Details
Nothing to say, yet
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
The speaker reflects on death and the fear of being forgotten. They question their identity and express regret for not showing love during their life. They describe being in a funeral, feeling isolated and ignored. They emphasize the importance of cherishing life and not fearing death. They reminisce about their childhood, family, and marriage. They express gratitude for their children and mention their loving wife. At the end, they realize it was all just a dream and express relief and gratitude for being alive. La muerte es tan sólo un sueño. Estoy aquí, encerrado y apretado en esta caúd, oscuro, frío, y en una angustiosa soledad. No escucho nada, no sé si respiro. No me puedo ya mover, pero sigo aún despierto. Y lo que más miedo me da es saber que ya estoy muerto. ¿Quién soy ahora? Nadie puede verme ya. Si creí conquistar el mundo entero, si alardeaba frente a todos mis amigos, si acumulé tesoros, y aquí no tengo nada. Si me sacié con todo lo que alcanzó mi mano, y aquí no tengo a nadie, y ya, y ya no soy humano. ¿En dónde estoy? Dígame, por favor, ¿en dónde estoy? No conozco este lugar. Sólo veo un funeral, y por los rezos, y las risas y la gente que platica, no hay nadie que me salude, o que me brinde una sonrisa, porque ahora soy despojo, o porque sólo soy ceniza. En este recinto social se despiden con abrazos, y a la manera de fiesta llegan arreglos florales. Pero yo no los recibo, ni las gracias puedo darles. ¡Oh, mi Dios! ¡Oh, mi Dios! ¡Es tan grande el sufrimiento! Si me hubiera podido imaginar este momento, que hubiera regalado amor, y evitar así este lamento. Por favor, no quiero ya letanías. Dejen quieto el pensamiento para que alcance el perdón. ¡Sentir la brisa y el viento! ¡Esperar la luz divina, y saber que aunque esté muerto, mi alma es sensible y fina! No estén tristes, no sientan lástima alguna. ¡A todos nos llegará el momento de terminar en la tumba! Pero hoy ya no estoy triste, ahora que lo recuerdo. El día en que yo nací bajaron ángeles del cielo. Me arrulló una dulce madre que me envolvió con sus besos, y viví una infancia feliz, aunque yo fui muy travieso. Pero eso ya se acabó, ya no tengo una familia. Ahora estoy en la fosa y aguardo larga vigilia. No somos nada en la tierra comparando el universo, tan sólo un grano de arena perdidos en el desierto. Con una vibrante alma que Dios me dio en Su momento, y tendré que devolverla a Su legítimo Dueño. ¿Estoy muerto, o estoy vivo, o esto es tan sólo un sueño? ¡Que esté la parca a mi lado! Ya no tengo fundamento. ¡Qué feliz mi adolescencia y las chicas del recuerdo! ¡Qué felicidad es ser joven y sin tener miedo a la vida! ¡Que tuve muchos amores! La verdad ya ni me acuerdo, pero me casé un buen día, con todo y la despedida, y llegaron muchos hijos como bendición del cielo. ¡Que me han llenado de dicha, y son mi mayor anhelo! ¡Oh, mis adorables hijos, ya abandonaron el nido para realizar sus vidas, y de aquí yo los bendigo! No he tenido queja alguna, y son mi mayor riqueza. ¡Que agradecido por esto no debe haber ya tristeza! Me queda mi dulce amiga. ¡Ah, porque yo tengo una esposa! ¡Ella es toda mi alegría, es mi ángel, es mi diosa! Me olvidaba que estoy muerto, y ya no tengo memoria. ¡Que si lo hubiera sabido, no les cuento yo esta historia! Estarán muy sorprendidos o con el miedo a la fosa, pero les juro yo a ustedes que la muerte es otra cosa. ¡Vivan con amor la vida, y lleguen hasta la gloria! Y quizás, un cierto día, ustedes vivirán mi historia. Ya empecé a mover mi mano, y escuché cantar un gallo. Ya respiro, huelo a flores, quiero gritar, y me callo. ¡Oh, por Dios, estoy dormido! Y esto fue una pesadilla. ¡Que de haberlo yo sabido no me duermo en esta silla! ¡Me perdonarán ustedes! Pero esto no fue tan cierto. ¡Qué dicha enorme es la mía! ¡Estar vivo, y no estar muerto!