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Desayunando con Jesus 1 Corintios 5 Parte V

Desayunando con Jesus 1 Corintios 5 Parte V

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En este Podcast miraremos por que Pablo se refiere a la levadura, a los panes sin levadura a nuestra Pascua que es Cristo Jesús y aprenderemos que la "tolerancia" de la comunidad de Corinto ocultaba a una Iglesia débil de carácter.

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In this recording, the speaker discusses the importance of removing sin from our lives, using the metaphor of yeast and unleavened bread. The speaker explains that just as a little yeast affects the whole batch of dough, a little sin can influence the whole church. The speaker emphasizes that Christians should not be proud or complacent about sin, but should strive for purity and sincerity. The speaker also discusses the significance of the Passover festival in the context of removing sin and being covered by the blood of Christ. The speaker encourages listeners to live in the purity of the Passover, free from the bondage of sin. ¡Bendiciones familia, muy buenos días! Hoy en Desayunando con Jesús, vamos a continuar este viaje por Primera de Corintios capítulo cinco, donde nos vamos a ir a revisar algunas de las frases claves como levadura, como leudar, como masa, que están expresadas en esta parte, indicando que es un foco de infección. Pero bueno, vamos a entrar a la lectura, para empezar a desmenuzar un poco y un poco más este tema que nos presenta Pablo en la primera carta a los Corintios, que hoy por hoy se puede aplicar a nuestras vidas. Bien, sin más, leamos Primera de Corintios capítulo cinco, versículo seis, donde dice, un poco de pecado influencia al grupo entero, es lo que quiso decir Pablo. Cuando les dice, no es buena vuestra jactancia, ¿no sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? No es buena vuestra jactancia. ¿Qué es lo que les está diciendo Pablo? Y esto ya lo indicamos en el libro anterior. De nuevo, los cristianos corintios estaban orgullosos, por decirlo así, y complacidos de ignorar el pecado notorio de este hombre, de aquel que estaba en plena fornicación con la esposa de su padre, con su madrastra. Ellos pensaron que mostraban al mundo entero cuán amorosos son, cuán abiertos de pensamiento son, y por supuesto, como entendiendo que es parte de la iglesia, el permitir que una persona que ha escuchado la palabra de Dios, que ha recibido el mensaje de salvación, que se ha involucrado en movimientos internos de misión, incluso de células familiares, por ponerlo en un contexto actual, ahora tenga una relación en este sentido. De ninguna manera puede ser permitido. Entonces, no muestras amor a una persona cuando sabes que tiene que tomar una medicina y no quiere hacerlo porque le parece que ya está sana. Este podría ser un ejemplo práctico como para comparar. Y es, en verdad, una expresión muy grande de necedad. Yo conozco personas que actúan así, que sabiendo que necesitan una medicina, no la toman porque piensan, de acuerdo a su sentir, que están sanas. Y finalmente, los diagnósticos terminan en desastre. Entonces, podríamos decir que Pablo estaba con certeza preocupado acerca del pecado de la iglesia entera, especialmente del liderazgo, que del pecado de este hombre que estaba en absoluta fornicación. Ambos son importantes, pero el pecado de la iglesia para Pablo era peor. Es decir, el pecado que manifestaba esta congregación al ser permisivos con esto, mostraba que hay algo que no había sido entregado a Cristo Jesús. Un poco de levadura leuda toda la masa. La levadura mencionada no es solamente levadura, sino un poco de la masa pasada del lote anterior. Es decir, como en la preparación de una masa de pan, se utiliza una masa que se fermentó para poder hacer como masa madre, es lo que está refiriéndose Pablo. Pero específicamente lo que él está dándoles a entender es que nada de lo anterior, nada de sus pensamientos, de su cultura, de sus acciones anteriores, de sus costumbres anteriores, antes de conocer a Cristo Jesús, podrían permitirse tener dentro de su nuevo ser, es decir, después de haber nacido en Cristo Jesús nuevamente. El viejo hombre que fue crucificado juntamente con Cristo, dejó muchas enseñanzas y acostumbró a la carne a vivir bajo el cumplimiento de sus necesidades. Es decir, el espíritu sometido a la carne. Por lo tanto, esta carne va a reclamar siempre esta condición de querer satisfacer sus necesidades conforme a lo que estaba acostumbrada. El momento en que se produce ese milagro de gracia, de recibir a Cristo Jesús, de cambiarnos el espíritu por un espíritu nuevo, y entrar el Espíritu de Dios a morar en nosotros, es cuando la batalla interna comienza a librarse. Una batalla que Cristo ya venció, pero que nosotros no hemos vivido con Él. Por lo tanto, necesitamos de toda la ayuda que Dios ha provisto para poder salir más que vencedores. No porque nosotros venzamos, sino porque el que vence es Cristo. Parecería un poco complicado entender esta parte, pero en realidad vivirlo aclara todo. Mientras nosotros, bajo nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y acciones, queremos seguir viviendo con la cotidianidad que vivíamos, o que estamos acostumbrados a vivir con Cristo Jesús en nuestras vidas, pues esa lucha se va a dar, porque Cristo va a ponernos el camino, la verdad y la vida. Bien, vamos a continuar revisando estos temas porque son bastante, bastante interesantes. Entonces, luego más adelante, después de decirles que no está de acuerdo con la jactancia que ellos tienen con esa forma de mirar el pecado en este hombre, Pablo dice, limpiados pues de la vieja levadura, para que seais nueva masa, sin levadura como sois, porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros, así que celebremos la fiesta no con la vieja levadura, ni con la levadura de la malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. ¿Por qué Pablo habla en este sentido? Bueno, dentro de las costumbres que el pueblo de Israel practicaba y practica hasta ahora, está la fiesta de la Hag Hamatzot, la fiesta de los panes sin levadura, que está unida a la fiesta de la Pesach o de la Pascua. Estas dos fiestas están absolutamente conectadas. Entonces, en esta fiesta de los panes sin levadura, hay un proceso que se hace previo a entrar en la celebración de los siete días de panes sin levadura. El día anterior a iniciar esta celebración, el pueblo de Israel tomaba todo lo que podría significar levadura y lo sacaba de su hogar, literalmente lo sacaban. Limpiaban hasta el último grano de levadura, de harina, de cualquier cosa que pueda representar esta imagen de contaminación con levadura que leude y que haga una proliferación de algo que no debería estar en nosotros. Entonces, esta costumbre está hecha para poder recordar que antes de salir de Egipto, la gente vivió un proceso de restauración, mientras los egipcios, la carne, nuestra carne, poniéndola así ahora, recibía su merecido porré del día del faraón, Israel era conservado para la liberación definitiva. A esto es a lo que se refiere Pablo cuando dice que entreguenlo a Satanás para que su carne haga las consecuencias y su espíritu sea en verdad salvo el momento en que venga Cristo Jesús. Este proceso se ve cuando en Éxodo nos hablan de las plagas de Egipto, de la forma como el faraón, como el ego, como nuestras emociones, nuestra cultura, todo lo que tenemos como entorno durante mucho tiempo, 420 años vivió el pueblo de Israel sometido a las costumbres egipcias, a todo lo que hacían los egipcios, y la esclavitud que imponía el faraón hacia Israel. Llega Dios con su mano alzada a liberar a su pueblo, y es cuando empieza a atacar todo lo que está en contra de él para finalmente liberar a Israel. Lo mismo pasa en nosotros. Dios, al momento de darnos esta salvación, Cristo en la cruz venció todos nuestros pecados, venció a la muerte, venció al mundo, ¿por qué? Porque pagó el precio de la justicia de Dios. Entonces, durante la salida de Egipto se reveló en el mundo la divina providencia, esta providencia que promete que nos hará llegar hacia Él en una forma segura, con un camino, con una verdad, manteniéndonos con vida. La matzá, o el pan sin levadura, se debe a que en los tiempos donde fue liberado el pueblo de Israel, los israelitas no alcanzaron a leudar el pan hasta que se reveló a ellos el rey de reyes, el bendito sea, y lo redimió. Esto significa todo lo que se ve en la liberación del pueblo de Israel. Pero la palabra pesach significa pasar por alto, pasar por alto. Cuando se sacrificó el cordero y su sangre fue puesta en los dinteles de las puertas de las casas de los israelitas, el ángel de la muerte pasó por alto de esas viviendas y sólo se dirigió hacia el lecho donde no había la cobertura de la sangre del cordero. Y ahí ejecutó su juicio de muerte, el juicio que había sido entregado por Dios Todopoderoso para aquellos que no tenían la cobertura la protección de la sangre del cordero. Es por esto que Pablo recuerda todos estos elementos que la gente que estaba involucrada sobre todo con las costumbres israelitas judías y que se conocían, podrían tener como una explicación ampliada para darles el sentido a lo que está Pablo refiriéndose. La levadura, el pan sin levadura, la verdadera Pascua. Cristo es nuestra verdadera Pascua. ¿Por qué? Porque por Él, nuestro Señor y Dios Todopoderoso pasa por alto nuestras transgresiones. No porque es un Dios injusto que permite que como los corintios en su momento ver el pecado y decir, bueno, no pasa nada, no pasa nada, no, no, no, no. Ese paso por alto tuvo un precio, que tanto como en Egipto como en el Calvario murió el cordero y pagó con su vida para que pueda la sangre ser la señal de pureza, de limpieza, de pago de pacto, es decir, del precio de la justicia de Dios para que todos aquellos que tengan esa cobertura sean pasados por alto. Y ahí, claro, Pablo les dice, porque nuestra Pascua que es Cristo, o sea, nuestra pesa o nuestro pasar por alto, Jesús es en efecto nuestro cordero de Pascua, cuya sangre fue derramada para que el juicio de Dios pudiera pasar sobre nosotros. Por tanto, debemos vivir en la pureza de la que habló la Pascua. Es decir, no podemos volver a mantener en nosotros esa vieja levadura. Para poder nosotros tener esa limpieza profunda que los judíos hasta ahora hacen en sus casas, con ese simbolismo de que ellos deben guardarse libres de toda levadura, bueno, físicamente nunca lo vamos a lograr. ¿Por qué? Porque definitivamente nosotros tenemos esa tendencia de hacer el mal. Y, por supuesto, mientras estemos en estas condiciones, nosotros vamos a continuar luchando como el faraón, tratando de mantener esclavo a Israel. Pero esa lucha ya fue ganada. Israel ya es liberado. Tú y yo fuimos liberados de esa opresión. Tú y yo fuimos liberados de la esclavitud de Egipto, de la esclavitud de la carne. Claro está que después, apenas salidos un mes de lo que es la esclavitud de Egipto, muchos de los que se mezclaron y que salieron mezclados con los israelitas, y muchos israelitas en el desierto, empezaron a pedir lo mismo que tenían en Egipto. ¿Por qué? Porque estábamos acostumbrados a tener lo que el faraón nos proveía, y pensábamos que eso era bueno. Y claro, el cambio era radical. Sales al desierto a la nada, pero vas a estar conmigo. O te puedes quedar en la comodidad del faraón siendo esclavo, y teniendo lo que él piensa que es bueno, dándote cosas que en definitiva te van a terminar destruyendo totalmente. Acá la esperanza está puesta, no en lo que ves, sino en quien te conduce. En el otro lado la esperanza estaba puesta en lo que mirabas, en lo que recibías. Aunque, para obtener los puerros y los algarrobos que tenían ellos como comida, tenías que pasar total y absoluta extrema esclavitud, maltrato, tenías que pasar denigración, tenías que pasar humillación y tantas cosas. Esto también demuestra algo muy práctico. Que ningún sacrificio humano mío, por decir que pueda llegar a soportar, me garantiza que yo esté bien delante de Dios. Porque si te pones a observar, ¿420 años de esclavitud no fueron suficientes para pagar el precio de la libertad de Israel? Es decir, para que ellos tengan como la ventaja de ser librados de toda culpa? Pues no. El propósito de liberarlos de la esclavitud de Egipto no era decirles ahora vayan y hagan lo que quieran y son libres y no me deben nada. No. Es conducirlos bajo sus alas en el proceso de llegar a establecerse en un lugar para que reconozcan que sólo por medio de Dios, ellos obtendrán salvación. El único medio que Dios ha provisto para salvación es Cristo Jesús. ¿Por qué? Porque de la misma estatura o del mismo tamaño de la transgresión de la esclavitud de Egipto hecha ante Dios debe ser el pago de su justicia. Adán y Eva transgredieron de una forma que ninguno de nosotros puede pagar. Porque es delante de Dios quienes hicieron tanta maldad a Adán y Eva. Porque es la verdad. Que merecieron ser expulsados. Pero aquí desde aquí ya se pone en manifiesto que Dios tenía un plan de salvación. Porque como contigo o conmigo Dios pudo plenamente habernos determinado a morir sin conocer a Cristo, sin saber nada de esto, sin decir absolutamente nada. Y este hecho hubiera sido un hecho de justicia total. Pero no. Él decidió salvarnos. No porque lo merezcamos. No porque Él es así. Su naturaleza es así. Es Dios. Nadie puede levantar un juicio contra Él. Y si se cree con esa naturaleza y capacidad, pues debe estar preparado para recibir el juicio de Dios. Y el juicio de Dios es perfecto. Entonces, resumiendo, Pablo les cita esta parte de la levadura. Les dice que no deberían tener levadura porque ya se celebró la Pascua, los panes sin levadura definitivos, ya somos limpios porque ya se ejecutó las profecías de Ezequiel, de Jeremías en nosotros. Cuando nos dice que nos va a quitar nuestro corazón de piedra, nos pondrá uno de carne, nos pondrá un nuevo espíritu y pondrá el Espíritu de Dios en nosotros. Pero previo a eso nos va a lavar con agua limpia. Y dice no para que nadie les enseñe, sino para que ustedes obedezcan mis estatutos y mis leyes y vivan bien. Y por supuesto, lleguen nuevamente a mi presencia. Entonces Pablo, al ver esta flagrancia de pecado en la comunidad de Corinto, les dice a los corintios, no pueden permitir esto. Ustedes no se dan cuenta de que esto ni siquiera debería nombrarse, peor permitirse estar. Por eso ni se junten con esa persona, no se mezclen. Y claro, no les está diciendo no se mezclen y háganse a un lado y vivan aparte del mundo como muchos de los monjes en monasterios y aislados y enclaustrados. Ese no es el pensamiento de Pablo y tampoco es el pensamiento de Cristo. Porque si hubiera sido así, hubiera dicho bueno háganse grupitos y quédense ahí hasta que nadie los toque. Y no es cierto. Cristo dijo vayan y hagan discípulos a todas las naciones, mezclense, pero no sean la levadura que contamina, no se dejen pegar de esa levadura. Ustedes sean la levadura del reino. Porque Cristo Jesús lo dice, lo dice en Mateo 13.33, dice el reino de los cielos es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso solo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa. La función de la levadura está dada para ilustrar tanto como nosotros podemos ser una parte de impacto en la vida de las personas, o como todavía nosotros nos dejamos impactar por ellos. Cuando Cristo mismo también les dice en Mateo 16, les dice, estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y los saduceos. ¿Por qué? Porque les está diciendo no, dejen que se contaminen. Ustedes son como un grano de mostaza, ustedes son el trigo, no la cizaña. Y todas esas referencias están previas en Mateo 13. Y al final también dice, es como levadura que se pone en la masa y leuda toda la masa. En fin, Cristo Jesús es nuestro Señor y Dios. Cristo Jesús es quien nos libró de todo lo que nosotros antiguamente estábamos dispuestos a sostener en nuestras vidas. Ahora no. Con Cristo somos más que vencedores. Bendiciones hasta pronto. Subtítulos por la comunidad de Amara.org

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