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The coordinator of tutoring talks about the problems affecting institutional coexistence. The main causes of indiscipline among students are lack of understanding, attention, and negative emotions. These problems are related to unstable emotional states and negative opinions about themselves. These students have a negative influence on their peers and are often from dysfunctional homes. Other causes include different learning styles, reinforcement of negative behaviors by teachers, poor session planning, lack of punctuality, and focusing only on certain students. Strategies to address discipline issues include understanding student characteristics, removing labels, developing empathy, using clear rules, maintaining engagement, and avoiding comparisons. It is important for teachers to show interest and care in order to improve coexistence. Muy buenas tardes, estimado docente. Les habla Fanny Vera-Chercape, coordinadora de tutoría. En esta tarde nuevamente reunidos para hablar sobre problemas que están afectando a la convivencia institucional. Sabemos que los problemas de convivencia tienen diferentes aspectos. Vamos a mencionar las causas más comunes de indisciplina entre nuestros estudiantes. Primeramente, estos problemas se presentan debido a la falta de estrategias para comprender y captar la atención en clases. Como no comprenden, como no prestan atención, se aburren rápidamente y empiezan a fomentar desorden. Todo ello está relacionado con que poseen emociones negativas repetidas. No entienden, se aburren, molestan al docente, molestan a sus compañeros debido a que son inestables emocionalmente. Su fracaso escolar los lleva a tener una opinión negativa sobre sí mismos. Van a presentar ansiedad, inadaptabilidad, incompetencia y una tendencia a la derrota al enfrentarse a las mismas tareas. Estos estudiantes lamentablemente influyen de manera negativa en sus compañeros. Los arrastran a tener conductas inadecuadas a gran parte de la clase, inclusive a veces a todos ellos. Una característica principal de ellos es que retan al docente para comprobar dónde están los límites de sus advertencias y a la vez para probar en qué medida las amenazas cumplidas les pueden causar algún daño. Todos estos problemas que ellos presentan siempre van a estar asociados a problemas afectivos, a problemas de sus hogares donde carecen de afecto, carecen de atención por parte de sus padres. La mayoría de ellos viene de hogares disfuncionales, de padres separados, hogares en los cuales prima y reina el desorden. Por lo tanto, esta influencia negativa que reciben en sus hogares viene y lo exterioriza en las aulas de clases. También entre las causas de la indisciplina podemos mencionar los estilos de aprendizaje y ritmo de nuestros estudiantes. Sabemos que todos tienen diferentes formas y estilos de aprender. Hay hasta ocho tipos de inteligencias múltiples. Entonces el docente no está en la capacidad de diseñar varias sesiones para cada una de estos tipos de inteligencia, pero sí puede hacer uso de una serie de estrategias para mantenerlos ocupados. Tenemos también que estos problemas a veces se deben a que estas conductas son reforzadas por nuestros docentes. A veces, colegas, debemos hacer una mea culpa, debemos hacernos una crítica positiva con la finalidad de mejorar qué estamos haciendo nosotros, tal vez de qué manera negativa estamos influyendo en nuestros estudiantes. Por ejemplo, debemos analizar cómo es nuestra personalidad. Habemos docentes que somos muy permisivos, les permitimos todo, se van al baño en grupos, viene otro grupo, se vuelve a ir al baño, el aula es un caos. Pensamos que son los niños indefensos. No, debemos poner límites, debemos poner orden, pero ojo, con normas, porque de lo contrario se nos va a ir el orden de las manos, la autoridad de las manos. Otras veces somos muy autoritarios, somos drásticos, somos duros en nuestro trato. A veces lesionamos la autoestima de nuestro estudiante. Entonces, el alumno, si nos hace caso, no es por respeto, es por miedo, es por temores, porque los avergonzamos constantemente. Entonces, esos dos tipos de personalidad del docente son dañinos, son perjudiciales para nuestros estudiantes. Cosa contrario, el docente democrático, negociador, empático, aquel docente que se pone en lugar del estudiante, que antes de juzgarlo, poner una etiqueta, investiga el por qué ese tipo de comportamientos se dan en el aula. Otra podría ser que como docentes no planificamos bien nuestras sesiones. Nuestras aulas son heterogéneas, no podemos planificar una sesión homogénea. Tenemos que mantenerlos activos, diseñar actividades que los mantengan ocupados, activos. Realizar constantemente el monitoreo para verificar sus avances. Asimismo, para poder retroalimentarlos en cada momento. También, otro de los aspectos negativos como docentes es la puntualidad. Porque así como nuestros alumnos llegan tarde, también nosotros llegamos tarde. Y a veces les exigimos a ellos que sean puntuales, que sean cumplidos. Ustedes saben que no hay cómo que educar con el ejemplo. Y si nosotros demostramos lo contrario, ¿cómo le vamos a exigir a nuestros alumnos todo ello? A veces hasta nos distraemos, nos olvidamos de la hora, nos entretenemos en otras cosas. Luego del recreo estamos ingresando tarde al aula. Y nuestros alumnos están pendientes, ellos saben qué profesor llega puntual al aula, cuál se va todavía a la fotocopia, cuál todavía se queda conversando un ratito. Entonces cuando nosotros en alguna oportunidad le llamamos la atención, de manera reiterada, pues a veces por ahí hay uno que otro que de manera altiva nos reclama nuestra actitud. También tenemos que tener presente que nosotros no sólo atendemos a un grupo, porque a veces nos centramos en un pequeño grupo, en el grupo de los más aplicados, en el grupo de los más estudiosos, lo cual no debe ser así. Nosotros, nuestra misión principal sí es apoyar al más estudioso, pero es rescatar aquel alumno que tiene dificultades en sus aprendizajes. Preocuparnos un poco más por ellos, darles atención, orientarlos, apoyarles para que puedan poco a poco ir logrando sus competencias. Entonces, querido docente, miren, acá una crítica constructiva a cada uno de ustedes para analizar cuál de estos cuatro puntos puedo yo estar cometiendo sin haberme dado cuenta y enmendar, porque para ello somos docentes. Ahora, también debemos tener algunas estrategias para enfrentar la disciplina en el aula. Ya lo dije, es conocer las características de nuestros estudiantes y sobre todo las razones que hay detrás de sus actos negativos. No le pongamos una etiqueta ya de demonio, el que no debe venir, a veces decimos entre nosotros, de broma, le vamos a poner, yo ya le puse una cruz, lo cual está mal, porque ya lo condenamos, ya lo desaprobamos. Cuando nosotros nos encontramos frente a él, a ese determinado alumno, pues nuestra reacción no va a ser de la mejor, porque ya mentalmente nos hemos preparado de que no es un alumno adecuado, no es un buen alumno, no que es de lo peor. Entonces, debemos quitarles esas etiquetas e involucrarnos con empatía en su conducta, para así sentirnos más predispuestos a acompañarlos y alentar su cambio. También debemos involucrarnos a que desarrollen un mejor autoconcepto, que tengan un buen concepto de sí mismo, debemos orientarlos hacia el éxito y en la medida de lo posible, darles tareas acordes a sus capacidades. También, dentro ya del desarrollo de nuestra clase, nuestra expresión oral debe tener entonación, la entonación es vital para atraer el interés, para llamar la atención a un estudiante, para que nos pongan atención en algo que queremos que ellos resalten o capten. Pero si nosotros tenemos una entonación uniforme, vamos con desánimo, entonces todo esto les produce a nuestros estudiantes un aburrimiento, un cansancio, una tensión, el que ellos digan otra vez lo mismo, no lo escucho al docente, no lo entiendo al docente. A veces yo he podido escuchar el santa paciencia. Así nos catalogan nuestros estudiantes. Y sobre todo, debemos mantenernos alertas, alertas, colega, ante todas las incidencias de la clase. Nosotros, como docentes, no podemos darnos el lujo de estar sentados. Nuestro trabajo, colegas, no es estar sentados. Nuestro trabajo es desplazarnos por el aula, tener contacto visual con ellos, con cada uno, para que ellos vean que estamos atentos a lo que están haciendo. Y con solamente eso, si ellos están haciendo algo inadecuado o no están trabajando, van a ponerse a trabajar. Pero si nosotros optamos por sentarnos adelante, conversar con el grupo pequeño, conversar con los que más interesan, entre comillas, el resto no va a trabajar. Porque los demás estudiantes piensan que no nos interesamos por ellos, que no nos interesa su aprendizaje, ya que nuestra atención está solamente centrada en algunos. Entre las estrategias también tenemos que tener en cuenta que debemos ser empáticos siempre, en todo momento. Debemos transmitirle a nuestros alumnos confianza. Debemos utilizar los acuerdos de convivencia y también algunas normas claras como persona, como área, para que ellos sepan cómo deben trabajar y qué es lo que deben hacer y qué es lo que no deben hacer. Pero aquellas normas deben ser precisas. Tal vez tres o cinco, no le vamos a nombrar diez normas, donde va a ser fácil olvidarse. Con esto quiero terminar en las estrategias, evitar comparaciones, porque estas comparaciones generan hostilidad, generan resentimiento hacia nosotros los docentes, por parte de aquellos estudiantes menos desfavorecidos, y van a producir divisiones en el aula. Todos tienen tal vez diferentes tipos de capacidades, pero todos van a lograr un conocimiento de acuerdo rápidamente o tal vez lentamente. Pero la finalidad es que algo logren, es que algo hayan logrado en el avance de sus competencias. Muy bien, queridos docentes, en esta tarde hemos querido disertar y querido presentar este tema muy importante para cada uno de nosotros, que son cómo atender los problemas de indisciplina en el aula, los cuales van a afectar nuestra convivencia institucional y que va a depender del interés, del cariño, de nuestra ética profesional poder solucionarlos. Porque de lo contrario, si somos indiferentes, todo vamos a estar mal, nuestros alumnos y nosotros también como docentes. Muy bien, colegas, los espero en una nueva edición con un nuevo tema que va a servir para enriquecer nuestra labor como docentes, nuestra labor como tutores. Muchas gracias.