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Desayunando con Jesús 1 Corintios 5 Parte IV

Desayunando con Jesús 1 Corintios 5 Parte IV

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este Podcast resolveremos preguntas como ¿Será que Pablo exige a los Corintios ser una iglesia de perfectos santurrones? ¿Será que Pablo desea que aquel que esta en pecado se condene, contradiciendo lo dicho por Jesús ? Escuchemos lo que el Espíritu Santo de Dios nos revela en este capitulo 5 de 1 de Corintios.

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Transcription

In this episode of "Breakfast with Jesus", the speaker discusses the dangers of religious complacency and the importance of addressing sin within the church. They explore the idea of judging others and clarify that it is not hypocritical to hold others accountable while recognizing one's own faults. The speaker also explains the concept of delivering someone to Satan as a means of removing them from the protection of the church and allowing them to face the consequences of their actions. The ultimate goal is to bring them to a place of repentance and restoration. The speaker emphasizes the importance of discipleship and warns against merely seeking followers instead of true disciples of Christ. They also discuss the need for the church to confront sin for the sake of both the individual and the congregation. The speaker concludes by highlighting the potential for growth and transformation that can come from facing the consequences of one's actions. Bendiciones familia, muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a continuar en esta larga parada que hemos hecho en Primera de Corintios capítulo 5 donde hay algunos aspectos que relata Pablo en su escritura hacia los Corintios que merecen una segunda vista y hasta una tercera y porque no, hasta una cuarta vista o revisión para entender a profundidad lo que nos está mostrando Pablo en el día de hoy y que se los dijo a los Corintios en su tiempo. Bueno, hemos visto hasta ahora que uno de los peligros más grandes y los riesgos más grandes que puede correr una persona que se dice ser cristiano es que experimente únicamente una religiosidad, una cultura religiosa que lo haga sentir que está bien con Dios cuando en realidad su espíritu, su mente, su cuerpo, sus pensamientos están total y absolutamente en contra de la voluntad de Dios expresada en su palabra. Vamos a revisar algunas cosas en este día sobre lo que dice Pablo en Primera de Corintios cuando habla específicamente sobre lo que va a pasar con la persona que ha sido encontrada o ha sido expuesta con este grave pecado de fornicación con su madrastra y dice el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. Esto puede ser interpretado de una forma muy, muy abierta y muy a la ligera, pues en verdad podría determinarse como que qué festín le estamos ofreciendo a Satanás si estamos expulsando a los miembros de una santa y una revelada congregación que está totalmente entregada a Cristo Jesús, entre comillas, y claro, aparentemente el camino más fácil es sacarlos y deshacernos del problema. Entonces, como quien diría por ahí, muerto el perrito, se acabó la rabia. Bien, vamos a ver un poquito también sobre el por qué Pablo dice de una forma categórica, ciertamente he juzgado. Él dice que ha juzgado a esta persona. Bueno, la primera interrogante que nos podría saltar aquí es, ¿está Pablo desobedeciendo lo que Jesús dijo en Mateo 7 del 1 al 5? Donde dice Jesús, dice, Nuestro Señor y Dios, no juzguéis para que no seas juzgados, porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? Esto dice Jesús en Mateo. ¿Está Pablo yéndose en contra de esta enseñanza de Mi Señor y Dios? Bueno, creo que Pablo no está siendo desobediente en lo más mínimo, porque vamos a revisar. Esto Jesucristo les dice a los fariseos. Los fariseos eran personas que cultivaron mucho tiempo una cultura religiosa, y se imponían o imponían mantos de piedad, y por supuesto se sentían bajo esa autoridad dada por ellos mismos, con la capacidad de juzgar a alguien más. Pero lo que está prohibiendo Cristo Jesús es que se emita un juicio hipócrita. Juzgar a otros por un estándar por el cual nosotros mismos no queremos ser juzgados es un acto de hipocresía. Pablo está perfectamente dispuesto a aplicar los mismos estándares a él mismo cuando habla de que ha juzgado a esta persona. Entonces, ¿es malo juzgar a alguien? Bueno, si lo haces de acuerdo a la perspectiva de un juicio hipócrita, es decir, donde tú no te puedes exponer a la misma cantidad de leyes que puedan aplicarse para juzgar los hechos de aquel que tú estás imputando un pecado, entonces eso se llama juicio hipócrita. Por lo tanto, ahí mejor me quedo callado y busco la manera de poder ayudar a esta persona sin necesidad de emitir un juicio. Muy bien, entonces, hemos determinado que Pablo no está, no está diciendo a él, básicamente, yo estoy juzgando porque me siento mejor que esta persona. No, él dice, yo, al emitir un juicio, estoy consciente de que el mismo, por ponerlo en el sentido de hoy, en una palabra moderna, el mismo escáner con el que le van a revisar al que estoy diciendo que está en un error, ese mismo escáner me van a pasar a mí. Bien, entonces, ¿cómo es que puede Pablo decir entreguenlo a Satanás? Si, eso más bien suena como a un premio, ¿no? Al ponerlo fuera de la iglesia, en el mundo donde el dominio del diablo es evidente, el castigo de remover la protección espiritual y la comodidad social de esa protección es el objetivo de mandarlo al mundo, es decir, no es desearle que le vaya mal. Dios con frecuencia nos protege de los ataques de Satanás, aun cuando ni siquiera nosotros nos damos cuenta, Él nos está protegiendo. Entonces, al decirlo, déjenlo que se vaya al mundo, es decir, déjenlo. Él está rechazando esa protección de nuestro Padre y Dios. Dios no va a obligarlo a que venga su protección. Nadie, en realidad, dice, te obligo a que te protejas conmigo. No, suena como a una imposición, algo que no está como concordante con la acción de protección, es como a tratar de secuestrar a alguien, decirle, te voy a proteger. En fin, entonces, al decir Pablo, entreguenlo a Satanás, está diciendo que se quede con el dominio de aquel que está buscándonos como un león a quien devorar, Satanás, y libérenlo de la protección espiritual y de esa comodidad y esa paz que nos brinda estar bajo una comunidad que siempre está pendiente de nuestro caminar. Y como hemos dicho, el punto es que no es brindarle a Satanás un festín para que haga pedazos a esta persona, porque hay personas que realmente salen de las iglesias sin necesidad de que nadie los expulse. Se van, y eso muestra que en este tipo de congregaciones han cultivado mucho esta cultura religiosa, esta religiosidad, pero que en verdad no han hecho nada para formar discípulos, para formar seguidores de Cristo. Ojo, hoy por hoy, muchos son followers o seguidores de Cristo. De hecho, si fuera medido por Facebook, por Instagram, Tik Tok y todas las redes sociales, Cristo ganaría millones de millones de dólares si tuviera esa perspectiva de formar solamente seguidores, personas que ven algo que les gusta, le dan un like, y ya seguimos adelante, pero me identifico con las cosas que dice esta persona en las redes sociales. Este no es el trabajo de una iglesia. Este no es el trabajo que nos encomendó Cristo Jesús, formar seguidores. No. Nos ordenó ir y hacer discípulos en todas las naciones. Discípulos son personas que deben ser mentoreadas, deben ser cuidadas, deben ser protegidas, deben ser dadas seguimiento, pero seguimiento no para ver qué está haciendo ni cómo lo voy a juzgar, sino saber que hay una continuidad de acciones que todo el tiempo, por una falta de experiencia o de aplicación, las personas pierden el norte en su vida cristiana, y ahí es cuando llega alguien que ha formado este discípulo como Pablo a los corintios y les dicen retornemos a la senda, yo voy a direccionarlos. ¿Por qué? Porque así como me hizo Cristo a mí derrumbándome de un caballo en el caso de Pablo, ahora yo voy a ser con ustedes direccionándolos y poniéndolos en la senda que los llevará a la eternidad con Dios Padre. Ahora, vamos a ver que lo que Pablo propone también sirve para el importante propósito de remover cualquier sentimiento falso de seguridad que este hombre, que está en pecado, pudiera tener entre la congregación de cristianos. Ellos no podrían sólo ignorar su pecado y dejar que él lo ignore, pretendiendo que no estaba ahí. Si el hombre rehusó enfrentar su pecado, la iglesia debe encararlo por él, por el bien suyo y el de ellos. Cambia la idea cuando revisamos esto bajo estos principios, porque en realidad, mirar por él, es decir, es una persona que está cauterizada su corazón por el pecado. Si una iglesia está cauterizada el corazón de la misma manera, entonces mostrará un nivel de tolerancia y ahí es donde la levadura hará su trabajo y se terminará contaminando todas las demás personas. El propósito de poner a este hombre fuera de la protección espiritual y comodidad social de la iglesia, era la destrucción de la carne. Pero hay que entender que la destrucción de la carne no implica que se destruya el cuerpo. Su carne es rebelde, sí, pero su cuerpo no. Este hombre, aunque es un cristiano, estaba en este tiempo dado a los pecados sexuales de la carne. Pablo está diciendo que a través de ellos, es decir, de la iglesia, el hombre debería ser entregado a las consecuencias pecaminosas de sus actos carnales, volvemos a decir, y la esperanza es que él, suena duro esto, al revolcarse en los resultados de su pecado, el impulso pecaminoso en esta área particular se ha destruido. ¿Cuántas personas conocemos que han pasado experiencias de esta forma? Cristianos que caen, que caemos, que hemos estado revolcados en el pecado y sólo esa experiencia de tener que pagar las consecuencias de todo el desastre que ocasionamos, al darnos cuenta de que por buscar un pedacito de placer carnal, impulsivo, sensual, desechamos y dejamos de lado la protección de Dios a nuestras vidas. No porque Dios no quiera protegernos, ni porque Él vaya a dejar de hacerlo, porque Él nos sigue protegiendo, incluso aunque no sintamos su protección, porque este hombre podría haber muerto en plena, digamos así, en el pleno acto de su pecado, y Dios hubiera sido absolutamente justo en dejar lo que pase esto, y su alma se hubiera perdido. Pablo aplica un principio fundamental que es la mejor forma de ganar una discusión a un necio es dándole la razón. Esta persona estaba necia en este tema, entonces Pablo llega y dice a este necio, déjenlo, denle la razón, vaya haga, siga entre comidas gozando de su pecado, pero sabemos que algún momento estas consecuencias van a destruir toda esta, digamos así, afición por pecar en la carne, y va a volverte al punto donde en verdad vas a reconocer como el hijo pródigo que tuviste todo, pero que desperdiciaste la herencia que tu padre te dio. La figura del pródigo encaja mucho en la idea de la propuesta de decir, dejen que este hombre vaya hasta el mundo, a Satanás, pague sus consecuencias en la carne, y vuelva cuando ya esté todo consumado. Bien, entonces, como cristianos, y todos sabemos esto, debemos pelear continuamente con la carne, porque aunque el viejo hombre está muerto, habiendo sido crucificado con Cristo, de acuerdo a lo que dice Romano 6.6, la carne aún vive, y esta carne, habiendo sido educada en pecado por ese viejo hombre, y la cultura mundana alrededor de nosotros, pues va a insistir en volver a tener esas condiciones de placer para satisfacer este deseo carnal. Bueno, Dios nos llama a ser compañeros con Él, a hacerle a la carne lo que Él hizo por Sí mismo al viejo hombre, crucificarlo. Esto está en Gálatas 5.24. Pablo espera que poniendo a este hombre fuera de la congregación de los cristianos corintios, lo lleve a crucificar la carne, y sus pasiones, y sus deseos, y vuelva a la congregación. Por lo tanto, si tú estás viviendo una cultura religiosa, posiblemente este sea el camino que vas a seguir, como este hombre que vivía en pecado durante el tiempo de los corintios. Y tengas que pagar consecuencias en tu carne, y tengas que tener experiencias terribles, que podrían haber sido simplemente evitadas con una firme convicción de que ya no vives tú, mas Cristo vive en ti. Este problema es esencial. La meta de la disciplina es clara, es la salvación, no la destrucción de su espíritu. Es la salvación del espíritu, es lo que ya hizo este hombre en algún momento. Pablo en esta carta muestra que somos falibles, que nuestra idea de continuar con Cristo Jesús, tiene que ser total y absolutamente puesta bajo el Señorío de Cristo. Aunque esta conducta de este hombre era claramente pecaminosa, y necesitaba una corrección severa, Pablo no le escribe como perdido para siempre. Es decir, él dice que pierda su carne para que su espíritu sea salvo cuando venga a Cristo Jesús. El uso efectivo de la disciplina de la iglesia es hacer que la persona que está en este conflicto existencial, pague un precio por sus acciones, pero se dé cuenta de que cuando eres escogido, cuando eres ya de Cristo, vas a volver a él. Toda la disciplina en la iglesia debe ser llevada a cabo con la actitud de restauración, no de condenación. Esto es algo fundamental. Pablo escribió también, si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, esto es en Segunda de Tesalonicenses 3, 14-15, dice, a éste señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence, mas no lo tengan por enemigo, sino amonéstenlo como a un hermano. Esto está en Segunda de Tesalonicenses 3, 14-15. Se dan cuenta la visión que cambia, porque parecería que Pablo llegó a determinar de una manera muy fuerte, determinante, fuera este pecador inmundo, que se pudra en el infierno. No, no hay para nada ese pensamiento. Y cómo va usted a juzgar a mi hermano que está en pecado? Usted no es nadie para juzgarlo, porque Cristo dijo que no juzguen a nadie. Bueno, no juzgues a nadie de una forma hipócrita. Pero cuando estás con Cristo Jesús, cuando el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo de Dios, te respalda en acciones de exhortación y disciplina, no es la persona la que está hablando ahí, es el Espíritu de Dios el que le dargüe de todo pecado. Y ojo, que pudiendo terminarlo, lo alejan para que tenga y viva su pecado, y por supuesto, pague sus consecuencias. Continuaremos hablando de este tema próximamente. Bendiciones. Hasta pronto.

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