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MRTES XIII   TO

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VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

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In this Gospel passage, Jesus calms a storm while his disciples are on a boat. The speaker relates this story to the challenges of the present times and emphasizes the need for strong faith. They discuss the power of the enemies of God and humanity and the importance of rooting oneself in faith. The speaker also comments on the crisis in Spain and Western society, particularly regarding the deterioration of institutions like the family and universities. They encourage believers to rely on the Lord's presence and to live out their faith through actions, conscious choices, and activism. The speaker believes that by living according to the truth, peace and reconciliation can be achieved, even if progress is slow. They conclude by emphasizing the importance of hope and truth in making the world a better place. Palabra de vida hoy, martes décimo tercero del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. Del Evangelio según San Mateo. En esto se produjo una tempestad tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas. Jesús dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole, Señor, sálvanos, que perecemos. Él les dice, ¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe? Parafraseando a Santa Teresa de Jesús, en tiempos recios se requieren amigos recios de Dios. Y los tiempos que nos está tocando vivir están siendo bastante recios. Para no caer en la desesperanza, volvamos los ojos a la enseñanza de la historia, para comprobar que pocas cosas se ciernen sobre nosotros que sean nuevas, aunque indudablemente nunca la potencia de los enemigos de Dios y del hombre ha sido semejante a la potencia destructora que hoy se esgrime contra la vida, contra la libertad elemental y contra el mismo planeta que a todos nos sostiene y nutre. Porque en estos tiempos necesitamos, como nunca, enraizarnos con firmeza y radicalidad En la mayor fortaleza que nos proporciona la fe, la Iglesia nos trae hoy el mismo Evangelio que hace dos domingos. En la barca de nuestra vida siempre está Jesús, aunque, si dedicamos demasiado tiempo a los medios de comunicación y a las redes sociales, hoy nos puede parecer como si Jesús, más que dormido a popa, hubiera saltado por la borda. Cuanto más nos parezca esto una realidad, más hemos de mirar esa parte de la historia de la humanidad que es el tiempo de la era cristiana. Así, considerando las dimensiones de las persecuciones, invasiones, cataclismos, pestes y guerras, mirando a los cristianos que nos han precedido y cómo la Iglesia ha salido siempre adelante ayudando a hacer otro tanto a los demás, revitalizaremos en nosotros la confianza en la eficacia de la oración creyente. Nuestra España no está en crisis, sino que es la epítome de la crisis integral por el deterioro de las instituciones públicas que deben garantizar las libertades de todos y los derechos, siempre primero, de los más desfavorecidos y vulnerables. Hoy todo occidente nos va a la zaga. Si bien en pocos países se encontrarán tantas leyes y políticas contra la institución primera y más fundamental, la familia, y tan presentes esas leyes y esas políticas en otra formidable institución, la universidad, en la que otro tiempo se formaba a los ciudadanos no sólo en su especialidad, sino también en valores humanos, en civismo, en cultivar sentido crítico en libertad y tolerancia, en valores humanos tan vasilares como la paz, la acogida, la solidaridad, etc. Aunque en esta partida parezca que quien reparte las cartas sólo tiene bastos y espadas, reservando los oros y copas para sí y los que le hagan el caldo gordo, para reflotar esa minúscula parte de la sociedad que depende de cada uno de los cristianos, recordemos, con todo el vigor de nuestra fe y la urgencia de la necesidad, que el Señor siempre está a nuestro lado, desde el preciso momento de empezar a existir en el seno de nuestras madres. Creer que Dios es amor, que es Padre y que permanece fiel a Su palabra, hace posible para nosotros saber, con la inconmovible certidumbre de la fe, que el Creador de todos, que a todos ama, sin excepción, ¿no podría no estar al lado de todo hombre o mujer de buena voluntad que se empeñe en hacerla contra los poderes de los oligarcas del mal? Nuestras armas, esa fe viva, renovada en comunidad de hermanos, y que se ha de encarnar en nuestras obras, en un estilo de vida alternativo, en opciones en conciencia y, también, en una serena, argumentada y firme palabra ciudadana de denuncia activista, en defensa y proclamación de lo que es indubitablemente verdadero y bueno, porque a todos los seres humanos hace bien. Determinémonos a vivir así, porque la verdad nos hará más libres, haciendo posible a nuestro través la paz y la reconciliación, aunque sea a pasitos cortos, que si bien nunca saldrán en la prensa ni recibirán demasiados likes, harán del mundo un lugar mejor, donde brille la esperanza con el resplandor de la verdad. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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