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Episodio #16 (feat. Francisco)

Episodio #16 (feat. Francisco)

Emanuel J. Soto BlasEmanuel J. Soto Blas

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The podcast episode discusses the role of men as the head of the household. It emphasizes the importance of men receiving guidance and wisdom from God in order to lead their families effectively. The transcript highlights the need for men to have the mind of Christ and to have a vision for their families. It also emphasizes the importance of women supporting and submitting to their husbands' leadership. Overall, the podcast emphasizes the idea that when men fulfill their role as the head of the household, it brings security and harmony to the family. Y hasta que el hombre no entienda eso, no va a asumir el rol que se supone que esté asumiendo como cabeza del hogar. Lo que sucede es que el consejo de Dios permanece firme para siempre. Cielo y tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán. Muchos problemas que estamos teniendo es eso, que a la mujer se le hace difícil sujetarse a su esposo, y ahí ocurren los conflictos. Bienvenidos al podcast El Libro Abierto, donde las conversaciones son filtradas por la Palabra de Dios. Este episodio número 16 es la continuación de la conversación del episodio número 15, titulada El rol del hombre en la oración junto a Pastor Francisco López. Si aún no ha escuchado el episodio anterior, le recomiendo que lo haga para mejor entender el contexto de lo que escuchará más adelante. Sin más preámbulos, continuamos con la conversación. Antes de comenzar a grabar, estábamos hablando de la importancia, y Pastor tú lo habías mencionado, de que donde la primera fuente de información acerca de Dios, donde la familia debe recibir esa información, debería ser, en este caso, del padre o del hombre. ¿Qué tú crees? Sí, así mismo es. Y es así porque cuando, volvemos otra vez a la primera de Corintios, establece el varón es la cabeza de la mujer, ¿verdad? En este caso estamos hablando de cuando se habla de la mujer, ¿verdad? La esposa, la familia, ¿ves? Entonces, pues, ese es tu rol. ¿Sabes? Quiere decir que, si Cristo es la cabeza del varón, pues, el hombre tiene que estar constantemente recibiendo de Dios. Eso es como una descarga, ¿verdad? Como un download. Y está ahí, y entonces, ¿qué hace el hombre? ¿Se queda con eso? No. Ahora le dice, esposa mía, mujer mía, ven acá, te voy a decir lo que Dios me dijo. Lo que he aprendido de su palabra. Lo que mientras estaba en oración, él me confirmó. ¿Ves? Que ella tiene que estar escuchando eso del esposo, porque está conectado con Dios, ¿verdad? Por eso es, por eso es que primera de Corintios me gusta porque es que Cristo es la cabeza del hombre. Entonces, cuando vemos este concepto, ¿verdad? De cabeza, ¿verdad? Me gusta traer una analogía, ¿verdad? Para que quiero compartir con ustedes, ¿para qué? Porque cuando... A mí me encanta la analogía. Sí, porque es que cuando vemos la palabra cabeza, la cabeza, hay uno como que, ajá. Pero cuando tú te pones a pensar, la cabeza tiene tantos componentes, ¿verdad? Compone de tantas cosas, entonces tú dices, pues, ¿cómo yo puedo quizás visualizar o ver cuál es mi rol como cabeza del hogar? ¿Ves? Pues, como cabeza, primero tenemos que entender que la cabeza es donde se planifica todo el cuidado del cuerpo, ¿verdad? Aquí está, ¿verdad? De aquí salen nuestras acciones, está el cerebro, ¿verdad? Que eso es nuestro centro de mando. Está acá arriba, ¿verdad? Entonces, si el hombre dice, yo soy la cabeza de mi casa, ¿verdad? Cristo es mi cabeza, pero yo soy la cabeza de mi esposa y de mis hijos. Pues, significa que yo tengo que, lo primero que yo debo tener es la mente de Cristo. ¿Ves? Entonces, ahí le dice, ok. Pues, entonces, porque la palabra lo habla, ¿me entiendes? Entonces, yo tengo que tener la mente de Cristo. ¿Cómo yo la voy a tener? Pues, porque estoy conectado con Él. No hay otra manera. O sea, yo no puedo pensar como Cristo pensaría si no hay conexión. Entonces, está mi cerebro. Pablo en Primera de Corintios 2.16 dice, porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién la instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. ¿Ves? Ok. Pues, si ese es nuestro centro de mando y tengo la mente de Cristo, ya estoy picando alante, ¿verdad? Como el tipo de acá. Aquí hay, y el Señor empieza a descargar en nuestra mente esa sabiduría, ese conocimiento, ¿verdad? Porque estamos conectados. O sea, el principio de la sabiduría es el temor al Señor, ¿verdad? Entonces, y estamos ahí, Señor. Pues, dame, porque tú dices que lapidamos y tú la das abundantemente, ¿verdad? Estamos ahí. Señor, dame sabiduría, porque tú estás manejando tu familia y tú no tienes un manual que diga, ¿cómo? Sí, tenemos la Biblia como el manual, porque es la palabra de Dios, ¿ves? Y de ahí nosotros cogemos consejos, ¿verdad? Pero necesitamos que el Señor nos recuerde, ¿verdad? Y nos dé esa sabiduría en esta situación, Señor, que tengo que hacer, ¿verdad? No es salir a lo loco y lo voy a resolver de esta manera. No, no, no. Tú tienes la mente de Cristo. Pues, si tú tienes la mente de Cristo, significa que tú necesitas estar conectado a Él. Y cuando nosotros tenemos ese conocimiento y esa sabiduría, nosotros vamos a saber en qué dirección vamos a ir, ¿verdad? En esta situación, hacia dónde vamos, ¿verdad? Y nosotros vamos a estar guiando a nuestra familia porque tenemos la dirección de Dios, ¿verdad? Y Él está ahí dirigiéndonos. El cerebro es el motor y como la cabeza es la que envía las señales al cuerpo, ¿verdad? O sea, tus familias son extensiones tuyas, tus manos y tus piernas. Y si tu cabeza está en la mala, pues tus manos y tus piernas no van a hacer lo que tú quieras. Y si hacen lo que tú quieras y tu fundamento no es Cristo, pues lo que van a estar haciendo no va a ser para Dios. Incluso digo que siempre me ha ayudado a tener esta ilustración en la mente. Si te cortan un brazo, todo está bien. Todavía lo demás funciona. Vas a estar así sin un brazo, pero te cortan las dos piernas, todavía estás vivo. Te cortan la cabeza y ya se acabó. Sí, ahí se acabó todo. Porque las funciones están acá, ¿verdad? Como tú dices, de aquí se envían todas las señales. Por lo tanto, como cabeza, ni los dedos ni las piernas toman decisiones. ¿Quién toma la decisión? ¡La cabeza! ¿Ves? Por lo tanto, como varones, tenemos que tener eso bien claro. Tú eres el que a ti le toca tomar las decisiones. ¿Ves? ¿Pero cómo yo voy a tomar las decisiones? Por medio de Cristo, ¿ves? Cuando yo estoy conectado a Él, entonces yo voy a poder tomar decisiones sabias. Si no, voy a tomar la que me dé la gana y que en un porcentaje alto no va a ser la mejor. Entonces, ¿qué más hay aquí en la cabeza? Están los ojos, ¿verdad? Eso es importante. ¿Por qué? Porque nosotros como varones, ¿verdad? El hombre de la casa se convierte en el visionario de la familia. ¿Ves? En el que nosotros tenemos, porque nosotros tenemos que tener una visión para nuestra familia. ¿Hacia dónde nos vamos a dirigir? No podemos estar viviendo el día a día y mañana, no sé, ¿a dónde vamos? La visión es tan importante porque hoy en día las palabras que se han lanzado por eso son metas, ¿verdad? Pero las metas son, en el mundo que lo usamos, son cosas... Yo aprendí esto a la mala, ¿verdad? No se enfocan las metas y no tienes visión. No tienes visión para tu familia, no tienes visión para ti como cristiano y ahí es que tú te conformas y ahí es que tu vida se frisa y ahí es que tú lo que haces es malo. Incluso tiene relación con la oración, porque cuando tú oras tienes que saber para qué tú estás orando. Tienes que tener una visión, tienes que estar claro. Señor, yo te pido esto específicamente conforme a tu voluntad. Yo quiero esto para mi familia. Y la única forma es teniendo la visión. Teniendo la visión, ¿sabes? Que ahí es como ya nosotros vamos a saber hacia dónde vamos. Cuando Jehová sacó al pueblo de Egipto de la esclavitud, no fue que él lo sacó y después dijo, ¿y ahora qué hago? ¿Qué voy a hacer con toda esta gente? ¿Me entiendes? No, ya la visión estaba plasmada, ¿sabes? Yo lo voy a sacar ahí, lo voy a llevar a una tierra que fluye leche y miel, ya yo sé para dónde ellos van. Ya él tenía la visión clara para dónde iba, ¿sabes? ¿Y qué él lo hizo? Se la plasmó a Moisés, ¿sabes? El varón necesita eso. Como familia, ¿hacia dónde vamos, verdad? En todas las áreas, ¿verdad? Pero en este caso, ¿verdad? Nuestra vida y comunión con Dios, ¿verdad? ¿Hacia dónde nosotros nos dirigimos con esto? Tu familia no simplemente te va a decir, pues tienes que querer en Dios porque sí. Muchos son así, muchos son así. Algo tan simple como, pues hay que tener fe, hay que tener fe. Pero, ¿por qué debo tener fe? Eso es así. Incluso, hablando de eso mismo y simplemente un pequeño paréntesis, como jóvenes, si hay algún joven escuchando, como jóvenes, yo he escuchado de muchas personas, parejas, que la nena deja al muchacho porque no sabía lo que quería. Hay mujeres que se sienten más seguros con un hombre que sabe para dónde va, aunque esté mal, incluso aunque esté mal, prefiere que sepa para dónde va a que hay un hombre que todavía no sepa ni dónde está parado. Y lo más brutal, tú no puedes ser ni en el momento, tú puedes estar jible, ¿verdad? Porque somos jóvenes y todos empezamos desde cero, pero si la mujer ve que tú no estás conforme con esto y ve visión, pues yo quiero hacer esto, yo no quiero conformarme con esta vida. Y como que tú dices, aunque esté mal, si su propósito es ser niño y eso es todo, pero tiene un plan y tiene visión, entonces automáticamente la gente se acepta a este tipo de personas. Porque no solamente tu pareja, pero cuando tú tienes visión, la gente te rodea. La gente va donde a ti y en sus ojos automáticamente ya sabes, wow, qué carismático, tiene visión, me cae súper bien, aunque es horrible. Y para un padre que es la cabeza del hogar, el hijo necesita ver eso. Sí. Que antes te estaban mirando otro hombre, que el primero que se ha de admirar es el de la casa. Exacto. Necesitamos tener esa visión y cuando la mujer, como estabas hablando, cuando la mujer ve eso, ella se siente segura. Eso le da seguridad, yo sé para dónde vamos. Y la mujer apoya al hombre. Ahí es donde se cumple la palabra de la mujer como ayuda a idóneas. El hombre está liderando y la mujer le está ayudando a cumplir esa visión que el hombre tiene. Y ahí es donde se complementa el hombre y la mujer, siendo esa ayuda que el hombre necesita. Porque si Dios estableció que el varón es la cabeza de la familia, pues quiere decir que Dios está diciendo, mujer, tú tienes que sujetarte a él porque él está siguiendo lo que yo le estoy diciendo. Si tú te vas en contra del camino que él está corriendo, que yo le estoy dirigiendo, entonces va a haber problemas. Muchos problemas que estamos teniendo es eso, que a la mujer se le hace difícil sujetarse a su esposo y entonces van en caminos distintos. Y ahí ocurren los conflictos. Entonces, por eso es importante lo que es la visión. Y a eso pues somos los ojos de la familia. Otro componente que tiene la cabeza es la nariz. Y la nariz es la que discierne y la que detecta. O sea, tú te puedes tapar los ojos, tú te puedes ponerte una, para no escuchar, pero si tú sientes un olor de gas, tú no tuviste que verlo, tú no tuviste que escuchar, lo discerniste por la nariz. Qué ironía que yo no puedo oler este espalda. No sé por qué yo no puedo olerlo. Yo estaba bajando de una cocina y la gente entraba, mira, hay olor de gallo. ¿Qué? ¿Gallo? Tenimos tabones. Mira, él menciona eso y es verdad que una vez en mi casa, si no me equivoco fue el horno, el horno viejo que teníamos, de momento llegó así y empezó a oler. Y yo dije, papi, como que huele raro. Y cuando chequeé a la parte de atrás era que ya estaba saliendo. Y si te deja llevar por los ojos, está bien. Así por los ojos, está bien. Esto te dice que la nariz discierne, porque no es algo que ves, tienes que discernirlo. Tienes que discernirlo. Y como varón necesitamos saber, tener ese discernimiento que nos lo da Dios. Yo no sé, verdad, por lo menos ustedes son solteros, pero yo que como casado, cuando ya mi esposa, como mis nenas, les pasa algo, tú lo discernes. Sí, tú, yo, yo, algo está bien, ya sea por la manera en que te habló, cómo te miró, tú ves y dices, algo está pasando. Y eso le da Dios. Y yo me quedo como que, ¿y cómo es posible que? Y la mujer también, ¿verdad? La mujer, eso le ocurre mucho. Y para hablar de lo que es la ayuda idónea, la mujer muchas veces discierne cosas que a veces nosotros no las discernimos y ellas son las que están ahí y dicen, mira, ten cuidado, ten cuidado. A veces hasta de persona, ¿sabes? Te lo digo, ¿sabes? Porque es que me ha pasado. Ten cuidado, solamente, o sea, ten cuidado con esta persona. Y nada más, me dice eso y pasan los meses, pum, explotó algo y dice, ¿qué te lo dije? Es algo que, pero... O sea, te pasas con los nenes, puede venir a donde tú y decirte, no sé, está actuando Javi, y bueno, a veces un hombre como está ocupado, ¿verdad? Pero, o sea, tú dices, ¿por qué tú dices eso? Es que no sé, está actuando Javi, y si tú dices, ¡ah, ya lo he hecho! Tú nunca sabes, ¿verdad? Y ahí se cumple, la ayuda idónea sigue siendo ver que la mujer, ¿sabes? Es que el rol de la mujer es tan importante, por eso cuando Dios dice, no es bueno que el hombre esté solo, y es por eso, es que ella va a ser esa ayuda que va a lograr que tú persigas la visión, porque una vez tú se la plasmas a ella y te empiezas a desviar, ella te va a decir, pero eso no fue lo que tú me dijiste. Nadie se va a acordar de tus promesas, como la mujer a tu lado. Y te calibra, sí, ¡oh! Verdad, esto no fue el plan, ¿ves? Y esa es la importancia, ¿verdad? Entonces, ¿qué más? ¿Qué tiene la cabeza? Los oídos, párame, importante, los oídos, ¿por qué? Porque por medio de los oídos nosotros escuchamos la voz de Dios. Y como cabeza tenemos que escuchar la voz de Dios que nos está diciendo para nuestra familia y también tener en cuenta que como esposos y como padres necesitamos también escuchar a lo que nuestra familia nos está diciendo. Es bien importante, porque he visto casos, varones, que no le dan importancia a lo que dice la familia, pero le dan más importancia a lo que te dice el vecino o el jefe. Entonces, no, no, no, tú tienes que escuchar a tu familia, porque ellos son los que están contigo allí viviendo, y esa fue tu responsabilidad, no son tus amistades, es tu esposa y tus hijos a los que tú tienes que escuchar. ¿Un jefe que no escucha su nación? No, incluso es bien importante porque si volvemos de nuevo y estamos tocando el tema de la oración, tenemos que estar alerta, escuchar lo que está pasando para atraerlo de rodillas ante Dios. Necesitamos tener eso siempre, siempre. Por si acaso, lo que yo no sé y lo que ellos pueden hacer de corazón, que él probablemente lo sepa, como que lo hace seguro. Exactamente. Él iba seguro, seguro. Exacto. Y eso era antes de esas llamadas, antes de todo esto. Entonces, necesitamos recibir instrucciones de Dios, ¿entiendes? ¿Y cómo lo hace? Pues escuchándolo, en el uso del oído, y escuchar a nuestras familias, ¿verdad? Porque a veces, he escuchado, uno dice, ay, papi no me oye, o la esposa, este esposo mío nunca me hace caso a lo que digo, ¿verdad? Entonces, ¿qué vas a hacer? Estás traiendo un conflicto, te lo estás traiendo tú mismo, ¿verdad? Porque estás ignorando. Tú tienes a Dios, que es el que te está dirigiendo, pero no significa que por eso no vas a escuchar a tu familia, ¿verdad? Porque Dios va a usar a tu familia para hablarte. Como le dijo a Abraham, escucha a Sara. ¿Me entiendes? Dios usa a tu familia para hablarte. Entonces, pues a veces digo, ah, pero no he escuchado a nadie, ¿no? Y Dios hablándote a través de tu esposa, y no le está haciendo caso. Pero es importante entender nuestro rol como cabeza, que tenemos que tener esos oídos bien prestos a escuchar lo que Dios nos está diciendo para orar e interceder por lo que Él le está haciendo a nuestra familia. Y por último, la boca. ¡Álgame! ¡Qué esa! Esa sí que... Lo más que suele haber. Para que no se me olvide el versículo. Prontos para oír, tardos para hablar. ¡Álgame! Pues, como boca, nosotros tenemos la responsabilidad, como lo compartí ahorita, de hablar y declarar la palabra de Dios en nuestra casa. Eso es fundamental. Nosotros tenemos que abrir nuestra boca. Nuestros hijos, nuestras esposas tienen que escuchar la palabra de Dios a través de nosotros. Que seamos nosotros ese primer contacto, ¿verdad? Como hablaste ahorita, ¿verdad? La salvación es individual. Mi esposa tiene que buscar del Señor. Mi hija tiene que buscar del Señor. Ellas necesitan una relación con Dios constantemente, y ellas tienen que orar. Pero mi rol principal es modelarle eso. Yo no puedo decir, ¿por qué tú no lees la Biblia? ¿Por qué tú no oras? ¿Por qué...? ¡Ah, porque yo no lo veo! Tú no puedes hablar de Dios, y no modelar, y ser un ejemplo, y no traer frutos, y esperar que la gente de donde tú hagan mejor que tú, o alguien así, porque si tú no quieres hacer un mediocre trabajo, pero no esperes que las personas, especialmente tus niños, que te miran a ti y te reflejan automáticamente en la naturaleza, tú no te has molestado a tu hijo decir, ¿por qué tú no estás haciendo más? Porque es fácil, hijo, si tienes boca, dices, y tú... ¡Qué padres! Fumando, te dicen, no fume que sos malo, no fume que te hace daño, y aprende de mí como a ti entonces sigues así. ¿Y sabes qué es lo que pasa con estas palabras? Pierden su significado. Exactamente. Porque, hijo, ¿por qué tú no practicas lo que tú predicas? Tus palabras no tienen valor, si tú me dices algo y practicas lo otro, automáticamente, ya mi respeto hacia ti, o mi voluntad hacia ti, escucharse a ti, ya disminuye por un montón. Tú puedes decir, yo creo en Dios, y ser cristiano, Dios es la salvación, venga ahora que voy a la discoteca, y yo he conocido gente así, que dicen, yo le hablaba de Dios, yo le hablaba tanto de Dios, y que esto hacía después de hablar de Dios. Pues le hablaba, me da unos palos, me va con una mujer, pues tú puedes hablar todo lo que tú quieras de Dios, pero si tus acciones no reflejan a Dios, esas palabras son insignificantes. Y a que ver, si dice una persona, no te escuché ya, pero esa persona está aparta, y dice, si eso es lo que es un hombre de Dios, pues yo no quiero saber nada de Dios, porque tú estás reflejando. Que tú dices así, tú no, sea no, incluso toda palabra ociosa será tomada en cuenta en el día de juicio. Por ende, como hombre, por lo que estoy entendiendo, tenemos una responsabilidad grande de que nuestras palabras, cada una de ellas, sea agradable delante de Dios, y de beneficio para nuestra familia. Así mismo, así mismo. Que nosotros tengamos claro de que mi esposa y mis hijos escuchen la palabra de Dios por medio de mí, primeramente, antes de escucharla por boca de un pastor, o un sacerdote, o un evangelista. Esa es mi responsabilidad. Mi responsabilidad, sí, es que escuchen la palabra también, ¿verdad? Congregacionalmente, venga, mi responsabilidad es traerlos, ¿verdad? Que esa es otra cosa. Porque yo también tengo, yo no puedo, yo tengo que darle el ejemplo y traerlos a la casa. Porque ellos están creciendo, y el modelaje que, ah, mi papi nunca me llevó, me hablaba de Dios en casa, así que nunca me llevó a la iglesia. Me decían que Dios era bueno, pero nunca me llevó a la iglesia. Entonces, ¿qué modelaje le estamos dando, eh? Del congregarse, ¿verdad? Entonces, por eso es que la figura del varón está siendo tan atacada. Actualmente, entre todos los medios, todo es un ataque directo al varón. ¿Por qué? Porque fue el que Dios estableció como la cabeza del hogar. Y cuando tú cortas la cabeza, ¿qué pasó? Ninguna de estas cosas se manifiesta. ¿Ves? Ya no hay, ya no está el cerebro que tiene la mente de Cristo, ya no está aquel visionario que los está llevando a Cristo, ya no está aquel que escucha a Cristo, ya no está aquel que discierne lo que Dios está diciendo, ya no está aquel que habla, porque la cabeza se cortó. Y entonces, por eso es que entonces, una vez tumban la cabeza, pues, ¿qué ocurre con el cuerpo? Se desploma. ¿Ves? Y entonces, lamentablemente, vemos en una sociedad donde la mujer ha tenido que asumir ese rol de tratar de levantar esa casa y llevar todo esto que le tocaba al hombre, ahora entonces está encima de ella. Y por eso es que las vemos, estén en depresión, estén frustrados, ¿ves? Y hay veces que hasta, pues, lamentablemente, entonces se trae conflicto hasta con tus hijos, ¿ves? Es una cadena. Es que la sociedad, si una mujer se siente mal, pues está viviendo la vida, pues, como nosotros. Trabajando, tomando responsabilidades, ser líder de la casa. Si una mujer va contra eso hoy en día, otras mujeres... Yo eché a mis hijos para adelante. ¿Qué tú te quejas? Yo tenía cinco. Sí, las que tienen ganas, me dicen, ah, tú no quieres una bala, tú no quieres vivir de nada, tú no quieres hacer nada. Y las mismas mujeres se mantienen prisioneras a esa mentalidad. Y de los otros días, mi hermana está... Chavo, si escuchas esto de mi hermana, ella lo dice entre más pasa los años. O sea, cuando uno es joven, uno está, macho sí, yo quiero trabajar, yo quiero hacer nada, y una mujer independiente... Llega a sus 30 y ahora está en serio. Porque, a diferencia del hombre, ¿verdad? Que nosotros somos de trabajo, trabajamos en testosterona, ¿verdad? Yo lo creo, hasta en nuestra biología científica, estamos creados para ir allá, a estudiar, a seguir, a traer algo al mundo. Mucha razón de que los hombres están en depresión hoy en día es porque, a ver, si tú no tienes audio, pues tú no vas a tener visión, tú no vas a tener significado en tu vida, tú no vas a tener el propósito de levantarte cada día. Antes era más fácil, porque si tú no te levantabas con ese chavo y eras el hombre, la gente se moría de hambre. En otras palabras, quieren reemplazar el rol del hombre con otra cosa. En otras palabras, quieren que ahora la mujer asuma el rol que le pertenece. Y eso no puede estar pasando, porque entonces va a haber muchos conflictos, como dice el Pastor. Mira, para ir concluyendo, Pastor, cómo el hombre debe aplicar este estilo de vida, incluso esta información de que somos la cabeza del hogar, de que tenemos ese rol de la mujer, ¿verdad? Mira, para ir concluyendo, Pastor, cómo el hombre debe aplicar este estilo de vida, incluso esta información de que somos la cabeza del hogar, de que tenemos ese rol de sacerdocio en nuestra familia, ¿cómo entonces eso debería ejercerse en la práctica diaria? Pues, lo primero es que el hombre necesita entender en el manual de vida que Dios nos dio cuál es su rol. Muchas de estas cosas que están ocurriendo es porque hay un desconocimiento y están en ignorancia, ¿verdad? No es porque el hombre lo quiera hacer de esa manera. No es que el hombre dice, ah, mujer, ve tú y lleva a los nenes a la iglesia. Es porque es un modelaje que ha recibido de sus padres, de sus abuelos, ¿verdad? Y lo han venido repitiendo porque no han tenido la oportunidad de tomar el manual de vida donde te dice, este es tu rol, esta es tu responsabilidad, para esto yo te creeré. Y hasta que el hombre no entienda eso, no va a asumir el rol que se supone que esté asumiendo como cabeza del hogar. Cuando el hombre lo entiende, entonces el hombre empieza a hacer cambios para ejecutar eso que Dios le está demandando sobre su casa. Quiere decir, y esto es algo que yo he dicho ya por mucho tiempo, la doctrina importa. Gente, no puede ser todo práctica, práctica, práctica, y olvídate de aprender teología, olvídate de aprender lo que dice la Biblia, incluso aquí es que viene el tema o el título de nuestro podcast, abre el libro. Abre aquí el libro, y en este caso, men, abre la Biblia, tú eres lo que consume. Y es una palabra que decimos que a ratos, pero cuando tú lo vives, cuando tú ves que lo que antes tú pensabas y tú decías, men, yo no sé si hasta yo yendo a la iglesia me cambiaría esta forma de pensar, puede ser de relaciones, puede ser de tú, ¿verdad? Porque tú dices, ah, pero yo no puedo ser así de gesto, ¿verdad? Pero cuando tú te sales de la Biblia y empiezas a consumir, automáticamente cosas que tú pensabas antes va a ser obvio que tú vas a decir, uy, no, yo no quiero nada de eso. Mira, lo que sucede es que el consejo de Dios permanece firme para siempre. Cielo y tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán. Por ende, hombre que escucha lo que está escuchando lo que está escuchando ahora. Si usted entendió lo que se está hablando aquí, importante, mira, escudriña la Escritura, busca a Dios, acercaos a mí y yo me acercaré a vosotros, dice el Señor. Tu familia lo necesita. La vida espiritual de tu familia, en gran parte, depende de tu ejemplo como alguien que imita a Cristo Jesús. ¿Amén a eso? Amén. Pastor, gracias. Gracias por esta entrevista, esta entrevista, ser la primera, en verdad, fue de mucha bendición, a mí me bendijo de gran manera. Y es que regresas, no la ves con alguna de estas cosas. No, y siempre es bueno tener a una tercera voz. Sí, porque dos personas piensan bien, tres personas piensan mejor. Y especialmente un tema como este, donde tú eres el hombre casado, estás cualificado a dar de esto, pastor, y nosotros somos jóvenes todavía, porque tenemos una chispa de 24, 25 años. No, yo aquí hace nada. Estamos jóvenes, estamos jóvenes, y por eso empezamos todo esto, porque queremos que otros jóvenes, a través de nosotros, vean que es posible. Eso es así, eso es así. So, gracias nuevamente. Gracias por la invitación. No, esperemos que esta no sea la única vez. Y nada, si les gustó, ya saben, pueden compartir esto con alguna persona que les interese el tema. También se pueden seguir por YouTube, Facebook, Spotify, Apple Podcasts y por otros lugares también. También tenemos nuestro profile en Instagram y Facebook. Y nada, que Dios les bendiga y gracias por estar aquí. Y recuerden que la palabra de Dios tiene la respuesta para todas las cosas. Y no hay nada que la Biblia no tenga la respuesta. Amén, amigos? Amén.

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