
La triste realidad golpea a una joven pareja ilusionada por un futuro soƱado, lamentablemente la vida tiene otros planes.
Listen to El y Ella ( No quiero ser como tu ) by Aldayr Silva MP3 song. El y Ella ( No quiero ser como tu ) song from Aldayr Silva is available on Audio.com. The duration of song is 19:40. This high-quality MP3 track has 2116.8 kbps bitrate and was uploaded on 6 Aug 2023. Stream and download El y Ella ( No quiero ser como tu ) by Aldayr Silva for free on Audio.com ā your ultimate destination for MP3 music.
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A man and a woman come from very different backgrounds. He grew up witnessing violence and alcohol abuse in his family, while she grew up in a loving and peaceful home. They meet in their 20s and have a happy relationship, but face financial struggles during a crisis in the 90s. They are unable to afford their dream wedding and eventually separate. The man becomes consumed by alcohol and tragically kills the woman accidentally. He is arrested and realizes he has become like his abusive father. He takes his own life in prison. The story highlights the high rates of gender violence in Mexico, with 70% of women experiencing some form of violence. It emphasizes the need for change and solutions to this issue. Ćl y ella. Ćl creció siendo testigo de gritos, insultos, espejos rotos, manos sangrientas, llantos descontrolados, acciones provocadas por alcohol y sustancias que su padre consumĆa. Tratando a su madre, poco a poco Ć©l sentĆa el dolor de su infancia. Una infancia que mĆ”s adelante le iba a daƱar como hombre, algo muy comĆŗn en su pueblo. Se repetĆa muy a menudo entre las familias el machismo tan arraigado de las mujeres sometidas por la violencia. AsĆ como Ć©l, muchos niƱos vivĆan este tipo de infancias. Ella, siendo parte de un hogar totalmente diferente, los padres totalmente alejados del estilo de vida que Ć©l tenĆa, el alimento de la familia de ella era de tolerancia, amor, paz, era tranquilidad. Sus padres aportaban, hablaban y siempre con la idea de seguir creciendo con la familia. Nunca se sometĆa la mujer a la violencia, nunca era violentada su madre. Al crecer, el chico salió de su pueblo con la ilusión de alejarse de toda esa violencia, tener una carrera y ser un hombre de bien. Si bien tuvo que hacerse de paciencia, era un joven que siempre pensó las cosas, siempre intentando hacer y tomar decisiones correctas. El evitar la violencia, el preferir alejarse antes de tener un enfrentamiento con alguien, prometiĆ©ndose a sĆ mismo que Ć©l nunca se convertirĆa en el padre que tuvo, alejĆ”ndose de la bebida, sustancias, pero sobre todo, no ser ese hombre violento que su madre tanto le sufrió. Se conocieron poco despuĆ©s de los 20, durante la carrera, Ć©l ya varios aƱos alejados de su pueblo y ella siguiendo los pasos de sus padres, ese ejemplo que le habĆan dado. Dos jóvenes centrados, si bien con pasados distintos, pero con el futuro bien en claro. Nunca fue una relación perfecta, pero convivĆan, hacĆan muchas cosas juntos, eran felices. La paciencia de Ć©l y la claridad de ella, hacĆan que los problemas tuvieran solución. Ćl siempre alejĆ”ndose del hombre que vio como su padre y ella siempre acercĆ”ndose mĆ”s a la mujer que le inculcó su madre ser. Era un ejemplo de relación, una relación muy ejemplar, sana. Al terminar la universidad, se encontraban muy emocionados, porque por fin iban a tomar esa decisión que tantas veces habĆan platicado, el vivir juntos, el casarse, el tener su propia familia. Ćl, la familia que nunca habĆa tenido y nunca habĆa conocido, y ella seguir los pasos de la familia que sus padres le inculcaron, aƱorando ser la mujer trabajadora, emprendedora, junto con su esposo. Y que mĆ”s que con Ć©l, la persona que amaba tanto, la persona con la que se habĆa comprometido a estar el resto de su vida. Iniciando con ilusión, con esperanza, llegó el momento de tomar la decisión de vivir juntos. El poco a poco trabajar para tener esa boda de sus sueƱos, esa boda que tanto habĆan platicado. Ya con el anillo de compromiso, si bien Ć©l alejado de su pueblo, pero bien en claro el tipo de familia que ella querĆa recibir. Fueron los noventas ya mĆ”s maduros. Lamentablemente no se dieron cuenta que los noventas venĆan con una crisis que nos iba a afectar a todos. Una crisis que poco a poco los alejaba mĆ”s de ese tipo de familia que siempre soƱaron tener. Poco a poco mudĆ”ndose de vecindarios a unos mĆ”s conflictivos, a departamentos o lugares mĆ”s pequeƱos. A pesar de vivir juntos esa ilusión de casarse poco a poco se alejaba. VenĆan unas nubes cubriendo su cielo azul. No lo veĆan venir. AĆŗn ilusionados con que un dĆa tendrĆan su boda, poco a poco fueron alejĆ”ndose de esa idea. Esa boda que tanto soƱaron cada vez se posponĆa mĆ”s. Ahora en lugar de bodas batallaban por pagar un simple recibo de luz, de agua. La crisis les pegó tan duro que a pesar de saber administrarse les era muy difĆcil llegar a fin de mes. Mucho estrĆ©s, mucho cansancio. DiscutĆan por un simple recibo de agua o de luz. A veces no tenĆan agua. Su economĆa poco a poco se les caĆa encima. Las discusiones pasivas poco a poco iban subiendo de tono. Ćl entendĆa que poco a poco estaba llegando a ser el padre que tuvo de niƱo. EntendĆa un poco los gritos de su padre de siempre llegar de manera violenta a su casa porque no completaba para muchas cosas y se desquitaba con la esposa. El tono de las peleas iban subiendo de plĆ”ticas a gritos. Un dĆa llegó ella de su trabajo y extraƱamente ella estaba ahĆ cuando Ć©l salĆa mĆ”s tarde. ĀæQuĆ© sucede? Ella le pregunta. Recorte de personal. Ćl fue el primero que perdió el trabajo. Semana muy pesada. Si bien no era violencia fĆsica, poco a poco las discusiones se le iban saliendo de control a los dos. Llegaron las cosas. Llegó el momento de empeƱar cosas de valor. A pesar de la ilusión que tenĆan de boda, del vivir juntos y de realizar y tener su propia familia, ella regresó a vivir con sus padres. Ćl tomando trabajos cada vez menos mĆ”s aptos a sus capacidades, con un menor salario, pero era lo que podĆa dejarle algĆŗn ingreso de manera inmediata. Con el mundo encima, ya habĆa pasado un mes y ellos seguĆan alejados. No habĆa fecha de regreso. Ćl siempre se alejó de las bebidas, del alcohol, de las drogas. Siempre quiso estar lejos de esas sustancias, a pesar de los problemas que tenĆa. Nunca quiso arroparse en esas sustancias. Siempre con las ganas de comerse al mundo y poder salir de esta crisis para que ella pudiera regresar, pasaba el tiempo mĆ”s y mĆ”s lejano de volver. Poco a poco se daba cuenta que la relación ya estaba perdida. Durante esos dĆas, ella fue a visitarlo. Fue a recoger unas cosas que habĆa dejado en su departamento. AĆŗn se le veĆa el amor en sus ojos a ambos, y por eso mismo, la tristeza. Vengo a recoger unas cosas y a dejarte esto que te va a ayudar mĆ”s a ti que a mĆ. Le extiende la mano y Ć©l ve el anillo de compromiso. Ese anillo, el cual Ć©l habĆa ahorrado tanto tiempo para proponerle matrimonio, desde su Ć©poca de estudiante, el trabajar medio tiempo, el ir a la universidad, el tener todo listo para casarse inmediatamente terminada en la escuela, lo tenĆa en la palma de su mano. Ya no era tan bello como el dĆa que se lo regaló. Ahora solo le daba mĆ”s olor. Cerrando los ojos y buscando el culpable, si habĆa sido Ć©l, si habĆa sido la economĆa, el administrarse mal, quĆ© es lo que habĆa sucedido en ese bache de malas decisiones. Era momento de que ella se fuera, refugiada en el alcohol, rompiendo su promesa de no beber, de no caer en esas adicciones. Al parecer el enviagarse era su salida. Tristemente se convertĆa en esa persona alcohólica que lo fue su padre. Esa persona a la que querĆa alejar lo mĆ”s que se pudiera, la que le hizo tanto daƱo. Juró nunca convertirse en ese monstruo que vió en su padre, pero lamentablemente ya llevaba dos dĆas ahogado en alcohol. No supo ni cómo ni en quĆ© momento solamente reaccionó y despertó. Se preguntaba por quĆ© habĆa tanto vidrio roto. Al verse las manos, tenĆa sangre en sus puƱos. Poco a poco veĆa imĆ”genes en su cabeza, en el cual Ć©l estĆ” golpeando vidrios, convirtiĆ©ndose en el padre, cegado totalmente, con un dolor de cabeza que Ć©l nunca habĆa experimentado. Una cruda fatal. Un olor que nunca habĆa experimentado. OlĆa tan mal que ni tomĆ”ndose una ducha pudo quitarse el olor. Despierta, reacciona, empieza a recoger todo y de repente toca en su puerta. Esa ella volvió. Abre la puerta. SĆ, buenas tardes, dĆgame oficial. Con una luz heladora del dĆa, dĆgame cómo le puedo ayudar. Alejandro GonzĆ”lez, sĆ soy yo. Apenas reaccionando, siente un frĆo en la espalda cuando le dicen, tiene que acompaƱarnos, joven. Tiene una orden de arresto por el asesinato de la joven Diana Huerta. ĀæQuĆ©? ĀæQuĆ©? Inmediatamente lo empieza a recordar todo. La sangre en el piso no era de Ć©l, era de ella. El dĆa que le entregó el anillo, se cegó. Golpeando, gritando, entre la tristeza y el alcohol y el sufrimiento de lo que estaba sucediendo, sin darse cuenta, la habĆa asesinado. Eso explicaba la sangre en todos lados, era sangre de ella. Al tratar de huir, al tratar de salir de ahĆ, ya la habĆa lastimado demasiado. Le habĆa hecho una herida que poco a poco la desangró. En su celda y despidiĆ©ndose de su vida, con marcas en su rostro por golpes y torturas de otros reos, se dio cuenta que habĆa cometido el error de muchas personas. Se habĆa convertido en su padre. Peor, llegó mĆ”s lejos que su padre. En un momento de tranquilidad, esa tranquilidad antes de morir, solamente escuchaba los gritos y los balbuceos de otros reos, que desde su celda le gritaban, estĆ”s muerto, asesino de mujeres, aquĆ vas a ser nuestra mujer. Uno de los guardias, mientras hacĆa su ronda, pasa por su celda y se le queda viendo. Y le dice, ay Alejandro, ay Alejandro, no solo la mataste a ella, mataste a tu hijo. Estaba embarazada cuando llegó al hospital. Cuando llegó moribunda, se dieron cuenta que tenĆa dos meses de embarazo. Bienvenido al purgatorio. Los dĆas siguientes, ya no sentĆa dolor. Una maƱana, encontraron el cuerpo de Alejandro en su celda. SĆ, de ese mismo Alejandro, que juró que nunca serĆa como su padre, que muchas veces se lo repitió. Se repitió y se repitió, que no querĆa ser como Ć©l, no quiero ser como tĆŗ, no quiero ser como tĆŗ, pero lamentablemente, Ć©l fue peor. Gracias por escuchar esta historia. Gracias por prestarme su tiempo. Gracias por prestarme su tiempo y apreciar esta triste historia. Lamentablemente, MĆ©xico tiene una de las cifras mĆ”s altas en LatinoamĆ©rica y en el Caribe en cuanto a violencia de gĆ©nero. Se estima que el 70% de las mujeres de 15 aƱos en adelante han experimentado al menos un incidente de violencia. Uno de los principales delitos cometidos contra la mujer son de abuso sexual, que representan el 42% de este 70%, y violencia fĆsica, verbal o psicológica, el 37%. Lamentablemente, ocupamos el segundo lugar en LatinoamĆ©rica con mĆ”s femenicidad. Son de las cifras mĆ”s tristes que vas a escuchar en la vida. Esperemos pronto solucionar esta situación. Gracias.
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