Home Page
cover of Capitulo 3 ¿Qué hay de nuevo, viejo?
Capitulo 3 ¿Qué hay de nuevo, viejo?

Capitulo 3 ¿Qué hay de nuevo, viejo?

IrinaIrina

0 followers

00:00-31:14

“Qué hay de nuevo, viejo” es una producción de Claudia Román e Irina Sternik y forma parte de la tesina de graduación de la Carrera Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Música Original: Ignacio Montoya de Carlotto Entrevistados en este capítulo por orden de aparición: Carlos Ulanovksy Felix Taylor Oscar Bosetti Luis Salerno Karin Cohen Luisa Delfino Locución: Felix Taylor Dirección de la Tesina: Martín Becerra Diseño gráfico: Glenda Ross

Podcastspeechmusicspeech synthesizerpianokeyboard musical

All Rights Reserved

You retain all rights provided by copyright law. As such, another person cannot reproduce, distribute and/or adapt any part of the work without your permission.

30
Plays
0
Downloads
1
Shares

Audio hosting, extended storage and much more

AI Mastering

Transcription

The radio undergoes changes in content, consumption, and aesthetics during the 1960s. Television begins to overshadow the medium, but the radio adapts by focusing on mobility and incorporating adaptable formats. The radio maintains its strength by incorporating genres such as news, talk shows, and music shows. The rise of portable radios allows people to listen while on the move. The introduction of the Noblex Siete Mares radio allows listeners to tune into international stations. The transistor radio becomes popular in the 1960s, allowing for smaller and more powerful devices. Radio Mitre makes its first stereo broadcast in 1968. The magazine format gains prominence, and programs like Generación Espontánea and Rapidísimo become influential. The radio shifts from live entertainment to a service, and the rise of cassette tapes leads to piracy and listener-created playlists. The traditional role of the radio announcer begins to erode due to technological advancements. The FM radio statio ¿Qué hay de nuevo, viejo? Un puente entre presente, pasado y futuro de la radio. Capítulo 3. Estamos paradas en los 60. La radio empieza a cambiar en contenido, consumo y estética. Bienvenidos y bienvenidas al último episodio en el que recorreremos cómo la tecnología modificó la relación con las audiencias a lo largo de la historia de la radio. Mi nombre es Claudia Román. Y yo soy Irina Sternick. Venimos de repasar en el capítulo anterior el cambio de piel de la radio y estamos en la antesala de lo que será el post-broadcasting. Hasta los años 60 el esquema radial se mantiene intacto, pero la llegada de la televisión comienza a eclipsar al medio. Claro que la única responsable no fue la evolución tecnológica, sino también la coyuntura social. El siguiente momento, a partir de la década del 60, el centro de la escena mediática, tanto en consumo como en la preocupación académica, deriva hacia la televisión como el mueble central en el hogar. La radio frente a eso, que se pensaba que entraba en crisis, rápidamente se va adaptando con una cuestión de soporte tecnológico, que es la ampliación de la miniaturización, se vuelca definitivamente a la movilidad. No es que no se escuchen en las oficinas, en los talleres y en los hogares, pero la radio empieza a incorporar formatos adaptables a la escucha distraída propia de la movilidad. Entonces los grandes géneros son el informativo radiofónico, el show radiofónico, el panel periodístico y los shows musicales basados en las grabaciones. Aparece la figura del dilloque, del selector de música, el conductor del show radiofónico se hace una figura muy importante. La radio sigue fuerte, a pesar de que pierde esos dos géneros centrales, que eran el radioteatro hacia el teatro, la telenovela y el show en vivo. La fascinación de ver al artista mientras canta es muy importante y es un periodo mucho más visual. Escuchamos a José Luis Fernández, doctor en ciencias sociales, especialista en lenguajes radiales y autor de decenas de publicaciones relacionadas con la radio, la comunicación y la cultura. Es época de grandes figuras, como Nini Marshall con sus geniales personajes. Y entramos ya en la parte final del programa de hoy con Nini Marshall y Juan Carlos Torres. ¡Gracias! ¿Dónde vas, Catita? Ay, tengo un cansancio en los pies, ¿sí? Que les juro que camino de memoria. ¿Cansancio en los pies? ¿Y por qué? Estuve escribiendo toda la tarde. Ah, entonces explica. Tengo de pronunciar una conferencia en el Centro Filogramático Poetas y Frosaicos. Y de periodistas que marcaron un cambio en la radio, como Hugo Guerrero Martínez, Héctor Larrea, Cacho Fontana y Antonio Carrizo. Esos grandes personajes le dieron voz a los oyentes. Así lo cuenta Carlos Ulanovsky, periodista y historiador argentino, especialista en la historia de la radio y las costumbres de cada periodo. A fines de los 60, a partir de pioneros como Guerrero Martínez, realmente desafió a la prohibición de la comunicación telefónica. Otros tipos, como Carlos Rodari, desde sus programas también empezaron a flexibilizar la presencia de oyentes. Yo recuerdo esa frase, decía Guerrero Martínez, cada vez que recibía un mensaje. Otro que clavó la sintonía en la Noblex Siete Mares. Otro clavó la sintonía en Radio Belgrano y en su Radio Noblex. La Noblex Siete Mares fue una de las radios más vendidas de la época, junto con la Noblex Carina, la Tonomac Platino y la Spica. Salvo la Spica, el resto eran de producción nacional. Hay ciertas pistas para entender el significado de la Noblex Siete Mares en el mundo de los aparatos radiofónicos de los años 70. Uno que no es menor es que es un momento analógico. No hay internet y si uno quiere escuchar emisoras internacionales, tiene que hacer uso de la onda corta. Oscar Bosetti, jefe de cátedra de la materia Taller de Radio de la Carrera Ciencias de la Comunicación de la UBA, nos cuenta qué era la Siete Mares. El principal aporte de la Noblex Siete Mares pasó por ahí, por además de la onda media, de la onda larga, poder sintonizar emisoras del mundo. Otra contraseña, otro password para entender el significado de la Siete Mares, tiene que ver con ese mapamundi y los usos horarios que orientaba al apasionado oyente de radio, a la apasionada oyente de radio. Si quería escuchar la BBC de Londres, o Radio Francia Internacional, o Radio Nacional de España, o Radio Habana Cuba, menciono tan solo algunas del vasto territorio de las emisoras internacionales, lo podía hacer sabiendo que de antemano esas emisoras a su vez mantenían un estrecho contacto con las audiencias, enviándoles a quienes así lo deseaban la programación semanal, la programación mensual, e incluso identificando en qué horarios se emitía para el público argentino en idioma español. En el programa de Hugo Guerrero Martínez, el Show del Minuto, Noblex fue uno de los aficiantes, y entre otras cuestiones la genialidad del peruano parlanchín pasó por hacer un programa de autor, en ese sentido era un programa unipersonal donde el propio conductor leía los avisos comerciales y utilizaba cada vez que ingresaba un llamado telefónico, la mención, ya sea de la Noblex Farina, ya sea de la Noblex Siete Mares, o de algún otro modelo que el aficiante ponía a la venta. Después estaba la famosa Spica, que era la imitación de la Hitachi, que venía con una funda de cuero, y después las radios portátiles que venían de plástico, que eran chiquititas, venían con distintos diseños, y después estaba la incomparable Noblex Tonomac Siete Mares, que esa era la radio más top que había, y que todos los que amábamos la radio queríamos tener una, pero era bastante cara, porque tenía distintas frecuencias, podías escuchar onda corta, podías escuchar banda ciudadana, podías escuchar distintas frecuencias, y era impresionante, esa radio era la que todos querían. El que habla es Félix Taylor, locutor, y como tantos, usuario pionero de las diferentes marcas y tipos de radio. Ya en los 60, la radio transistor permitió que los equipos se volvieran más chicos y con más potencia. La marca más conocida, la japonesa Spica. Y la portabilidad de la radio permitió, por ejemplo, a muchos que se iban a la cancha con la radio, hoy no te dejan entrar con un aparato, eso pues se lo arreglarían al árbitro, tienen miedo de alguna agresión, pero la gente iba con la Spica a la cancha, se ponía la radio en la oreja y miraba el partido, mientras escuchaban los relatos. En 1968, Radio Mitre hace su primera transmisión estereofónica. Para hacerlo tuvo que usar dos frecuencias, su emisora en el 790 LDL y la de Radio Antártida en el 1190. En cada una de las frecuencias se emitió uno de los dos canales. Los oyentes debían sintonizar dos aparatos simultáneamente para poder escuchar en estéreo. Hacia 1966, el magazine gana presencia en la radio. El programa Generación Espontánea en Radio Belgrano se emitía de 2 a 5.30 de la mañana. No solo fue el primero que se emitió de madrugada, sino que fue el semillero de reconocidos periodistas, luego televisivos, como Santo Biasatti y José Becerra. En 1969 se empieza un programa que marcará la historia en Radio El Mundo. Rapidísimo, de solo media hora de duración, de 9.30 a 10 de la mañana. Con el tiempo cambió de frecuencia, de duración, de horario, pero duró 35 años en total. Algo similar pasó con Hugo Guerrero Martínez, con el Show del Minuto, que nació en 1967 y duraba 6 horas. Fue pionero en invitar a los oyentes y también en convertir a los silencios en una marca radial. El show del minuto, comprendido. ¿Su nombre? Nélida. ¿Cómo? Nélida. Gracias, Nélida. Buenas tardes. La radio empieza a tener el estigma de música de fondo, pero hay algo que la salva del segundo plano, la primera mañana. Para ese momento, entre las 6 y las 13 horas, la audiencia superaba a los 7 millones de oyentes con Fontana Show a la cabeza. Y el tiempo aquel que era mejor, era por Fontana Show. Se asienta la división entre AM Información y FM Música. La radio deja de ser entretenimiento en vivo y se convierte en servicio. Con la masificación de los cassettes y las dobles caseteras, comenzó a desarrollarse la piratería por copia y las playlists con temas musicales seleccionados por los oyentes, ahora también oyente-editor. También se empieza a erosionar la figura del locutor tradicional. Y aquí, como nos cuenta el locutor Luis Salerno, también tuvo que ver la evolución tecnológica. Se utilizaban los discos para los jingles, eran discos de acetato de 78, tienen un corazón de aluminio, y arriba acetato donde se grababan los jingles. Con el tiempo, y yo fui testigo en el año 82, 83, yo estaba ahí en esa época como locutor en Radio del Plata, llegó un señor presentando un método para no utilizar más los jingles grabados en acetato, iba a ser más cómodo hacerlo en un cassette en punta. Bueno, trajo ese método, se instaló en Radio del Plata, empezaron los casetitos en punta, con los jingles grabados, en lugar de utilizar el acetato en 78 que se usaba en una bandeja de disco, era más práctico para el operador inclusive. Pero digamos que en el fondo fue un poco el comienzo del fin del locutor de turno en la radio, en la lectura de los avisos en vivo, porque con eso se empezaron a grabar primero los avisos institucionales de la radio, y luego finalmente empezaron a aparecer avisos grabados por los locutores, por agencias, y en todas las radios el mismo locutor, y bueno, salía más barato. En 1975 nace el Tren Fantasma por la novedosa frecuencia modulada de Radio Rivadavia, conducido por Omar Serasuolo. La SM de Rivadavia se llamaba SMR, era una nueva AM para los jóvenes que creó un nuevo perfil de oyente, más cultural, más libre. El Tren Fantasma. Nadie nunca hizo jamás esto, pero es nada más que atrevimientos. Establezcan una fecha, qué manía, qué absurdo establecer una fecha. Karim Cohen, periodista y locutora de Radio Televisión Argentina, nos cuenta. Lo que había antes era audiencia en vivo, salía más la audiencia en vivo en charla con el conductor. Animaba a otros a participar, por lo tanto era un ir y vuelta muy fluido, muy fluido y muy cercano, muy familiar. Hay una frase que yo digo siempre, pero que creo que pinta por completo lo que significa un medio, la radio como medio de comunicación, que es, la radio es como estar en la cocina, tomando mate, cafecito, desayunando. La tele es estar en el living. Cuando vos recibís visitas en el living, hasta te sientas distinto. La FM empieza a tener fuerza en los 90, profunda fuerza, para competirle a la AM. Antes no existía, la FM era solo música y los programas de FM empezaban a ser con tanto fuerza como los de la AM, que eran los únicos y líderes totales de audiencia que no escuchaba radio, escuchaba AM. Éramos una corriente, incluso un poquito previo a mí, que empezaron a ser una FM fuerte, de programa, con audiencia, sobre todo en la noche, y después se extiende al resto del día en periodístico. En FMAR también se consolidaba otra estrella, Juan Alberto Badía, primero con Piedra Libre y después con Imagínate Flecha Juventud. Buenas noches, Imagínate. Con Graciela Mancuso. Recuerdo que había un programa del Beto Badía a la mañana en FMAR, vos elegías un tema, con los oyentes se hacía una cosa muy linda, elegías un tema, llamabas por teléfono, elegías un tema, dejabas el número de teléfono y ellos te llamaban después y te hacían una nota porque habías elegido ese tema. Y yo recuerdo que a mí me llamó el Beto y mirá vos, después de muchos años, cuando tuve la suerte de trabajar con él, se lo comenté, y él también marcó un hito dentro de la radio, lo que hizo después en la televisión, un tipo con una impronta muy particular, muy especial, que ha cambiado en muchos casos la forma de hacer radio, la forma de hacer televisión. Recién en este momento, la radio se empieza a medir un poco más. Si bien existía AIPSA desde 1960, en 1972 nace Mercados y Tendencias. En 1998, IVOPE absorbe a AIPSA y poco después también a Mercados y Tendencias. El retorno de la democracia ayudó a que la radio cambie de piel. Entre el 84 y el 89, Radio Belgrano fue responsable de un nuevo modelo creativo, con fuerte contenido político, uso de lenguajes, incorporación de nuevas temáticas. Le dio pelea al estigma, ruido de fondo y se hizo escuchar. Especialmente a partir de la recuperación democrática, coincidente con esa apertura, el oyente pasa a ser un gran personaje. Al principio dejaba mensajes que los productores tomaban a mano y le entregaban a los conductores, que los leían. Luego llegaron los contestadores telefónicos y más adelante, hasta hoy, equipos cada vez más sofisticados. Y bueno, no solo se convirtieron en personajes los oyentes, sino que se convirtieron en parte de los contenidos. Pobre aquel programa que no recibiera llamados, que no recibiera mensajes de sus oyentes. En 1980, según ITSA, en Buenos Aires y Gran Buenos Aires circulaban 970.000 autos particulares y 25.000 taxis con radio. La radio sale a la calle no solo con los autos, sino también con la llegada del Walkman, que incorporó radio a partir de 1987. Junto con el equipo, se vendían los auriculares MDR-3L2 de Sony, que cambiaron la manera de escuchar radio. Además, eran compatibles con cualquier dispositivo que tuviera salida MiniPlus. El eslogan decía, usa un Walkman y mira el mundo y toda nuestra nueva vida. En 1985, nace Rock and Pop, la FM de Radio Buenos Aires en la frecuencia 106.3, conocida como el Woodstock argentino en la era del vinilo. Radio Van Gogh, su book insignia, influyó en el resto del dial, tanto en su sonido como en su estética. Fue innovador en calidad de audio y en efectos especiales, cortinas, secciones y producción. Se consolida la palabra artística para nombrar productores y operadores. Radio Van Gogh. En 1986, Mario Pergolini hace Feedback, nombre que marcaba el ida y vuelta que tenía con sus oyentes. También es el momento de La Negra Elizabeth Bernaschi, que empezó en 1982 junto a la Alomir en Radio del Plata. Fiel es exponente de esta nueva radio descontracturada, pero también hablada. Pero algo pasó en el éter como antesala de lo que vendrá. El oyente, además de tomar la palabra, tomó la producción real. En los años 80, ya en democracia, oyentes se hicieron cargo de dos programas de Radio Belgrano. Sueños de una noche de Belgrano, el programa que hacían Martín Caparrós y Jorge Dorio, y el programa que hacía Eduardo Aliberti sin anestesia. Lo habían levantado a sin anestesia, ahí en Radio Belgrano, y hubo una asociación de oyentes que se hizo cargo del programa. Durante bastante tiempo, por lo menos un par de años, lo bancó. Como siempre, esos grupos en la Argentina nacen para fracturarse. Esos grupos que funcionaron también en la manera de asociaciones civiles, partían del deseo de los oyentes expresado en una frase. La frase era, quiero hacer radio. Eso se volvió consigna y en muchas radios, oyentes pudieron cumplir su sueño, compraron o alquilaron un espacio, experimentaron, probaron, les gustó o no les gustó, bueno, eso ya es otra historia. En 1987, los oyentes de sin anestesia, antes de darse por vencido, armaron una cadena telefónica para evitar el fin del ciclo, después una asamblea, juntaron firmas y más de 3.000 marcharon a la Casa de Gobierno sin poder cambiar la decisión. Y como cuenta Carlos Udanovky, devino en una cooperativa llamada Asociación Civil de Oyentes por la Libre Expresión Sin Anestesia. Mientras tanto, aquí, en la gran ciudad, una nueva hora comienza. Entre el 85 y el 89 nacen FM 100, FM Tango, FM Aspen y FM Horizonte. FM Tango, la radio de Buenos Aires. En ese año, el mapa radial contaba con 60 emisoras, pero solo dos años más tarde, serían más de 2.000. No solo se multiplicó la oferta, sino que nacieron las radios musicales, se segmentó la audiencia y explotó la artística. Karen Cohen nos cuenta su recorrido en Radio Mitre desde 1989, apenas se recibió cuando Anselmo Marini la había buscado en la Escuela Isar como talento. El feedback fue inmediato, yo arranqué en un programa llamado Noche Latina, con Juan Carlos del Misiar, que todavía está en actividad, el pelado, con música latina. Y ahí lo conocí a Sandro, por ejemplo, y a otros artistas maravillosos que Juan Carlos presentaba, y yo era su locutora comercial. Tuve la oportunidad de grabar siendo la voz del Estadio de Boca, también en la época de Caldiero. Por lo tanto, el raporto, la audiencia fue tremendo. Después de ahí pase a la FM, FM 100, y ahí fue total, porque yo atendía a la audiencia con mi telefonito ahí en la mesa, y mis libros de Top 40. Antes no había Google ni Internet, por lo tanto toda la información venía a través de los cables de noticias y libros. En 1990, según Multimedios y Marketing, en cada hogar de Capital y Gran Buenos Aires había un promedio de 5,4 aparatos. En el 92, ya la audiencia de la FM igualaba a las de la AM durante la mañana, y la superaba durante la tarde y la noche. En 1993, el Guru Argentino de Radio informa que más de 12 millones de personas escuchan radio. Por primera vez, la FM supera a la AM. Y los llamados telefónicos ya eran la marca de radio. En 1994, un relevamiento de la revista La Maga contabilizó entre 30 y 50 llamados por hora en cada una de las radios de Buenos Aires. Ese fue el promedio. Santo Aviasati recibía, en su programa Contacto Directo de Radio Rivadavia, entre 300 y 600 llamados por hora. Luisa Delfino, en su programa, recibía 1.000 llamadas mensuales, 50 diarias. A fines de los 90, los celulares empiezan a ingresar a la escena radial. Aún sin Internet, pero con antena, los Nokia y Motorola ofrecían radio con un chip dedicado para tal fin. De la mano con este adelanto, se populariza Internet, y el 13 de mayo de 1997 se emite el primer programa de radio en la web. Hola, buen día, las seis y media de la mañana. Hoy es martes 13 de mayo de 1997. A partir de este momento, por primera vez, estamos saliendo, en vivo, en directo, en tiempo real, por Internet, a todo el mundo. Internet permite romper con las dos barreras que tenía la radio, porque dependía de la altura de la antena, y de la prolongación de la onda, y del momento en vivo. Internet llega a todas partes, todo el tiempo. Desde los 2000, se cocinó a fuego lento un panorama que fue vistiendo a la radio de diferentes trajes. Radio online, grabada, diferida, cortada, con o sin video, con o sin frecuencia que la transmitiera. En ese momento, el 90% de los programas se nutrían por llamados telefónicos de los oyentes. En la actualidad, también. La escucha de la radio creció incansablemente desde su aparición. Si ya en los años 70, el 33% de los argentinos contaba con un equipo de radio, en los 90, esa cifra ascendía al 60%, con 665 receptores por cada mil habitantes. En el 2008, Argentina contaba con 1870 emisoras radiales. En 2024, según Enacom, sobreviven 261 emisoras de AM, y 7538 de FM, entre radios autorizadas y con licencia. Pero, para. Perdón que me meta. ¿Y los oyentes? Claro, Félix. Los oyentes son los protagonistas de esta historia y casi, casi tienen un día. La iniciativa del Día del Oyente fue promovida en el 2012 por el periodista Pablo Martín, que investigó los distintos acontecimientos de la historia de la radio a donde la audiencia había sido protagonista. Hubo un caso que los marcó a todos, y en honor a ese oyente, propuso el 7 de marzo, en un proyecto de ley que, si bien fue aprobado, en la Cámara de Diputados por unanimidad, nunca prosperó en el Senado. El día elegido corresponde a la muerte de Horacio, un oyente del programa Te Escucho, de Luisa Delfino. No hay grabación de esa emisión, pero sí está ella, que nos cuenta la historia. Al comienzo del programa, en el 91, 92, cada oyente era una historia impresionante. Porque nosotros planteamos desde el principio que queríamos que nos contaran, que me contaran situaciones de lo íntimo, de lo privado, personales. Me pareció que era una forma maravillosa para que la radio no solo sirviera de acompañamiento, sino que tratara de dar a conocer a la gente. Y de pronto aparece Horacio. No sé si fue fin del 91 o 92. Y me dijo que ese día se había enterado que tenía sida. Me dijo sida porque en esa época no era tan común decir HIV, ¿no? Y que se había enterado que tenía sida. No era tan común decir HIV, ¿no? Y que estaba muy choqueado, y hablamos un largo rato, y que tenía que hacer un tratamiento, pero que eran tratamientos absolutamente nuevos, que no había nada específico. Yo le propuse que si él necesitaba desahogarse y contarme que no había problemas, solamente teníamos que saber para llamarlo. Y entonces me dijo que iba a llamar un día por semana para ir contando cómo evolucionaba. Y así estuvimos durante casi un año. Y por supuesto que su situación iba desmejorando. Y él lo contaba. Un día me llamó y me dijo que quería despedirse porque no se estaba sintiendo nada bien y quería despedirse. Él salió al aire y dijo cosas muy lindas. Le dijo a la gente cosas muy lindas. Y les dijo que había sido maravilloso para él haberlo hecho. Y se despidió de todos nosotros. No sé cuánto tiempo después llamó la hermana a la producción y les dijo que Horacio había partido al otro plano. Cuando me lo dijeron, se quebró algo en mí muy fuerte. Pude decirle a los oyentes, agradecerles, a la compañía, y les dije que Horacio se había querido despedir de ellos. Le pedí al operador que pusiera una canción. Y cuando la puso, me senté en el piso y me puse a llorar desconsoladamente. Lo cual era alguien con el que hablaba todos, todas las semanas. Y que se había creado un vínculo, un vínculo muy fuerte. Y que por eso el dolor y el llanto y esa situación tan terrible. Y debe ser también por esa razón que cuando me preguntan de algún oyente, en primer lugar aparece Horacio por su historia dolorosa y al mismo tiempo por su lucha por la vida. Y después un montón de otros oyentes que sí recuerdo sus nombres. Y sí sé dónde están ahora, porque gracias a las redes me han escrito y me han dicho, bueno, soy tal, soy cual, estoy en este lugar, estoy haciendo esto, estoy haciendo lo otro. Aquí termina, ¿Qué hay de nuevo viejo? ¿Qué hay de nuevo viejo? Por ahora, gracias por escuchar. ¿Qué hay de nuevo viejo? es una producción de Claudia Román e Irina Stanley y forma parte de la tecina de graduación de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Música original Ignacio Montoya Carlotto. Entrevistados en este capítulo por orden de aparición Carlos Ulanowski, Felix Taylor. Oscar Bosetti, Luis Salerno. Karin Cohen, Luisa Delfino. Locución, Felix Taylor. Dirección de la tecina, Martín Becerra. Diseño gráfico, Daniel Ross. Agradecimientos, Luis Salerno. Luis Salerno, Soledad Giardi, Fernando Cacurri, Jan Fiñicillo, Patricia Portia, Francisco Carameo, Aníbal Ferrante, Archivo RTA, Archivo Encuentro, Archivo Jorge Arabito y a las audiencias que conservan el material de archivo en Facebook y Youtube y los que más cuidan nuestro patrimonio. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

Listen Next

Other Creators