The speaker begins by thanking God and asking for His guidance. They then discuss the importance of loving God and loving one's spouse. They mention the verse from Matthew 22:37-39 about loving God and loving one's neighbor. They emphasize the idea of giving everything in love, just as God gave His Son for us. They also mention the importance of commitment and responsibility in marriage. They talk about sacrificing one's own desires and focusing on making the other person's life better. They mention the Proverbs 31:12 verse about doing good to one's spouse every day. They discuss the importance of taking action and showing love through acts of service. They mention praying for their spouse and humbling themselves in acts of love.
Listo, voy a orar antes de empezar y voy a poner estos momentos en manos de Dios. Gracias, Señor, porque nos permites estar aquí. Gracias porque nos permites ser fieles a Ti, Señor. Te pido que seas Tú quien hable hoy en nuestras vidas, que sea Tu palabra, que seas Tú abriendo nuestro corazón y nuestro entendimiento para guardar Tu palabra, para ponerla en práctica, para que podamos ser mujeres sabias y seguir creciendo con la ayuda de Tu palabra, Señor.
Te lo pido en el nombre de Tu Hijo, Jesús. Amén. Listo. Bueno, ya los primeros tres, el primer, más bien el que le sigue, pues ya ven que el miércoles pasado vimos el amor a Dios. Ahora el siguiente valor es amor a Tu cónyuge, ¿no? Así que, bueno, les voy a leer este primer versículo que creo que es uno de los que ya conocemos mucho, que está en Mateo 22, 37, 39, que dice, Jesús contestó, Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el primer mandamiento y el más importante. Pero hay un segundo mandamiento y que dice, es igualmente de importante. Ama a tu prójimo como a ti mismo. O sea, creo que esa parte de es igualmente importante es interesante. Así como vimos que debería ser nuestro primer valor amar a Dios, pero de igual manera es muy importante que podamos tener este valor en nuestro matrimonio, que es el que vamos a ver, amar a nuestra pareja, ¿verdad?, nuestro cónyuge.
Y es un versículo que, bueno, nos enseña, ¿no? O sea, amar a tu prójimo como a ti mismo. Y está conectado, o sea, como que va primero a Dios y luego a tu prójimo, porque el primero a amar a Dios y el tener una correcta relación con Dios va a ser el fundamento para desarrollar una correcta relación nosotros con nuestra pareja. Pero para ustedes, ¿cuál es el significado del amor? O sea, ¿cómo puedo demostrar a nosotras amor verdadero a nuestras parejas? Realmente, ¿qué es el amor, no? Y no sé si ustedes lo han leído en 1 Corintios 13, es todo un capítulo que habla sobre el amor.
Y es algunos versículos que se usan para los votos en la boda, pero voy a ver los primeros que dicen, aunque tuvieras el don de profecía, aunque entendieras los planes secretos de Dios, y aun con todo el conocimiento, aunque tengas una fe que mueva montañas, pero no amas a otros, no eres nada. Y luego el último versículo, era el 13, que decía, tres cosas van a durar para siempre, la fe, la esperanza y el amor, pero la mayor de las tres es el amor.
O sea, el amor es el que va a permanecer siempre. Y es un versículo que está en Juan 3, 16, que dice, pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Entonces yo decía, bueno, ¿qué es amor, no? Y es lo que está diciendo aquí, bueno, yo me referí con este, se me vino a la mente este versículo, Juan 3, 16.
Dios amó tanto al mundo que dio todo, lo dio todo. Entonces creo que eso es parte de amar, darlo todo. Porque Dios nos dio todo, que fue a Jesús. Entonces ahora nosotros, como lo vimos en un principio y que Pablo lo mencionaba, el matrimonio es un ejemplo vivo del Evangelio. Así como Jesús lo dio todo, ahora nos toca a nosotras darlo todo. Entonces yo me fijé o me basé como que en esta palabra que me resaltó, ¿no? Darlo.
El amor se trata de darlo. El amor busca lo mejor por la otra persona, sin importar muchas veces si se lo merece o no. Porque a veces andamos enojadas y pues claro que no estamos pensando en darle lo mejor. Pero Dios, y es eso de realmente pensar en el Evangelio, Dios nos dio lo mejor. Dios dio su sacrificio a través de su Hijo por nosotros, aun cuando no lo merecíamos. Por eso te digo, o sea, nos va a tocar fijarnos en el Evangelio para poder amar a nuestras parejas, para poderles darle todo, aun cuando no se los estén mereciendo en ese momento.
El amor también muchas veces va a ser colocar a nuestra pareja por sobre nuestras propias necesidades. El amor va a ser voltear a la cruz para perdonarnos los unos a los otros. El amor va a ser estar dispuestos a darlos todo por mantenerlos unidos. Porque es una unidad de la que nos está llamando Jesús en Juan 17, 21. Jesús le estaba diciendo, Dios te pido que sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mi Padre y yo estoy en ti, que ellos estén en nosotros para que el mundo crea que tú me enviaste.
O sea, Jesús le estaba diciendo esto a su Padre, que ellos en su matrimonio puedan ser uno, que es lo que vemos desde el principio también en Génesis. Ya ven como toda la Biblia muchas veces está relacionada. Se separa el hombre de su padre, de su madre, se une a su mujer y se hacen uno. Entonces Jesús le estaba diciendo, Padre que sean uno para que ellos puedan mostrar tu gloria y su Evangelio. O sea, que con mi unidad, en mi matrimonio, otros puedan ver a Jesús.
Creo que muchas veces vamos a trabajar en nuestro matrimonio si tenemos como un objetivo en mente. Yo es lo que siempre he orado para que mi matrimonio, Gabriel y yo juntos, por separado, pero especialmente juntos, que demos gloria a Dios como que otros puedan ver su amor a través de nuestro matrimonio. Entonces, con esta visión de nuestro matrimonio que nos está enseñando Jesús, que podamos ser unos en todos, que nos amemos, que lo entreguemos todo, así como Él lo entregó todo, es como otros van a poder creer en Él.
Entonces esto se va a dar, ¿con qué? Con el compromiso. Son tres como subtemas que vienen en este tema sobre el amor al cónyuge, el compromiso, la acción. Vamos a ver también ahora el compromiso. El amor, ¿por qué? Porque el amor está basado en el compromiso. Yo creo que sí o sí necesitamos compromiso en todo momento. Yo busqué esta palabra como bíblicamente significa, es la promesa muchas veces que Dios nos hace a través de la Biblia.
Podemos encontrar muchas promesas. Entonces sabemos que Dios es fiel a sus promesas y eso es un compromiso. El compromiso también se va a tratar de responsabilidad, se va a tratar de perseverancia. El compromiso es ser fieles a nuestro pacto que hicimos con nuestra pareja. Hay una promesa que Dios le hizo a Josué. Está en Josué capítulo 1 versículo 5 que dijo, Ese es un pacto que Dios hizo con Josué y Él fue fiel a ese pacto.
No te abandonaré. Entonces comprometernos en el matrimonio o con nuestra pareja es decirle, No te abandonaré. Ser fieles a nuestra promesa de estar juntos en todo momento, incluso cuando las cosas se pongan difíciles, no te abandonaré. Aún cuando las finanzas del hogar no nos alcancen, no te abandonaré. Aún en las tormentas de la vida, no te abandonaré. Creo que, no sé si ustedes se dan cuenta o yo es lo que he tratado de aprender, que muchas veces su palabra, aun cuando no se está hablando de sus promesas para nosotros, o de cosas así de historias de la Biblia, como que muchas las podemos aplicar en el matrimonio.
Y es eso, como que Dios le estaba diciendo a Josué que no te abandonaré. Y es algo que necesitamos poner nosotros en práctica porque es muy fácil el orgullo. Creo que el orgullo es el primer enemigo de nuestra relación. Porque cuando hay dificultades, nos separamos. O sea, ¿qué está pasando? No hay compromisos de nuestra parte, ¿verdad? Es muy fácil alejarse. Por eso Dios nos está diciendo, no abandones, sé comprometida. Y es tan importante porque eso es lo que Dios nos está llamando.
O sea, creo que el compromiso cristiano es un llamado primero a nosotras de entregarnos totalmente a Dios, pero también de amar al prójimo, así como Dios nos lo dijo en el primer versículo. Amen a su prójimo como a ustedes mismas. Renuncien a nuestros propios deseos, renunciar a nuestro egoísmo. Y entonces, el amar a nuestra pareja como a nosotras mismas, se va a significar que vamos a pensar, como que activamente, vamos a pensar en hacer la vida de esa persona mejor.
Y es un proverbio que está en la Mujer Virtuosa, está en el proverbio 31.12. Dice, esa mujer le hace bien y no mal todos los días de su vida. Es tan sabia la palabra que dice, todos los días de su vida. Como que Dios nos está recordando una vez más. Aunque no tengas ganas, mi reina, aunque tu esposo no se portó bien, tú vas a pensar en cómo te puedo hacer bien. Es difícil, pero realmente es poner, creo que siempre obedecer la palabra de Dios va a traer bendición a nuestra vida.
O sea, ponte a pensar por decir, ¿qué te gustaría la mejor que tu esposo hiciera después de un día estresante en el trabajo? ¿Qué te gustaría que tu esposo hiciera por ti cuando estás cansada de cuidar a tus hijos? Entonces, ahora, ok, eso que estamos pensando a lo mejor siempre en nosotras, creo que a veces inconscientemente somos egoístas, o sea, pensamos en nosotras, en nosotras. Entonces, bueno, Dios nos está diciendo, esa mujer le hace bien. Y estamos hablando de tomar acción de pensar en ellos más que, por decir, en nuestros propios deseos.
Entonces, ahora, ¿qué pensamos? ¿Qué le podría hacer bien por él? O sea, ¿qué podría hacer yo que le va a hacer bien? Pensar en cómo lo puedo ayudar. Eso es compromiso en nuestro matrimonio. Cosas que yo trato de hacer con Gabriel muchas veces es decirle, oye, ¿cómo puedo orar por ti? Aún a la distancia, porque últimamente ha viajado por el trabajo. Oye, ¿cómo puedo orar por ti? Es una forma también de demostrarles que estamos comprometidos, que nos importan.
Porque, pues, sí, o sea, a la mejor y no está aquí para prepararle algo que le gusta. También le gusta que le corte las uñas. No sé si eso le hacen a sus esposos o solo yo. Pero es algo que a él le gusta y que yo también disfruto. Me hace recordar a cuando Jesús le lavó los pies a sus discípulos. O sea, cómo se humilló y le dijo a sus discípulos, aquí estoy. O sea, aún siendo el Rey de Reyes, se humilló.
O sea, para mí, ese momento en donde yo me pongo a cortarle las uñas a mi esposo, a lavarle los pies, a masajearle los peces, decirle, o sea, es como decirle, me estoy humillando porque te amo y por obediencia a Dios. A veces esos actos de amor creo que dicen mucho más que mil palabras, ¿no? Por eso es esto por parte del compromiso. Y ahora vamos a ver algo que está también como subtítulo, que es la acción.
Y está en Santiago 2.17 que dice, ¿si se los puse? No, creo que no se los puse, perdón. Bueno, anótenlo, Santiago 2.17. Así pasa también con la fe. Por sí sola, sin acciones, está muerta. O sea, podemos tener fe de que nuestro matrimonio sí va a salir adelante y todo, pero si no tomamos acción, esa fe va a estar muerta, ¿verdad? El amor no solamente es un sentimiento, el amor es una expresión de ese sentimiento. No sé por qué realmente, o sea, creo que los matrimonios con el paso del tiempo nos volvemos perezosos, ¿no? O sea, llegamos al punto de que damos las cosas por seguras y ya no nos esforzamos menos, agradecemos menos y no expresamos el amor que solemos decir, ¿no? Muchas veces pasa que ya ni cuidamos nuestro físico, ¿no? Y creo que como mujeres, avias, y que conocemos de Dios, debemos valorar el amor por nuestras parejas y no permitir que el amor en nuestra relación sea olvidado.
Hubo una encuesta, yo escuché una encuesta que, más bien, escuché como un estudio de unas encuestas que hicieron de qué pasaba, o qué caracteriza una temporada de noviazgo. O sea, ¿qué estamos haciendo en el noviazgo, no? Cuando te conoces, haces de todo. Y luego ya te casas y ya muchas veces las cosas cambian. ¿Pero por qué? Porque hemos dejado de hacer esas cosas que hacíamos antes. Te las voy a decir para que, bueno, no las voy a decir para que las podamos poner en práctica si es algo que ya hemos dejado de hacer.
Una, dice, en una temporada de noviazgo hay un deseo mutuo. Los dos disfrutan del tiempo juntos que hasta se pasa el tiempo súper rápido y aún a la distancia. Tres, no te conformas y quieres conocer a la persona. ¿A poco no? Oye, le preguntas hasta, ¿qué te gusta? ¿Y qué es esto? ¿Y qué te gustaría? O sea, me acuerdo que Gabriel me preguntaba si hasta me gustaban los changos. Todo me preguntaba. Es esto, ¿no? Como que el deseo de seguir conociendo más a esa persona.
Y creo que hasta la fecha, mujeres, podemos decir que aún no hemos terminado de conocer a nuestra pareja. Probablemente puedo hacer preguntas ahorita que ni siquiera sepas, ¿no? A ver, ¿cuál es su platillo favorito? ¿Qué es lo que le gusta hacer en sus tiempos libres? O sea, cosas que, no sé, como que por la costumbre y la rutina dejamos de interesarnos o de ponernos el tiempo de muchas veces preguntarnos cosas tan sencillas, ¿no? La otra dice, hay una intención por agradar al otro.
Este sí es muy cierto. Hay una intención así de agradarlo, ¿no? O sea, tú pasas, te bañabas, pasaba por ti y ya estás bien bañada, bien perfumada, bien pintada, te ponías ropa que le gustaba. Chicas, si esto es algo que hay que tener bien en mente, las mujeres que trabajamos desde casa o que cuidamos a los hijos en casa, yo sí decían, no importa que cuando estaba dama de casa, no importa. O sea, yo me ponía mis vestidos y me maquillaba y todo, y me bañaba y me perfumaba, obviamente, para no andar fodongas.
No sé si así se dice la palabra también en sus países. En México se dice fodongas. O sea, realmente eso es también parte de ser una mujer admirable, ¿no? O sea, de poder seguir siendo presentable para nuestros esposos, de ponernos lo que les gusta para ellos, ¿no? Otra, nos dormíamos y despertábamos pensando en ellos. Anhelábamos encontrarnos con ellos, ¿no? Soñábamos con un futuro juntos. Planeabas con él tu futuro. Eso creo que es algo que hay que seguir haciendo.
Lo habíamos mencionado. O sea, siempre trata de que una vez por semana ustedes salgan juntos, de que no hablen ni de los hijos, ni a lo mejor ni del trabajo ni nada, sino de sus sueños juntos, de un futuro juntos, ¿no? Pasábamos, otra, pasábamos por alto los defectos. Sí pasaba, ¿verdad? Ahorita hemos aprendido que hay que perdonar, hay que ser pacientes, ¿verdad? No hay que enfocarnos mucho en los defectos, pero hay que saber poner límites, ¿no? Y la última, perdonabas y pedías perdón por un anhelo de estar bien.
Creo que sí es cierto también. Ay, perdón, no quería hacer eso, no te quería dañar. Es verdad. Creo que antes, a lo mejor probablemente más al principio, ¿no? Era más fácil perdonar o pedir perdón. Pero esas son cosas que necesitamos poner en práctica y volver a poner sí en acción, ¿verdad? Para reavivar nuestra relación. Y por último, bueno, te leo este, bueno, por último, por parte de este valor, ¿verdad? El versículo en primera de Corintios 13, que es el amor sobre el amor.
Dice, el amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso, ni fanfarrón, ni orgulloso, ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca, nunca se va por vencido. Jamás pierde la fe. Y siempre tiene esperanza y se mantiene firme en toda circunstancia. Es un versículo que hoy ya habíamos visto y ya habíamos orado juntos.
Pero sobre todo recordar, chicas, que su palabra, esto lo estamos tomando de su palabra. Y aunque nosotros lo pongamos como que para el matrimonio, que podamos recordar que su palabra es Dios mismo. Dios inspiró toda la palabra. Entonces recordar que Jesucristo es la imagen de este amor, de un amor verdadero, de un Dios mismo, que vino a la tierra para manifestar a la perfección todas estas cualidades. Así que, una vez más, si queremos, chicas, de verdad, que si queremos amar a nuestros esposos de una manera o de un amor que honre a Dios, necesitamos buscar la guía de su palabra.
Sí o sí. Bueno, seguimos ya con el otro... ¿Cómo se dice? Perdón, que acepté a otra chica. El valor, el valor de la sinceridad. Creo que este es un valor tan importante porque hablamos sobre las mentiras. Y creo que a nadie le gustan las mentiras. Y sí, la Biblia también habla sobre las mentiras, que es un pecado malo o feo. Porque el acto de mentir es mucho más dañino que las cosas por las cuales se están mintiendo.
Muchas veces mentimos por miedo. Sí, como dices, son mentiras chiquitas, pero no sabemos lo que pueden estar causando detrás de esto. A veces son cosas tan insignificantes que hubiera preferido mil veces decir la verdad. Nada hubiera pasado si decíamos la verdad o si nos decían la verdad. Pero como ya existió esa mentira, el engaño es lo que decepciona y va a dañar la relación. El Dr. Clout ponía un ejemplo de una mujer a la que su esposo le había mentido.
A lo mejor es un esposo que tenía miedo porque no hizo bien las cosas en su trabajo y lo corrieron. Y entonces él mintió. A lo mejor él decía que iba al trabajo y no iba al trabajo, ya lo habían corrido. Pero por miedo no lo decía. Entonces las finanzas en el hogar se pusieron mal. Y luego esta mujer se enteró de que él tenía que haber sacado préstamos, pero eran préstamos que ella no conocía. Y ella decía, es que yo me pude haber encargado de apoyarte en el lado económico, pero necesitaba saber la verdad.
Pero ella lo que decía es que yo ya no puedo seguir estresándome con todas estas sorpresas. O sea, ¿qué pasa? Cuando dices una mentira tienes que decir otra y otra y otra, entonces tienes que estar cubriendo la mentira que has dicho y has dicho. ¿Sí me explico? Entonces son sorpresas que van a ir saliendo la verdad. Su palabra dice que nada se va a quedar escondido. Todo en algún momento va a salir a la luz. Y es lo que Dios nos está diciendo, que necesitamos ser sinceras.
De que no haya mentiras en nuestro matrimonio. Porque creo que cuando nos mentimos es como si nos dejáramos de conocer. Es como si, es que ya no te conozco. O sea, ¿por qué me mentiste, no? Y al contrario, cuando tratamos y nos esforzamos de siempre decir la verdad. ¿Por qué? Porque la verdad va a ser difícil de decir. O sea, muchas veces como que cambias de tema o no sabes cómo decirlo o te apena. Pero siempre decir la verdad nos va a hacer sentir libres y nos va a traer paz.
Cuando somos sinceros el uno con el otro en todo sentido, cuando somos sinceros en nuestros sentimientos, en nuestras necesidades, en los dolores, en mis deseos, hasta en mis fracasos. En cualquier cosa de tu alma es cuando te vas a conectar más con tu pareja. Y creo que eso es muchas veces también esa verdadera intimidad de conocernos el uno al otro. De tener la seguridad de que no me estás mintiendo. Es desnudar mi alma enfrente a ti y decir realmente cómo nos sentimos y expresarnos en voz alta.
También, ¿te acuerdas? Es algo que habíamos dicho en el primer capítulo. Se llama pensar en voz alta. Porque creo que si tú eres como yo, muchas veces quieres, como que tú quieres decir algo pero no lo dices. O sea, como que muchas veces no sabes cómo decirlo. Yo soy así. No sé por qué Dios me hizo así. Es algo en lo que yo tengo que trabajar de hablar. O sea, soy muy pasiva. Me cuesta decir las cosas.
Así que eso es lo que Dios nos está diciendo. O sea, más sinceridad en todo momento. El decir las cosas. Porque sí, podemos llegar a este punto de esconder cosas que a lo mejor son insignificativas y que a lo mejor tu esposo sí te puede decir, pero es que yo te pude haber ayudado. Es que yo pude haber estado ahí para ti, pero no me lo dijiste. Entonces Dios nos habla de abrir nuestro corazón, de ser sinceros en todo momento y sobre todo dejar a un lado las mentiras.
Esto está en Efesios 4.25 que dice, Así que dejen de decir mentiras. Digámonos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo. Eso es por parte de la sinceridad, chicas. Y por último, la fidelidad. Este tema se me hizo interesante porque creo que nuestra noción en el matrimonio sobre la fidelidad es un poco superficial. ¿Por qué? Porque creemos que ser fieles a nuestros esposos es no relacionarnos con otro hombre, ni física ni emocionalmente.
Y claro que esto es verdad. Esto sí es fidelidad, pero también la fidelidad va mucho más allá. Una persona fiel es una en la que se puede confiar. Una persona fiel es una en la que se puede depender y creer. Y es alguien en el que se puede descansar. Porque en muchos matrimonios hay personas que son fieles físicamente, pero no emocionalmente. O sea, no puedes depender del otro para que te ayude en algo. Existe poca confianza, existe poca seguridad.
Entonces, esto hablaba de tal cual como que la fidelidad en general es ser confiado en todos los aspectos. Ser confiados en nuestras cuestiones del corazón, así como también en las del cuerpo. O sea, serle fiel a tu pareja significa que él va a poder depender de ti para que tú hagas lo que prometiste, para que cumplas con lo que tu pareja te encomendó. Él puede estar seguro de que tú vas a cumplir con lo que prometiste.
Y un ejemplo, chicas. O sea, esto puede ser por decir, voy a ser fiel en lo que prometimos de mantener nuestro presupuesto mensual. Voy a ser fiel en esto. Voy a ser fiel en llegar a casa cuando te dije que lo iba a hacer. Voy a ser fiel, ¿por qué? Porque tú puedes confiar y descansar en mí, que yo voy a estar al pendiente de las actividades de la escuela de mis hijos. Yo voy a estar al pendiente, yo voy a recoger a mis hijos a la guardería.
Tú puedes descansar, que yo voy a comprar la comida y que nunca va a faltar nada en la despensa. O por decir, nosotros podemos confiar en nuestros esposos, de que ellos van a hacer los pagos de la casa o todos los pagos que se tengan que hacer en fecha y en orden. Esto también habla sobre la fidelidad. En otras palabras, ser fiel en todo sentido. Significa el que yo no me tengo que preocupar, porque sé que él lo prometió y sé que él lo hará.
Y por último, es importante también mencionar sobre esto, cuando cometemos adulterio emocional, que quiere decir que estamos usando otras cosas de la vida para apartarnos de nuestra relación. Puede ser que a lo mejor tu matrimonio no vaya del todo bien y tú estás empezando a usar ya sea relaciones, amigas, amigos o cosas para alejarte de tu pareja. Como que, ya sea inconsciente o inconscientemente, a lo mejor le estás dando más importancia a tu trabajo, a tus proyectos, a tus hijos.
Cosas que te están tomando más tiempo y energía de ti. Cosas que estás poniendo más tiempo en eso que podrías estar poniendo en tu relación. Y eso entonces está interfiriendo en tu relación. Eso es tan importante y es algo que me enseñó mi pastora y bueno, yo lo aprendí también a través de la Biblia, sobre las prioridades. Creo que siempre, y es lo que tenemos que orar, chicas, que Dios nos mantenga siempre con la mirada bien abierta, con nuestros hijos bien puestos en nuestras prioridades.
¿Quiénes? Primero era Dios, nuestro matrimonio, nuestra pareja, y luego nuestros hijos, y luego la persona que trabaja en nuestro hogar y todo. ¿Por qué? Porque tan fácilmente sí nos podemos estar enfocando en nuestro trabajo, en mis proyectos, en mis hijos. Y entonces le estamos como que... O sea, sí, estamos dejando a lado nuestro matrimonio. ¿Qué pasa? Nos vamos a lo mejor a encontrar en un momento de dificultades. ¿Y es que qué hicimos? ¿Y es que cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué estamos peleando? ¿Por qué estamos discutiendo? ¿Por qué? Porque no le dimos la importancia que era, que es el segundo lugar después de nuestra relación con Dios.
Por eso es bien importante ser fiel a nuestra pareja, y es algo que digo yo como que tengo que estar preparando esto y que toma... O sea, es algo que Dios habla mi vida. O sea, que esto toma parte de mi tiempo, porque trabajo y los niños, más esto, pues sí es algo que tengo que hacer y que toma de mi tiempo. Pero yo le digo a Gabriel, ¿sabes qué? Siempre que tú me necesites, yo voy a estar ahí.
Y yo le digo, es una forma de demostrarte que tú eres mi prioridad. ¿Por qué? Porque yo a veces, muchas veces sí, aunque yo esté escribiendo o aunque esté leyendo, si él me llega a decir, oye, necesito hablar contigo, yo sí le digo sí. O sea, me pasó ahorita. O sea, como unos minutos antes. Oye, es que necesito hablar contigo. Sí, ¿sabes? O sea, yo confío en que Dios me va a dar las palabras para hablar en estos momentos y todo.
O sea, pero es como con todo cariño se los digo. O sea, que aun cuando tengan sueños y proyectos y todo, su prioridad va a seguir siendo su matrimonio, ¿no? Seguir siendo fieles a nuestro matrimonio. Por último, ya te dejo el versículo en 2 Timoteo 2.13, que dice, si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo. O sea, Dios se va a mantener fiel aunque nosotros fallemos. Y es lo que nuestro matrimonio requiere también, que nosotras sigamos fieles a nuestro matrimonio en todo sentido, como lo acabamos de ver ahorita, ¿verdad? Y que no permitamos que los fracasos en nuestro matrimonio, que sus defectos sean una excusa para la infidelidad.
Creo que es algo que nos tenemos que grabar bien, chicas. No permitamos que sus defectos, que las dificultades, nos lleven a ser infieles a nuestra relación, ¿verdad? Que nos podamos seguir comprometiendo a nuestro matrimonio. No permitamos que nada intervenga hablando de esto, del trabajo, de todo. Yo sé que tenemos que hacerlo y que es importante, pero Dios nos está diciendo, es más importante tu matrimonio, tu relación con Dios y tu matrimonio. Así que sigamos siendo fieles a Dios y sigamos siendo fieles a nuestra pareja, en todo sentido, así como lo acabamos de aprender.
Así que esto era, por mi parte, lo que Dios quería hablar a nuestra vida.