MIERCOLES XXXII TO

In today's reflection, the readings focus on the responsibility and accountability of those in positions of power and privilege. God warns the rulers and leaders to govern justly and not use their positions for personal gain, or they will face severe judgment. On the other hand, the Gospel reminds believers that they will be held accountable for how they use their wealth and blessings. Those who have been oppressed or lacking will receive more mercy, while the privileged must use their resources to benefit others. We should be aware of our privileges and live in a way that promotes justice and charity. This message comes from the Franciscan family in Toledo. Palabra de vida hoy, miércoles treigésimo segundo del tiempo ordinario. Al pan por la palabra. Del libro de la sabiduría. Aprender soberanos de los confines de la tierra, porque del Señor habéis recibido el poder del Altísimo la soberanía. Él examinará vuestras obras y sondeará vuestras intenciones. Si como ministros que sois de su reino no habéis gobernado rectamente, ni guardado la ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios, terrible y repentino caerá sobre vosotros, porque un juicio implacable espera los que mandan. Al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente castigados. Del Evangelio según San Lucas. ¿No han quedado limpios los diez? ¿Los otros nueve dónde están? ¿No han vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? A quien más se le dio, más se le pedirá. Esta afirmación de Jesús está detrás de las dos lecturas de hoy, pero con destinatarios diferentes según cada una de ellas. En la primera lectura Dios pone sobre vista a los que tienen poder para decidir y actuar en la esfera social y en la vida de quienes componen la sociedad, por el riesgo que supone para ellos no tomar conciencia de sus obligaciones de justicia, sino tomar su posición como un aventaja o beneficio para sí mismos, exponiéndose a un juicio implacable por sus injusticias. Al contrario, quienes no tienen ese poder ni esa posición de privilegio, serán tratados con mucha más indulgencia por el Juez de todos, dado que éstos han padecido los abusos de aquellos y no tenían medios para sobreponerse ante situaciones de riesgo en las que les ponían sus gobernantes. El Evangelio de hoy se desarrolla desde la misma lógica pero cifrando el poder y la riqueza sobre los que se nos pedirán cuentas en la órbita de las riquezas personales que reporta vivir con fe. Los pequeños de la primera lectura que recibirán mayor indulgencia son, en este caso, quienes sin culpa propia no han alcanzado el don de la fe, mientras los poderosos que serán juzgados con mayor exigencia y rigor seremos los creyentes, los que apoyamos nuestra vida en el sentido vital que nos ofrece esa perspectiva existencial más amplia, más alta, más profunda que favorece la fe. Quienes tenemos una posición de privilegio según el enfoque de cualquiera de las dos lecturas, hemos de sentirnos en deuda con nuestros conciudadanos, habiéndose de saldar dicha deuda por hacer fecunda y útil para los demás esa riqueza que nosotros tenemos y ellos no. Decía San Agustín, con vosotros soy cristiano, para vosotros obispo. Lo primer es un privilegio, lo segundo un peligro. Seamos conscientes de los privilegios con que cada uno de nosotros contamos y hagamos los útiles para la vida de otros. No sea que el peligro se haga real y lo que hemos recibido para nuestro bien se convierta en nuestra ruina, por no vivir fraternalmente atendiendo las exigencias de justicia que nos dirige la caridad. Así bien, de parte de los miembros de la familia franciscana desde Toledo.