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The pastors Daniel and Carolina Sandoval thank their listeners for connecting with them and offer prayer and support. They provide their contact information and invite people to follow them on social media. They emphasize the importance of hearing God's voice and not solely relying on pastors. They share a personal experience of God speaking to them and discuss the importance of attending to God's house. They refer to the book of Haggai and talk about the need to restore God's house, both individually and as a church. They highlight the significance of Eden as a place where God dwells with His people and emphasize the desire for communion with God. They discuss the need for holiness and dedication in the church and the ultimate goal of living together with God. ¡Bendiciones! Somos los pastores Daniel y Carolina Sandoval y queremos darles las gracias por conectarse con nosotros. Y si es primera vez que usted nos escucha, sabemos que no es coincidencia. Si gusta visitarnos o si necesita oración, estamos aquí para orar por ustedes y servirles. Nos pueden llamar al 469-892-5741, 469-892-5741. Si desea seguirnos en las redes sociales, búscanos en Facebook y en Instagram bajo los nombres ElReyJesúsDallas o KingJesusDallas. Igualmente en YouTube tenemos nuestra página en KingJesusDallas. Ahí nos puede ver todos los domingos comenzando a las once y media de la mañana. Estamos transmitiendo en vivo nuestro servicio. ¡Bienvenido! ¡Bienvenido! ¡Bienvenido! ¿Están listos para recibir la palabra? ¿Están listos para recibir la palabra? Tengo notas que el Señor habló directamente a mí. Estos últimos días he sido súper sensible. El Señor ha estado hablando y hablando. Son cosas hermosas. Pero mi anhelo y mi deseo es que no sea solamente el pastor, sino que ustedes también, y gracias a Dios he escuchado testimonios, también estén escuchando al Señor constantemente. Creo que el éxito de un pastor, la responsabilidad de un pastor, de acuerdo al libro de Efesios, capítulo cuatro, es llevarlo a la madurez, llevándolo a la fuente que es Cristo. Y que no se vuelvan dependientes de su pastor. El Señor te quiere hablar y te quiere hablar mucho. Es más, su presencia viene porque su voz está disponible para hablar. Cuando viene su presencia. Entonces estamos viviendo en una temporada, en un tiempo, donde el Señor está tratando de hablar. Él está trabajando su propósito en nosotros. Y entonces tenemos que ser muy sensibles y receptibles a lo que el Señor está diciendo. Quiero compartir con ustedes algo que me sucedió a mí el 31 de diciembre, en la madrugada. Tengan en mente que esa noche íbamos a tener el servicio de fin de año. Y estaba en la madrugada, estaba durmiendo, y de repente oigo al Señor hablarme en una voz audible. Y el Señor me pregunta y me dice, ¿qué de mi casa? Y cuando oí su voz, me desperté en un espanto. Y sabía de una vez adónde Él me estaba dirigiendo. Y es el libro de Ageo, capítulo uno. A mí me vino un temor de Dios enorme, ya que en mi espíritu, yo sabía que el Señor estaba dando instrucciones, pero a la misma vez, Él estaba llamando a la iglesia a atención. Y cuando el Señor te habla a ti en una voz audible, y te sacude, es un terror. O sea, no es algo... No es algo muy bonito. No me ha pasado muchas veces, pero el temor de Dios vino sobre mi vida, y a la misma vez vino un gran dolor y me sentí como quebrantado de corazón. Al leer el libro de Ageo, capítulo uno. Ni siquiera lo tenía que leer, y ya sabía para dónde Él iba. Y entonces, compartí este mensaje en algún aspecto con el liderazgo, y por más que quiero edificar en otra área, el Señor me sigue jalando para acá. Yo quiero ser fiel con lo que Él ha ido poniendo en el corazón. ¿Está bien con ustedes? ¿Está bien? Es el deseo del Señor que podamos atender a su casa. Estamos viviendo en un tiempo donde el Señor quiere su casa de regreso. Y al leer el libro de Ageo, capítulo uno, hay tres individuos que son mencionados, de los cuales el Señor habla a ellos. Y al hablarles a ellos, lo que más Él enfatizaba era de cómo su casa estaba en ruinas. Y cómo su pueblo estaba en sus propias casas, edificando sus propias casas. Si podemos ir a Ageo, capítulo uno. Ageo, capítulo uno, voy a leer el versículo dos. Capítulo dos. Versículo dos, así ha hablado Jehová de los ejércitos diciendo, entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Ageo diciendo, es para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas y esta casa está desierta. Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos, meditad bien sobre vuestros caminos, sembráis mucho y recogéis poco, coméis y no os saciáis, bebéis y no quedáis satisfechos, os vestís y no os calentáis y el que trabaja al jornal recibe su jornal en saco roto. Entonces el Señor está hablándome a mi vida sobre esto. Y no solamente de su casa, esta casa. Sino que Él está hablando de la casa de Él que es toda la iglesia. Y cómo la casa de Dios está en ruinas. Y por qué es que está en ruinas. Porque la casa del Señor hay manos de hombre puestos donde son cosas sagradas que le corresponden a Dios. Hay sistemas religiosos que han reemplazado la guíanza del Espíritu. Sin embargo, el corazón de Dios siempre ha sido Él habitar con su pueblo. ¿Cómo fue de que Dios obtuvo una casa? A través de la vida de David. David en su corazón propuso edificarle una casa a Dios. Y eso tocó el corazón de Dios. Pero si nosotros vemos en el libro de Génesis y vamos desde un comienzo cuando Dios creó al hombre Él creó un lugar para Él habitar con él. Él busca una casa para Él habitar. Y sí, nuestro corazón es un lugar donde Él habita. Pero a Él también le agrada habitar entre sus hijos. Génesis capítulo 2, versículo 7. Ahí vemos cómo Dios formó al hombre. Y Dios formó al hombre de la húmedad del suelo el respiro de la vida. El hombre se convirtió en un ser vivo. Versículo 8. El Señor Dios plantó un jardín al oeste de Edén y allí plantó al hombre al que formó. El hombre Dios le formó le creó un lugar específico especial para ubicar al hombre. Dios no formó al hombre hasta que él tuviera su lugar para el hombre. Y ese lugar se llama Edén. Diga conmigo, ¿cuál es el lugar? ¿Cuál es el lugar? ¿Cuál es el lugar? ¿Cuál es el lugar? ¿Cuál es el lugar? ¿Cuál es el lugar? Diga conmigo, Edén. Edén representa la presencia del Señor. Edén representa la presencia del Señor. Pero también representa el lugar de habitación de Dios con el hombre. El lugar donde Dios habita con el hombre. El lugar donde Dios habita con el hombre. En Edén Adán tenía acceso a Dios. Ellos caminaban juntos. Ellos hablaban juntos. Desde el principio Dios deseaba que el hombre y él habitarían, que tuvieran relación. Eso estaba en su corazón. Que el hombre tuviera un lugar de habitación. Que Dios tuviera un lugar de habitación. Y que los dos pudieran estar juntos. El hombre fue creado para habitar con Dios. El hombre fue creado para compartir espacio juntamente con él. Para que Dios pudiera hablarle a él. Dios nunca nos creó para nosotros vivir ausente de él. Dios nunca nos creó para nosotros desarrollar nuestra vida sin él. Y lamentablemente y voy a hablar quizá de una persona y voy a hablar quizá de una perspectiva que para muchos no hablarían. Porque yo no necesito darle un teatro. No necesito hacer cosas. Necesito hablar la verdad. Para eso he sido llamado. Yo he sido llamado a hablar verdad. Hablar la verdad de Dios y alimentarlo con la verdad. Entonces la verdad de repente quizás va a ofender a algunas personas. Pero ¿sabe qué? No es mi verdad. Es la verdad de Dios. ¿Y por qué es la verdad de Dios? Lléveselo con el Señor. ¿Estamos? Solo para decirles. Entonces cuando pecó el hombre los planes del diseño original todavía estaban ahí. Él quería habitar con el hombre. Él quería vivir con el hombre. Su deseo era que el hombre y él estuvieran juntos. Un lugar de habitación no solo para el hombre pero él quiere una habitación para ciudades, para comunidades, para naciones. Yo he compartido con ustedes en el pasado en el libro de Revelación donde dice habla a la iglesia de Filidelfia. No le está hablando a una iglesia. No le está hablando a un ministerio. Le habla al cuerpo de iglesias en esa ciudad. Le habla al cuerpo de iglesias que están ahí porque él desea de habitar ahí en una ciudad, en una nación llena pero empieza con una casa. Empieza con una. Y yo estoy creyendo en el Señor que está levantando casas de su presencia que le desean que quieren estar con él. Que quieren habitar con él. Que quieren caminar con él. Que están cansados de la religión. Ahí tienen que decir amén. Estoy cansada de venir a la iglesia y ejercer mi voluntad de ser un líder porque hay un servicio de tres horas en la oración. Escuchen. O quieres al Señor o no quieres al Señor. Déjenme venir. O quieres al Señor o no quieres al Señor. Y lo siento pero estamos viviendo en una línea del Destino. Y todos aquí conocen a Cristo. Pues ese Cristo que tú conoces ¿Él anda por ahí? ¿Él anda por ahí tomando? ¿Él anda por ahí tomando? ¿Ese Cristo que tú conoces anda fumando? ¿Ese Cristo que tú conoces anda murmurando? ¿El Cristo que tú conoces no tiene compromiso? Y no le estoy solo tirando a la iglesia estoy creyendo que el Señor nos quiere levantar. Porque el Señor, mire le estoy hablando proféticamente. El Señor esta temporada trae juicio a todo espíritu demoniaco que ha alejado al Pueblo de Dios de su casa y de su voluntad. Y este juicio viene y ese juicio tocará a aquellos que están en comunión con esos espíritus. Entonces el Señor nos quiere levantar. Hemos sido llamado a ser santos. Hemos sido llamado a la santidad. Hemos sido llamado a la pureza. Hemos sido llamado a la comunión. Levanta tu cruz todos los días y sígueme. Por favor diga amén. Hemos sido llamado a quemar por Él para amarle a Él para caminar en primer amor. Si vas a venir a esta iglesia vas a aprender a quemar por Él. Vas a ser comprometido con Él. Vas a correr a Él. Eso es a lo que hemos sido llamado. Esta iglesia no existe para ser igual como las demás. El Señor tiene una asignación. Y tú eres parte de esa asignación. Y en esa asignación está esa separación para Él. El final de la iglesia termina los dos juntos. Ellos viven juntos. Apocalipsis capítulo 21 versículo 3 Revelación 21, 3 Él dice Y oí una voz alta del Cielo diciendo ¡Mirad! El tabernáculo de Dios está con los hombres y Él vivirá con ellos y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Desde Génesis Él creó un lugar para que vivieran juntos. Y Revelación la iglesia termina junto con Él. La voluntad de Dios siempre ha sido que vivieran juntos. ¿No dijo Jesús? Iré a la casa de mi Padre y prepararé un lugar para que tú estés ahí conmigo. Pero desde Génesis a Revelación nunca ha cesado de querer estar contigo. Nunca ha cesado de querer tener una casa aquí en la Tierra. Siempre ha deseado compartir con sus hijos como lo que experimentamos recién su hermosa presencia dándose y dándose y él en su amor llamando personas por nombre por la gracia de Dios ¿Por qué? Porque Él te ama Él quiere estar contigo Entonces Dios quiere romper todo trapo de religión que está encima de ti. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org