The Ministry appreciates the time taken to follow the series "Now is the Time". The new installment will include reflections, songs, conferences, Bible studies, and Q&A to help us grow in God's perfect will. Join and invite others every Saturday at 10 PM and Sundays at 9 PM on radio.tierratemilagros.org. Prayer of faith is not about demanding or declaring, but about surrendering to God's perfect will. The series will explore how to discern and follow God's will. Sometimes we struggle to know God's will, but through this program, we will gain understanding and seek His guidance. The altars in our lives can become a place of conflict when we don't accept God's will. We must honestly seek and walk in God's will. The program will address this and other important topics related to God's will. Let's grow together in understanding and living out God's perfect will.
El Ministerio, hasta que el día sea perfecto, agradece el tiempo que usted ha tomado para darle seguimiento a la serie Ahora es la Hora. En esta nueva entrega escucharemos reflexiones, canciones, conferencias, estudios bíblicos, preguntas y respuestas que nos ayudarán a escalar en lo que es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, según Romanos 12.2. Únete e invita a otros por radio.tierratemilagros.org. Todos los sábados a las 10 de la noche y domingos a las 9 de la noche.
Invita Reinaldo Nisbet Jr. La oración de fe no es una oración que demanda o declara, reclama o exige, yo lo pido, yo lo creo, yo lo reclamo, mucho cuidado, porque la máxima declaración de fe es cuando después de decir yo sé señor en el nombre de Jesús tú salas, pero la máxima declaración de fe es decir pero, pero, que no se haga lo que yo quiero, sino yo oro esa voluntad perfecta que se hace en los cielos, en la tierra, en mi vida, y eso lo oro con fe y creo que es la voluntad perfecta a la que se va a hacer en mi vida y estoy bien con eso, eso es una máxima declaración de fe.
Ahora es la hora, ahora es la hora, juntos oremos, cantemos, leamos y escuchemos a los exponentes de la Palabra de Dios, quienes nos exhortan a tener una vida de oración, una vida de oración. Dios les bendiga a cada uno de ustedes que están otra vez sintonizando la programación hasta que el día sea perfecto. Yo, su hermano Reinaldo Nisbet Jr., quien hará todo lo posible de que mi estaría junto a usted le sea agradable, de que mi participación y la de nuestros invitados también le sea de bendición.
Me parece a mí que usted ya recibió una invitación y en caso de que no, pues la externo por ese medio, una calurosa invitación a usted para que permanezca dentro de lo que es la programación desde ahora su principio hasta el final. Y esto así porque creo que vamos a estar tratando un tema que a mí me parece que le es de su interés, a mí me es de interés y creo que a todos nosotros los cristianos nos resultará interesante la programación de hoy.
Y esto así porque dentro de nuestro contenido pretendemos nosotros, tanto de mi persona como de nuestros invitados, excavar, buscar, indagar, inquirir en todo lo que tiene que ver con la voluntad de Dios. Yo creo que todos nosotros, y esto cuando digo creo es algo afirmativo, es algo que creemos, es algo que entendemos, porque yo he pasado por esto y no tengo la menor duda de que también usted independientemente del don, de la gracia, de la capacidad, del llamado que usted pueda tener, yo creo que todos hemos pasado por esta experiencia donde nos hemos encontrado en algún momento en un punto de incertidumbre donde no sabemos cuál camino tomar.
En resumen, para ya dar el golpe final, todos en algún momento nos hemos encontrado en que queremos conocer la voluntad de Dios, pero como que no sabemos cuál decisión tomar. Ese es uno de los puntos que nosotros vamos a estar tratando en esta nueva serie que nosotros estamos trabajando. Ya terminamos, la semana pasada terminábamos una que le quisimos llamar Orando en el peor de los momentos. Bueno, pues esta nueva entrega lo que trabaja es cómo buscar nosotros la voluntad de Dios, cómo darnos cuenta si estamos dentro de lo que es la voluntad de Dios.
Repito, este es uno de los puntos que nosotros vamos a trabajar y no lo haré yo solo, sino que tenemos algunos invitados que estarán participando y que estarán ayudándonos y que ellos también son honestos con nosotros y nos hacen entender de que en algún momento también nos hemos encontrado o ellos se han encontrado al igual que usted y yo en ese punto, en ese común denominador, cuando no sabemos cuál es la voluntad de Dios. Bueno, puede ser por mil razones y eso lo iremos trabajando.
Hoy no vamos a agotarlo todo, sino que nosotros iremos creciendo, iremos madurando dentro de la programación, iremos abriéndonos un poquito más en cada una de nuestra participación para que nosotros podamos entender cuál es la voluntad de Dios. Que Dios vaya revelándose en nosotros. Pero mire, yo también dentro de esa incertidumbre, y me voy a permitir decirlo así, no sé si usted estará de acuerdo conmigo, yo creo que también hay un momento que hay una honestidad en nosotros.
Hay una honestidad porque reconocemos nuestra debilidad. Hay una honestidad porque estamos intrigados en conocer y caminar bajo los estatutos de Dios, bajo la voluntad de Dios. Y cuando Dios ve eso en nosotros, yo creo que de una manera u otra, Él nos hace conocer su voluntad. Estamos realmente intrigados. ¿Estoy yo en la voluntad de Dios? ¿Es esto lo que Dios persigue? ¿Es esto lo que Dios quiere? ¿Es esto lo que Dios espera de mi persona? Creo que también hay un punto bueno en todo eso.
Bueno, me parece a mí. Así es que quédense con nosotros. Nosotros estaremos, repito, iremos creciendo y creciendo y creciendo un poquitico más, un poquitico más, hasta que podamos agotar esta serie. Pero más importante es que al final podamos nosotros escuchar un testimonio de parte suya, como para decirnos, tuve una respuesta del cielo cuando escuché esta nueva entrega, esta nueva serie, este nuevo contenido. Otro punto que nosotros vamos a trabajar, otro de los puntos a tratar, que me parece que también es importante.
Bueno, yo siempre he dicho que muchas veces el altar deja de ser un altar, ese lugar específico donde nosotros nos conducimos al momento de llegar, al momento de orar. Quizás en la iglesia tenemos ese altar, que le hemos llamado el altar de Dios, donde nosotros nos arrodillamos y oramos. Quizás usted tiene ese altar en su habitación, en ese rinconcito donde usted tiene esa silla ahí y se arrodilla ante Dios para orar. Yo siempre he dicho, y no lo digo porque otro lo ha vivido, lo digo porque yo lo he vivido en su momento, y creo que usted también.
Yo siempre he dicho que hay momentos donde el altar deja de ser altar y se convierte en un rin. ¿Un rin por qué? Bueno, porque muchas veces nosotros no nos gusta la respuesta de Dios, no nos gusta la voluntad de Dios, y más que un altar, más que un momento de adoración, lo que se convierte es en un pleito. Es como que quisiéramos llamar a Dios al rin, que Él baje al rin y que se enfrente con nosotros.
Y eso no es mío exclusivamente, eso no me ha pasado por la mente, eso no es algo propiamente mío. Yo creo que profetas también, personajes bíblicos, también hicieron lo mismo, de una manera u otra, que se pararon ante Dios y le dijeron a Dios, bueno, no estoy diciendo que sea el modelo a seguir, que se me entienda, sino estoy diciendo cómo nosotros muchas veces no aceptamos la voluntad de Dios, no nos parece a Dios que la voluntad de Él es como la más inteligente, y siempre que hablo de ese tema me hace recordar el patriarca Hopper, que dijo, si alguien me mostrara dónde él se sienta, dónde está su trono, dónde lo puedo yo encontrar, si alguien me enseñara cómo llegar allá, pues yo iría frente a su trono y le expondría mi causa.
En otras palabras, si quisiéramos decirlo así, es como que Hopper no estaba consciente de que Dios sabía lo que le estaba pasando. También pudiésemos decir, es como que Hopper no estaba de acuerdo, si queremos verlo así, con que Dios esté permitiendo todo esto. Entonces él dice, yo iría y le presentaría mi causa. Oye, pero qué pasa, no te está dando cuenta, no te está enterando de lo que yo estoy viviendo. Y de hecho, Hopper no sabía nada, que dentro de todo ese cuadro que él estaba viviendo, había la voluntad de Dios, o el permiso de Dios para que todo esto se vea.
Así es que iremos creciendo cada sábado concerniente a lo que tiene que ver con la voluntad de Dios, y yo también tendré una participación, u otra participación más bien, donde justamente lo que acabo de decir, vemos ese enfrentamiento entre yo y Dios, voy a decirlo así, de esa manera cruda, pero que también vamos a analizar. Otro punto que yo entiendo que es importante, y quisiera que me permita hacer una breve introducción, es cuando nosotros creemos que apoyándonos en ciertos pasajes bíblicos, eso nos da a nosotros el poder para nosotros demandarle a Dios, y eso nos ayuda muchas veces a no conocer la voluntad de Dios, y a enfrentarnos a la voluntad de Dios, porque creemos que tenemos capacidad para demandar, para exigir.
Bueno, no voy a seguir dando más detalle, sino que más tardecito, pues estaremos hablando con muchísima más profundidad este tema, cómo se enfrenta lo que es la voluntad de Dios, veanlo así, un enfrentamiento entre lo que es la voluntad de Dios y lo que es mi fe, acompañado de mi oración. Gracias nuevamente a cada uno de ustedes por estar en sintonía con este ministerio a través de este medio Tierra de Milagros Radio, gracias por estar ahí, gracias por su apoyo, gracias por sus oraciones, y nada, ¿qué más puedo yo decir? Despertemos nuestra mente, hagamos interés, busquemos propósito como para nosotros conocer e identificar cada día más lo que es la voluntad de Dios, y también para darnos cuenta por qué nos da muchas veces brega, por qué no podemos nosotros identificar la voz de Dios.
Vamos a ir creciendo, quizás no lo podamos decir todo en este programa, de hecho, no lo podemos decir todo, pero si haremos lo posible, y esto a través de canciones, esto a través de reflexiones, de estudio bíblico, de preguntas y respuestas, de dudas también, que iremos nosotros y nuestro invitado trabajando para ir viendo esa luz, quizás al final del túnel, que nos ayudará a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, porque si hay algo que Dios quiere revelarnos, y de hecho lo ha hecho a través de su palabra, es su santa y bendita voluntad.
Dios ha querido revelarnos a nosotros, quizás nosotros por nuestra ceguera espiritual no podemos ver lo que es la santa y bendita voluntad de Dios, pero si hay algo que Dios quiere es justamente eso, que nosotros le conozcamos, que me conozcan, como dice Dios a través del profeta en uno de sus dichos bíblicos, que me conozcan, esa es mi intención, ese es mi propósito, y conocer a Dios es también, esto incluye conocer justamente lo que es la voluntad de Dios.
Yo entonces permito que la programación siga con nuestros invitados, con nuestras canciones, esta canción que desde niño me gusta, que la canta Vicente Montaño, ese ánimo quizás adverso que nosotros tenemos muchas veces, y me gusta la letra porque dice, me da brega muchas veces entregar mi voluntad a Dios, yo conozco la voluntad de Dios, yo sé cuál es el propósito de Dios, yo sé cuál es la intención de Dios, pero como que darle mi voluntad, darle mi voluntad a Dios, entre comillas, es hacerme esclavo, darle mi voluntad a Dios es permitir que sea el que dirija, darle mi voluntad a Dios es darle el guía a Dios, entonces por eso siempre me ha gustado esa canción, si he pasado buenos momentos con Dios, pero como que darle mi voluntad a Él muchas veces, y por eso es que caemos en trampa, porque creemos que nosotros podemos llegar sin el mapa, creemos que podemos llegar sin un guía, y lo que hacemos es como aquella oveja que entendió que no necesitaba del pastor, y ya conocemos la historia, una oveja perdida, bueno entonces gracias otra vez, este su hermano Reinaldo Nisbet Junior quien conduce, quien produce esta programación hasta que el día sea perfecto, y que nunca va a negociar el hecho del agradecimiento hacia cada uno de ustedes, invita a sus amigos, invita a sus contactos, invita a sus pastores, a sus miembros, para que todos en el Señor podamos ir creciendo, y que vayamos como ese niño que va desde maternal lulú, desde el kinder, o desde el jardín, o el nombre que se le llame, hasta que va creciendo, y va conociendo las vocales, y va conociendo ya el abecedario como tal, y así sucesivamente, y ese niño que empezó allá, ya no es el mismo, ahora es todo un profesional, y creo que eso es lo que Dios busca, que nosotros podamos, y de hecho Él se da, Dios se da, Dios sabe, Él echa la cortina a un lado, y pretende que nosotros nos acerquemos a Él, y es bíblico, Él nos invita a que nos acerquemos a Él, para conocerlo, Él quiere que conozcamos su voluntad, Dios te bendiga, este es su programa, hasta que el día sea perfecto.
Ahora es la hora, ahora es la hora, juntos oremos. Pero no podemos olvidar que nuestras oraciones y nuestras peticiones deben alinearse al tiempo, a la manera y a la voluntad de Dios. Le invito para que juntos hagamos una oración. Señor, te doy muchas gracias por cada amigo, cada amiga que se conecta en este tiempo para orar con nosotros. Señor, gracias porque nos enseñas la importancia de orar, la importancia de pedir, pero también gracias porque nos enseñas a usar la autoridad de Tu nombre, y hoy oramos en Tu nombre, Jesús, llevando delante de Ti cada una de nuestras necesidades, cada una de nuestras peticiones.
Señor, hoy descansamos en Ti entregando esa carga, pero también siendo conscientes que Tú tienes Tu forma, Tu manera y el tiempo correcto para hacerlo. Señor, ayúdanos a esperar en Ti, ayúdanos a fortalecer nuestra fe. Gracias por la respuesta que viene en camino, frente a esa necesidad familiar, frente a esa necesidad de hogar, frente a esa necesidad económica, frente a esos problemas migratorios, frente a ese problema de salud, gracias porque Tú tienes la respuesta. Pero también, Señor, queremos alinear nuestra vida, nuestra oración y nuestra petición conforme a Tu divina voluntad.
Señor, en Tus manos entregamos nuestra vida. Hoy, Señor, pedimos una bendición especial para cada persona que escuche y comparte este devocional. Bendícelos a ellos y sus familias. Hoy abrimos nuestro corazón ante Ti. Te reconocemos como nuestro Señor, como nuestro Salvador personal. Gracias por entregar Tu vida en la cruz para perdonarnos y darnos contigo una nueva vida y una nueva esperanza. A veces no entendemos por qué nos suceden las cosas que a veces no suceden, pero nos instruye la palabra del Señor, ten confianza en mí, chiquito, y no te preocupes.
No murmures, no te quejes, confía en mí. Deposita tu fe, porque es cuando yo me agrado, dice el Señor. Es cuando yo me emociono, dice Dios, y dice, mira, ahí está un chiquito que confía en lo que yo le he dicho. Que no anda quejándose, ni hablando, ni diciendo, ni no diciendo, sino está confiado. Venga lo que venga. Diga conmigo, venga lo que venga. Otra vez, venga lo que venga. Dice el canto Señor de todos modos, te doy gracias, gracias Señor.
Gracias Señor, por las luchas que el mundo te da, que por ellas yo quiero y queremos vivir. Gracias Señor, por la prueba que paciencia trae, y aprendo que Dios no ama y sabe, comprendiste, pero va en contra de mi ser el darte así mi voluntad y otro espíritu el control de lo que soy. A veces digo el impulso de mi propia voluntad, no obedezco la bendita voz de Dios. Pero gracias Señor, por lo que siento, sé que me ayudará a guardarme en el mar.
Y gracias Señor, que cuando todo este te ha puesto en su lugar, tu rostro allí, que me miras y allí estarás. Pero va en contra, en contra de mi ser, el darte así mi voluntad, pero sé siempre que allí estarás, allí estarás. Pero va en contra de mi ser, el darte así mi voluntad, pero sé siempre que allí estarás, allí estarás. Allí estarás, allí estarás, allí estarás, allí estarás. Gracias Señor, por la prueba que paciencia trae, y aprendo que Dios no ama y sabe, comprendiste, pero va en contra de mi ser, el darte así mi voluntad, pero sé siempre que allí estarás, allí estarás.
Gracias Señor, por la prueba que paciencia trae, y aprendo que Dios no ama y sabe, comprendiste, pero sé siempre que allí estarás, allí estarás. Todo a Cristo yo me rindo, con el fin de serle fiel. Para siempre quiero amarle, y agradarle todo a Él. Yo me rindo a Él, yo me rindo a Él. Todo a Cristo yo me entrego, quiero serle fiel. Todo a Cristo yo me rindo, y a Sus diez costas bendigo. Los placeres que he dejado, y les digo deseo.
Yo me rindo a Él, yo me rindo a Él. Todo a Cristo yo me entrego, quiero serle fiel. Yo me rindo a Él, yo me rindo a Él. Todo a Cristo yo me entrego, quiero serle fiel. Todo a Cristo yo me rindo, quiero serle fiel. La Vuelta de Dios. Mateo 6.10. Ven a tu reino, háblase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Efesios 5.17. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Romanos 12.2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Efesios 5.17. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad. Salmos 143.10. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios, tu buen Espíritu me guía a tierra de rectitud. Primera Leticia Lomnicensis 4.3. Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación, cosa partes de fronicación.
Primera Leticia Lomnicensis 5.18. Da gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. Su ministerio cristiano en línea, hasta que el día sea perfecto. Con el hermano Reinaldo Nisbet Jr. y sus invitados. Y cuando hablan conmigo, ¿no me dejan hablarle por medio de mi palabra y de mi espíritu? No señor, pero yo oro todos los días. Sí, pero lo que hace es que me pide cosas. Tú no hablas conmigo para, como tú hablas con un amigo o una amiga y le pregunta, ¿y cómo tú eres y cómo tú sientes y qué te gusta? De hecho, ora tan rápido que ni siquiera me deja decirte de alguna forma a través de mi espíritu, qué pienso acerca de lo que me estás pidiendo.
Tú terminas muy rápido. Cuando oras, ¿tú no me pides que me revele a tu vida? Una respuesta de Dios para usted. La voluntad de Dios es buena, es agradable y es perfecta. Así que, mis amados hermanos, ser llenos del Espíritu Santo no es vivir tomando decisiones por sentimientos. Necesitamos pasar tiempo con Dios. El ministerio, hasta que el día sea perfecto, agradece el tiempo que usted ha tomado para darle seguimiento a la serie Ahora es la Hora.
En esta nueva entrega escucharemos reflexiones, canciones, conferencias, estudios bíblicos, preguntas y respuestas que nos ayudarán a escalar en lo que es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, según Romanos 2 de 2. Únete e invita a otros por radio.tierrademilagros.org todos los sábados a las 10 de la noche y domingos a las 9 de la noche. Invita a Reinaldo Nielsen Jr. Cuando mi fe se enfrenta a la voluntad de Dios, cuando mi fe se enfrenta a la voluntad de Dios.
Con el hermano Reinaldo Nielsen Jr. No entendamos nosotros qué es nuestra fe. Claro, claro, no estoy diciendo que la fe no vale, que la fe no importa. Sí, la fe es necesaria, es importante. Porque sin fe es imposible agradar a Dios, eso lo tenemos presente. Y tenemos muchísimos otros pasajes que pudiésemos hablar de la fe, ¿verdad? Sí, la fe. La fe. Con la fe moveremos montañas. Sí, yo lo dejo, lo dejo a sí mismo, lo creemos, amén a todo esto.
Pero al final, al final de tu oración y de mi oración, al final de nuestra oración, ni fue mi fe necesariamente, ni fue tu fe obligatoriamente, al final, firma esto. Hágase tu voluntad en los cielos y en la tierra. Ciertamente mi fe moverá. Ciertamente la fe del paciente más la fe del hermano que ora. Amén, yo a todo esto digo amén. Pero no dejo de entender que mi fe necesariamente no tiene por qué mover a Dios.
Mi fe necesariamente. Porque si fuera así me hubiese cristiano enfermo. Decía mi difunto pastor Hugo San, por oración ningún cristiano se muere. Es decir, lo que él quería decir es, ¿cuál es el enfermo de la iglesia por la cual no se ora? Y cuántos de nuestros hermanos no se han muerto a pesar de que oramos, a pesar de que tomamos un tiempo para ayunar a favor, a pesar de que tomamos un tiempo para ayunar a favor, vigilar la congregación, todo el concilio se ha unido a orar.
Amén, yo digo amén a esto. Pero también está detrás de todo, detrás de toda esa oración que tú y yo hicimos, detrás de toda esa dedicación, detrás de toda esa promesa, detrás de todo esto, está la voluntad de Dios. Y yo estoy diciendo esto y no porque yo esté muy maduro y porque ya yo sí lo alcance, no, no, no, no, no, sigo siendo tan inmaduro como usted quizás. Pero he llegado a entender que detrás de todo esto está la voluntad de Dios.
Señor, sánalo, Señor, sánala, Señor, levántalo, levántala, cúralo, permítese, Señor, queremos, Señor, pero hágase, hágase tu voluntad. Porque nuestra voluntad muchas veces, en cada ocasión es que se cumpla ahí mismo. Y lo que queremos mucho de nosotros es que cuando oremos sea sanado ahí mismo. Eso es lo que yo quiero, eso es lo que tú quieres. Y muchas veces, y perdóneme que quizás me esté saliendo un poquitico ahora con lo que voy a decir, muchas veces nosotros queremos esto, no es porque nos interese otra cosa más que decir cuando yo oro se sanan, porque yo oré por fulana, porque yo oré con fulano, tú no lo ve ahí, fui yo que oré con ella, fui yo que oré con él.
Entonces, muy bien lo dio Santiago, no reciben porque piden más. ¿Para qué o por qué tú quieres que ese hermano sea sanado? ¿Por qué yo quiero que mi familiar sea sanado? ¿Qué yo voy a lograr con que mi familiar sea sanado? Bueno, voy a tener más confianza, me van a mirar con más respeto, van a creer que yo oro mucho, mi egoísmo, mi egoísmo interno que está escondido detrás de la sábana, detrás de la cortina donde nadie lo ve.
Yo quiero que sea sanado es porque eso hace que crean más en mí, eso hace que me inviten más, eso, como dirían en Facebook, eso tiene mucho like, mucho me gusta, eso tiene mucho comentario, eso me da más prestigio, eso me genera más invitación, eso me genera, me genera, me hace. ¿Por qué yo quiero ir a los hospitales? ¿Por qué yo quiero orar con los enfermos? ¿Qué yo busco en todo esto? ¿Cuál es mi ganancia? O todo por el contrario, para la gloria de Dios, por y para testimonio, para que otros vengan, para que otros crean.
Y como dijo Jesús en una ocasión, ni pecó éste ni pecó su padre o sus padres, sino para la gloria de Dios. Si mi hija es sanada es para la gloria de Dios, si mi esposa es sanada es para la gloria de Dios, si mi sobrino es restaurado es para la gloria de Dios, entonces, ¿cuál debe ser mi actitud? Cuando yo oro con un enfermo, cuando yo oro con una enferma, ¿cuál debe ser mi postura? Al orar en la casa, en la clínica, en el hospital, con ese enfermo, con esa enferma, al final de todo tiene que ser para la gloria de Dios, y que nosotros podamos decir como Juan, que yo mengüe, que yo desaparezca, pero que él sea exaltado para la gloria de Dios.
Y si muere a pesar de yo haber orado, lógicamente que voy a llorar, lógicamente que va a haber un ay, un grito de lamento, pero si esa fue la manera de Dios glorificarse, llevándose, no debe ahora venir en mí un proceso de acusación, un proceso, un cuadro de me faltó fe, porque ese es otro caso que nosotros tenemos que trabajar, que muchas veces acusamos, óigalo, muchas veces acusamos al paciente, tú estás ahí por falta de fe, si tú no te has levantado es porque tú no tienes fe, si tú sigues enfermo es porque tú no tienes fe, si Juancito se murió es por falta de fe, si Juancita se murió fue por falta de fe, y acusamos, acusamos, acusamos creyendo que todo lo que pasa o no pasó, de acuerdo a nuestra oración fue por falta de fe, y nada más lejos de la verdad.
Son muchos los cristianos que han muerto cargados de fe, porque ahora nosotros no podemos tomar la fe como que, como yo diría, tomar la fe como para, perdónenme que sea tan crudo, como para chantajear a Dios, ciertamente con la fe moveremos montaña, con la fe, con la fe, con la fe y con la fe, amén por eso, pero no creamos ahora que por yo tener fe, es que voy a lograrlo todo, no, no, no y no, porque Dios también puede sanar a una persona que no tenga fe en él, la Biblia dice que el sol sale para bueno y para malo, entonces ahora yo no puedo creer que porque yo tengo fe, yo sí voy a ser sanado, pero como tú no tienes fe, tú no vas a ser sanado, el sol sale para bueno, para bueno sí, para malo, o sea tenemos que tener mucho cuidado con este tema, tenemos que tener mucho cuidado con creer que mi fe necesariamente va a hacer que se haga lo que yo pedí y nada más lejos de ahí, fe, amén, pero al final se necesita la firma, el cheque sí, cinco mil dólares, pero ¿y quién lo avala? ¿Quién lo firma? No es tan solamente que ese cheque diga cinco mil dólares, sino es el fondo que pueda tener esa compañía para sacar cinco mil dólares de esa cuenta, entonces yo sí tengo fe, tú sí tienes fe, pero al final y al cabo tiene que tener la firma de Dios, porque por fe se han muerto muchos, y eso no significa que no tenían fe, porque Dios como decía alguien, que a mí no me gusta utilizarlo, pero lo voy a decir, Dios sana de distinta manera, unas veces sana a través de su mano prodigiosa, lo que llamamos sanidad divina, otras veces sana a través de la ciencia médica, y aquí viene el punto que yo detesto, pero esa persona lo dijo así, y yo me voy a atrever a hacer ecos de su palabra, otras veces Dios nos sana a través de la muerte, no aplaudo, pero me parece que ahí hay mucha verdad, me parece que ahí hay mucha verdad, así que cuidado hermanos, mantengamos la fe, mantengamos la fe en que así se hará, mantengamos la fe en que será así, pero al final hágase tu voluntad, mi intención es que esa hermana sea levantada, mi intención es que ese hermano sea levantado, y que testifique a las naciones, y que su condición de salud de ayer, en comparación con su salud de hoy, sea un testimonio por y para, pero, la voluntad de Dios impera por encima de mi oración, la voluntad de Dios impera por encima de mi petición, la voluntad de Dios está más allá de lo que yo puedo percibir, tenemos que tener mucho cuidado con todo esto, a la hora de nosotros visitar a los enfermos, a la hora de nosotros orar con los enfermos, a la hora de nosotros, tenemos que tener mucho cuidado, no creer que yo tengo la capacidad para demandar, no, debemos posicionarnos en el lugar que nos merecemos, bueno, que Dios nos quiso dar, y a todo lo que creyeron en su nombre, le dio potestad de ser hechos hijos de Dios, no hacer Dios, nos dio potestad el permiso de ser hechos hijos de Dios, no al mismo nivel de Dios, lo que significa que yo debo saber cuál es mi lugar, cuál es mi posición en el reino, a dónde estoy yo situado, a dónde se me dio permiso estar, a dónde se me colocó, cuando yo no sé a dónde yo estoy colocado, cuando yo no sé cuál es mi posición, cuando yo no sé cuál es mi rango, entonces yo cometo uno de dos errores, o estoy por debajo mendigando, o estoy por encima creyendo que, y ya no veo a Dios como Dios, sino como igual que yo, y eso me da permiso a mí para hablarle a Dios como me dé la real gana, y eso me da permiso de reclamarle a Dios, y eso me da permiso de demandarle a Dios, cuidado con eso, mucho cuidado con eso, mucho cuidado con eso, no querramos ser menos que hijos, pero tampoco busquemos ser más que hijos, porque eso puede traernos daño, y entonces habrá un confrontamiento, y es lo que quiero repetir como dijo Santiago, pedimos y amén por eso, pero pedimos mal, y por pedir mal, entonces no recibimos, cuidado, yo creo que debemos utilizar con más frecuencia las palabras, enséñanos, enséñanos a orar, en fin, es lo que busco es, esa necesidad que nosotros, debemos hacer crecer en nosotros, enséñame a orar, Señor enséñame a orar, cuando yo le pido a Dios que me enseñe a orar, yo lo que estoy en otras palabras es, pidiéndole que me enseñe a pedir lo que Él quiere que yo pida, una cosa es pedir lo que yo quiero, una cosa es pedir lo que yo entiendo que yo me merezco, una cosa es pedir lo que yo entiendo que es parte de mi herencia, como aquel hijo, dame lo que me corresponde, yo creo que nosotros muchas veces somos así, a mí me corresponde esta sanidad, a mí me corresponde que se me responda mi oración, porque eso está dentro del catálogo, cuidadito con eso, cuidadito con eso, entonces por eso es la insistencia, enséñame a orar, porque cuando yo le pido a Dios que me enseñe a orar, yo voy a pedir, lo que Dios quiere que yo pida, de hecho, el Espíritu Santo, va a interceder por nosotros, porque Él si sabe, lo que hay en lo profundo de Dios, entonces nos enseñará a nosotros a orar de acuerdo a la voluntad de Dios, no de acuerdo a lo que yo entiendo que yo me merezco, porque como heredero, como hijo de Él, eso me corresponde a mí, cuidadito con eso, por eso mucho hemos caído, por eso muchos estamos confuso, porque creíamos que nos merecíamos, y al no ver lo que nosotros entendíamos que nos merecíamos, entonces entramos en un proceso de confusión, y ahí caemos en la trampa que Satanás le tiró a Jesús, y Jesús no cayó, pero nosotros sí hemos caído muchas veces, si tú eres hijo de Dios, entonces ahora se me hace a mí la pregunta, entonces ahora se me hace a mí la pregunta, si tú eres hijo de Dios, si tú eres evangelista, si tú eres pastor, si tú eres predicador, si tú oraste con ella, ¿por qué no se sanó? si tú tienes fe, ¿por qué no se sanó? entonces ahí empezamos nosotros con toda una confusión, y empezamos a inclinarnos, oye, pero es cierto, pero es verdad, ¿debió sanarse? ¿debió curarse? ¿debió, debió, debió? pero se nos olvida la firma que está ahí abajo, hágase tu voluntad, mi deseo es que tú lo sane, mi deseo es que tú las restaure, mi deseo es verla caminar, mi deseo es verla fuera de tantas pastillas y medicamentos y tantos doctores y emergencias y ambulancias, ese es mi deseo, esa es mi fe, esa es mi esperanza, eso es lo que yo busco, eso es lo que yo anhelo, por eso oro, ayuno, vigilo, consagro y todo, por eso lo hago, y lo seguiré haciendo, claro, lo seguiré haciendo, porque esto también trae acolación, la viuda insistente, ¿hasta cuándo orar? ¿hasta cuándo orar? oro una sola vez, y como no se sanó, lo dejo así, no, la viuda insistió, yo puedo orar hasta que yo no siento una reprensión que no debo orar más por eso, cuando yo siento una reprensión, entonces yo dejo de orar por eso, pero mientras yo no siento una reprensión, yo dejo de orar, yo dejo de orar por eso, pero mientras yo no sienta que Dios me está diciendo ya no me ores más, que es distinto al caso de Samuel, cuando Dios le dijo a Samuel, no me ores más por Saúl, ahora a mí Dios no me ha dicho que no ore más por ti, entonces yo puedo seguir orando por ti, a mí Dios no me ha, o no te ha dicho a ti que no sigo orando por mí, entonces sigo orando por mí, bueno, pero tengo un año orando por mí, ¿cuánto tiempo tardó la promesa de Abraham con su primer hijo, Isaac, cuánto tiempo? Así es que cuidadito con todo eso, parece a veces cosa hasta insignificante, pero esas cositas, esas zorras pequeñas pueden dañarte todo el viñedo, esas cositas insignificantes quizás carente de valor, de significado, pueden hacerte daño, me pueden hacer daño en mi ministerio y peor, olvidémonos del ministerio, pueden hacerme daño en mi relación con Dios, porque ciertamente empiezo lentamente a pensar, a meditar en esas palabras ¿pero por qué no se sanó? ¿pero por qué se murió? Si él me dijo, eso es otro punto que tenemos que tener presente, él me dijo y eso lo hemos oído, personas que han dicho, Dios me dijo que de eso no se muere, pero a los pocos días se murió fulana, pero ven acá, fulana dijo aquí, un evangelista y vino un predicador y vino un pastor y dijo de eso no se muere, ¿tú estás seguro que fue Dios que dijo eso? Me parece a mí que si esos tiempos donde se apedreaba los falsos profetas todavía existiesen hoy, muchos de nosotros, muchos de nosotros, muchos, muchos de nosotros estuviésemos apedreados, porque nos gusta poner palabras en la boca de Dios, nos gusta decir Dios dijo o Dios a mí me dijo cuando Dios por ahí ni siquiera habló, Dios me dijo que ella de eso no se muere, Dios me dijo que ella se va a levantar y va a ir a las naciones, días después fulana murió, entonces nosotros que fuimos los que dijimos Dios me dijo, entonces para escudarnos, para defendernos, para no quedar mal, ah es que ella no tenía fe, oh es que ella no tenía fe, porque yo tengo que quedar bien, yo no puedo hacer que dejen de creer en mí y que me miren a mí como el profeta falso y que me miren a mí como el evangelista y eso nosotros lo aprendimos desde Génesis allá, eso no es algo que lo aprendimos ahora, eso lo sabemos y Adán lo dijo la mujer que tú me diste la mujer que tú me diste y Eva que dice la serpiente me engañó es decir, no asumimos nuestro compromiso si creo que me cedí era tanto mi deseo que ella se sanara que hasta pensé que Dios se van a hablar de nosotros entonces el pastor me va a condenar o cuantas cosas o el pastor para defender para quedar bien frente a las ovejas ah eso es porque ella no tenía fe eso es porque él no tenía fe cuidado con estar poniendo palabra en la boca de Dios cuando Dios no dijo nada ahora y al final hágase la voluntad de Dios que también tenemos que tener mucho cuidado porque a veces hasta ese término lo mal utilizamos a veces hasta ese mismo término hágase la voluntad de Dios hasta ese mismo término a veces lo mal utilizamos lo embarramos lo ensuciamos y para quedar bien frente a la feligresía bueno yo dije que se haga la voluntad de Dios y si él no la quiso hacer bueno pues eso es cosa de él a veces eso también puede ser falta de fe falta de fe es decir que uno y otro pudiésemos estar mal utilizándolo es por eso la insistencia es por eso la insistencia la insistencia y yo quiero empezar a hacer esta oración a partir de ya Dios enséñame a orar cuando nosotros le decimos a Dios que nos enseñe a orar vamos a pedir lo que está de acuerdo al corazón de Dios porque él sí sabe la mejor respuesta él sí sabe cuál es la mejor respuesta y quizás querrá usarme a mí pero al fin y al cabo detrás de mí está la génesis de todo esto bueno yo espero que mis palabras me reprendan a mí mismo me disciplinen porque antes de disciplinar a otros primeramente debo ser disciplinado yo primeramente debo ser lacerado yo primeramente y de hecho es algo y ya no quiero salirme del tema pero lo voy a hablar una de las maneras como yo entiendo cuando Dios quiere que se predique o que yo exteriorice este tema es cuando veo qué tanto me lacera a mí qué tanto me hace llorar o qué tanto me hace reír o cómo aumenta mi fe pero cierro el paréntesis ahí para no traer y mezclar varios temas que pudiesen traer confusión y ya de eso lo hablaremos quizás, quizás en otro momento Dios le bendiga hermanos Dios le bendiga aprendamos esto aprendamos esto todo está de acuerdo a lo que Dios así quiere lo que sí Dios hace es que guarda nuestras lágrimas y las responde de acuerdo a su voluntad una respuesta de Dios para usted quiero terminar la programación de hoy con estas palabras las palabras de Dios que son para terminar la programación de hoy con estas palabras hay algo que Dios algún plan algún proyecto parte de su voluntad soberano que Dios no nos lo ha querido revelar y yo me voy más lejos y que nunca nos lo revelará Él es Dios ahora Él nos lo ha querido revelar entonces nosotros debemos trabajar con lo que Él nos ha querido revelar así es que terminamos la programación de hoy invitándonos a nosotros mismos a que busquemos lo que Dios quiere revelarnos ya decíamos que Él ha echado la cortina a un lado y Él pide que nos acerquemos a Él y acercarse a Dios le suma esto lo que es conocer el carácter de Dios y cuando conocemos el carácter de Dios eso nos ayuda a nosotros a conocer la voluntad de Dios así es que nosotros debemos ponernos esto como tarea lo que Él ha ocultado ni lo intentemos porque no lo vamos a conocer Él nos lo cegó a nosotros ahora hay algo que Él nos lo ha revelado entonces vamos nosotros a tener lápiz, papel, Biblia en mano cada uno de estos sábados que nosotros vamos a estar haciendo esto y domingo también y a través de nuestro podcast recuerden que si usted no puede escuchar alguno de nuestro programa vaya a nuestro podcast y escuche nuestros audios y ahí usted podrá saber un poquitico más sobre las voluntades que nos han ayudado a nosotros a identificar o tratar de conocer un poquitico más la voluntad de Dios también le pongo otra tarea cuáles son los beneficios en que yo me beneficio si queremos decirlo así en conocer la voluntad de Dios para que, por que cuando, donde me aprovecho yo por decirlo de una manera cruda de la voluntad de Dios vamos a estar entrándonos en todo esto y lo dejamos nuevamente como tarea escuchábamos nosotros canciones, repetimos reflexiones que nos invitaban a conocer a indagar, a caminar en ese camino que nos ayuda a conocer la voluntad de Dios como por ejemplo yo me rindo a él fue una de las canciones que nosotros escuchamos lo que yo más aprecio lo que yo más quiero lo llevan ante el altar o frente al altar y ahí lo sacrifican yo me rindo mis valores, mis principios mi yo, mi ego yo los rindo a él también escuchábamos las letras de otra canción que dice en el centro de tu voluntad y nos advierte esta canción que estar en el centro de la voluntad de Dios conlleva un pago conlleva un sacrificio una entrega un dar pero todo esto tendrá buenos resultados buenos dividendos así que de esta manera nosotros concluimos lo que es la programación escuchábamos también una participación que yo tenía que es ese debate ese enfrentamiento entre lo que es mi fe y no tener fe necesariamente se tiene que dar lo que yo pienso lo que yo quiero lo que yo creo lo trabajamos eso si usted acaba de unirse a nosotros tiene la oportunidad de escuchar nuevamente lo que es esta programación de esta manera nosotros terminamos gracias a la administración gracias a usted y gracias a Dios por permitirme cumplir con una encomienda gracias hasta que el día sea perfecto