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In 2003, the city of Santa Fe experienced a devastating flood that affected many people. 47 neighborhoods were flooded, a third of the population was affected, and 28,000 homes were damaged. Over 183 people lost their lives. One resident, Romina, shares her experience during the flood, including the sounds of the water entering her home and the cries of animals and people. She felt abandoned and deceived by the government but found strength in rebuilding her life. This interview was conducted on the radio and subtitled by the Amara.org community. El agua estuvo aquí durante 10 días. Pero todo, no alcanzamos a llevar nada. Quedaron unas marcas a medida que fue bajando el agua. Ingresó sucia y con un aceite así que dejó distintas marcas. En el año 2003, la ciudad de Santa Fe sufrió una catástrofe. Una inundación como ninguna otra. Donde muchas personas fueron afectadas y hasta el día de hoy están conmovidos al recordar lo sucedido. 47 barrios inundados, un tercio de la población y 28.000 viviendas afectadas, y se conformaron aproximadamente un poco menos de 500 centros evacuados. De acuerdo a cifras oficiales, más de 183 personas perdieron su vida. Entrevistamos a Romina, de 45 años, quien fue afectada por este suceso. Es vecina de Barrio Alfonso y sigue viviendo así en la actualidad. Bueno, el 29 de abril del 2003 fue la inundación acá en Santa Fe. Yo recuerdo que había llovido hacía una semana intensamente, sin parar. Ese día nosotros salimos a hacer unos mandados y a ver cómo estaba la situación que se escuchaba en la radio, en la televisión, y a ver cómo podíamos ayudar a otras personas. Nos regresamos con arena y bueno, cuando nos dimos cuenta pasaba mucha gente circulando con colchones, con televisor, con ropa. Cuando menos nos dimos cuenta, el agua estaba pasando por la calle. A los minutos llegó a la ventana, empezó a ingresar, nos subimos al techo con los animales que teníamos, se escuchó un golpe muy fuerte, como que si uno golpearía un portón muy fuerte, algo así. Y estábamos en el techo, seguía lloviendo, el agua llegó hasta el tapial y nos quedamos ahí durante toda la noche hasta la madrugada. Toda tragedia tiene sonidos, sonidos que no podemos olvidar y resonan en nosotros de manera repetitiva. Bueno, los sonidos eran el golpe ese muy fuerte porque fue el agua que llegó a la casa y bueno, el sonido que había en la casa. Se escuchaban los animales, los animales que lloraban de todo tipo y después durante la noche se escuchaban boquetes. Había gente y tiros e internos, que había gente que estaba haciendo boquetes para robar a otros y escuchábamos muchos llantos, las personas muy mal, muy tristes. Las vivencias son muchas y la desilusión los atravesó. ¿Qué sentí? Sentimos abandono, desolación, engañados, engañados por el gobierno que dieron la palabra que estaba todo controlado y no fue así. Mucha tristeza y dolor sobre todo por no saber si nuestras familias estaban bien o no. Nosotros bueno, después empezamos a pensar positivo y a organizarnos mentalmente y cómo íbamos a volver a empezar porque recién estábamos empezando nuestra familia formal. El testimonio nos comentó lo duro que fue volver a empezar y con todo nuevo. Había que armarse de valor y enfrentar un futuro de reconstrucción. Gracias por escucharnos. Esta fue una entrevista realizada en la radio de la Sotea de la Escuela Normal, número 32. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org