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Centro de Padres

Centro de Padres

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Hola a todos, empezamos un nuevo programa de Centro de Padres, el primer capítulo en la Escuela República de Israel, con su número E50, que queda en Catedral 2827, en la región metropolitana de Santiago, en la Comuna de Santiago. En esta escuelita se entregan enseñanzas de colegios básicos y además de jardines infantiles en dos jornadas. Además, obtiene necesidades educativas especiales, como con discapacidad intelectual leve, con trastornos del aspecto autista y con trastornos del desarrollo, con oportunidades educativas como idiomas en educación preescolar y básica en inglés, idiomas en educación media en inglés e incorporación de tecnología educativa elemental, con una infraestructura educativa como biblioteca, laboratorio de ciencias y sala de computación con internet, además de talleres de deportes como fútbol, babyfútbol, atletismo y tenis de mesa. Todo esto y más, podemos saberlo también de las manos de Susenfa. Y aquí lo tenemos con Susenfa. ¿Cómo están? Buenos días, buenas tardes, ya ni siquiera sé ya la hora, es lo mismo en un programa de Spotify, así que dame lo mismo la hora. ¿Cómo están, chiquillas? Bien, muy bien. Gracias por la invitación. Eso, muchas gracias a ustedes, porque ustedes no saben, chiquillas, bueno, que lo van a saber, esto es audio, pero en TikTok se van a dar cuenta que estamos en una hermosa, hermosa biblioteca de aquí mismo de la Escuelita República de Israel. ¿Algo que acotar? Sí. Sí, ya, pero antes de eso, sus nombres, chiquillas, quiero conocerlas para que todos las conozcan. Bueno, yo soy Vanessa y soy la tesorera del Centro de Madres Padres y Apoderados. ¿Ya? De la Escuela Israel. Eso, ¿ya? Así es. Mi nombre es Paz, soy la secretaria del Centro de Madres Padres y Apoderados, como dijo Vanessa, de la Escuela Israel. Y aquí estamos, como tempa, muy agradecidas de la invitación. Claro, ustedes están abriendo los fuegos, están abriendo este programa, que lo que más quiere hacer es mostrar la realidad de los colegios acá en Santiago Centro y también que se integren a la Unión Comunal de Centro de Padres y Madres de Santiago, que esa es como una meta que tenemos para realizar este programa, que es demostrar y mostrar todo lo que tiene, lo bonito que tiene Santiago, en lo que lo lleva, que es la educación. ¿Algo que acotar en lo que acabo de leer? ¿Existe todo lo que dice el Ministerio de Educación en lo que acabo de leer? No, no existe todo lo que dice. ¿No? No. Como una escuela chiquita, pero no cuenta con jardín infantil. O sea, hay educación preescolar, que son los niños de prekinder y kinder, y la enseñanza básica. Entonces, podríamos decir que esa información está errada. Es información que no es correcta. Sí, tenemos FIE, pero tampoco es tanta la cobertura por la cantidad de profesionales que dispone el establecimiento, y eso tiene que ver directamente con los recursos que asigna la Dirección de Educación Municipal, que no son, no van en relación con las necesidades de la cantidad de estudiantes que deberían aplicar al programa de integración escolar en FIE. Lo otro que no es correcto es la parte de sala de computación, como entendí, ni el laboratorio de ciencias. No, no hay laboratorio de ciencias. Hay esta biblioteca hermosa que se ve. Sí, sí. Pero no contamos con esa otra sala. Yo también. Es un problema de literatura que tenemos desde un principio. Ya, entonces, coméntenme cómo fue la historia y conformación de su Centro de Madres, Padres y Apoderados. ¿Desde qué año comenzaron? Comenzamos el 2018 a conversar, porque la escuela llevaba muchos años sin centro de apoderados. En 2018 empezamos a hablar del tema, la necesidad de conformar un grupo que colaborara con las necesidades de la escuela. La escritura llevaba mucho tiempo en abandono. Las salas estaban deterioradas, los baños, el patio, los textos, teníamos tres establecimientos rectos. En el pasillo del patio, la escuela es muy pequeña, tiene dos jornadas. Tenemos 612 estudiantes matriculados el día de hoy, en dos jornadas, en la mañana y la tarde. Y estaban ocurriendo muchos accidentes a los niños, niñas y a los trabajadores y trabajadoras también. Caídas, golpes. Recuerdo en una ocasión, en la puerta del comedor, una niña se atravesó el dedo con una astilla de la puerta. Las profesoras ponían calzulinas en los hoyos de las puertas. Faltaban vidrios, no había protecciones, era un ir y venir de robos de elementos de la escuela. Hasta las cañerías del gas se robaron muchas veces, lo que impedía también que funcionara el programa de alimentación escolar PAE. Y nos conformamos con altas dificultades. Siento que logramos muchas cosas positivas. Entre una de ellas fue el nombre de los centros de apoderados. Antes se llamaban centros de padres de apoderados. Sí, antiguamente se llamaban así. Y con las compañeras que en ese minuto conformábamos el centro de apoderados, fuimos al Ministerio de la Mujer y Ciudad de Género y planteamos la necesidad de que se relevara la labor de las madres en torno a estas agrupaciones que colaboran con la educación pública. Fue muy bien acogida y apoyada. Luego de una reunión de la Agencia de Calidad y la Educación, se hicieron partes. Le encontraron todo el sentido. Principalmente en esa reunión éramos madres, pero que había un solo padre. Entonces acogieron esa necesidad y bueno, desde ahí se institucionalizó el uso del TMPA y empezaron desde esas esferas institucionales a llamar TMPA, Centro de Madres Padres, a este tipo de organizaciones. Y eso para ustedes le ha traído algún problema, alguna dicha. Cuéntenme por qué personalmente ustedes han preferido tener esta hermosa labor de ese Centro de Padres Padres Tupas. ¿Por qué? ¿Qué es lo que te motivó a ser parte de esto? Bueno, venía de una realidad muy distinta, que es la educación subvencionada. En donde las cosas, si bien están bajo control con respecto a las necesidades de infraestructura, el acondicionamiento de las salas, del material pedagógico, pero que tienen defectos graves en la participación. Países apoderados somos casas pagadoras, no tenemos mayor participación que pagar la cuota, financiar los arreglos del colegio, y ciertas limitaciones en cuanto a la conformación también de los centros de apoderados. Entonces cuando llegué con mi hijo menor a esta escuela, nos dimos cuenta de la calidad humana que existía y la apertura con respecto a la participación. Entonces nos fuimos involucrando de a poquito, encontré a otras apoderadas que también venían llegando, que se quisieron incorporar al trabajo, vimos la necesidad de la escuela, los pisos, por ejemplo, en una sala estaban totalmente destruidos, se habían gastado las cerámicas, y empezamos motivando el trabajo en comunidad de esa forma. Estos fueron como los principales objetivos en un inicio. Y como tú dices, en comunidad, o sea, el hecho de trabajar en comunidad también tiene sus riesgos. Sí, la motivación yo creo que es un asunto bastante desgastante, pero que cuando lo logras yo creo que es muy satisfactorio y puede cambiar hasta la cultura social en torno a la escuela. La manera en que se integran las familias cambia completamente cuando se demuestra que con este trabajo, con esta solidaridad, con el compañerismo, se pueden lograr grandes beneficios para nuestros hijos e hijas. Yo creo que este ha sido como de los logros intangibles quizás más importantes que hemos conseguido como CMPA. Entonces, gracias a eso también se ha logrado una comunidad más fuerte y también una forma de cómo hacer, podríamos decir, educación así entre todos, porque es algo que pasa. Sí, la autoeducación ha sido indispensable porque yo creo que la mayoría de los representantes y las representantes de centros de abogados llegamos siendo una mamá, un papá, sin tener idea de cómo es el funcionamiento interno, el financiamiento, qué pasa con la ley, por ejemplo, qué pasa si un niño o una niña tiene que almorzar en un colegio, cómo hay que gestionar, cómo se gestiona FUNAER, y eso requiere de tener un poquito más de conocimiento, de ir buscando respuestas, de ir golpeando puertas, y eso también nos va generando un aprendizaje continuo. ¿Y cuántos años ya de funcionamiento trae su CMPA, más o menos? ¿Cuántos años ya? Más o menos como cinco años. Cinco años ya, cinco años. ¿Y alguna vez algún hombre está también participando en su CMPA? Porque casi siempre son puras mamás, muy pocos papás. O sea, siempre estamos, bueno, yo debo decir por mi lado que muchas veces es porque a nosotros se nos azañe el ser los que tienen que aportar con el dinero o también con el trabajo, y claro, los permisos en el trabajo también se hacen difíciles cuando uno tiene que afrontar el hacer algo y el tiempo también se... Pero yo siempre he dicho, ¿por qué las mujeres pueden hacer además de lo mismo que nosotros tenemos nosotros? Tienen el mismo tiempo para además de ver al niño, lavar la ropa, tener todo listo, ver las tareas... Y trabajan. Y eso ha cambiado. Hoy día las mujeres hemos asumido también la responsabilidad laboral de quienes financian el hogar. Exacto. Nos hemos visto de alguna manera también postadas a entregar todo el tiempo que antes podíamos a los hijos y las hijas. El coste de la vida está muy alto. Sí. El kilo de huevo está caro. Sí, el kilo de huevo. Entonces también eso ha cambiado. Y por eso también ha cambiado el perfil de los integrantes y las integrantes de los centros de apoderados. Sí, increíble. Entonces, vamos a dejar este primer bloque hasta acá. Vamos a dejarlo ahí con algún temita que acá las chiquillas quieren que quede para dejarlo más ameno. Y de ahí seguimos con el segundo bloque. Y volvemos inmediatamente después de la segunda pausita que tuvimos, de la primera pausita. Ya escuchamos ya un tremendo tema, ahí auspiciado por las chiquillas de su ZEMPA, del ZEMPA, de la escuela israelí. Nada más de República, escuela israelí. Así tal cual, E50. Así tal cual. Y ahora viene la pregunta. Chiquillas, ¿por qué eligieron este establecimiento? ¿Por qué? A ver. Bueno, yo lo elegí porque tengo una experiencia anterior de mi sobrina. ¿Ya? Mi sobrina es de aquí. Y, mejor que sea mi sobrina, pero yo sentí que ella era diferente. ¿Ya? Creció en un ambiente como familiar. ¿Ok? Porque aquí todos se conocen. Y todos por su nombre. ¿Ya? O sea, independiente si el niño es de primero básico, acento básico, se saben todos. ¿Su nombre? Todos se conocen. ¿Ya? Entre ellos. ¿Entre ellos? Claro. Es como el pueblo de Chico Inferno Grande, podríamos decirlo. Es que el niño yo creo que es Chico Inferno Grande. Porque, no sé, crecen como en una burbuja. Claro. De esas pocas burbujas que hay en Santiago. Exactamente. Y entre ellos mismos se cuidan todos. O sea, podríamos decir que aquí realmente hay comunidad. Exactamente. Aquí hay comunidad. Y los padres también, padres y madres también se conocen varios. Qué rico. Y el whatsapp del colegio. Todos conectados. Ya, pero, ya, después vamos para allá. Por eso lo elegí. Ah, qué bueno. Incluso yo cogile, voy a decir, y no quedé. ¿A dónde? Aquí en el colegio. ¿Al principio? Sí. Ah. No quedé. ¿Ya? Y el sistema de admisión escolar. Ah, famoso. El famoso. No quedé. ¿Ya? Tuve que venir a hacer mi cola temprano de la mañana y inscribirme en la lista de espera. Ya. Y lo hice. Y quedé. Y ahora feliz. Feliz. Feliz de que esté aquí. Feliz de cómo lo recibieron. Nosotros llegamos a Prequín después. En el primer añito. Qué rico. Qué rico. Pacita. También, como pareció con la GANES, nosotros, por ejemplo, bueno, después de esa experiencia en la educación subvencionada, buscamos una escuela chiquitita, familiar, con espíritu, con carisma, y nos dimos una vuelta por las escuelas del barrio, pensando que deberíamos ya era hora de apostar por la educación pública. Encontramos la escuela de Israel, la escuela de 50 en ese minuto. Tampoco había un cubo. Tenía que ir al Ministerio de Educación, como decía antes, y el Ministerio enviaba una carta, como un ultimátum, a la escuela, diciendo usted tiene que hacerle un sobrecubo a este niño o a esa niña porque no tiene donde estudiar. Entonces llegamos al Ministerio de Educación, nos enviaron la carta, nos dijeron en los libertadores o en la escuela de 50. Nosotros dijimos en la escuela de 50. Así que aquí le hicieron un sobrecubo a mi hijo en kinder, y de ahí hasta hoy, feliz y agradecida de la escuela. Siento que de verdad es una burbuja, pero en el ámbito positivo. Acá los valores, los principios, las cosas buenas se fomentan, lo malo se toma y se trabaja. Lo malo aquí no se esconde. Acá lo malo es una oportunidad de mejorar las cosas. Entonces es una oportunidad más que algo que se pueda calificar como malo realmente. Es una oportunidad para crecer. Una escuela, perdón, me gusta mucho decir escuela. En la escuela pública me gusta mucho decir el número E50. Mi hijo pequeño, cuando ponga en su currículum como se usa tanto en Chile, ¿qué colegio fue? En la E50. Escuela E50 del barrio Yungay. Qué rico. Eso se vive y eso es tradición en la escuela. Docentes, asistentes de la educación, todos los trabajadores y trabajadoras también ven desde esa perspectiva su labor. Y eso es bonito. Se nota, yo lo dije al principio cuando entré acá, se nota lo bonito que es el colegio y no es porque esté acá en realidad. Uno, no sé si le ha pasado a ustedes, pero cuando van a otra escuela se nota cuando hay cariño y cuando no. Se nota de inmediato. ¿Hay algo en el ambiente que uno dice, Chur, aquí se preocupan por los niños o aquí están trabajando por la plata? Aquí yo siento también eso que tú dices, que se preocupan por los niños. Como yo te dije, yo tengo la experiencia anterior. Mi sobrina tiene 20 años y ella viene a veces a buscar a mi hijo y todos los profesores todavía se acuerdan de ella. Y la saludan, ella saluda a todos. Qué rico. Alma de barrio. Alma de barrio. Y qué bonito que todavía exista en Santiago. Sí. Y mi sobrina estudia Educación Diferencial por una profesora de aquí. La profesora que se retiró este año. La profe... ¿Abdolia? Abdolia. Muy querida profesora. Más bonito todavía. Las profesoras que marcan la vida. Que marcan. Es muy amorosa y ella también. Ella se ve, mi sobrina y ella. Abrazos y como que ahí todo. Qué rico. Qué rico. Vamos entonces con la segunda pregunta. Dice, ¿cuáles son los miedos que se tienen en el establecimiento? Más que nada ustedes. Que esto mismo, que se pierda esto tan bonito. ¿Qué crees tú? ¿Cuáles son los miedos que se tienen en el establecimiento? La disminución de profesores. Con todo lo que está pasando. Que ya vamos más adelante con eso. Pero, ¿cuáles son los miedos? Que ustedes sienten como padres. Como apoderados. O que los apoderados le hayan dicho a ustedes. El miedo que hay ahora es el uso del traspaso. El desplego. Ya. Yo tengo miedo en cuanto hay lecturas que los cambien a un colegio lejos. Retirado. Y que no podamos ayudar. Y también por eso mismo, que no sean los mismos. Que exista esa misma colección, comunidad. Claro. O sea, ser un colegio más grande. Claro. Sí, se perdería un montón. ¿Algo que agregar, pues? Sí, yo creo que concuerdo plenamente con la Dane. El temor es este. A perder un poco el proyecto educativo. En esta necesidad que va a afrontar la Comunidad de Santiago. Con la educación pública. Que en la desmunicipalización están las lloradas. Pero a su vez con una ley que no necesariamente cumple con las expectativas. O con las necesidades de las y los estudiantes. Que en esta unificación se pierdan un poco las identidades de cada establecimiento. Se pierde un poco el espíritu de nuestra escuela. Y el tema de infraestructura también. Un temor grande de que no se escuche la necesidad que nace acá desde la comunidad. Que es una mejor infraestructura, una escuela más grande. Y ojalá con enseñanza media. Eso es lo que nosotros hemos apostado siempre. La demanda que hemos levantado desde que nos conformamos con otras integrantes al inicio. Nuevas integrantes, compañeras, ahora. Que necesitamos infraestructura acorde a la necesidad de la comunidad. De los niños y niñas. Tener educación media. Tener calzas, tener patio. Lo que tú leíste ahí al inicio. Que decía el Ministerio de Deportes. Acá es imposible tener atletismo. Ahí lo van a ver después en TikTok. Cuando lo revisen ahí los chiquillos. Van a ver que la realidad, esto es lo que se dijo al principio. Es la realidad de cómo se compone realmente la escuelita. Que es realmente hermosa, pero es pequeña. Y es muy difícil de que tengan en ese patio algo de atletismo. A no ser que saquen a correr por las calles. Y aún así sería más peligroso. Entonces, no. No tiene nada que ver. Una pregunta. Y esto siempre. ¿Cómo ustedes afrontan como SEMPA los problemas, pero a nivel de apoderados? ¿Es complicado llegar a los apoderados en lo que ustedes llevan en su escuelita? ¿Son complicados los apoderados? ¿Han tenido algún problema serio con alguno de ellos que no han sabido solucionar? No. Bueno, llevo el año pasado y este y nunca ha habido un problema... ¿Serio? Serio, solucionable, sí. Porque han sido problemas... ¿Puntuales? Sí. Y no fue un problema del colegio, fue de la escuela. Sino que fue un problema... ...externo. Por ejemplo, el niño está asaltado. Ya. Y se fue afuera. Se fue afuera. Claro. Y creo que encontré... ...bueno. Que el niño, en vez de irse para su casa, se vino al colegio, a la escuela. Sí, se sintió más seguro. Entonces ahí muestra que el colegio es un refugio. Y un refugio. Qué hermoso. Ah, qué bonito. Sí. Qué bonito. Y así no ha habido problemas externos, pero los niños saben que aquí tienen apoyo. Qué genial. Y eso es difícil de encontrar. Sí. Es difícil de encontrar. Y yo creo que el problema ha sido el problema de coordinación. Porque todas tenemos muchas cosas que hacer. Sí. Entonces, si hay una fiesta de las masculinas... Estamos todas preguntando y a mí qué me tocó. Pero no... Pero es un problema como de coordinación. Claro, más que otra cosa. Pero sin problemas, no. Qué bueno, qué bueno. Ya, pues entonces dejamos aquí este otro bloque. Y nos vamos directamente con una hermosa canción que dejaron acá las chiquillas para todos ustedes. Comenzamos entonces con el último bloque ya de este primer episodio de Centro de Padres. Agradeciéndole a ustedes por la invitación acá en su escuelita. Me encantó. Es hermoso. Así que vamos inmediatamente con lo bueno, lo malo y lo feo del establecimiento. Y aquí nos vamos con Tuti. Ah, yo no quiero aquí que se guarden nada. Quiero que digan la verdad. Así que inmediatamente vamos con lo que nadie quiere hablar. Vamos con lo malo. Y justo nos está tocando la campana. Démosle. ¿Cuál es lo malo del establecimiento? A ver si le encuentran algo malo, porque hasta ahora pura florez. No, lo malo es la infraestructura. Sí, sí, infraestructura, ya, sí. No hay cancha, pues. Dicen que tenemos fútbol, atletismo y no tenemos cancha. No tienen cancha, claro. No hay espacio para todo lo que ofrecemos. Claro. Para todo lo que se trata de ofrecer no hay espacio. Exactamente. ¿Qué otra cosa más mala podríamos encontrarle a esto? Además de la infraestructura. Yo creo que debería haber más recursos para poder implementar como se debe el sistema al pie. Al pie está el debe. Es por recursos. Por recursos. Por recursos, claro. ¿Tanto niño, sí? Debería haber más horarios. Y para eso se dedica o más profesionales o que le tengan más recursos. Exactamente. ¿Cuál es lo feo? Lo mismo es lo malo. No, si sabemos que hay infraestructura y volvemos a tener infraestructura. O sea, lo malo no está en la infraestructura del lugar. Sí, pero yo ahí haría el punto en lo... no sé si es feo o es malo. Diría lo difícil. Lo difícil es que se mantenga el respeto por las organizaciones de centros de apoderados y que eso sea permanente. Porque siento así como muy personalmente que siempre es una lucha estar como negociando la labor de centros de apoderados, no convertirnos en una caja pagadora, no convertirnos en como una organización... Benefactora. Benefactora. Así como que tenemos que suplir la falta o el abandono que tiene el sistema educativo en cuanto a financiamiento. O sea, hay cosas que son obligación del Estado, del gobierno nocturno, del centro de educación, del sostenedor o sostenedora que hoy día es la municipalidad de Santiago. Ellos tienen obligaciones. Ellos tienen la obligación de mantener las mejores condiciones en la escuela y no podemos ser las madres y los padres que realizan lo que ustedes, o rifa o bingo. O quermesen. Claro, quermesen. Bueno, acá no se hacen quermeses por falta de espacio. Exacto. Entonces tampoco la posibilidad de reunir fondos son muchas. Pero yo creo que eso es lo difícil, que no se pase a llevar el rol que cumplimos aquí y que se nos vea de manera asistencialista o también de manera clientelar. Como que nosotros no podemos opinar sobre un montón de cosas. Creo que esa es la batalla que hemos dado también como centro de madres, padres y apoderados. Creo que hoy día las mamás sabemos mucho de educación, sabemos mucho de buen trato, sabemos mucho de convivencia escolar. Nos hemos preparado para ser madres, quizás antes uno iba a la buena de Dios. Hoy día somos una generación distinta con mucho acceso a la información también. Entonces cuando se limita a una mamá o un papá a opinar sobre temas académicos, sobre la forma de evaluación, por ejemplo, o sobre qué tan opinantes o qué tan participativos podemos ser o debemos ser, yo creo que eso ha sido una de las cosas complejas que el centro de apoderados ha tenido que levantar y ha tenido que sostener esa permanente... Lucha, lucha a esa banderita. Y no sólo aquí, no sólo como escuelas, sino que ante el sostenedor y cualquier institución del Estado. Lo que pasa es que igual ahora la información está más a la mano. Exacto, sí. Entonces ya se saben todos sus derechos, los niños, los mismos niños se saben sus derechos, sus deberes. Claro, que también puede ser un espada de mocleo, o sea, un arma de doble filo, porque de la misma forma como saben sus derechos, también hay gente que se puede pasar de listo también con eso. No sé, yo creo que siempre es bueno, y no creo tanto ahí... En este costo-beneficio, creo que siempre es bueno tener ese acceso, creo que los niños y las niñas siempre es bueno que sepan cuáles son sus derechos, pero no las reposarían porque una cosa no condiciona a la otra. Exacto, sí. Vamos entonces con otra pregunta, dice, ¿qué les gustaría a ustedes que se arreglara con el SLEP en su escuelita? La infraestructura. La infraestructura, sí, pero ¿en eso recae todo? No, es que volvemos al mismo... Sí, al mismo punto, al problema inicial. Es que arreglen los recursos que asignan, en todo sentido, económico, en reglas de papel, en todo. Y lo mismo que los desafíos del SLEP, que no sé cómo se irá a implementar, que yo creo que vamos a tener que tener un episodio especial para explicarle a la gente lo que es el SLEP, porque yo creo que la mayoría de la gente que nos está escuchando puede que haya escuchado ahora con lo que ha pasado en Atacama, lo que significa un poco el SLEP, y todo el entorpe que se está pasando en el norte, pero la mayoría no sabe lo que es. Y yo creo que sería bueno que ustedes saben lo que es el SLEP. Bueno, para aquí preguntarle a Lapa, Lapa es parte importante de lo que es los servicios locales de educación pública, pero más adelante vamos a tener una conversación más allá de eso. ¿Cuál es su desafío, ustedes creen, además del SLEP, además de la infraestructura? ¿Qué creen que va a pasar si el SLEP se llega a implementar? Así tal cual como está hoy. Yo creo que el colegio en sí mejoraría la escuela. Mejoraría en lo que es deporte. Nosotros aquí tenemos ganadores de judo, y yo creo que si tuviéramos el espacio físico, infraestructura, ¿no?, podría haber más deporte. Ajedrez, yo he visto. Podríamos tener nuestra sala de computación. Hay muchos niños que crean cómics, ¿cómo es? Y también tiene su podcast. Ah, mire qué bonito. Entonces también todo eso como que ya se desarrollaría más. Qué bueno, qué bueno. Y una pregunta. Una pregunta positiva, porque se supone que van a tener más horas recreacionales, qué sé yo, de actividades extra, ¿no? Esto va a ser solo estudiar. Es lo ideal, es lo ideal. Se supone que serían talleres, que ahí estarían los talleres de fútbol, de atletismo. Lo malo sería que porque es un colegio pequeño, desaparecería, se fusionaría. Es una de las posibilidades. Y esto es algo también que para lo que nos estamos preparando, ahí en Pie de Guerra, donde son de nuestras escuelitas, sabemos que con la ley de desmunicipalización, las escuelas que tienen doble escordada tienen que pasar a una sola. A una sola, sí. Y este es un punto crítico que nosotros estamos observando desde ya, desde hace tiempo ya, desde el año pasado, que creo que estamos hablando de los servicios locales educativos en la escuela, porque nos va a afectar y nos va a afectar. Esperamos que de manera positiva, pero lo vemos difícil. La verdad es que si hablamos de la realidad hoy, en cuanto a nuestra demanda de ampliación de la escuela o la construcción, que es un proyecto que tenemos ahí medio dormido por la deuda, vemos difícil que tengamos tantas opciones. Hay que contar un poquito. Nosotros levantamos una propuesta de construir una nueva escuela con enseñanza media detrás del Museo de la Educación en Matucana. Hay un terreno que fue donado a una de las comunidades en un conflicto, lamentablemente. Y nosotros solicitamos ese espacio para la construcción de una infraestructura digna para nuestros hijos e hijas, con patios, con canchas, con cabarines, con salas de clase. Pero ese tema nos han dicho una y mil veces que es difícil, que no se puede, que es casi imposible. Aún así nos hemos perdido la esperanza. Y creemos que la escuela puede ser una oportunidad para insistir en ese tema y lograrlo. Porque de verdad nosotros estamos en riesgo. Somos 602 estudiantes, como dijiste un rato, en dos jornadas. Y para cumplir primero con la enorme infraestructura que no la cumplimos, que es la cantidad de metros por estudiante, va a tener que verse reducida la cantidad de matrículas. De nuevo, para ser solo una jornada escolar, de nuevo se reducen las matrículas. Y después para pasar, como dice también la ley, de prekinder hasta texto básico, de nuevo se trata de haber una movilización de la cantidad de estudiantes y la incorporación de quizás nuevos cursos, menos cursos. No tenemos claridad sobre lo que va a pasar con nosotros en 2026. Empieza a funcionar el servicio local Santiago Central. Y eso, pues, uno dice, ya en 2026 faltan tres años. Pero hace cinco años atrás tuvimos una pandemia. Pero tenemos niños y niñas en prekinder que están ingresando. La verdad, si mi hijo o mi hija estuviera en octavo, tampoco podría dejar de importarme. Exacto. Porque todas las comunidades. Exacto. Imagínense que Paz entró con sobrecupo y no estuvo en la lista de espera. Sí. Entonces, imagínense reducir las matrículas. Eso significa que vamos a pasar por algo peor. Muchas. Sí. Y con el hecho también de que van a seguir existiendo las pilas, van a seguir existiendo gente que va a estar ahí esperando por un cupito, aunque sea de alguna mamá o papá que se arrepienta, que me parece dificilísimo. Menos con este podcast que han demostrado lo hermoso que es este lugar. Lo invitamos también a seguirnos en nuestras redes sociales, en TikTok y en Instagram, donde van a poder también observar como es esta hermosa escuelita. Y hacer integrar también una invitación a los demás colegios de Santiago que se quieren integrar a este podcast. Algo que ustedes quieren decir. ¿Les gustaría que otros no pudieran también tener esta oportunidad de demostrar su colegio, instituto a la Unión Comunal así con el podcast? Sí. Queremos conocerlos. ¿Sí? Conocer los colegios, sus opiniones. Ayuda, porque hay muchos colegios que saben más, que ya han pasado por estos problemas. A lo mejor nos pueden ayudar, orientar cómo hacer las cosas. Y no solamente de Santiago. No solamente de Santiago. Yo dejo aquí la puerta abierta para los que también quieran de regiones o de otras comunas de Santiago que también quieran exponer por acá. Algunas que ya están con el Slap Jam funcionamiento, como Gabriela Mistral allá en la granja. O Santa Rosa que va a empezar pronto, que es Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín. Todos ellos. Les dejamos la invitación, claro, que nos cuenten. Y eso. Muchas gracias, chiquillas, por haberme dado, abierto las puertas de su humilde y hermosa casita, que me encantó. Gracias y bienvenido cuando quieran. Cuando quieran. Muchas gracias. ¿Algo que decir en este último momentito? Sí, a mí me gustaría ampliar la invitación. Creo que hoy día las madres o padres tenemos un rol importante con respecto a la educación pública. Nuestros hijos e hijas se manifiestan permanentemente con demandas de mayor calidad, de mayor dignidad también, en un sistema educativo que quizás necesita reportar a la educación pública, que está en estas subidas y bajadas como una permanente crisis. Se enfrenta, por ejemplo, a Atacama, una situación, no sé, cualquier otra comuna, Barranca, situación, pero el tema del financiamiento basal, por ejemplo, son cosas que nos atañen a cada uno de los liceos y escuelas del país, y creo que esas cosas podemos trabajar en conjunto, como unión comunal, como Centro de Madres, Padres y Aborados, y en las particulares también que tienen que ver con la identidad de cada establecimiento, también nos podemos apoyar, podemos pedir consejo, pedir guía, y por último también podemos encontrar espacios donde compartimos sus sentimientos del desahogo, que es tan necesario para la gente, representantes de centros de aboraje, una labor bien bien vendida. Yo creo que es incomprendida, incomprendida. Como siempre he dicho yo, alguien tiene que recoger la basura, y no solamente, sino que alguien también tiene que resolver los problemas, y siempre los problemas en comunidad se las van a ir casando. Siempre, siempre. Es más fácil salir adelante cuando estamos todos juntos y juntas. Exacto, tomaditos de las manos. Así nos enseñan nuestros niños cuando empiezan en kinder, salen a todos lados tomaditos de las manos, y así deberíamos ser nosotros también cuando somos grandes, y nos cuesta, nos cuesta tener ese pensamiento de comunidad, así que dejamos este primer capítulo hasta acá, muchas gracias a todos ustedes, y nos vemos en un nuevo capítulo de Centro de Padres.

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