Details
COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Details
COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
Comment
COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
The reading from the letter to the Romans emphasizes that we should use our bodies for God's service and not for sin. By being freed from sin, we can produce fruits that lead to holiness and eternal life. In the Gospel of Luke, Jesus explains that he did not come to bring peace but division. This challenges us to seek a deeper understanding of his teachings and live according to his values rather than the values of the world. We should strive to be a light of Christ, exposing injustice and protecting its victims. This message reminds us to choose to serve God rather than ourselves. Palabra de vida hoy, jueves vigésimo noveno del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. De la Carta a los Romanos Ahora emancipados del pecado habéis sido hechos esclavos de Dios. Hermanos, uso un lenguaje coherente. Quiero decir esto. Si antes cedisteis vuestro cuerpo como esclavo a la impureza y a la maldad, para que realizase el mal, ponedlo ahora al servicio del Dios Libertador para que os santifiquéis. Cuando erais esclavos del pecado no pertenecíais al Dios Libertador. ¿Qué frutos dabais entonces? Los que ahora consideráis un fracaso, porque acababan en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Del Evangelio según San Lucas ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. Estas palabras de Jesús siempre dejan el cuerpo inquieto, lo que nos mueve a buscar una comprensión más profunda y compatible con la vida y la enseñanza del Señor. Una comprensión auténtica y veraz a la cual nos aúpa hoy la lectura de San Pablo. Vivir según la carnalidad del propio ego y regir la propia vida con los valores del mundo es lo más sencillo y popular, y también incluso rentable, porque la honradez nunca ha cotizado a la alza en bolsa y nunca será fuente de dividendos. Aún el terrorista más sanguinario o el financiero despiadado que se enriquece arruinando familias por doquier tienen conciencia y necesitarán justificar ante sí mismos las dolorosas e inmorales consecuencias de sus actos. Cuanto más seremos conscientes de los frutos de una vida desmadrada y libertina nosotros, que acumulamos pecados, sí, pero no de las dimensiones de los dos ejemplos anteriores, y por ello, aún tenemos una conciencia más o menos clara, libre de la cauterización y de la ceguera que impone la justicia y la inmoralidad autojustificadas como régimen de vida. Bien podemos nosotros entender la dialéctica esclavitud-libertad que muestra San Pablo por tomar como señal al que servir al mundo y al propio yo herolátrico, o, aún desde esa esclavitud autodestructiva e inhumana, convertirse y pasar a uncir la propia vida al yuvo de Cristo, para abrir con Él un único surco, el de nuestra propia vida, que Él regará y sembrará mientras hace de su fuerza la nuestra, para apoyarnos en el cansancio y que la labor nunca nos quiebra el espinazo. Vivir harando con Cristo y como Él siempre nos colocará frente los que lo hacen por y para sí mismos, mientras trituran cultivos ajenos y a quienes los abajan. De la diferencia a la división y de ésta al enfrentamiento o a la persecución, sólo basta con dar el paso de no esconder la propia luz, sino permitir que ilumine a los demás, denunciando a los agentes de injusticia y protegiendo a sus víctimas. ¿Acaso la vida de Jesús y la de tantos santos nos muestran otra cosa? Optemos por ser luz de Cristo, o por ocultar hasta que se extinga la luz de Dios que Él lo ha prendido en nosotros. Cada uno ponga la cruz donde corresponda. Un abrazo lleno de paz y bien de vuestros hermanos franciscanos desde Toledo.