Details
Nothing to say, yet
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
The conversion of the apostle Paul shows the dangers of excessive passion and radicalism. Passion can be good if it is focused on love and the well-being of others. Jesus redirected Paul's extreme zeal for his religious ideals towards a more compassionate and humanizing way of life. Our passion should be directed towards what truly matters and not be swayed by other distractions. Palabra de Vida Hoy, Jueves 3º del Tiempo Ordinario, Conversión de San Pablo. Al pan por la palabra. En la conversión del apóstol San Pablo vemos a un hombre tan lleno de pasión por sus ideales y por la identidad cultural y religiosa heredada de sus mayores que llegaba a los mayores extremos. El entusiasmo, la pasión y la radicalidad pueden estar errados y caer en el radicalismo fanático cuando se toma aquello que suscita la propia pasión como algo más importante que la vida y el bien de los demás, como si fuera algo prioritario por encima del respeto debido a todo ser humano, algo que hoy quizá deberíamos retomar y reconsiderar seriamente muchos cristianos. El problema no es el entusiasmo apasionado sino su enfoque. Reorientado éste, aquel puede ser una fuente de bienes. Eso hizo Jesús con Pablo, reorientarle, no sofocarle. Desde el axioma fundamental de que todo extremismo es pernicioso, como toda regla tiene su excepción, hemos de recordar que sólo extremarse en el amor verdadero por el bien de los demás puede ser un extremo deseable. Cuando una persona llena de ideales cae en el error del extremismo siempre puede ser reorientada hacia una forma humana y humanizante de vivir su pasión. Cuando una persona vive sin ideales y sin pasión hay muy poquito que reorientar. La pasión casi endogámica del hebreo y fariseo Saulo de Tarso por su ideal religioso fue convertida en el imparable entusiasmo de San Pablo por abrir el propio abrazo y el anuncio del Evangelio a toda la humanidad. A imagen y semejanza del abrazo eternamente abierto y ofrecido del crucificado. Donde esté tu tesoro allí estará también tu corazón. Donde pongas el foco de tu pasión vital allí estará el centro y el sentido de tu vida. Elijamos bien hacia dónde apuntamos la aguja de nuestra brújula existencial y no permitamos que nuestra pasión se envidezca por apuntar a otro lugar que es estrella polar que es Cristo. Con afecto de hermanos los franciscanos betoledos saludamos con la paz y el bien.