automáticamente, espera. Espera a que Lázaro muera. Llega despuĂ©s que Lázaro ha muerto, se acercan a Él y le dicen, JesĂşs, si hubieras venido antes, Lázaro no hubiera muerto. Porque otra vez, ellos tenĂan la esperanza que JesĂşs pudiera sanar a Lázaro.
Y es ahĂ donde JesĂşs mira al cielo y dice las palabras, gracias, Padre, porque me escuchas. Pide que muevan la piedra y le dice, Lázaro, ven fuera. Y es ahĂ donde le dice a todos, yo no solo sano enfermos, yo estoy por encima de la muerte. La muerte no me limita a mĂ. La muerte no limita a quien yo soy. Entonces, durante estas señales, JesĂşs le muestra, nĂşmero uno, que Él no es limitado por el tiempo, que Él no es limitado ni por el espacio, que Él no es limitado por los paradigmas que podamos tener como seres humanos, que Él no es limitado por los nĂşmeros, que Él no es limitado por la naturaleza, que Él no es limitado por la oscuridad y que Él no es limitado por la muerte.
Y entonces, Juan te da todas estas señales y despuĂ©s que te las da todas, viene y dice lo que leĂmos al principio. Hizo además JesĂşs muchas otras señales en presencia de Sus discĂpulos, las cuales no están escritas en este libro, pero Ă©stas se han escrito para que creáis que JesĂşs es el Cristo, el Hijo de Dios, para que creyendo tengáis vida en Su nombre. Viene Juan y les dice, todo aquel que crea estas señales, que apuntan a una cosa nada más, apuntan a que JesĂşs es el Enviado de Dios, es el MesĂas, pero no sĂłlo es el Enviado de Dios, sino que es Dios mismo hecho carne y que el ser Dios mismo hecho carne tambiĂ©n es Hijo de Dios.
Y todo aquel que crea en esto va a tener vida eterna. Eso fue lo que significó en ese momento. Ahora te diré lo que significa para nuestras vidas. Significa que de la misma manera como Él convirtió el agua en vino, no importa la circunstancia en la que nosotros estemos pasando de fracaso. Tal vez has llegado momento tras momento y te encuentras bajo la espada y la pared. No sabes qué hacer. Quizás es demasiado tarde. Quizás te has equivocado.
No hay camino. Te puedo asegurar que JesĂşs no es limitado por el tiempo de tus errores. Si dejas que Él entre a tu vida esta noche y te entregas por completo a Él, le abrĂs las puertas de tu corazĂłn completamente, algo nuevo puede suceder. El tiempo de tu fracaso no va a limitar a Dios. El tiempo de cuánto has decidido quedarte sentado en una silla y no hacer nada no va a limitar a Dios. El tiempo que has pasado atado en el mismo pecado no va a limitar a Dios si te entregas a Él esta noche.
El tiempo de todo lo malo que has hecho si te entregas a Él esta noche no lo va a limitar. TambiĂ©n quiere decir que cuando dĂa tras noche Satanás te ha hecho pensar que estás solo, que nadie ha estado contigo, que esta vida la tienes que vivir solo o sola, JesĂşs te dice, yo estoy por encima del espacio. Yo no soy limitado por el espacio. Yo no soy limitado por lo que está alrededor mĂo. Contigo yo he estado.
Tal vez has vivido un cristiano a medias. Tal vez fuiste como yo, que conociste al Señor desde muy pequeño. Estuviste en una iglesia viviendo a medias. Luego te apartas o no te apartaste y sentĂs que nadie está con vos entendiendo lo que te está pasando. JesĂşs te dice, yo estoy contigo. Yo estoy caminando contigo. Él está con cada uno de nosotros. No es limitado por los pensamientos de soledad. No es limitado por los pensamientos de tristeza.
Él está contigo. Él está caminando con cada uno de nosotros y te quiere amar. De igual manera te dice, no sé que paradigmas puedas tener en tu mente, que probablemente Satanás te dice que intentas la misma cosa una y otra y otra vez y caes en el mismo error. Que estás por mucho tiempo atrapado en ese mismo error. Tal vez tenés el paradigma de que Jesús nunca te va a usar. Que simplemente vas a ser un adicto a las drogas más.
Que simplemente vas a ser un fracasado más. Que simplemente vas a ser alguien que nunca va a llegar a hacer nada en su vida. JesĂşs te dice, yo estoy por encima de esos paradigmas. Yo estoy encima de esos pensamientos torcidos que puedan llegar a tu cabeza. Yo estoy encima de esos fracasos. TambiĂ©n JesĂşs nos dice, no me importa de dĂłnde vengas. Tal vez venĂs de una familia pobre. Tal vez venĂs y tuviste oportunidades de hacer algo en tu vida, de estudiar, yo quĂ© sĂ©.
Y las desaprovechaste. O no tenés las circunstancias económicas para llegar a algún lado. Jesús te dice, no importa. De la nada yo puedo bendecir al que yo quiera. De la nada yo puedo hacerte alguien importante. De la nada yo puedo levantar tu vida. Jesús no es limitado por lo que nosotros tengamos en nuestras manos. Ni mucho menos es limitado por la cantidad de dinero que tengan en su cartera. No importa de la familia que vengamos. No importa de la circunstancia en la que estemos.
Cuánto probablemente hayamos gastado nuestra vida si llegas a JesĂşs esta noche. Hay esperanza. Hay una manera de estar con Él. JesĂşs tambiĂ©n nos recuerda que de la misma manera de cĂłmo Él caminĂł a sus discĂpulos, Él está caminando a nosotros una vez más. Él se está acercando a nosotros una vez más. Tocando a las puertas de nuestro corazĂłn y diciĂ©ndote, hagamos algo diferente. Siempre les predico esto porque ahora digo afortunadamente nazco en una familia cristiana y vivĂ un cristianismo a medias.
Vivà un cristianismo en donde Jesús no era el centro de mi vida. Y digo afortunadamente porque ahora les puedo hablar al respecto. Y les puedo decir que no importa cuánto tiempo pasés en una iglesia. No importa si te presentaron delante de una iglesia. No importa si tus papás son venid de generación tras generación de evangelistas. Si tu vida no es dada a Jesús no vas a llegar a ningún lado. ¿Se dan cuenta que Jesús no tiene nietos? ¿Que Dios no tiene nietos? Él solo tiene hijos.
Él solo tiene hijos. No vivan un cristianismo tan vacĂo que lo Ăşnico que tienen es el pasado de lo que nuestros papás pudieron hacer. Ese era yo. Lo Ăşnico que yo tenĂa era yo iba a una radio cristiana y hablaba boberas porque hablaba boberas. Pero eso es lo que yo tenĂa. Ah, yo tengo que soy lĂder de jĂłvenes a los catorce años. Catorce años lĂder de jĂłvenes. Eso es lo que yo tenĂa. Eso me llenaba. Ese era mi Dios.
Y se me olvidaba que JesĂşs caminaba a mĂ constantemente para tener un encuentro conmigo. Constantemente caminaba conmigo para encontrarse conmigo. Y yo no le abrĂ las puertas de mi corazĂłn. El ruido que habĂa alrededor mĂo era mucho más grande que verdaderamente entregarme a Él. Que verdaderamente estar con Él. Les digo esto porque sĂ© que muchos acá sirven en una iglesia. Muchos de acá están en alabanzas, servidores. Muchos conocieron a JesĂşs desde muy pequeños. Pero la pregunta es Âżesa verdad de JesĂşs ha sido puesta en nuestros corazones de verdad? QuĂ© triste serĂa estar en un ministerio de alabanza y que vengan los años que te sientas solo.
Que te sientas deprimido. QuĂ© triste serĂa hoy voy con las que danza. Estar en un ministerio de danza hacer la danza de amor y y todo. Llegar todas las noches a tu casa y tener temor del futuro. Sentirte que no vas a llegar a ningĂşn lado. No meterte con Dios. Hoy voy con los que mueven el sonido. QuĂ© triste serĂa mover el sonido todos los domingos. EstĂ© lloviendo, estĂ© cayendo nieve. Moverlo todos los dĂas y sentirte Ăştil para el Señor.
Y cuando estás ahĂ, sĂ, aunque te caiga una bocina en la cabeza y seguĂs adelante, Dios te bendiga. ÂżNo, Kevin? Es que se parecen. Que te caiga una bocina en la cabeza y sigas adelante. Si tu vida está atada al pecado. Hoy voy con Isaac, que a veces canta. ÂżDe quĂ© te sirve que te pongan un micrĂłfono y cantes? Hermana Kelly. O hermana Mayra. Hoy hermana Mayra estaba cantando. Se dieron cuenta que le dimos más volumen al...
No es cierto. Dios la bendiga, hermana Mayra. ÂżDe quĂ© te sirve cantarle al Señor y que digan ¡Wow! ¡QuĂ© talento! ¡Miren cĂłmo Dios lo respalda! ¡Miren cĂłmo Dios la respalda! Y estar sin Ă©l. Sin que esta verdad que Juan está hablando sea puesta en tu vida. Les voy a dar la mĂa. ÂżDe quĂ© te sirve decir sos hijo de hermana Mayra? La corta cabezas. Es cierto. Y vivir una vida de pecado. Ese era yo. Ese era yo.
Para los que me conocieron hubo en ese tiempo una muchacha que se aprovechĂł de mĂ. ÂżOk? Yo le decĂa ¡No! ¡No! ¡AlĂ©jate, Dalila! Y yo le decĂa que no. Y estaba en una iglesia. Y olvĂdense de la muchacha. Mi vida en general. No oraba, no leĂa la Biblia. Pero cuando me paraba ¡Ja, ja, ja! AsĂ como Brian. De ahĂ veniste vos tambiĂ©n, por eso lo dije. Y llegar y sentirte solo. Sentirte sucio por la carga del pecado.
Sentirte miserable. Y saber que Jesús me busca. Saber que Jesús está tratando de caminar conmigo. Y yo lo sigo ignorando. Y le digo. Mañana. Mañana. Y seguir asà momento tras momento. Pero después viene la señal cuando sana este ciego de nacimiento. Y nos dice Jesús. No importa la oscuridad que haya a tu alrededor. No importa. No importa cuántas veces le has regado. No importa. Yo estoy por encima de la oscuridad. Él está encima por los errores de tu familia.
Él está encima del divorcio que pudo haber en tu familia. Del alcoholismo. Del adulterio. De la mentira. Del engaño. De lo que sea que ha venido alcanzando a tu familia. Está por encima de todo eso. Está por encima de tus errores. Está por encima de cuántas veces viste pornografĂa. Está por encima de cuántas veces has fornicado. Está por encima de cuántas veces has mentido. Está por encima de todo. Y Él te dice. Esa oscuridad la puedo quitar.
Si crees en Él. Si crees en mĂ. Si crees que yo soy la luz. Y luego está esa Ăşltima señal de la que hablamos. En donde te dice. Estoy por encima de la muerte. Estoy por encima de la muerte de tu ministerio. Estoy por encima de la muerte de tu futuro. De tu carrera. De tu familia. De tus sueños. Y más importante. Estoy por encima de la muerte que algĂşn momento nos va a llegar a cada uno de nosotros.
Y hay una señal más de la cual les quiero hablar. Está en Juan 20. Y es la muerte y resurrección de Jesús. Muchos piensan que cuando ven a Jesús cargando la cruz. Es un Dios derrotado. Es un Dios cansado. Ese es el acto más grande. Donde Él desplaza su poder. Y Él desplaza lo fuerte y lo poderoso que es. Jesús no estaba cargando una cruz simplemente. Jesús estaba cargando la condenación de cada uno de nosotros. Y aún asà lo hizo.
Lo puso sobre Él mismo. Y Él caminó a esa montaña y murió. Hay gente tan pobre. Tan pobre. Que le adoran a un Jesús crucificado. Lleno de sangre. Pero esa no es la señal. La señal es de que se entrega a Él. Por nuestros pecados. Se pone en esa cruz. Dice consumado es. Muere. Y luego Él. Resucita. Esa es la señal de la salvación. Nuestro Jesús no está en una cruz en estos momentos. Golpeado. Moribundo. Nuestro Jesús está sentado a la diestra del Padre.
Gobernando. Gobernando por encima de todas las cosas que te dije. Gobernando por encima de los problemas. Gobernando por encima del infierno. Gobernando por encima de absolutamente todo. Ese es el Evangelio que predicamos. Ese es el Jesús que mostramos a la vida de ustedes. Ese es el Jesús que estamos enseñándole a cada uno de ustedes. Y luego viene Juan. Y al principio de su libro dice esto. En el principio Jesús era el verbo. Y el verbo era con Dios.
Y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por Él, por JesĂşs. Y sin JesĂşs nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En JesĂşs estaba la vida. Y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece. Y las tinieblas no prevalecieron contra ella. JesĂşs está ahĂ y te dice todo fue hecho por mĂ. Todo. La gente cristiana o no cristiana, muchos creen que, bueno los cristianos mejor dicho.
Creen que Dios creó el universo de la nada. ¿No es cierto? ¿La nada que produce? Nada. La nada produce nada. Dios no creó el universo de la nada. Dice que todas las cosas fueron hechas por medio de Él. Lo que estaba en Él fue hecho. Dios crea todo por medio de Jesús. El arquitecto de todo lo que vemos es Jesús. Y todo lo que resplandece y todo lo que hay en este mundo fue hecho por Él.
El libro de Colosenses, como les he dicho, dice todas las cosas fueron hechas por Él y por medio de Él. Las cosas visibles o invisibles, sean tronos, sean potestades, sean reinos, todo fue hecho por Él. Y más adelante viene Juan y les dice en el mundo estaba y el mundo fue hecho por Él. Pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Yo escribĂ algo ayer y lo mandĂ©. Y era lo que les decĂa hace un par de viernes. Que muchas veces leemos la Biblia y es fácil juzgar las actitudes de los personajes de la Biblia. Yo veo a SansĂłn y digo, tan bruto, que le dijo de dĂłnde venĂa su fuerza. Yo veo a los que crucificaron a JesĂşs y yo nunca hubiera crucificado a mi JesĂşs, nunca. Veo cuando JesĂşs está y le dicen, Âża quiĂ©n quieren a JesĂşs o a Barrabás? Y todos dijeron Barrabás.
Gente hipĂłcrita, falsa, hijos de Satanás. Viene JesĂşs y dice, a los mĂos vine, al pueblo de Israel y les hice todas estas señales y aĂşn asĂ no me aceptaron. Cabezones, digo cabezones porque estoy predicando y no puedo usar otras palabras. O sea, vieron todo lo que JesĂşs hizo. Vieron que sanĂł enfermos, que convirtiĂł el agua en vino, etc. Y no creyeron en Él. Ya saben por dĂłnde voy, Âżcierto? Él ha venido a nuestro corazĂłn, Âżcuántas veces? ÂżCuántas veces Él ha venido a nuestro corazĂłn y no lo hemos recibido? Por encima de lo que ya sabemos, los milagros que estábamos viendo no creo que eran nuevos para ustedes, o algunos quizás sĂ, pero ya conocĂan que JesĂşs habĂa convertido el agua en vino, que habĂa caminado sobre las aguas, que multiplicĂł los panes, los peces, ya lo conocĂan.
Ya sabemos que la paga del pecado es muerte, la paga de Dios es vida eterna en Cristo JesĂşs, Señor nuestro. Ya sabemos que si sentimos que nuestra vida no va a ningĂşn lado, si nos acercamos a JesĂşs, JesĂşs es la respuesta. Ya lo sabemos. Y momento tras momento JesĂşs sigue viniendo a nuestro corazĂłn y no lo recibimos. No lo recibimos. Ayer, Âżles cuento o no les cuento? Para los que no se conectan, que ojalá lo reprendan, a las oraciones de los jueves, nosotros nos conectamos a orar, por si no sabĂan, y nos conectamos a orar online.
Y yo sĂ© que sĂłlo pasĂł ese jueves, sĂłlo pasĂł ayer, esto no pasa normalmente. Nos conectamos a las 10 y nos conectamos a las 10 y adivinen quiĂ©nes estaban en la oraciĂłn. Dieguito y yo. Y Diego llegĂł tarde, porque yo me tuve que meter la cabeza en el cuarto y le dije, hey, vato, conectate, sĂ, sĂ, sĂ, allá voy, allá voy. Y se conectĂł. Luego nos quedamos ahĂ y empecĂ© a sacar nombres. No les voy a decir de quiĂ©nes llegaron tarde.
No voy a hacer lo que hice en la oración, no se preocupen, tranquilos. Y empecé a hablarles con amor. Ustedes saben cómo hablo cuando estoy lleno de amor y de gozo. Y les dije algo que hasta yo me quedé, ah, pues, Rodrigo, wow. Y les dije, tristemente queremos ver tantas cosas de parte de Dios. Sabemos que Dios es poderoso para hacer tantas cosas, pero no estamos dispuestos a hacer lo que Él nos ha llamado a hacer.
Cosas tan sencillas. Cosas tan sencillas. Y voy a terminar con el mismo verso que he estado leyĂ©ndoles por los Ăşltimos dos meses. AcĂ©rquense a Él y Él se acercará a ustedes. ÂżSentĂs que tu vida no va a ningĂşn lado? ÂżSentĂs de que no puedes hacer nada? AcĂ©rcate a Él. ÂżTe sentĂs frustrado, te sentĂs cansado, sentĂs que no avanzás, sentĂs que estás en el mismo lugar atrapado y no llegas a ningĂşn lado? AcĂ©rcate a Él. AcĂ©rcate a JesĂşs.
Les predico esto porque mientras lo escribĂa, JesĂşs me pasaba muchas actitudes de mi vida y me decĂa, Bruto, y me decĂa, ya sabes quiĂ©n soy, ya sabes que te amo, ya sabes que tengo un plan para tu vida, ya sabes que morĂ por ti, y aĂşn asĂ dejas que los mismos pensamientos lleguen, dejas que las mismas situaciones lleguen, dejas que las mismas actitudes lleguen, y no porque, ay, me agarrĂł el fatanazo asĂ de escondido. No, por Bruto, por Bruto, estoy hablando a mĂ.
Si a ustedes les queda la bota, pĂłngansela, deberĂan ponĂ©rsela. Y eso es lo que les estoy diciendo. JesĂşs ya ha venido a nuestra vida y nos está llamando. Por eso el tĂtulo de la enseñanza es JesĂşs. Para que la verdad de JesĂşs sea revelada a nosotros, en unos minutos vamos a orar, y que tu oraciĂłn sea tan genuina y sincera, sin importar si servĂs, sin importar si llevas un milenio en el Evangelio, en donde le digas, no te conozco, hay áreas de mi vida que no te he dado, hay áreas de mi corazĂłn que por afuera estoy guapo, a ustedes no, pero se bañan y se ven so-so.
Pero adentro, no les voy a decir que están podridos, porque esa no es la palabra. Estamos vacĂos, tan vacĂos. Se los digo yo, se los digo yo que vengo de ahĂ. Llenando el corazĂłn con la iglesia, llenando el corazĂłn con la aceptaciĂłn de hombres o mujeres. Me duele tanto. Ah, no sĂ© si decir esto. Ustedes saben que cuando digo no sĂ© si decir esto, lo voy a decir igual. Pero lo digo para que piensen que me costĂł decirlo.
Me duele tanto ver hombres y mujeres jĂłvenes de acá, y en una intenciĂłn un tanto inocente, pero a la misma vez con conocimiento, propagar una necesidad de atenciĂłn, propagar de, ah, miren, con quiĂ©nes ando, o propagar una necesidad de que te den like, propagar una necesidad de que te den like, propagar una necesidad de hacerte sentir especial, de hacerte sentir importante. Me duele tanto tambiĂ©n ver personas que tratan de llenar el vacĂo con un servicio en iglesia, que tratan de llenar el desprecio que tuvieron en sus vidas con tener una posiciĂłn en una iglesia, y piensan que tener un micrĂłfono, predicar, va a llenar ese vacĂo y no lo va a hacer.
Y luego me duele aĂşn más ver jĂłvenes que piensan que las drogas, que piensan que el sexo, que piensan que, ah, ese fue yo bajándome los pantalones, y caminar asĂ, y llevárselas de papichulo matĂłn, y pensar que eso va a llenar el vacĂo. Pensar de que todo lo que puedan hacer en su vida va a llenar el vacĂo. Se los digo yo hoy sin miedo a equivocarme, y nos podemos ver veinte años despuĂ©s de aquĂ, si ustedes no se meten por completo con JesĂşs, y no dejan que JesĂşs llene su vacĂo, van a vivir una vida miserable, vacĂos, rotos.
Y se los he dicho siempre, va a venir la noche en donde se van a acostar en su cama, van a ver el techo y se van a sentir miserables. Van a ver todo el tiempo que perdieron, van a ver la falsedad que hay en ustedes, van a ver el vacĂo que hay en ustedes, van a ver el pecado, y no importa si venĂs de fiestas, no importa si venĂs de drogas, si JesĂşs no se vuelve el centro, va a llegar esa noche en donde vas a estar ahĂ.
¿Y saben qué es lo triste? Que en esos momentos es cuando personas se meten aún más a las drogas. En esos momentos es cuando esa muchacha decide llamar el teléfono y decide acostarse con alguien más y queda embarazada. En ese momento es donde este muchacho decide y se va con sus amigos o termina muerto o preso. En esos momentos es donde los pensamientos empiezan a tomar el control de tu mente, viene la sobredosis, viene el suicidio y viene todo lo que querás imaginarte.
Porque conocimos la verdad, porque JesĂşs vino a nosotros y nosotros no le recibimos. Trabaja todo lo que querás, hace todo el dinero que querás, si JesĂşs no está contigo, de nada sirve. Cuando JesĂşs se vuelve nuestro todo, y no te estoy diciendo que no vas a fallar, no te estoy diciendo que no vas a cometer errores, pero hay una diferencia tan particular cuando JesĂşs empieza a tomar el control de tu vida, que dĂa y noche desesperadamente lo vas a buscar, desesperadamente.
Hoy vamos a orar para que esa verdad de JesĂşs se revele a nosotros. Y como te decĂa, no importa cuánto tiempo has llevado en iglesia, si algo dentro de vos empieza a saltar y te dice reconciliate conmigo, ¡hazlo! Esa es la confirmaciĂłn exacta que lo tenĂ©s que hacer. Incluso, lo dirĂ©, incluso los lĂderes de atrás, si ustedes están ahĂ y empiezan a sentir que JesĂşs te dice, mira vato, no lo estás haciendo bien, reconciliate conmigo, si te da la pena levantar la mano, al menos ahĂ decirle, Señor, lo siento.
Pero si tenĂ©s el valor de levantar la mano cuando hagamos la oraciĂłn, si tenĂ©s el valor de decir, Âżsabes quĂ©, Señor? Reconozco pĂşblicamente que te necesito, sin importar si ya levantaste las manos treinta y ocho veces o cero treinta y nueve. Me habĂa olvidado algo que mi mamá dijo el viernes pasado y lo cual es cierto. Hubo una vez que en iglesia que estábamos invitaron a, no sĂ© quiĂ©n era, era un señor viejito con bigote, es lo Ăşnico que me acuerdo, y Ă©l hablĂł de JesĂşs.
No sĂ© quĂ© dijo, es que no me acuerdo, pero sĂłlo sĂ© que cuando Ă©l terminĂł de predicar, yo entendĂ que tenĂa que darle mi vida a JesĂşs. No sĂ© lo que predicĂł, y hizo el llamado. Y estaba la mĂşsica instrumental en el fondo, y venĂamos de una iglesia bautista, asĂ que ahĂ era todo asĂ. Y sĂłlo se oĂa, y el Señor hablando. Y viene y dice, Âżalguien quiere darle su vida a JesĂşs? Y yo dije, yo, levantĂ© la mano.
Pero vi que alguien a la par mĂa tambiĂ©n levantĂł la mano y me dijo, Dios te bendiga. Y no me quedĂł claro si me dijo a mĂ o si le dijo a la persona a la par. Y me quedĂ© con eso. Y volviĂł y siguiĂł, Âżalguien quiere aceptar a JesĂşs? Y yo, porque si no me dijo a mĂ, Dios te bendiga. Y me dijo, Dios te bendiga. Pero por alguna razĂłn no me quedaba claro si Ă©l me habĂa visto a mĂ o estaba viendo a alguien más.
Y en mi mente era, para yo poder ser salvo, tengo que aceptar a JesĂşs y ese Señor me tiene que ver y decirme, Dios te bendiga. Y eran tantas mis ganas de ser salvo que cada vez que ese Señor preguntaba, yo levantaba la mano. Vive Dios, si no levantĂ© la mano 25 veces esa noche, es mentira. Y cada vez que el Señor decĂa, ÂżquiĂ©n quiere aceptar a JesĂşs? Yo. ÂżQuiĂ©n quiere darle su vida a JesĂşs? Yo.
¿Por qué te cuento esto? No para que estés todo el tiempo levantando la mano y levantando la mano, sino para que no te avergonces de decir públicamente que le quieres dar tu vida a Jesús. No te avergonces. Él ya lo dio todo por ti. Y si en este momento que oramos y se hace el llamado a algo en voz, te dicen, dale la vida a Jesús. Levanta la mano y decirle, Señor, sé que toda esta noche, todos estos años, he escuchado de ti y nunca te he aceptado.
Tal vez has estado en una Biblia, en una iglesia, tal vez has estado sirviendo, tal vez sos nuevo y nunca has conocido a Jesús. Y decir, ¿sabes qué? Ya intenté varias cosas. Ya intenté demasiadas cosas. Quiero intentar a Jesús. Quiero entregarme plenamente a Él. Quiero abrirle las puertas de mi corazón. Quiero abrirle las puertas de mi vida. ¿Están bien? ¿Necesitan algo? ¿Seguros? Bien. Y decirle, quiero darte la entrada a mi corazón. Quiero darte el control de mi vida.
Quiero darte el control de quiĂ©n yo soy. AhĂ donde están, inclinen su rostro. Y vamos a hacer la oraciĂłn en donde le decimos a Dios, te necesito. Vamos a hacer la oraciĂłn en donde le decĂs a Dios, necesito que tomes el control de mi vida.