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Today is the solemnity of the Holy Trinity. Love is essential in human life, but in today's materialistic and spiritually blind world, there are attempts to explain love purely from a physical or medical perspective. Love is a complex phenomenon that involves chemical reactions in the body, but it cannot be reduced to just chemistry. Love is an integral experience that transforms the body, emotions, and sensitivity of a person. We profess faith in one God, who has revealed Himself as Father, Son, and Holy Spirit. This Trinitarian God created us to be united with Him and transformed into His likeness. Just as human love cannot be explained solely by science, our God cannot be fully understood through theology alone. God is a profound mystery that is known through the heart. We are invited to participate in the divine love of the Holy Trinity and to reflect this love in our relationships with others. Knowing God as love and believing in Him will transform our lives. On this theological f Palabra de vida hoy, solemnidad de la SantÃsima Trinidad, al pan por la Palabra. DecÃa un amuno, el hombre es un animal que ama. El amor es esencial en la vida humana, es lo más noble de ella, y hoy, un tiempo tan materialista y ciego a lo espiritual, se multiplican los intentos por explicar el amor desde un punto de vista meramente fÃsico o incluso médico. El amor es un fenómeno complejo que provoca una serie de descargas de sustancias como la dopamina y la serotonina, produciéndose una serie de reacciones que afectan a toda la persona, porque nos hacen sentir bien, felices, radiantes. No faltan estudios médicos que dicen que el amor es la consecuencia de estos procesos, que no es más que quÃmica humana. El amor es una experiencia integral de la persona que no se puede reducir a reacciones quÃmicas, pues no brota de ellas sino que las causa, comprometiendo y transformando el cuerpo, las emociones y la sensibilidad de la persona, por haber comprometido y transformado primero su alma espiritual. Hoy estamos celebrando la solemnidad de la SantÃsima Trinidad, el misterio central de nuestra fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sà mismo. Desde siempre, con la palabra Dios, el ser humano ha querido designar la realidad primera y fundante de todo lo que existe. Algunos pueblos antiguos pensaban que las grandes fuerzas de la naturaleza y los astros eran dioses. Nosotros profesamos la fe en un Dios único, que asà ha ido revelándose a lo largo de la historia, revelándose como el Dios vivo, el que es, el clemente y misericordioso. En la plenitud de la revelación que es Jesucristo encontramos la revelación plena de Dios. Es uno. Es absoluto, increado, perfecto. Todo ello o no serÃa Dios, pero como el amor es su ser, su esencia, es también comunidad de amor, Padre, Hijo y EspÃritu Santo. Asà se nos revela y asà se nos manifiesta. Este Dios trinitario nos ha creado para hacernos suyos, para que aceptemos vivir unidos a Él, para ser por Él transformados en lo que Él es. Como imagen semejante de ese Dios que es amor de donación, libre y sabio, Él espera de nosotros una respuesta libre y un seguimiento fiel por el camino que es Cristo, la senda del amor divino encarnado, el camino de la santificación y sobreexaltación de todo lo humano por la fuerza unitiva y transformadora del amor mayúsculo que es Dios, una fuerza que sólo se desarrollará en quienes le acojan y le acepten, viviendo de Él, viviendo como Él. Al igual que el amor humano no puede ser explicado sólo desde la ciencia, nuestro Dios tampoco puede explicarse sólo desde la teologÃa, porque Dios es un misterio profundo. No existe del modo como existen las cosas o las personas. El conocimiento de Dios no se alcanza sólo con la razón sino con el corazón, porque Dios es amor, es una eterna comunicación de amor en la unidad de la SantÃsima Trinidad. El único Dios es una comunidad de amor entre las tres personas y nos invita a participar de su ser, de su amor, para que miremos a lo alto y podamos clamar Abba, Padre. Somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Por esta razón la fe en Dios Padre, Hijo y EspÃritu Santo se expresa no tanto con la teologÃa como por el agradecimiento y la alabanza que se hacen carne por el amor fraterno, ese acto de culto al Dios del cielo por hacerle presente en nuestras relaciones, por el modo de evidenciar que somos hijos de Dios al tratar a los demás como hermanos. El que conoce a Dios como amor y cree en Él cambiará su vida, del mismo modo que el enamorado no sólo habla de su amor sino que lo manifiesta en todo su ser y actuar sin poder sofocarlo ni contenerlo. En una fiesta tan aparentemente teológica como la que celebramos hoy, se nos llama a refrescar nuestro enamoramiento para ser impulsados y transformados por el sendero de la vida cotidiana a fuerza de ese amor que es Dios en nosotros. Paz y bien, con un abrazo fraterno de parte de vuestros hermanos franciscanos, desde Toledo.