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María Verdú and Belén Lozano, two students of Early Childhood Education, will share an interesting story titled "El Escarabajo Paco" (Paco the Beetle). Paco, a beetle, dreams of being able to swim despite not being able to. He envies his cousins who can breathe underwater and swim. One day, there is a swimming competition and Paco gathers the courage to participate. Although he doesn't win, he enjoys the experience and fulfills his dream. Later, a judge discovers Paco's secret but instead of reprimanding him, he praises Paco's persistence. Paco learns that everyone has their own dreams and abilities. From then on, he no longer hides and swims freely in the pond. Bienvenidos un día más a Mundo Infantil. En nuestro podcast de hoy vamos a tener unas invitadas muy especiales. Ellas son María Verdú y Belén Lozano, dos estudiantes del Grado de Educación Infantil en la Universidad Internacional de La Rioja y se adentrarán en la sección de cuentos para contar un cuento de lo más interesante, titulado El Escarabajo Paco. Ahora sí, sin más dilación, os dejamos con la narración del cuento. Esperemos que os guste. Paco era un escarabajo, pero no de los que podía nadar, y ese era precisamente su mayor sueño. Menos en las zonas árticas, los escarabajos vivían en todos los lugares de la tierra, en los bosques más frondosos, en los desiertos y hasta en las montañas. Pero no resistían el agua salada, aunque sí la dulce. Paco era un escarabajo más y su antepasado más antiguo había vivido hace 270 millones de años. Tenía una foto colgada en el salón. En el pueblo de Paco había escarabajos de todos los tamaños. Los había diminutos, de un solo milímetro, pero también muy grandes, de más de 10 centímetros. Paco era de los medianos y vivía en troncos de madera podrida y en sitios en descomposición, unos de sus favoritos. No todos los escarabajos podían volar, unos eran alados y otros terrestres. Paco era de los primeros, pero él lo que quería era nadar. Por las noches dejaba su mente volar y se trasladaba a arroyos y riachuelos en los que charpoteaba feliz e incluso buceaba. Cuando se despertaba se daba cuenta de que todo había sido un sueño y de que nunca sería un escarabajo acuático como sus primos, los de la charca vecina. Ellos podían respirar bajo el agua y nadar y por eso eran muy especiales dentro de su especie. Paco les tenía mucha envidia y se acercaba siempre a espiarlos escondido detrás de unas hojas. Un día convocaron una competición de natación. El escarabajo Paco se armó de valor y se acercó hasta la mesa de inscripciones esperando que le dejasen participar. No fue así y no pudo ponerse más triste. ¡Tú no eres un escarabajo acuático! ¡Vete a molestar a otra parte! Le cortó tajante otro escarabajo que estaba anotando los nombres de los concursantes. Pero... ¿Yo? ¡Por favor! Balbuceó Paco. ¡Quítate de la fila! ¡Hay verdaderos escarabajos nadadores esperando! Le gritó el otro escarabajo muy enfadado. Paco se fue a casa pero sin darse por vencido. Por las noches se iba a la charca a practicar. Un día casi se ahoga pero todo quedó en un susto. Empezó a desarrollar patas fuertes de nadador. Cuando se creyó preparado fue a comprarse la equipación. Un diminuto gorro y un azanclo para cada una de sus patas. Al verle tan fornido ningún juez del concurso pensó que Paco no era un escarabajo acuático. Así que le dejaron participar. Paco no ganó pero al menos pudo disfrutar de una tarde entretenida y cumplir su sueño de ser un verdadero nadador. Los meses siguientes Paco siguió practicando escondidas en la charca. Hasta que un día uno de los jueces del concurso le descubrió. Lejos de recriminarle que se hubiese hecho pasar por un escarabajo acuático, le felicitó por persistir. Le contó que él cuando era joven había querido ser un escarabajo volador para moverse más rápido a los sitios. Pero para él hubiera sido imposible el cambio. Yo no puedo hacer que me crezcan alas pero tú sí puedes nadar Paco. Le animó a aquel escarabajo anciano antes de perderse en la frondosidad del bosque. Paco se grabó esas palabras a fuego en su memoria y entonces ya nunca más se escondió a nadar en la charca. Paco evidentemente pues no ganó pero al menos pudo disfrutar de una tarde entretenida y cumplir su sueño de ser un verdadero nadador.