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Y Dios no quiere que ninguno se sienta en el lugar del pecado, sino en el lugar del pecado de los pecados, de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados de los pecados ¡Gracias SEÑOR! ¡Qué linda presencia estamos aquí disfrutando con el Espíritu Santo! ¡Gracias SEÑOR! ¡Bendecimos tu nombre! ¡Qué entusiasmo hay esta noche, eh! Me gustaría que me salude alguien que lo bendiga, y nosotros tomamos este tiempo para saludar a la gente de Canal Luz, a todas las redes que están conectadas en otras provincias, otras naciones de aquí, de Mar del Plata, estamos transmitiendo para la gloria de Dios y que donde se encuentre, Dios los bendiga. ¡Amén! Puede tomar asiento en la iglesia. Estamos felices por esta atmósfera celestial que nos regala el Espíritu Santo. ¿Quién vino a recibir algo en esta noche? ¡Ok! Cuando salimos de casa, preparando el corazón, alabando, diciéndole, Señor háblame, Señor guíame, Señor inspirame, Señor ilumíname. Estamos dependiendo de Él, y cuando estamos en Sus manos, todo es posible. ¡Amén! Hoy vamos a hablar de la fe. ¡Qué tema, no! Vamos a hablar de la fe como que este tema no se agota nunca. No hay manera de que esto se termine. Vamos a hablar de una fe específica, es la fe que nada lo detiene, la fe imparable. Son esos hombres y mujeres que están acá, que están conectados, que dicen yo creo en Dios, y para Dios no hay nada imposible, y Él operará todo lo que ha decidido para esta generación, para este tiempo. ¡Amén! ¡Excelente! Así que los hombres de fe, las mujeres de fe tuvieron grandes desafíos, como no es construir un arca y prepararse para el diluvio universal, y claro pasaban los días, los meses, los años, y cuánta gente se le opuso, y cuánta burla, y cuánta, cuánta situación no controlada humanamente, pero este hombre, imparable, construyó el arca hasta que Dios mismo cerró las puertas, se abrieron los cielos y empezó a llover, y se salvó él y toda su casa. Y en esta noche esa bendición está sobre tu vida. Si tienes fe, una fe imparable, serás salvo con toda tu casa. Todos ustedes queridos, mejor aplauso, creo que algún grito de júbilo, alguna emoción. Gracias Señor. Cuando hablamos de la fe, es el tema que a Dios le impacta, porque es allí cuando las manos están libres para operar. Y como hay mucha gente de fe acá, Dios va a operar. Así que si empiezas a sentir un fuego que cae sobre su vida, es la operación de Dios a través del Espíritu Santo en cada vida, llenándole de lo que a usted le hace falta. Pero cada copa será bendecida hasta que sobre y abunde. Cada hermano será bendecido, el cielo tocará su vida, tocará su ser, preparará su corazón para recibir lo que Dios tiene para su vida. ¿Qué es la fe? Bueno, es la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos. Y ahí en la galería de Hebreos 11 están todos los hombres y mujeres de fe. Pero hacemos una lista rápida sobre este tema. La fe es certeza. La fe es la sustancia divina de Dios. La fe es la garantía que lo que usted espera, Dios lo va a hacer. La fe es el fundamento de la fe cristiana, por eso estamos aquí como Iglesia reunido y una gran multitud. La fe es lo que opera lo sobrenatural y nada lo puede detener. La fe es la seguridad que Dios va a poner en escena en el cielo, aquí en la tierra, en esta noche, en este momento, Dios lo va a hacer. La fe es el idioma del cielo, es lo único que el cielo recibe, son los hombres y mujeres de fe. La fe es el testimonio que por miles de años, hombres y mujeres han logrado lo imposible. La fe es la vida divina que Dios nos da. La fe es la llave que abre los cielos. La fe es lo que agrada a Dios. La fe es imparable. La fe es imparable. ¡Sí, Señor! ¡Gracias, Padre! Así que Dios nos dio a este tema y es porque alguien que está aquí o esté conectado necesita una intervención divina, un milagro, algo fuera de lo normal, y puede estar aquí en esta noche o puede estar conectado. ¿Puede estar aquí esa persona? ¡Diga yo, acá, sí! ¡Eso! Allá arriba, ¿alguno necesita algo divino? Muy bien. Entonces, deje que Dios opere en su vida. A toda la gente que Dios ha usado viene de distintos estratos sociales, distintas familias y de distintas generaciones, pero siempre, pero siempre la fe puesta en Dios es imparable. Así que no sé que te paraba hasta ahora si había una barrera, si había una fortaleza, si había algún gigante. En esta noche se cae delante de tu vida. En esta noche se viene abajo. En esta noche desaparece. ¡Es esta noche! Es esta noche la que opera. No la paran. La fe avanza. La fe conquista. La fe logra todos los sueños, los proyectos, los anhelos. Esa es la fe. Si está en usted, pues póngala en acción, porque nada la detiene. ¿Estamos listos? Veamos personas bíblicas que tuvieron la fe que usted está teniendo en esta noche. Aquí tenemos en el libro de Josué la conquista de la tierra prometida, pero el personaje es alguien que no pudiéramos imaginar que entrara en escena, y es una mujer que tuvo que vivir con una prostitución que toda la ciudad de Jericó la conocía. Y vivía en un muro. Los muros eran impresionantes y en algunos lugares podía entrar un carro con caballos. Y esa vivía en el muro. Y así hay mucha gente en esta generación. No estaba ni en la ciudad ni afuera de la ciudad. Estaba colgada. Y hoy hay muchos colgados. No mire al vecino. Hoy hay muchos colgados. Y que es una persona colgada, que no tiene decisión para una parte ni la otra, y es una persona que tiene una incertidumbre tan grande que no se anima a tomar decisiones, porque viene de situaciones complejas y no quiere hacer nada. Y digo en esta noche, el que tiene fe, todo lo puede. Todo lo puede. El que tiene fe, todo lo alcanza. El que tiene fe, todo lo logra. Y esta mujer se encuentra con dos personas que llegan a Jericó. Eran espías de Josué. Él los manda a recorrer la tierra. Y de pronto del palacio se enteran que hay espías adentro de Jericó. Y empiezan a investigar y descubren que fueron a la casa de Raab, la ramera. Y ella los ocultó. Y cuando vinieron, preguntaron, y ella dice, ya se fueron, ya se fueron. Así que los persiguieron por algunos días y no los pudieron encontrar. Y ella arriesgó su vida por estos espías. Y empieza a hablarle a los espías. Yo sé quién es el Dios de ustedes. Algo muy difícil, porque todo lo que ocurrió fue en Egipto, cientos de kilómetros de ese lugar. Sin embargo, llegó a los oídos de ella lo que Dios hizo con Moisés frente a los ojos de Faraón. Lo que hizo Moisés cuando el mar se abre y pasan en seco más de un millón de personas. Al entrar a la tierra se enfrentan con Dios, dos reyes de los amorreos, y los vencen. Y cuenta testimonio y testimonio de lo que Dios es. Y dice, yo sé que el Dios de ustedes es Dios. Yo sé que el Dios de ustedes es Dios. Y ahora ha temblado toda la tierra y ha desfallecido todo valiente, porque no estamos peleando con hombres, estamos peleando con Dios. Y el Dios de ustedes es Dios. El Dios de ustedes es Dios. No es como los dioses paganos. Él es Dios. Y es el Dios tuyo en esta noche. Es el Dios nuestro en esta noche. Así que de pronto una mujer, que podríamos decir no tiene posibilidades de vida, guarda a los espías y hace un acuerdo, un juramento, que cuando vengan a tomar la tierra, y la toma de la tierra era que los muros de Jericó, caerán. Están cayendo los muros en esta noche. Porque está caminando la fe en algunos de ustedes. Está marchando la fe. Y donde marcha la fe, los muros caen. Donde marcha la fe, donde se pone en acción la fe, los muros, los muros caen. Así que ella les hizo pactar que salvaran su vida y la de toda su casa. Y cuando tomaron Jericó, esta mujer fue salva. Y esta mujer ingresó al pueblo hebreo y se consagró y terminó finalmente casada con un príncipe. Y de esta mujer viene la línea. De esta mujer viene David. De esta mujer de David viene Jesús. Una mujer de fe. Y yo creo que en esta noche hay muchas mujeres de fe en esta hora, acá en la casa de Dios, que pueden dar testimonio que Dios es Dios. Quiero que reciban esta palabra y que escuchen lo que ella declara con sus labios. No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor. A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes testimonios de lo que Dios ha hecho. Pues el Señor su Dios es Dios supremo. Arriba, arriba en los cielos y aquí abajo en la tierra. Él es Dios. Él es Dios. Vamos iglesia. Una mujer de fe. Donde la sociedad se quería deshacer de ella. No tenía lugar en la sociedad, vivía en el muro. Y todos sabían dónde estaba la casa de Raab la ramera. Pero cuando ella tiene que dar testimonio del Dios verdadero, Pero cuando ella tiene que dar testimonio del Dios verdadero, dice, el Dios de Israel es el Dios verdadero. Y es Dios arriba y también opera acá abajo. Y cuando Él venga a estas tierras, por favor, que tenga misericordia de mí. Porque esta mujer sabía que la sepuesta en Dios no la podían parar. Ni los muros de Jericó, ni los ejércitos, ni el diablo, ni los demonios no la pueden parar. Porque está Dios operando donde hay una mujer de fe, un hombre de fe o una iglesia de fe. Allí está el cielo operando para desbaratar todas las obras de la tiniebla. Por eso queda en la historia esta mujer, que no conocemos por qué terminó en esta condición, por qué puso su vida en riesgo. No entendemos un montón de cosas, pero sí podemos leer la Biblia y saber que el testimonio de lo que Dios hace con alguien no queda en ese lugar. Se extiende a otras ciudades, a otras provincias, a otras naciones. Lo que Dios va a hacer con vos no va a quedar acá en Mar del Plata. Va a llegar a toda la provincia de Buenos Aires, toda Argentina y a las naciones, porque será algo tremendo lo que Dios, el Dios del cielo y el Dios de la tierra, va a operar en alguien que está aquí esperando algo divino, algo glorioso, algo sobrenatural. Alguien que le está esperando que los muros comiencen a caer. Ese Dios poderoso hizo vivir a la gente de ese entonces en temor, en pánico. Se le agotaron las fuerzas a los enemigos del pueblo de Dios. Por ahí no estás escuchando bien, pero esta palabra es para vos. A tus enemigos se le agotaron las fuerzas. No pueden hacer más nada. No pueden levantar ni la mano. No pueden moverse. ¡Ya están entregados! ¡Ya están vencidos! Tremendo testimonio de cómo opera la fe. Y cuando ella vio cómo tomaron la ciudad simplemente caminando, y al séptimo día sonaron las trompetas y gritaron, y los muros cayeron. Sin derramar una gota de sangre del pueblo de Dios, los muros cayeron. Así que Dios te va a mover a la fe imparable. Es la fe que derriba montañas. Es la fe que derriba ejércitos. Es la fe que no la pueden parar. Está hablando de vos en esta noche. Porque alguien está aquí esperando una cosa divina de Dios, y Dios se quiere engrandecer en vos. Dios se quiere glorificar. Dios se quiere tocar. ¡Otra mujer! ¡Otra mujer! Completamente distinta. Esta es una chica judía huérfana. Murieron los padres, los hermanos, sin familia. Y un pariente se hizo cargo de ella. Y de pronto esta muchacha tenía algo de parte de Dios. Era hermosa. Bueno, tiene que tener fe. ¿Cómo era esta mujer? Hermosa. Y se casó con el primer mandatario mundial. Y pasó a ser la reina del mundo. Está dando el Espíritu Santo al mensaje a la mujer y a algunas no les están agarrando. Les dio autoridad sobre las naciones de la tierra. Pero en ese tiempo el enemigo planeó destruir a toda la nación judía en todas las naciones. Y esta muchacha entra en acción. Pero para entrar a la corte del rey tenía que ser llamada por el rey. Estaba prohibido. Y si lo hacía, su vida corría peligro. Pero cuando ella se entera de que en tal mes, en tal día y a tal hora van a exterminar al pueblo de Dios, ella no se queda quieta. Entra la fe en acción. Eso es la fe. No se queda. Entra en acción. Se pone a orar. Se pone a llorar. Se pone a aclamar. Se pone a depender de Dios. Porque todos los que tenemos fe, la tenemos por el Dios grande que tenemos. El Dios maravilloso que tenemos. El Dios poderoso que tenemos. Al Dios que bendecimos, exaltamos, glorificamos. Ese es mi Dios. Ese es tu Dios. Así que esta muchacha, cuando se entera del plan diabólico de la destrucción de todos los judíos, dice la Biblia en Esther 3.13, las cartas enviadas por medio de correos a todas las provincias del rey, ordenaban destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, y de apoderarse de sus bienes, de sus propiedades. Todo esto debía hacerse en el día 13 del mes de Eudécimo, que es el mes de Arrar. Y esto llegó a los oídos de ella, y ella arriesga su vida. Se presenta en el palacio y se presenta delante del rey. Y el rey le dice, mi reina, ¿qué pides? Y las mujeres acá tienen que decir, como un suspiro o así, la mitad de mi reino te daré. Y ahí las mujeres, casi como media desmachada, viste, ¿qué pide mi reina? Y le hace un banquete. ¿Qué pide mi reina? Te daré la mitad de mi reino. Hay algunas que no están enganchadas, pero no importa, está bien. Las que están en el espíritu, las están recibiendo. Y dice, mañana te voy a hacer un banquete y te diré mi petición. Al otro día, le hace un banquete espectacular, y le dice, reina, ¿qué pides? La mitad de mi reino te daré. Y ahí descubre el plan diabólico. Dice, van a matarme. ¿Quién te va a matar? Van a matar a toda mi familia, a todo mi pueblo, lo van a destruir. ¿Cómo puede ser eso? ¿Quién es ese perverso que está al frente de ellos? Y dice, es este que está aquí. Y ahí se descubre el plan diabólico, y él muere, muere toda la familia, y los judíos son salvados por una mujer con una fe inquebrantable. Una mujer con una fe que nada la para, que nada la detiene. Una mujer que no se quedó en la comodidad del palacio, ni se quedó esperando a ver qué pasaba. No, no, ella entró en acción. La fe, cuando está en acción, es imparable. Aunque los mismos que están en la corte son los que han hecho ese plan diabólico de destrucción, Dios tiene salvación. Por eso que le hablo a todas las reinas que están acá. Bien, hay pocas, pero buenas reinas. ¿Cuántas reinas tengo yo en esta noche? Levanta la mano y dice, acá estoy, soy yo, Ester. Bueno, en la mitad del reino el Señor te va a dar. Te va a bendecir, te va a librar, y va a darte todo lo que está en tu corazón. Una muchacha, una huérfana, salvas a todo el pueblo de Dios. Aquí tenemos otro caso parecido. Es un muchacho, es un eunuco, un esclavo. Fíjese los personajes que Dios ha elegido. Un esclavo, un eunuco, uno que está en el palacio, que sirve como copero al rey. Tenía que probar el vino, que no estuviera envenenado, y luego le servía la copa al rey. Y este muchacho se entera de todo lo que ha pasado en la historia, se entera. Y cuando uno se entera que la situación es compleja, como está viviendo el mundo en la actualidad, los únicos que avanzan son los que tienen fe. Y una fe que nada, nada la detiene. Y es allí donde usted logra proezas en nombre del Señor. Aquí tenemos un copero, un eunuco, un esclavo, que simplemente hace una pregunta, ¿cómo están mis hermanos en Jerusalén? Y le dice, están en gran mal y afrenta. Dice, no tienen nada. Y no hay nada en pie, hay una desolación completa. Todos los muros, todas las puertas, todo el templo, todas las casas, no quedó nada. Y ahí están en gran amargura, en dolor. Ahí están, humillados, avergonzados, fracasados. Y le contaron toda la historia. Y este esclavo no pudo contenerse y se largó a llorar. Y después que lloró, se sentó para meditar e hizo duelo. Y luego, como no fue suficiente, hizo ayuno y oración por cuatro largos meses, diciéndole al Dios del Cielo, conforme a la palabra de Moisés, que si el pueblo en algún momento se aparta, pero se arrepiente y vuelve a Dios y confiesa su maldad, el Dios del Cielo los perdonará y los restaurará y volverá a poner la mano sobre ellos y los levantará. Del lugar donde han caído los pondrá en alto y serán cabeza y pondrá corona de gracia y de favor sobre cada uno de ellos y hará resplandecer su rostro de justicia y de verdad en cada uno de ellos. ¡Vamos Iglesia, apláudanle! ¡Celébrenlo! Siempre hay oportunidad. Cuando entramos hoy al templo, había un señor en la puerta que me dice, recién salí de la cárcel, no sé dónde estará, y se cumplió once años de condena y el primer día me vine acá a la iglesia. Y me dice, óreme, y ahí nomás lo oramos en la vereda. Y le digo, te está dando una segunda oportunidad, ¡entrá! Acá está el Dios que te va a cambiar la vida, te va a restaurar la vida y va a ser otro hombre. ¡Gloria a Dios! Dios siempre da una segunda oportunidad. Así que ese copero llega a la presencia del rey, el rey lo mira y le dice, estás enfermo, ¿qué te pasa? Y ahí le cuenta toda la verdad. No, no, es que la casa de los sepulcros de mis padres está toda abandonada, destruida, no queda nada. ¿Y qué pides? Porque eso es la fe. Dios va a poner en cualquier persona con recursos esta palabra, ¿qué pides? Como le dijeron a Esther, ¿qué pides? Y ahora le dicen a este esclavo, ¿qué pides? Que vaya y reconstruya los muros y la ciudad. Y el rey le da todos los recursos, le da su ejército y le da cartas y se pone a construir. Y cuando se pone a construir, empiezan los enemigos de adentro y de afuera a hacerle la vida imposible para que pare la obra. Pero ¿dónde hay fe? Dice que donde hay fe no se para la obra. La obra no se para. La obra no se para. Su ministerio no para. Lo que Dios está haciendo entre nosotros no para. Dios va a darlo mucho más. Hay que lo creer, dígame. Así que esta es la palabra que le da a todos los enemigos, Nehemiah 2.20. Y en respuesta les dije, el Dios de los cielos, Él nos prosperará y nosotros, sus siervos, nos levantaremos y edificaremos la ciudad, porque vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni memoria en la ciudad santa de Jerusalén. No tienen nada, no pueden hacer nada. Ahí va el aplauso, vamos. Gracias, Señor. Un esclavo, un eunuco, donde podríamos decir, ¿qué posibilidades tiene este muchacho de ser líder, de ser gobernador, de ser cabeza? Y la mayoría podría opinar que ninguna, pero tenía lo que usted tiene en esta hora. Tenía fe en Dios. No tenía fe en la gente, pero tenía fe en Dios. Y Dios, cuando ve a un hombre con fe, le abre todas las puertas. Cuando ve a una mujer con fe, le abre todas las puertas. Cuando ve a alguien con fe, le da todos los recursos. Cuando ve a alguien con fe, pone todo a servicio de esa vida, y esa vida, aunque se sienta acorralado por todas partes, y lo maldigan, y le digan que le van a matar en cualquier momento, la obra no se detiene, porque hay una fe imparable adentro de alguien que ha confiado en Dios. ¡Gloria a Dios! Y esa persona dice, ustedes no tienen parte, ni derecho, ni memoria en la obra del Señor. Esto empieza y eso se termina. Así que en esta hora, no sé a quién le está hablando Dios, pero Dios te está diciendo, en la misma ruina yo te voy a reedificar, y voy a levantar tu vida, y va a ser algo nuevo lo que Dios va a hacer en tu vida, porque el Señor peleará contra tus enemigos, contra tus adversarios, contra todos los que te oponen, contra todo pronóstico de imposible, Dios lo hará. Dios lo hará. ¿Para quién es esta palabra? ¡Recíbala entonces! ¡Otra vez! ¡Una más! Ahora celebre con un aplauso, diga, ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! Proclame por fe, mi vida, mi casa, mi familia, será edificada. Y el diablo y los demonios no tienen parte, ni derecho, ni memoria, porque lo que Dios ha comenzado, lo terminará. ¡Amén! ¡Amén! ¡Sí, Señor! ¡Yo lo creo! ¡Yo lo creo! ¡Yo lo creo! Cuando la fe se mueve, sea una ramera, sea una muchacha huérfana, sea un esclavo, si hay fe, Dios va a usar ese instrumento. Y sobre esa muchacha, sobre ese muchacho, el cielo se glorificará. Y Dios moverá todos sus ejércitos celestiales para que el plan que Él tiene se cumpla en tu vida. Así que en esta hora no sé quién está esperando algo sobrenatural del cielo, una intervención divina, pero la persona que sea, que el Señor le dice en esta hora, la fe puesta en Dios es imparable. La fe puesta en Dios es imparable. Y lo que Dios ha planeado, Dios lo llevará a cabo. Sea con una mujer que ha vendido su vida, sea con un esclavo, sea con quien sea, si hay fe, y Dios defiende. Y nunca defiende solo, defiende con todo el reino, defiende con todo su ejército y ordenará quien tenga que ordenar lo que te tenga que dar que te falta. Y proveerá hasta que tengas abundancia. Y que todos los que están a tu alrededor den testimonio de que sobre tu vida ha reposado la gracia y el favor de Dios. ¡Vamos, iglesia! Sobre mi vida ha reposado la gracia y el favor de Dios. Por eso los testimonios no se pueden detener donde opera la fe. El cielo gobierna la tierra. Así que vamos a la escena principal en esta noche y lo que Dios tiene para vos y para todos. Aquí encontramos a Jesús enfrentando la muerte. La muerte no puede detener a Jesús. Lucas 7,14 dice, Luego se acercó al céretro y lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo, Joven, así te digo, levántate. Y el joven se incorpora y se lo da a la madre. Y todos estaban engrandeciendo al Dios del cielo por una fe, una fe imparable. Gracias, Señor. Jesús es el autor y consumador de la fe. Así que Jesús estaba imprimiendo en los apóstoles el mundo de la fe. Y es el mundo en que usted está viviendo y si no lo está viviendo, pues tiene que ingresar al mundo de la fe. El mundo de la fe es el diálogo que usted tiene con Dios todos los días de su vida. Desde un dolor de cabeza hasta un cáncer hasta un muerto, la fe suya no se puede detener. El diablo y el infierno, ni la muerte, ni ninguna cosa puede parar a una mujer con fe que está aquí en esta noche o un hombre con fe que está aquí en esta noche o los que nos estén mirando por las redes o el canal, el que tiene fe tiene a un Cristo que para todo entierro. Repito, Jesús para los entierros porque hay muchas cosas que el diablo quiere matar o ha matado de tu vida y Jesús se para en esta noche frente a tu persona y dice a todos los que llevan eso muerto tuyo suéltala y todos suéltale el cajón y Jesús pone la mano en el féleco. No sé a quién le está hablando, pero el Señor se está parando de las cosas muertas de tu vida y le está diciendo, no te van a enterrar porque soy muerta. No tiene poder la muerte. Así que se detiene. En aquel tiempo, dos mil años atrás detener a toda una familia con dolor, con sufrimiento, con pérdida y tocar el féretro era prácticamente una una blasfemia. O sea, más que pecado, lo iban a matar. Sin embargo, Jesús para el entierro. Para el que tenga oído, oiga, el Señor está parando los entierros de tu vida. Está parando todo aquello que el diablo ha matado todo aquello que se ha enfermado todo aquello que se ha pecado todo aquello que tiene muerte el Señor está parando. El Señor está parando, está parando la muerte. No vas a ir a la tierra. Tenés que levantarte y comenzar a caminar. Tenés que levantarte y comenzar una nueva vida. Tenés que caminarte y comenzar el mundo de la fe. Lo que viene del cielo opera las señales divinas. Y Dios está parando, Dios se está parando. No sé quién tiene en esta hora algo que dice, ya no hay solución ya no hay esperanza, ya no hay salida. Quizás hace uno o dos días que estaba muerto este muchacho y la madre, viuda, perdiendo a su marido estaba a la deriva. Porque el problema era que para Roma una mujer viuda lo perdía completamente todo. Pero si está Jesús y está la fe en acción se paran los entierros. Se detienen los féretros y los que llevan el féretro tienen que parar porque viene Jesús a poner las manos. Viene Jesús donde pone sus manos y donde pone sus manos no hay muerte, hay vida. No hay llanto, hay gozo. No hay tristeza, hay alegría. ¡Uh! ¡Vamos iglesia! El Señor lo detiene todo. Aun aquellos que dan las cosas por muertas y que ya no hay nada el Señor lo para. Y se le para la muerte y la muerte tiene que obedecer. Estoy tratando de que recibas en esta hora la palabra donde no se va a enterrar nada de tu vida porque entra la resurrección a operar. Entra, yo soy la resurrección y la vida y el que cree en mí aunque esté muerto vivirá. No hace mucho una persona se acerca a nosotros y nos habló sobre un caso de un bebé que nació con un montón de problemas y la ciencia ha dado un informe, un reporte donde ya humanamente no se puede hacer nada. Y así llegó la familia, la iglesia prácticamente enterrando a la criatura según el hombre y le dijimos la última palabra la última palabra el que da el último reporte el que decide si lo entierran o no lo entierran es el Señor y es mi Dios y es el Dios tuyo y el Señor para los entierros el Señor para los delorios el Señor para el llanto, el dolor, el sufrimiento lo detiene Vamos, diga Gloria a Dios Aquí tenemos un choque de sentimientos Lucas 7, 11 y 12 Poco después Jesús fue con los discípulos a la aldea de Nain y una multitud numerosa le siguió ¿Cómo era la multitud? Miles de personas Cuando Jesús llegó a la entrada de la aldea salía una procesión fúnebre El joven que había muerto era el único hijo de esta mujer viuda y también una gran multitud ¿Cómo era? Una gran multitud y se chocan dos grupos de personas no sabemos la cantidad pero dice una gran multitud estamos hablando miles de un lado estaban los que lloraban se lamentaban y como costumbre de aquel tiempo arrojaban tierra o ceniza o se arrancaban la barba o se rompían sus ropas así que en un lugar una procesión de dolor, de sufrimiento, de fracaso, de derrota de muerte, de entierro y del otro lado un grupo como ustedes venían cantando, alabando, glorificando a Dios saltando y diciendo Dios es Dios poderoso en el cielo y en la tierra y daban testimonio de las hazañas y de los milagros y de las maravillas que Dios había hecho con ellos así que hay un choque estos dos grupos se juntan unos llorando y los otros gozándose uno con caras cadavéricas y estos renacidos de nuevo esto pasa en este momento mientras nosotros estamos aquí saliendo al aire hay mucha gente que está mal lamentándose como este grupo, llorándose como este grupo totalmente desesperanzado una mujer que era la madre quebrada y toda la gente de ese lugar intentando consolarla porque ya habían llorado mucho por su marido y ahora su único hijo acaba de morir y lo está enterrando pero se choca esta es la realidad se están chocando los dos pueblos el de la muerte y el de la vida el de las tinieblas y el de la luz el de la esclavitud y el de la libertad el de la maldición y la bendición y está en este momento funcionando pero mientras llega el momento en que Jesús para todos hay un solo pueblo que alaba y glorifica a Dios no hay dos hay un solo pueblo que alaba, exalta, glorifica a Dios ¡Oh, gloria! ¡Oh, gloria! la mayoría de nosotros estábamos en este pueblo de dolor, de fracaso, de lamento hasta que vino Cristo y Cristo puso sus manos y se detuvo todo tipo de muerte de nuestras vidas y nos hizo renacer para la gloria de su nombre y desde ese día, acuérdese desde ese día ya nunca más estamos en el cementerio estamos en la casa de Dios honrando, exaltando, glorificando poniendo en alto a aquel que tiene soberanía en todas las cosas ¡Gracias, Señor! y todo debido a que Jesús interviene Jesús interviene y mire que maravilloso es poder conocer a este Cristo dice la Biblia en Lucas 7, 13 al verla el Señor tuvo compasión de la viuda, de la madre y le dijo a la mujer ¡Mujer! ¡Mujer! no llores más de ahora en más no hay más lágrimas de dolor, de sufrimiento si caerá una lágrima de tu rostro será de gozo, de alegría de fiesta, de celebración ¡Mujer! no hay más lágrimas de dolor ¡Mujer, no llores más! ese es el mensaje del Señor habla de la compasión de Dios cuando Dios sufre por nosotros y se hace cargo de nuestro dolor y dice ¡Ahora se terminó tu dolor! yo me hago cargo de tu carga me hago cargo de tu dolor de tu desesperación de lo que hayas perdido ¡Ahora, mujer, se terminó! ¡No llores más! porque a partir de ahora tu vida pertenece al cielo y el cielo se va a encargar de toda situación de tu vida para que se active la fe y que llegues a crecer en fe que nada la pueda parar serás una mujer de fe que nada en esta ciudad te va a parar serás un hombre de fe que nada te va a poder detener y cuanto más problemas tengas más victorias vas a tener cuanto más situaciones adversas más bendiciones llegarán a tu vida ¡Mujer! ¡Mujer, iglesia! ¡No llores! ¡No llores más! está diciendo que viene una nueva temporada de gozo a tu vida dice la Biblia que viene una nueva temporada de fiesta a tu vida el que lo está recibiendo, el Señor le dice viene una nueva temporada donde tu rostro va a sonreír y van a producir lágrimas esas sonrisas pero serán lágrimas de fiesta de felicidad, de regocijo, de triunfo porque alcanzará el deseo de tu corazón ¡Gloria a Dios! Amada iglesia lo más importante en esta generación es tu testimonio lo más importante es todas las cosas maravillosas que Dios ha hecho contigo hasta esta noche pero como estamos hablando de una fe imparable el Señor te está diciendo lo que viene en el futuro es mejor que el pasado vienen días gloriosos para vos, iglesia vienen días increíbles vienen días extraordinarios viene una nueva temporada sin derrota, sin fracaso sin muerte, sin dolor sin depresión, sin angustia vienen días de fiesta vienen días de fiesta vamos a orar en esta hora para que usted tenga una fe imparable en su vida cuando pase al altar deje que Dios le dé un bautismo porque él es el autor de la fe y quiere imprimir fe ¿Quién va a recibir fe en esta noche? no cualquier fe fe del cielo, fe divina fe santa, fe gloriosa, fe poderosa fe del cielo esa fe que no la va a parar nada ni nadie así que tiene que estar expectante porque usted vino a recibir y el Espíritu Santo está aquí y él es el que otorga los dones y él quiere darte esa fe en esta noche porque va a venir algo hermoso para tu vida de acá a seis meses hasta el 31 de diciembre vas a tener bendición y bendición porque se van a detener los entierros se van a detener las lágrimas se va a detener el sufrimiento se va a detener toda la obra del diablo ¡Gloria a Dios! Sentimos una presencia de Dios muy fuerte en este lugar parece que mucha gente va a recibir el don en esta hora reciba la palabra dice Lucas 7.16 la fe imparable glorifica a quién a Dios el miedo se apoderó de todos ¿de cuántos? de todos y unos alababan a Dios y decían un gran profeta se ha levantado entre nosotros y otros otros más decían Dios ha venido a ayudar a su pueblo y otra interpretación dice Dios ha visitado a su pueblo y esto es lo que estamos soltando en esta hora cuando los dos grupos de personas las dos multitudes se juntaron sólo alababan y glorificaban a Dios y le daban lo que Dios se merece gloria, honra y alabanza que lo que usted hace en esta hora usted vino a honrar a Dios con todo su ser, con toda su alma con toda su fuerza y decirle tú eres mi Dios y a ese Dios no lo para nada a ese Dios no lo detiene nada no hay nada que pueda detener a mi Dios y yo quiero entrar en este grupo quiero entrar en el grupo que diga proféticamente Dios ha visitado a su pueblo porque estas señales hacen que todo el mundo sea sacudido y sus cimientos comiencen a estar en las manos de Dios y ya no depende de fuerzas humanas depende de fuerzas divinas aquí está el testimonio hermana, hermana el testimonio es lo más importante cuando hay testimonio se glorifica a Dios cuando Dios hace algo en tu vida ese testimonio es para la gloria pero cuando Dios te usa para bendecir a alguien porque de hecho eso va a pasar con muchos de ustedes van a parar la muerte van a parar la muerte seguramente irás al hospital y te encontrarás con un cuadro completamente negativo pero te vas a parar ahí en esa cama y pondrás tus manos y vos le vas a decir muerte ha sido vencida Cristo venció la muerte Cristo resucitó Cristo está aquí para obrar resurrección y vida resurrección y vida resurrección y vida serás un hombre de testimonio serás una mujer de testimonio que no importa todo lo que diga el ser humano Dios siempre tiene la última palabra y cuando hay una mujer que tiene fe cuando hay un hombre que tenga fe no importa en qué situación se encuentre Dios lo va a respaldar Dios te va a respaldar empieza un ministerio nuevo en tu vida con el respaldo divino del cielo serás una persona imparable serás alguien que va a avanzar y va a avanzar y va a avanzar y va a avanzar y va a avanzar Dios ha visitado a su pueblo un gran profeta en medio de nosotros y todos alababan al Señor la fe imparable no tiene límites y dice la Biblia que la fama de Jesús se difundió por toda Judea y por toda la región vecina así que no importa si el milagro había sido allí en Naín o en Jerusalén o en alguna parte de Judea el testimonio corría y todos contaban por lo menos los que estuvieron en ese lugar compartían con sus familiares nos encontramos en el cementerio un pueblo que alababa, se regocijaba y daba testimonio de las maravillas de Dios y un pueblo llorando enlutado para enterrar a un muchacho y Jesús en medio de los dos detiene el entierro y le habla a la muerte joven, ¡levántate! y cuando vieron que el joven se incorporaba en el cajón todos se espantaron y se llenaron de temor pero no podían dejar de dar gloria a Dios era imposible detener el testimonio empezó a correr por todas partes por toda Judea, por otras regiones esto te está hablando el Espíritu Santo yo voy a usar tu vida y lo que haga va a correr fuera de Mar del Plata fuera de la provincia de Buenos Aires fuera de Argentina lo que yo voy a hacer va a ser algo tremendo en tu vida que el testimonio va a empezar a operar me gustaría que levantes un manito y me salude la gente de Canal Luz bendiciones para todos nos encontramos el miércoles visitando su pueblo estoy hablando proféticamente de que viene un avivamiento a nuestras vidas viene un avivamiento para la iglesia viene una nueva etapa en que Dios va a usar a todo hombre y mujer que está aquí que dice yo le creo a Dios yo le creo a Dios y Dios va a empezar a usar tu vida y va a empezar a liberar lo divino, lo glorioso lo sobrenatural lo que nadie hace lo que nadie se anima lo que nadie se atreve vos te vas a parar y vas a detener toda obra del infierno que quiere enterrar tus sueños tus proyectos que quiere enterrar todo lo que Dios ha prometido a tu vida Dios se va a engrandecer dije que Dios se va a engrandecer que mensaje da el Espíritu Santo a su iglesia hoy activamos la fe imparable de Dios en nosotros ¿cuándo lo hacemos? hoy ahora en unos instantes vamos a orar nos vamos a parar levantaremos las manos al cielo porque de ahí viene lo que yo necesito y lo que vos necesitas viene de arriba y esto va a ser imparable va a empezar un mover del Espíritu Santo en todos sus hijos todos sus siervos en todo lo que están esperando que Dios visite a su pueblo Dios está diciendo es ahora y es en esta noche y quiero llenarte de una fe que no va a poder ser detenida por nada no hay algo que pueda pararla así que no importa aunque tu enemigo venga como un río Jehová Dios levanta banderas de victoria no importa que en tu casa se burlen de vos o tus vecinos porque de pronto te ven con las manos levantadas alabando a Dios y contando lo que Dios ha hecho no te va a importar porque vos vas a pertenecer al pueblo que alaba y glorifica a Dios y que proclama ha ocurrido que Dios ha visitado su pueblo Dios ha visitado la iglesia Dios ha visitado a los que creen y cuando empieza este mover el testimonio corre mucho más de este lugar y lo quiere hacer con alguien que esté aquí ¿quién será ese alguien que está aquí? muy bien el que lo crea y el que lo quiere levántese de su butaca con brazos al cielo levántese, eso es todos con las manos al cielo ore conmigo en voz alta a unos niños tome la mano a su nene que está a su lado y que él también repita Padre amado estas palabras son mías y yo recibo con gozo, con alegría la visitación del cielo aquí en la tierra aumentando mi fe para que nada la pueda parar ni la misma muerte ni cualquier plan del infierno ni cualquier obra de maldad yo estoy aquí para agradar a Dios porque es la fe es la fe la que agrada a Dios y yo quiero que en esta hora la persona del Espíritu Santo me bautice con la fe del cielo la fe gloriosa la fe santa la fe divina la fe de Dios Padre lléname en esta hora y que nada me detenga en todo lo que viene de aquí a fin de año y el año que viene y hasta que Cristo venga la iglesia entre en una visitación entre en un movimiento sobrenatural de parte del cielo en aquellos que tienen una fe imparable por eso en esta hora la recibo Padre la recibo Padre recibo ahora la fe del cielo para moverme en lo sobrenatural en el nombre de Jesús Amén y Amén Espíritu, Espíritu Aleluya desciende todo nuevo Espíritu Santo como en el penqueco fe y llenamente de nuevo sonarás y en el río de tu Espíritu y a mí adoraré al Dios que me bajo yo adoraré al Dios que me da vida y al Dios que me comprende sin ninguna explicación Espíritu, Espíritu desciende todo nuevo como en el penqueco fe y llenamente de nuevo Espíritu como en el penqueco llena mi corazón llena mi Espíritu yo lleno de Dios Espíritu, Espíritu