Home Page
cover of MARTES XII   TO
MARTES XII   TO

MARTES XII TO

VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

0 followers

00:00-05:37

Nothing to say, yet

Voice Overhomilies
17
Plays
0
Downloads
0
Shares

Audio hosting, extended storage and many more

AI Mastering

Transcription

The message from today's reading emphasizes the importance of love and treating others with kindness. The passage reminds us to be cautious in sharing our innermost thoughts and feelings with everyone, as not everyone will appreciate or understand them. It also encourages us to love others as we would like to be loved, even our enemies. The speaker reflects on the complexity of love and the challenges of giving and receiving love. They suggest that true love requires reciprocity, but acknowledge that not everyone is capable of responding in the same way. Despite the uncertainty and potential for disappointment, the speaker urges us to follow Jesus' example of unconditional love. They compare the need for love to a powerful battery that keeps us charged and able to give love freely. Ultimately, they emphasize the importance of being connected to God's love in order to live independently and with fulfillment. Palabra de vida hoy, martes décimo segundo del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. Del Evangelio, según San Mateo, no deis lo santo a los perros ni les echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros. Así pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos, pues esta es la ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos. El hombre es un animal que ama, decía Unomuno, un animal que nunca llega a comprenderse a sí mismo porque el amor, que es su esencia, su proyecto de vida y su sostén, es de por sí un misterio. Un misterio que se hace doloroso cuando se acoge el mensaje de Jesús y se contrasta con nuestra experiencia sobre el amor y nuestra capacidad de darlo. El hombre es un animal que ama, bien, pero Jesús perfila ese amor que nos sabe definir con palabras tan difícilmente aceptables como amad a vuestros enemigos, tratad a los demás como querríais que ellos os trataran, al que te abofetee en una mejilla ofrécele la otra, etc. Tratemos de comprendernos un poco mejor a nosotros mismos comprendiendo un poco más lo que significa amor. El ser humano no es capaz de amar sin ser amado, primero porque ha de reconocer esa capacidad, ha de sentir la grandeza del amor y cómo le hace sentirse seguro, en paz y feliz la opción de otro por él mismo. Segundo, el amor como deseo del bien para otro y compromiso por procurarlo nunca es en nosotros plenamente gratuito, pues siempre esperamos obtener algo, necesitamos obtener algo, no necesariamente a cambio, porque el mercantilismo pervertiría el amor, pero sí para sostener nuestro propio ser por ser amados mientras seguimos amando, con un grado de reciprocidad que nos sostenga y nos permita seguir amando, amar más, amar mejor. Para nosotros, la tarea de amar sólo es posible desde un grado de reciprocidad suficiente, una medida de reciprocidad que no podemos establecer nosotros desde nuestras expectativas y necesidades, una medida de reciprocidad a la que no siempre los otros son capaces de responder. Desde todo esto, al leer las palabras de Jesús, que entre otras extrajimos líneas más arriba, todavía nos hace sentir un vértigo mayor en las tripas y un enorme miedo al pensar en los vínculos más estrechos que vertebran nuestro vivir. ¿Cómo podemos dar amor desde la incertidumbre de ser correspondidos, sincera y suficientemente? Y cuando no nos corresponden, y cuando la persona a la que queremos amar nos obsequia indiferencia, manipulación e incluso nos hiere? Aquí es donde debemos avanzar la película, desde el sermón de la montaña hasta el momento postrero del lavatorio de los pies, el mandato eucarístico del amor siempre y a todos. Amaos como yo os he amado. Si nuestro corazón se focaliza en una o varias personas, pareja, amigos, afines, cualquiera nos puede decepcionar por no ofrecernos la reciprocidad que necesitamos, como nosotros podemos decepcionar a cualquiera. El amor que se da necesita un sólido cimiento, el amor que se recibe, siempre, no hay otro, el amor que se nos ha dado desde antes de llegar a la cuna y mucho antes de poder darnos nosotros, el amor que nos ha enseñado el dulzor y la potencia de vivir amando, el amor que espera siempre, que todo lo perdona, que no lleva cuentas del mal, el amor que no pasa nunca. Así pues, como un iPhone de ultimísima generación, para desarrollar toda su capacidad y desplegar todas sus aplicaciones, necesita una batería potente y un cargador eficaz, el ser humano precisa vivir enchufado a quien le carga y le recarga de amor, saciándolo de forma que él pueda dar y darse sin vaciarse, con libertad y autonomía, con realización personal, no independientemente de recibir o no reciprocidad, pero sí pudiendo sobreponerse a la perfectibilidad de la reciprocidad que recibe o incluso a la ausencia de la misma, con la firme esperanza de que tarde o temprano, donde hay amor, pon amor y encontrarás amor, como dice San Juan de la Cruz. Vive enchufado para ser independiente por ese amor a todos que sólo depende de Dios.

Listen Next

Other Creators