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Pr Santiago C Una Mala conversacion

Pr Santiago C Una Mala conversacion

Pr Santiago CascantePr Santiago Cascante

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AquĆ­ tu sintonĆ­a es la que cuenta. Nos conectamos contigo a tempranas horas. Solo dinos donde recibes nuestra seƱal. Todos tenemos nuestros gustos. Pero cuando se trata de ti, nosotros sabemos contracerlos. Ah, y no nos crees, Āæverdad? EscĆŗchalos ahora y probadlo. Somos tu mejor compaƱƭa. Somos tu mejor compaƱƭa. ĀæSabĆ­as que todos somos responsables de la atmósfera que creamos en nuestro alrededor? ĀæY quĆ© clase de mĆŗsica escuchas tĆŗ? No escuches lo que puede arruinar tu vida. SintonĆ­zanos, porque nosotros sabemos quĆ© dar. Te adorarĆ©, soberano y sublime. Somos una seƱal que manda aliento de vida. Colocamos desde mĆŗsica retro hasta la mĆŗsica mĆ”s reciente. Hasta la mĆŗsica mĆ”s reciente, o sea, lo de hoy. Estamos mĆ”s actualizados de lo que te imaginas, edificĆ”ndose siempre con la mejor mĆŗsica. La mĆŗsica es algo relajante al oĆ­do cuando descansas. Pero es reactivante cuando estĆ”s en tu trabajo. No nos cambias, no nos mudras, porque nosotros sabemos acompaƱar. Algunos nos llaman la favorita, otros la preferida. Pero al final, somos la radio de todos. Ya estĆ” por iniciar tu programa en RJ Radio. Ā”No te despegues! Merecedor de alabanza, aquel que vino a salvarme. Merecedor de alabanza, que siendo yo pecado, no escatimó su linaje para morir en la cruz. Merecedor de alabanza, por los siglos y gĆ©neros. Merecedor de alabanza, aquel que vino a salvarme. Merecedor de alabanza, que siendo yo pecado, no escatimó su linaje para morir en la cruz. Merecedor de alabanza, por los siglos y JesĆŗs. El dĆ­a en que no le alabo, el alma se me entristece. Pues donde no hay alabanza, Ɖl no puede estar presente. Un sacrificio tan grande, no puede pasar por alto. Tres veces te digo santo, aunque creas que estoy loco. El dĆ­a en que no le alabo, el alma se me entristece. Pues donde no hay alabanza, Ɖl no puede estar presente. Un sacrificio tan grande, no puede pasar por alto. Tres veces te digo santo, aunque creas que estoy loco. Bendito sea tu nombre, SeƱor, porque mi vida ha cambiado. Y en este dĆ­a te alabo, recibe de alabanza como honor grande. Merecedor de alabanza, aquel que vino a salvarme. Merecedor de alabanza, que siendo yo pecado, no escatigó su linaje para morir en la cruz. Merecedor de alabanza, por los siglos y JesĆŗs. El dĆ­a en que no le alabo, el alma se me entristece. Pues donde no hay alabanza, Ɖl no puede estar presente. Un sacrificio tan grande, no puede pasar por alto. Tres veces te digo santo, aunque creas que estoy loco. El dĆ­a en que no le alabo, el alma se me entristece. Pues donde no hay alabanza, Ɖl no puede estar presente. Un sacrificio tan grande, no puede pasar por alto. Tres veces te digo santo, aunque creas que estoy loco. Hoy te digo santo, santo, santo. La tercera, cuarta, empezamos por aquĆ­. Pero aquĆ­ no. En este nuevo templo es otra cosa. Ale, lucha. Y quĆ© bonito, verdad, cómo uno... Ella anda en la iglesia y todo, y los cĆ”nticos, y las alabanzas nuevas, y las baterĆ­as, y las guitarras elĆ©ctricas, y todo eso. EstĆ” bien, estĆ” bonito. Pero cuando volvemos a este principio, y yo lo digo mucho, este asunto del evangelismo, del evangelio de Cristo en Costa Rica, empezó asĆ­. CampaƱitas, un techito, un bombillito, dos guitarristas, una pandereta, y ahĆ­ es donde fluĆ­a el EspĆ­ritu de Dios. Si no fuera por ese tipo de cultos que se hacĆ­an antes, no estarĆ­amos viviendo lo que estamos viviendo hoy en dĆ­a. Y se ha perdido ese norte, se ha perdido esa relación con Dios. Esos cĆ”nticos de verdad que nos llenan de una revelación, de una presencia especial. Hoy hay canciones que deberĆ­an ser quitadas de las iglesias, que hablan de todo menos de Cristo. O hay canciones de mundo que le ponen el nombre de JesĆŗs y ya la hacen cristiana. O sea, quĆ© tremendo, Āæverdad? Pero bueno, quĆ© dicha poder estar por acĆ” otra vez. Mi nombre es Santiago Cascante, para los que no nos conocen, somos pastor del Ministerio Casa de Fe, director de RJ Radio tambiĆ©n, nos apasiona el evangelismo, compartir la palabra, llevar el mensaje, donde sea que sea. Puede ser en una iglesia, puede ser en un precario, en Reforma, en las calles, en los parques, donde sea que nos vayan, que nos lleguen, ahĆ­ somos felices, porque yo lo que veo es a predicar de Cristo. Y el dĆ­a que yo deje de predicar de Cristo, ya tengo que dejar de predicar, porque no voy a tener de quĆ© hablar. Ya hablarĆ­a de mĆ­, y hablar de mĆ­ no deja nada. El dĆ­a que uno no hable de uno, el mensaje ya no es bueno. AmĆ©n. Y es que, el tema que el SeƱor puso en mi corazón, desde que el Pastor Padre Pedro me invitó, salió en una conversación con Jóvenes. AhĆ­ en un estudio de Jóvenes que tuvimos el martes, y es que nosotros hablamos y conversamos con mucha gente. Es lindo hablar, yo soy muy hablantĆ­n, no sĆ© si se me nota. Me gusta mucho hablar. Pero hay conversaciones que son perjudiciales, amĆ©n. Hay conversaciones que nosotros no deberĆ­amos tener. Y ese es el tema del dĆ­a de hoy, una mala conversación. PeligrosĆ­simo para nosotros a quienes estamos oĆ­dos. Peligroso para nosotros quĆ© es lo que pensamos hacer cuando recibimos un mensaje. QuĆ© es lo que yo dejo entrar cuando recibo un mensaje. ĀæQuiĆ©n me enseƱa la palabra? ĀæQuiĆ©n me enseƱa doctrina? ĀæQuiĆ©n me enseƱa camino? ĀæQuiĆ©n me enseƱa Biblia? Porque hay gente que te anda tocando la puerta, ĀæenseƱaste la Biblia? Pero lo que ellos tienen no es una Biblia. Esa es la palabra que no se le podrĆ” ni sumar ni quitar a esta palabra. En el momento en que yo le quite o le aƱada, ya no es la palabra de Dios. Entonces hay sectas, hay doctrinas que tienen su propia Biblia. Que tienen su propia Biblia. Ya no es la palabra de Dios. Pero quĆ© pasa, que venimos y le damos cabida y nos toca la puerta y le decimos pase para que me enseƱe. O vengo a conversar con usted de la palabra, que es tremendo. Y por ahĆ­ quiero que vayamos, vamos a la palabra en el libro de GĆ©nesis. El hermoso libro de GĆ©nesis. GĆ©nesis capĆ­tulo 3. GĆ©nesis capĆ­tulo 3. SiĆ©ntese. SiĆ©ntese cómodo. Ah, no, ya ahĆ­ estĆ” eso. AmĆ©n. Lo vemos en el nombre del Padre, del Hijo y la comunión de sus santos espĆ­ritus. Dice GĆ©nesis capĆ­tulo 3, versĆ­culo del 1 al 7. Pero la serpiente era astuta. ĀæEra quĆ©? Pongan atención a esas palabras, porque a veces se nos va el mensaje porque agarramos una palabra importante y no la tomamos en cuenta. Era astuta mĆ”s que todos los animales del campo que JehovĆ” Dios habĆ­a hecho. O sea, quiere decir que los animales del campo tambiĆ©n eran quĆ©? ĀæCabe decirlo? Astuta. ĀæPero la serpiente era mĆ”s? Astuta. La cual dijo a la mujer, con que Dios os ha dicho no comĆ”is de todo Ć”rbol del huerto. Y la mujer respondió a la serpiente. ĀæQuĆ© estĆ” habiendo ahĆ­? Un diĆ”logo. Una conversación. ĀæCómo se llama la palabra de hoy? ĀæUna mala? Conversación. ĀæQuĆ© estĆ” habiendo entre la mujer y la serpiente? Una conversación. La serpiente habla y la mujer le responde. Y la mujer respondió a la serpiente. Del fruto de los Ć”rboles del huerto podemos comer. Este es importante. ĀæQuĆ© le dijo la serpiente? Con que Dios os ha dicho no comĆ”is de todo Ć”rbol del huerto. La mujer le dijo, un momento serpiente. Dios no me dijo eso. Dios me dijo, del fruto del Ć”rbol del huerto puedes comer. Pero del fruto del Ć”rbol que estĆ” en medio del huerto, dijo Dios. No comĆ”is o no comerĆ©is de Ć©l, ni le tocarĆ©is para que no, murĆ”is. Hay dos diĆ”logos ahĆ­. El primer diĆ”logo lo tuvo la mujer con Dios. Porque Dios les habĆ­a dicho que podrĆ­an comer de quĆ©. De todo, menos del Ć”rbol. O sea, quiere decir, porque ya estĆ” diciendo en un momento. Dios le dijo, o sea, tuvo una conversación con Dios. Y despuĆ©s tuvo una conversación, Āæcon quiĆ©n? El diablo, con la serpiente. Entonces la serpiente dijo a la mujer, continĆŗa el diĆ”logo. No morirĆ©is. Sino que sabe Dios que el dĆ­a que comĆ”is de Ć©l, serĆ”n abiertos vuestros ojos. Y serĆ©is como Dios, sabiendo el bien y el mal. Tremenda. Y aquĆ­ es importante, aquĆ­ es donde quiero que pongamos atención. Para que no venga el enemigo y se robe la palabra. Ya, vamos a entrar en el contexto. Ya la mujer habĆ­a hablado con Dios. Yo le habĆ­a dicho, coma de todo lo que quieras. Todos los Ć”rboles, todo muy rico. Las guayabitas, las mangas. Uy, tienes una manga madura de palo, varón. ĀæCierto o no? Que usted la haga asĆ­, espalita. Que le corre el caldo por aquĆ­, por ahĆ­. Ay, mi hermano. Unos duraznos. Todo eso. ĀæPor quĆ©? Porque Dios tiene un sentimiento especial por el hombre. Dice la palabra para que veamos la importancia que Dios tiene para con el hombre. Dice la palabra que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y dijo Dios, Dios dio una palabra. Y dijo Dios, y se creaba. Y dijo Dios, produzca la tierra. Y dijo Dios, haga la luz. Y dijo Dios, que lindo. Cuando dio la creación. Cuando dio la creación. Dijo, vamos a hacer a quiĆ©n. Al hombre. Al hombre. Dios nos dio una palabra, hĆ”gase el hombre. A los animales sĆ­. Pero a nosotros nos formó Ć©l. No la palabra. Y dice que tambiĆ©n formó el EdĆ©n. Creó un huerto para poner al hombre. O sea, si la tierra ya por si era buena. Hizo algo mejor. El EdĆ©n. Y en el EdĆ©n, ya hecho, ya hermoso, ya puesto, justo al hombre. EstĆ” que lindo. No fue que dijo, hĆ”gase el EdĆ©n. TambiĆ©n Ć©l lo formó. O sea, imagĆ­nese la calidad de Ć”rbol y la calidad de frutos que habĆ­a ahĆ­. Todo era una delicia. Y le dijo, puede comerse todo. Menos de ese Ć”rbol. Y entonces dice, en el seis. Y vio la mujer que el Ć”rbol era bueno para comer. Y agradable a los ojos. Y el Ć”rbol codiciable para alcanzar la sabidurĆ­a. Y tomó su fruto y comió. Y dio a su marido el cual comió asĆ­ con ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos. Y conocieron que estaban desnudos. Y entonces, cosieron hojas de hiera y se hicieron de la mitad. Ok. Punto importante. Primero, el diablo fue el que vino a buscar a la mujer. La mujer no andaba buscando nada. No andaba buscando nada. ĀæPero SatanĆ”s vino a quĆ©? Ɖl fue el que empezó el diĆ”logo. Ɖl fue el que empezó la conversación. Ɖl fue el que empezó la tentación. Fue el diablo. Primera carta de PĆ©rez, capĆ­tulo 5, versĆ­culo 8, dice. Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, anda buscando alrededor. ĀæA quiĆ©n? O sea, el diablo anda buscando. Usted puede estar aquĆ­ muy querido, sin enfrentarse con nada. Pero el diablo no estĆ” querido. El diablo anda buscando. ĀæA quiĆ©n Ć©l busca al diablo? ĀæA aquel que estĆ” de rodillas, escudriƱando la palabra, metiĆ©ndose en ayuno? No. Ɖl anda buscando al dĆ©bil. Ɖl anda buscando su debilidad. Vean lo importante. Vean lo importante. En este pasaje vemos cómo ella cometió varios errores. Primer error. Error grave que esta mujer cometió. No reconoció a su enemigo. Ella no sabĆ­a quiĆ©n era SatanĆ”s. Ella no sabĆ­a quiĆ©n era el diablo. Ella nunca habĆ­a aprendido sobre la voz del diablo. Vean quĆ© error mĆ”s tremendo. ĀæPor quĆ© le digo esto? Porque hoy en dĆ­a muchas iglesias enseƱan muchas cosas, menos a distinguir el mal. No se conoce la voz del diablo. Ā”QuĆ© fuerte! Vean, hay gente que cree que estĆ” bien con Dios, porque Dios me ofrenda. Pero sigue haciendo lo que le da la gana. EstĆ” lejos de la salvación. Hay gente que cree que porque va todos los dĆ­as a la iglesia, porque fue bautizado, porque dice porque dice ya estĆ” lleno de unción y de EspĆ­ritu Santo. Simón el Mago estaba con Felipe todo el tiempo y no habĆ­a nacido de Ć©l. Pero no se enseƱa eso. Se enseƱan mensajes que tengan a los cristianos tranquilos hoy en dĆ­a. En los tiempos de los cantitos con guitarra, el pastor, aquel pastor que tenĆ­a mĆ”s unción, no era el que llegaba en el mejor carro con la mejor corbata, Āæcierto? Llegaba en una bicicleta con los zapatos rotos, tal vez en un caballo. Si tenĆ­a caballo, tambiĆ©n llegaba a platicar. Ah, y andó. HabĆ­a unción, habĆ­a presencia. Y ese pastor le decĆ­a a la iglesia, un momento hermanos, aquĆ­ no hay unción. ĀæPor quĆ©? Porque habĆ­a sometimiento al EspĆ­ritu de Dios. HabĆ­a presencia de Dios en ese pastor humilde. Pero Amado, Āæcómo yo voy a enseƱar a las ovejas a someterse si yo no me someto? ĀæCómo voy a enseƱar a distinguir la voz del diablo si yo no la conozco? Eso fue lo que pasó con Ć©l. Eva, Āæa quiĆ©n estaba acostumbrada a oĆ­r? ĀæLa voz de quiĆ©n oĆ­a? De Dios. Era la voz que oĆ­a. Pero nosotros hoy en dĆ­a tenemos la palabra revelada. Que nos tiene que hablar. O sea, nosotros deberĆ­amos de tener el discernimiento para saber si algo viene de Dios o viene del diablo. Nosotros lo decimos mucho. Hay gente que anda sacando chamucos por todos lados, anda reprendiendo al diablo por todos lados. Ā”Reprenda el espĆ­ritu de fornicación, de austerio! Hasta donde mi Biblia me enseƱa, no existe un espĆ­ritu de fornicación. El apóstol Pablo dice en la Carta de los Coliptos, Maniciestas son las sobras de la carne. ĀæQuĆ© son? Austerio, fornicación, asidia, pleitos, islas confiendas, todo eso. O sea, quiere decir que yo no puedo sacar un espĆ­ritu porque no hay un espĆ­ritu, es mi propia carne la que estĆ” haciendo que yo quiera ir a fornicar. Yo me puedo partir el lobo reprendiendo al diablo una fornicación que nunca se va a ir porque no existe. Pero caemos en ese juego. Vamos a ministrar esas cosas. Y lo que hacemos es un show. Porque aquel se siente muy... Y empieza a vomitar toda la cosa. Y el diablo muerto riza. Hay iglesias donde se presta, Āæsaben quĆ© se llama eso? EspĆ­ritu de distracción. Nosotros lo vivimos en un lugar, Āædónde fue, amor? Ay, en Nicaragua. Que llegó un muchacho y estaba ahĆ­, estaba el culto bueno, estĆ”bamos todos encendidos y el hombre haciendo su show, su espectĆ”culo, y la gente ahĆ­ cayendo en el jueguito de Ć©l. Y entonces les dijimos, dĆ©jenme. EspĆ­ritu de distracción, fuera. No hay entre otras. No han pasado cinco minutos y Ć©l salió y se fue. No pasó nada. Pero si yo caigo en el juego, eso sigue. Yo tengo que enseƱarle a la iglesia. Pero si yo como pastor me presto a hacer los mismos espectĆ”culos, a hacer las mismas cosas para la gente todas las semanas, no van a aprender a entender cuĆ”l es la voz que viene. AsĆ­ dice el SeƱor, hermano. No digas asĆ­, dice el SeƱor, cuando yo no he dicho la palabra. Pero yo tengo que conocer la voz de Dios y la voz del diablo. Porque a veces, amados, se parecen mucho. ĀæCómo, cómo, cómo, pastor? Ay, blasfemo. Un momentito. ĀæCuĆ”l es la voz de Dios en usted? Esta pregunta a veces no la sĆ© plantear, pero la voz de Dios en usted, Āæes su voz? No la sĆ© plantear, pero la voz de Dios en usted, Āæes su voz? ĀæUsted se ha oĆ­do un pensamiento suyo? Mirad, dice alguna cosa. Mirad, no te vayas por este lado. Dios estĆ” dirigiĆ©ndote, pero usted lo que oye es su voz. Su pensamiento es su voz. AmĆ©n. ĀæMe voy a entender de lo que quiero decir? O sea, no es que oiga una voz especial, una voz sobrenatural. Ā”Eso! Y dueƱos y tormentas. Ā”Soy de vos, tu Dios! No, mi hermano. Es usted. Es su espĆ­ritu. Es su voz. Que estĆ” siendo ministrada por Dios. Que estĆ” siendo guiada por Dios. Entonces, la voz de Dios, el mensaje de Dios para usted, usted lo escucha en el tono de su voz. Entonces, si el diablo no le habla, ĀæcuĆ”l es el tono que escucha usted tambiĆ©n? El mismo. Pero ahĆ­ tiene el discernimiento. Si eso que estĆ” entrando en mi mente, me quiere acercar a Dios o me quiere alejar de Dios. AhĆ­ estĆ” la diferencia. Porque la serpiente le dijo, con que Dios te ha dicho que no comĆ”is. O sea, la serpiente sabĆ­a lo que Dios habĆ­a dicho. ĀæPor quĆ©? Porque la mujer en ningĆŗn momento empezó a hablar. La Ćŗltima vez el SeƱor nos dijo, mire, comamos. No. La serpiente llegó con las palabras de Dios. Tergiversado. Las cambió a su voz. Y ella cayó. Porque no supo discernir. Punto nĆŗmero dos. Sintió confianza teniendo ese diĆ”logo para el cual no estaba preparada. Ella no estaba preparada para hablar con el diablo. Porque dice la palabra que la serpiente era astuta. La serpiente supo cómo llegarle. La serpiente supo cómo caminarle. Cómo ganarse su confianza. Y ella se sintió ahĆ­ muy confiadita. Ah, no, mirĆ”, es que no es tan malo este bichillo. No es tan malo, mirĆ” este. Primero que nada, a mĆ­ me habló una serpiente. No hay quien me detenga. Cabrerón que me detenga. Uno le habla al perro. Ay, Āædónde estĆ” el perro bonito? ĀæDónde estĆ” el perro bonito? ĀæQuĆ© tal que el perro le diga, aquĆ­ estoy? Ā”Fum! Ā”Fum! TenĆ­a esa carambada, pues sale en carrera. Ella no, se sentĆ­a tan cómoda. Se sentĆ­a toda hablando con la serpiente. ĀæPor quĆ© era cómoda? Astuta. ĀæQuĆ© le ha pasado si esa serpiente le dice, yo soy satanĆ”s? AhĆ­ va Eva como alma que lleva a Cristo. Pero supo llegarle. AsĆ­ es como el diablo nos llega muchas veces. Con una voz, primero que nada, engaƱosa. Con un mensaje, tergiversado y ganĆ”ndose mi confianza. Eso es lo que satanĆ”s quiere hacer, ganarse su confianza. Pintan al diablo como un bicho con cachos rojos, soƱas con las... ĀæCómo dice la Biblia quĆ© es? El Ć”ngel mĆ”s hermoso. Por eso le llamaba Luz Bel. Luz Bella. ĀæUstedes saben de ella? Que se me aparece el piso y queda asĆ­ como estĆ”. Ni a palos ni a ganas. Pero se me aparece como algo agradable. Y se ganó la confianza de Eva. ĀæQuĆ© pasó cuando se ganó la confianza de Eva? ĀæQuĆ© pasó cuando logró meter el engaƱo en la mente de Eva? Dice que Eva, en el 3-6, y vio la mujer que el Ć”rbol era bueno para comer y era agradable a los ojos. La mentalidad de Eva cambió. ĀæCómo veĆ­a Eva ese Ć”rbol antes de que satanĆ”s lograra entrar en su mente? Como algo prohibido. SĆ­, mira, estaba bonito el Ć”rbol, pero usted va... AhĆ­ yo no me arriesgo. Porque Dios me dijo. Pero viene el diablo, entra en la mente, entra en el corazón y ya ella vio que la cosa cambió. Ese pequeƱo diĆ”logo hizo que la mentalidad de obediencia de Eva cambiara. Y dice que vio que era agradable a los ojos y codiciable para alcanzar sabidurĆ­a. ĀæQuĆ© sabĆ­a Eva que era sabidurĆ­a? No lo sabĆ­a. Porque si hubiese sabido, siendo sabia, dice, se reprenda Dios satanĆ”s. ĀæMe explico? Eva no tenĆ­a sabidurĆ­a, pero nosotros tenemos sabidurĆ­a. Pero nosotros tenemos revelación de la palabra. Pero nosotros tenemos el entendimiento de lo que el diablo quiere hacer con nosotros. Nosotros sĆ­ lo tenemos. Nosotros sĆ­ lo conocemos. Lo que pasa es que vamos a ver ahorita mĆ”s adelante un puntito por ahĆ­ que nos va a echar ese argumento abajo. Otro punto que, otro error que cometió Eva fue que no escapó cuando vio que la palabra de Dios habĆ­a sido cambiada. Porque Eva vio que la palabra habĆ­a sido cambiada. El diablo le dijo, dijo Dios que no comerĆ”s de ningĆŗn Ć”rbol. Mentira del diablo. Porque ella misma lo corrigió. Y dijo, no seƱor. Dios dijo que puedo comer de todos menos del Ć”rbol del SeƱor. En ese momento ya ella tenĆ­a que saber que eso no venĆ­a de Dios. ĀæQuĆ© era lo que tenĆ­a que haber hecho? Por aquĆ­ es cuando. Pero siguió hablando con la culebra. Ok. Nosotros sabemos que algo es bueno o algo es malo. Si yo sĆ© que por ejemplo, si yo tengo un problema en la silla y veo que la vecina le puso una ventana al frente de la mĆ­a y le da por hacer aeróbicos hinchones y yo mĆ”s bien en vez de quitar la ventana la hago mĆ”s amplia estoy hablando con la serpiente. Pero si yo le digo, anda le di a lo cochino quito la ventana y hago un muro mĆ”s alto. ĀæPor quĆ©? Porque huyo. Porque entiendo que eso no viene de Dios. ĀæEso viene de quiĆ©n? Del diablo. ĀæEl hombre sabio y yo el malo? Cuatro. Sabiendo las consecuencias de lo que pasarĆ­a confió mĆ”s en lo que decĆ­an que se acomodaba a sus deseos. Ok. ĀæCuĆ”ntas veces se busca una iglesia donde no me hablen de pecado porque me siento muy mal? Ah, no es que en esa iglesia hablan de bendición, de todo lo que tu mano tocare, de que todo lo que tocare prosperarĆ”. Pero no me hablan de pecado. Pero no me hablan de santidad. Pero no me hablan de arrepentimiento. Pero no me hablan de cambio de vida. Pero no me hablan de que tengo que dejar esto o que tengo que dejar aquello. A mĆ­ eso no me gusta. Eva sabĆ­a lo que le habĆ­a pasado porque Dios, ĀæquĆ© le dijo? Y dio a la mujer que el Ć”rbol era bueno y que era agradable a los ojos del Ć”rbol y codiciable para alcanzar y comió y dio tambiĆ©n a su marido. Ella sabĆ­a lo que le iba a pasar pero sin embargo fue y comió porque Dios le dijo, Āæde hecho quĆ©? MorirĆ©is. A ella no le importó. A ella lo que le importó fue que esa serpiente, le digo, que ese Ć”rbol tan rico que se veĆ­a me iba a dar sabidurĆ­a. No sabĆ­a quĆ© era pero se veĆ­a bueno. A nosotros el diablo nos ofrece muchas cosas y yo digo, bueno, aquĆ­ lo peso. O voy al culto o me doy una merienda. O voy al culto o me doy para la playa. O voy al culto o me echo esa merienda. O voy al culto o me hago ese puro. O voy al culto. ĀæDe por sĆ­ que tiene maldad? ĀæSe va a morir el varón porque no va a ir un dĆ­a al culto? Tal vez no. ĀæY si tal vez sĆ­? Nosotros sabemos lo que nos puede pasar. Nosotros sabemos cuando algo es pecado o no. Eso depende de quĆ© tantas ganas tenga yo de pecado. ĀæSabe cómo estĆ” eso? Como BalĆ”n y Balak. BalĆ”n querĆ­a el pago del pecado. Ɖl sabĆ­a que estaba malo pero Ć©l querĆ­a la recompensa que Balak le daba para que maldijera al pueblo de Egipto. Y Ć©l decĆ­a, mira, Dios, es que dice, y mira Dios, Dios le dijo que no. Pero Ć©l seguĆ­a insistiendo porque Ć©l querĆ­a que en algĆŗn momento Dios le dijera que sĆ­. ĀæY Dios llama el pecado? Pecado. Hoy en dĆ­a le llaman libertad, hoy le llaman inclusión, hoy le llaman lo que usted quiera. Pero Dios le sigue llamando pecado. Yo sabrĆ© si lo hago, yo sabrĆ© si no lo hago. Dios no me va a obligar. Pero yo sĆ­ sĆ© que lo que estoy haciendo estĆ” mal. Eva sabĆ­a que lo que estaba haciendo estaba mal. Eva sabĆ­a que ese Ć”rbol le iba a provocar un problema. Yo sĆ© que hablar con esa vecina, yo sĆ© que comerme ese trago me va a buscar problemas. Yo lo sĆ©. Ahora, sĆ© o no sĆ© si quiero hacerlo, si quiero no hacerlo, esa decisión mĆ­a. Esa pequeƱa prueba que Eva abrió, esa puerta pequeƱita, perdón, que Eva abrió, afectó a la humanidad entera. Esa conversación que Eva tuvo con la serpiente nos afectó a todos nosotros. Lo que yo hago puede afectar mi familia. Lo que yo hago puede afectar mis hijos, mi descendencia. Yo puedo crear una iniquidad de pecado que va a maldecir mis generaciones. No es que yo pegue y no le haga daƱo a nadie. SĆ­, nosotros estamos creando una cadena espiritual. Estamos creando un derecho legal de SatanĆ”s sobre mi familia, sobre mi finanza, sobre mi salud, sobre mi matrimonio. Eso que yo hago, eso que yo permito, ese tiempito que yo le doy al diablo estĆ” creando mal para mi vida, mal para mi casa. QuĆ© raro, pero es que mi casa no prospera, mi casa es solo pleito. SĆ­, pero yo ando viendo cuĆ”nta vieja me aparece en la calle. Y no solo lo que veo, es lo que pienso. Es que yo no puedo ver nada mal puesto porque chupulumpa la bolsa. Es que yo, miren, yo sĆ© que es malo porque yo voy por allĆ” y me he hecho tres, cuatro traguitos en carrera y no ha pasado nada. Es que yo ando robando tiempo en el trabajo. Es que yo ando engaƱando, estafando. Todo eso yo lo sĆ©. Todo eso yo estoy viendo y lo estoy meciendo en mi casa. Es que en mi casa se ven pelĆ­culas de terror, se ve anime de maldición. Andan viendo cosas que adoran al diablo, estĆ”n dejando que los niƱos metan eso. Tienen los niƱos el telĆ©fono con pornografĆ­a todo el tiempo disponible. Se ve pornografĆ­a en la casa y nosotros creemos que eso no va a tener consecuencias. Va a tener consecuencias. Dios es muy claro, Āæcierto o no? Romano C23, Āæporque la paga del pecado es? Ya sabĆ­a poner el pecado. Ya sabĆ­a quĆ© era lo que lo habĆ­a, lo iba a pasar. Dios no nos deja tientas a nosotros tampoco. Dios nos dice quĆ© va a pasar con las cosas que nosotros hagamos. ĀæQuĆ© pasa si hay pecado? Hay castigo. ĀæQuĆ© pasa si hay obediencia? Hay recompensa. EstĆ” escrito en la Palabra. No porque yo lo digo, porque Dios empeñó su Palabra en eso. Dios no nos ha dejado tientas, Āæcierto o no? Nosotros sabemos quĆ© podemos esperar de Ɖl en todo lo que hagamos. Ahora, vean quĆ© tremendo. En ese caso del pecado, SatanĆ”s ganó la batalla. Ya estaba la torta, ya se hizo. Ya el castigo llegó y dijo SatanĆ”s. AsĆ­ dice el diablo. Y los demonios. ĀæPor quĆ©? Porque Eva cayó. Y cuando Eva cayó, el diablo sabĆ­a que iba a haber separación entre Dios y el hombre a travĆ©s del pecado. Y que iba a morir. SatanĆ”s lo sabĆ­a. ĀæPero sabe quĆ©, mi hermano? Dios tenĆ­a otro plan. La misericordia de Dios tenĆ­a otra idea. GĆ©nesis capĆ­tulo 3 versĆ­culo 22. Esta palabra, pero me impacta a mĆ­, Āæah? Y dijo JehovĆ”, Dios, que aquĆ­ el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y sabiendo el mal. O sea, cuando Eva comió, ya Dios dijo, es como uno de nosotros. ĀæA quĆ© ronca? Ahora, pues, que no alargue su mano y tome del Ć”rbol de la vida y coma y viva para siempre. Que Dios mĆ”s malo querĆ­a matarnos. Que Dios mĆ”s malo querĆ­a que nosotros nos destruyĆ©ramos. Eso es lo que uno pensarĆ­a. ĀæPor quĆ© no la perdonó? Si es tan bueno. ĀæPor quĆ©? Porque ese era el plan de Dios, Āæah? ParecĆ­a que Dios estaba castigando al hombre, pero era todo lo contrario. Era todo lo contrario. Ese era el proyecto de Dios. Esa era la victoria de Dios sobre SatanĆ”s. Por eso es que SatanĆ”s nos quiere tanto, Āæno? Dice JeremĆ­as 29.11 Porque yo sĆ© los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice JehovĆ”, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperĆ”is. ĀæPensamientos de quĆ©? De bien. O sea, SatanĆ”s creyó que nos habĆ­a ganado. Pero Dios tenĆ­a otro pensamiento. Dios tenĆ­a otros planes. ĀæY sabes? Es que por eso es que SatanĆ”s nos odia. Porque Ć©l no tuvo misericordia. Ɖl no pudo recibir misericordia de parte de Dios. Ɖl estĆ” condenado por la que en cambio nosotros no. Nosotros sĆ­ tenemos perdón. Nosotros sĆ­ tenemos esperanza. Nosotros sĆ­ podemos alcanzar otra vez la presencia de Dios en nuestra vida. Nosotros sĆ­ podemos hacerlo. Primera carta de Juan. CapĆ­tulo 3 versĆ­culo 8 dice El que practica el pecado es del diablo porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios. Para deshacer las obras del diablo. Aquella separación que el diablo creó entre Dios y el hombre es obra de SatanĆ”s. ĀæCierto o no? Porque fue SatanĆ”s el que metió el pecado. Eso fue lo que el diablo hizo. Pero dice que para eso apareció el Hijo de Dios. ĀæPara deshacer las quĆ©? Las obras del diablo. Quiere decir que Ć©l va a deshacer esa separación y lo hizo con su muerte expiatoria en la Cruz del Calvario cuando Ć©l murió y el velo del templo se rasgó. Nos volvió a unir. Nos volvió a permitir llegar a su presencia. Eso fue lo que hizo. Deshizo las obras del diablo. Para eso vino JesĆŗs. ĀæAmĆ©n o no amĆ©n? Y entonces ĀæquĆ© pasa? ĀæSigue siendo Dios malo o sigue siendo Dios bueno? Dios siempre ha sido bueno. Dios quiere darnos todo el paquete completo. ĀæA dónde dijo que habĆ­a puesto el hombre? ĀæDónde es al principio? Que Ć©l mismo creó. ĀæDónde estaba el Ć”rbol de la ciencia del bien y el mal? En el paraĆ­so. En el Eden. Apocalipsis capĆ­tulo 2 versĆ­culo 7 El que tiene oĆ­do, oiga lo que el EspĆ­ritu dice a las iglesias. El que deshiere le darĆ© recomer del Ć”rbol de la vida, el cual estĆ” en medio del paraĆ­so de Dios. ĀæA dónde estĆ”? En el paraĆ­so. O sea, sigue ahĆ­. ĀæQuĆ© quiere decir eso? Que nosotros vamos a volver al paraĆ­so. Cuando nosotros dicen que el que oiga lo que el EspĆ­ritu dice a las iglesias. Al que deshiere. Aquel Ć”rbol que nos dijo que no podĆ­amos comer, ahora serĆ© el que me lo va a dar. Pero para dĆ”rmelo yo tengo que volver a entrar al paraĆ­so. Para darme ese Ć”rbol yo tengo que volver a entrar a la presencia de Dios. Entonces, aquello que Dios me quitó no por odio, sino por misericordia que era el derecho a vivir para siempre me lo va a restaurar. Por eso JesĆŗs vino a deshacer las sombras del diablo. Aquella condena de muerte ahora va a ser una condena de vida eterna, porque el mismo Dios dice que Ć©l me darĆ” del Ć”rbol de la vida el corazón negro del paraĆ­so de Dios. AmĆ©n. Yo no sĆ© si usted quiere ir al paraĆ­so. Yo sĆ­. Pero ĀæquĆ© tengo que hacer? El que tiene oĆ­do oiga lo que el EspĆ­ritu dice a las iglesias. Se lo dice al impĆ­o. Se lo dice al que estĆ” en la calle. Dios le habla a la iglesia. AmĆ©n. Y la iglesia somos nosotros. Pero es lindo jugar a la iglesita. Es lindo andar a la biblia bajo ese barco. Es lindo cantarse unos coritos. Es lindo. Pero ĀæquĆ© pasa con mi santidad? ĀæQuĆ© parte de la biblia vivo yo? ĀæLa que me conviene? ĀæO todo asĆ­? ĀæQuĆ© tanto de la biblia escudriƱo? ĀæQuĆ© tanto de la biblia pongo en prĆ”ctica? Nosotros lo decimos mucho. Yo puedo engaƱar a la iglesia. Yo puedo engaƱar a los hombres. Pero a Dios no lo voy a engaƱar. Dios conoce mi intimidad. Dios conoce mi corazón. Dios me escudriƱa dĆ­a a dĆ­a. Y el diablo tambiĆ©n. El diablo sabe por dónde entrarme. Porque Ć©l anda buscando a quien devorar. El diablo no le tiene miedo a las iglesias llenas, mis hermanos amados. Le tiene miedo a las iglesias que adoran. Le tiene miedo a los cristianos que doblan rodillas. A ellos. A los que Ć©l se sujeta. A los que hacen voluntad de Dios. A los otros ni los dan saber tan siquiera. ĀæNi los dan saber? ĀæPara quĆ©? Si ya estĆ”n ahĆ­. Un poquito de religiosidad que vaya, cante chiringuiriringuiringui unas ofrenditas, unos versiculitos y estĆ” contento. Pero sigue hablando con la serpiente. Pero sigue tomando el tiempo de Dios. Tomando las cosas de Dios para dĆ”rselo al mundo. Sigue sabiendo la diferencia entre el bien y el mal. Pero sigue haciendo el mal. Sigue creyĆ©ndole mĆ”s a la recompensa de Balaam que a la palabra de Dios. Esperamos todavĆ­a que una mora nos hable. SeƱor hĆ”blame. Pues se habla todos los dĆ­as. EstĆ” la Biblia. Hay programas, hay prĆ©dicas, hay enseƱanzas, hay todo. Pero yo me alejo de eso. Ah no, yo con los curtitos del fin de semana estoy feliz. No, yo ya tengo suficiente palabra. Pero cómo estĆ” mi relación, mi familia, el altar de mi casa. Cómo estĆ”n los tiempos de oración, los tiempos de estudio de la palabra. Ah no. No, no, con lo que recibo. Nosotros lo recibimos mucho. Usted se acuerda que predicó su pastor hace 22 dĆ­as. Hace un mes. Porque la palabra viene, cae en tierra y llega a la semilla. El diablo se va. Ā”QuĆ© buena palabra dieron, pastor! ĀæDe quĆ© hablaban? No me acuerdo, pero sĆ© que era muy buena. Entonces no era tan buena. Pero andamos poniĆ©ndole oĆ­do a SatanĆ”s. Andamos creyendo que estamos preparados para coquetear con el pecado y salir victoriosos. Amado, sabe mĆ”s el diablo por viejo que por diablo. Sabe mĆ”s por dónde llegarnos. Sabe mĆ”s por dónde entrar. Pero nosotros seguimos creyendo que sin oración, que sin ayuno, que sin estudio de la palabra, podemos resistir. Ā”Ay, no! Ā”Me pongo la armadura de Dios! Ā”Y el escudo de la fe para que me lo tarde en el fuego del enemigo! Pero no estudia la palabra. Pero vive en un puro pecado oculto. Pero vive maltratando a la vieja. Pero vive gritĆ”ndole a los carajillos. Pero vive robĆ”ndole a Dios. ĀæCuĆ”l armadura se estĆ” poniendo? ĀæCuĆ”l yelmo? ĀæCuĆ”l calzado? ĀæCuĆ”l espada? ĀæCuĆ”l corazón de justicia? ĀæCuĆ”l? En mi mente, nada mĆ”s. Es como un abacar de lo que le digo a los chiquillos. En el mundo virtual es doƱa toda, pero en la realidad ĀæserĆ” que acaso yo hablo y el enemigo escucha? ĀæHuye? ĀæTiembla? Pablo sĆ© quiĆ©n es. JesĆŗs sĆ© quiĆ©n es. Pero ustedes no sĆ© quiĆ©n los dijo el endemoniado. ĀæSerĆ” que mi nombre sĆ­ se conoce en el mundo espiritual? ĀæSerĆ” que mi nombre pasando lista sĆ­ estĆ” en el Libro de la Vida? Ā”MirĆ”! El hermano Santos aquĆ­ llegó. El hermano Santos. JesĆŗs llegaba y los demonios temblaban. Pedro llegaba y las enfermedades se iban. ĀæPor quĆ©? Porque el espĆ­ritu que estaba en JesĆŗs estaba en Pedro. ĀæY pero yo? ĀæPero yo tambiĆ©n? Romanos capĆ­tulo 8, versĆ­culo 11 El espĆ­ritu que levantó a Jesucristo de los muertos mora en nosotros. ĀæCuĆ”l espĆ­ritu es ese entonces? El EspĆ­ritu Santo. Pero ese espĆ­ritu yo tengo que tenerlo vivo. Ese espĆ­ritu yo tengo que cultivarlo, que fortalecerlo. ĀæCómo? Con oración, con estudio, con presencia, con sometimiento. Dejando que Ɖl sea el que me gobierne. ĀæY el discĆ­pulo es el diablo? ĀæY quĆ©? ĀæPero quĆ© es lo que tengo que hacer? ĀæSometerme a quiĆ©n? ĀæA Dios? Pero yo no me someto a Dios. Ɖl no se sometió a Dios, no se sometió a la Palabra. Y eso fue lo que pasó. Si yo no me someto a la Palabra yo puedo hacer que me engaƱe. Nosotros le decimos SatanĆ”s no tiene que llegar a usted, amado, como le llegó a Job, quitĆ”ndole todo. Al contrario, puede llegar dĆ”ndole mucho. Y dĆ”ndole mucho lo perdió tambiĆ©n. Es que para eso el SeƱor me bendice. Para que usted tome guardia. Para que usted pague cable para ver pornografĆ­a. El SeƱor lo bendice para que usted le pague a una mujer de la calle. Como los judĆ­os. Yo no la toco, sólo la veo. ĀæPara eso? No. Ah, porque es que yo sirvo a la Iglesia. Yo soy diĆ”cono, yo soy pastor copastor, yo soy un judĆ­o. Profeta, serafina, alcalde del diablo. Pero mi relación con Dios dice todo lo contrario. Eva vivĆ­a en el paraĆ­so. Eva veĆ­a a Dios. Eva oĆ­a a Dios. Pero no obedecĆ­a a Dios. Tengo una Biblia. Conozco una Biblia. Voy a la Iglesia. Pero obedezco a Dios. Ah, que Eva man mala. ĀæCómo nos va a meter en este camarón? Ahora tenemos que ir a sembrar todo ese terreno y a ver si a la iguana no se le come los frijoles al pastor. Pero... Por culpa de Eva. ĀæPero nosotros quĆ© estamos haciendo? El que no tiene minga, tiene mandinga, decĆ­a mi abuela. Es tiempo de que nosotros escuchemos mĆ”s la voz de Dios. Esa voz que me dice eso que estĆ”s haciendo no me gusta. Eso que estĆ”s haciendo te va a traer pecado. Eso que estĆ”s haciendo te va a dejar de mĆ­. Eso te va a llevar a maldición. SeƱor, pero es que yo necesito eso. Necesito eso. Te estoy diciendo que es pecado. Llego lo hago despuĆ©s, SeƱor, porque me abandonaste, Padre. SeƱor, ayĆŗdame, Dios. Estoy en desesperación. No me castigues, Dios. Yo le dije que le iba a pasar. ĀæAhora quĆ©? SomĆ©tase a las consecuencias. Eva pudo ser perdonada por Dios, sĆ­. Pero el pecado tiene que tener consecuencia. Usted no llame proceso a lo que Dios llama consecuencia por el pecado. Ay, pastor, es que estoy pasando un proceso. ĀæCuĆ”l proceso? EstĆ”s pagando el mal por tu pecado. Es que estoy en una depresión porque Dios me estĆ” procesando. No. Usted estĆ” mal porque dejó entrar al chamuco a su vida. No le llame proceso. LlĆ”mele consecuencias. Y despuĆ©s no culpe a Dios. Porque quĆ© fĆ”cil es culpar a Dios, hermanos. QuĆ© fĆ”cil es echarle la culpa a otro. ĀæQuĆ© dijo AdĆ”n? ĀæLa mujer que quĆ©? ĀæY por quĆ© no fue asĆ­ cierto? Yo fui poco hombre. Y no me parĆ©. No me sostuve. Ella pecó, pero yo pude haber dicho, un momento, que si comieron, yo no voy a comer de eso. Pero Ć©l querĆ­a tambiĆ©n. Y cayó. AmĆ©n. Vamos a orar, vamos a ponernos sobre nuestros pies, vamos a darle gracias a Dios por el tiempo que nos ha regalado, por la salvación que nos ha dado, por lo que nos dejó como promesa. ĀæCuĆ”l es? Que un dĆ­a estaremos de nuevo en su presencia, mis hermanos amados. Un dĆ­a vamos a entrar comiendo de ese... Es que yo quiero ver quĆ© es ese Ć”rbol. ImagĆ­nense lo hermoso que debe ser ese Ć”rbol en ese lugar tan bello. Es el paradiso. Padre, te damos gracias, SeƱor Dios de la gloria. Te agradecemos por la vida de cada uno de los que estĆ”n en ese lugar, SeƱor. Te agradecemos por este lugar, amado Dios, por este lugar que estĆ”s abriendo, por esta obra, SeƱor. Te agradecemos, SeƱor, por este local, mi Dios. Te pedimos, Dios, que tu presencia nunca falte, SeƱor. Padre, que lleguemos, SeƱor, se sienta tu unción, se sienta tu EspĆ­ritu. Mi Dios amado, que podamos entender que la voz que retumba en este lugar, SeƱor, es la voz del EspĆ­ritu Santo, SeƱor. Haga mordazas, calla, confunde al enemigo, Dios amado. No permita que nuestra mente y nuestro corazón, SeƱor, se confunda. AyĆŗdanos, SeƱor, inquiĆ©tanos, Padre. DespiĆ©rtanos, SeƱor. SacĆŗdenos, SeƱor. Padre bendito, porque al enemigo no le duele la mano para mecerle la cuna a un cristiano dormido, Dios. Pero tĆŗ, SeƱor, inquiĆ©tanos como el Ć”guila inquieta a los pollitos, SeƱor. Dios de gloria y de misericordia, Padre, para que podamos cada dĆ­a, SeƱor, buscar mĆ”s de ti, para entender la diferencia entre el bien y el mal, para que entendamos las consecuencias, SeƱor, para que sepamos lo que te agrada y lo que no te agrada, Dios. Yo te pido que si hemos pecado, Dios mĆ­o, nos perdones, SeƱor. LĆ­mpianos, purificanos, santificanos, SeƱor amado. Te pido en el nombre poderoso de JesĆŗs de Nazaret, dame entendimiento, dame, SeƱor, razocinio, SeƱor. Aumentame la fe, como dijo ese hombre, Dios mĆ­o, para poder confiar, SeƱor, que tal vez en este momento veo mi alacena vacĆ­a, SeƱor, pero puedo tener la fe que tĆŗ proveerĆ”s, aunque venga SatanĆ”s con abundancia, SeƱor, yo pueda rechazarlo, porque sĆ© que eso no te agrada, y sĆ©, SeƱor, que tus pensamientos son de bien y no de mal para mi vida, Dios. AyĆŗdame a entender, SeƱor, mi llamado. AyĆŗdame a entender, SeƱor, mi lugar en esta tierra. AyĆŗdame, Padre santo, Padre de la gloria, a comprender, mi Dios, que tĆŗ estĆ”s en medio de todo, que tĆŗ creaste un paraĆ­so para nosotros, y que un dĆ­a volveremos, SeƱor, ahĆ­ te lo agradezco, en el nombre de JesĆŗs, SeƱor, te agradezco, Jesucristo, la obra que hiciste en la cruz, la redención, la sustitución, SeƱor, que tomaras mi lugar en ese lugar, SeƱor, en esa cruz, eso que fue maldición para muchos, SeƱor, mi Dios amado, ahora tĆŗ lo convertiste en una bendición, porque volveremos a estar delante de ti, SeƱor. AyĆŗdame a mantenerme firme, SeƱor, con fuerzas, quizĆ”s no puedo, SeƱor, quizĆ”s soy dĆ©bil en esa Ć”rea, SeƱor, que el enemigo estĆ” atacando, quizĆ”s soy dĆ©bil, SeƱor, y estoy prestando oĆ­dos, SeƱor, o he estado hablando con el enemigo, o he estado hablando con el diablo, Dios mĆ­o, ayĆŗdame, SeƱor, a fortalecerme, ayĆŗdame a correr, a entender, SeƱor, el hombre de sabio ve el mal y se aparta, ayĆŗdame a apartarme, SeƱor, dame, SeƱor, una luz de esperanza, necesito agarrarme de ti, SeƱor, ayĆŗdame que perezco, Dios mĆ­o, ayĆŗdame, SeƱor, ayĆŗda esta obra, SeƱor, a que aquĆ­ se predique la palabra, que de aquĆ­, SeƱor, salgan ministerios, que de aquĆ­ sea un semillero, Dios, donde se alabe, se glorifique tu nombre, pero que se hagan discĆ­pulos, SeƱor, Dios, que lo pedimos en el nombre de JesĆŗs, que limpies, purifiques y santifiques este lugar, SeƱor, para que nunca el enemigo pueda venir a tocar la mente de los que aquĆ­ se congregan, que los que aquĆ­ vengan, SeƱor, cruzando la puerta a Dios, padres, sientan la llenura del espĆ­ritu, que este lugar, SeƱor, sea un lugar que vas a amar, SeƱor, donde la presencia de Dios se manifiesta, donde la gente diga, no sĆ© quĆ© se siente ahĆ­, pero se siente algo, padres, eso es tu espĆ­ritu trabajando, eso es tu espĆ­ritu ministrando, que lo pedimos en el nombre poderoso de Cristo JesĆŗs, SeƱor, y podemos decir confiadamente, amĆ©n, amĆ©n y amĆ©n, gloria a Dios por su palabra, damos un aplauso al que vive y al que reina, gloria a Dios gracias gracias Dios a travĆ©s de tus oĆ­dos a travĆ©s de tus oĆ­dos llegamos a tu corazón a tu corazón la mejor estación cristiana sonando las 24 horas los 365 dĆ­as del aƱo 24 7 sonando pura mĆŗsica 24 7 sonando pura mĆŗsica 24 7 sonando pura mĆŗsica 24 7 sonando pura mĆŗsica 24 7 sonando pura mĆŗsica 24 7 sonando pura mĆŗsica cristiana 24 7 JesĆŗs le dijo yo soy el camino la verdad y la vida nadie viene al Padre nadie viene al Padre si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi si no es por mi yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar aunque digan que mi fuerza haya yo nunca teme yo nunca teme yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo no trajo hasta aquĆ­ para volver a entrar yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme yo nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme eu nunca teme sim aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia aleluia 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